sábado, octubre 27, 2012

El baile de Paolillo


No es bailarín ni coreógrafo, pero el periodista Carlos Paolillo, escritor, promotor, crítico y docente en historia y teoría de la danza es noticia. Un jurado le otorgó el Premio Nacional de la Danza, galardón ambicionado por los que cultivan el arte danzario. Nadie ha puesto en tela de juicio tal designación porque no pueden negar su trabajo y sus aportes durante las últimas décadas, su baile con el arte del movimiento.
-¿Cuántos premios en su haber?
-No tantos. Creo que solamente tres Premios Municipales de Danza en 1991, 2007 y 2010
 -¿Cómo llega al mundo de la danza?
-Llegué a la danza a través del periodismo, en los años 70.Luego vinieron los tímidos intentos de acercamiento al mundo de la crítica y la investigación. Llegó la docencia de materias históricas y teóricas sobre la danza escénica, prácticamente inéditas en el país. También simultáneamente mi también largo trabajo de gestión y de producción artística.
 – ¿Qué dijo cuando le otorgaron el Premio Nacional de Danza, galardón para bailarines y coreógrafos, pero nunca adjudicado  a promotores y críticos como usted?
-No dije nada. Sólo pensé que era muy afortunado y que me sentía muy honrado por esa designación. La tradición hasta ahora había indicado que, salvo importantes excepciones, este tipo de premios estaba dirigido a los creadores de la praxis artística. Creo que de alguna manera se está reconociendo la importancia de  la teoría, la crítica, la investigación y la gestión de las artes. Los jurados que me otorgaron el Premio estuvieron integrados en su totalidad por grandes bailarines, coreógrafos y maestros de la danza, lo cual me honra aún mucho más.
 -¿Cómo prosiguen sus actividades con la danza, los festivales y que hace en Unearte?
-Seguimos con mucho dinamismo. Continúo con uno de mis proyectos de vida que es el Festival de Jóvenes Coreógrafos, el cual se acerca a las tres décadas de existencia. Produzco en estos momentos el Festival de Nueva Danza para Trasnocho Cultural. En Unearte, que para mí es otro proyecto existencial, aparte de mi trabajo docente, dirijo en la actualidad el área de Centros de Documentación y Bibliotecas y la Compañía Universitaria de las Artes.
 -¿Cuál es el estado de la danza? ¿Cómo se enseña?
-Vive momentos de ajustes, reacomodos y renovación. La danza venezolana posee una historia reciente rica en grandes acontecimientos, que le otorga a las iniciativas de estos nuevos tiempos una sólida base de sustentación. Se debe vivir el presente con la certeza del futuro. El talento y la creatividad abundan. Sólo basta con estimular al sector debidamente y propiciar las condiciones para un nuevo desarrollo. La danza se enseña como siempre: con mística, rigor y compromiso. Tradicionalmente ha sido siempre dentro del ámbito de la educación no formal, tanto pública como privada. Hoy en día también es una carrera universitaria, lo que abre caminos insospechados para su crecimiento académico y artístico. 
 -¿Cómo son las relaciones de la danza con el Estado?
-Son relaciones esenciales para su solidez y expansión. En algunos tiempos han sido más fluidas, en otras circunstancias menos. La danza, mundialmente, es una manifestación escénica compleja, poseedora de múltiples aristas, que requiere del impulso del creador y del  permanente compromiso, institucional y financiero, del Estado. 
-¿Satisfecho por lo logrado hasta ahora?
-Más bien agradecido por todo cuanto he podido hacer y con la determinación de seguir adelante.
INVESTIGADOR
Carlos Paolillo tiene, hasta ahora, nueve publicaciones: Taller de Danza de Caracas (1986); Academia, experimentación e historia (1999); Una aventura, un hito. Ballet Nacional de Venezuela 1957/1980 (2004); Movimiento y academia. Aproximación Histórica a la Educación de la Danza Escénica en Venezuela (2005); Nina Nikanorova. Vida de Maestra (2005); Grishka Holguin. La aventura del pionero (2006); Caminos del cuerpo. Una visión de la danza escénica venezolana (2007); Biografía de Vicente Nebreda (2010); y Signos de contemporaneidad. Nueva danza venezolana (en producción). Ha participado como curador en diversos documentales.
FESTIVAL DE NUEVA DANZA
Desde 1985, Carlos Paolillo ha estado produciendo y exhibiendo, superando todos los obstáculos posibles, su Festival de Jóvenes Coreógrafos, para fomentar el desarrollo de noveles creadores en el campo de la danza teatral, estimulando en ellos los valores de la solidaridad, el compromiso y la excelencia artística. Hay que hacer un balance sobre lo que han significado tales eventos, precisamente ahora que se realiza el Festival de Nueva Danza, del 18 de octubre hasta el 29 de noviembre, todos los días jueves, a las 8pm, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural. Este Festival ha servido de escuela para los creadores de la danza contemporánea. Al margen de modelos de formación excesivamente formalizados, ha estimulado procesos creativos de plena libertad creativa, los cuales resultaron fundamentales en la diversificación conceptual y estética de la danza, por lo que durante los años 90 se convirtió en referencia para la danza latinoamericana y mundial. Dos generaciones de creadores llamados a liderar el movimiento de la danza a finales del siglo XX, surgieron de las experiencias del Festival, plataforma que los guió hasta el definitivo camino profesional. Además, ha cumplido igualmente con una sistemática labor de estímulo y solidificación de vocaciones artísticas y un trabajo dinámico y permanente de difusión de los valores genuinos del arte dancístico. La labor de estímulo permanente cumplida por el Festival en casi ya tres generaciones de creadores, representa un aporte concreto a la configuración de una danza con auténtico sentido de pertenencia, en plena sintonía con su tiempo social y con decidida proyección al mundo. Teniendo en cuenta que en Venezuela la permanencia en el tiempo y en el espacio de muchos proyectos culturales está unido o atado a la humanidad de sus creadores, hay que esperar que Carlos Paolillo (pasó los 50 años) haya formado un relevo que continuará apoyándolo o reformulándolo en las décadas posteriores, porque este experimento no puede dejar de hacerse

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