domingo, marzo 10, 2013

Perforar el muro


Por ahora…es tiempo de balances o arqueos, mientras se reinicia la marcha. Y por eso hay analizar los significados y los significantes del Segundo Festival de Teatro de Caracas (FTC)  con unos datos que deben generar reflexiones entre  los pensantes, sean tirios o troyanos. Lo disfrutaron 70 mil espectadores en sala para un universo de 80 mil, desde el 23 de febrero al 5 de marzo (cuando bajo el telón por la muerte del presidente Hugo Chávez), gracias a 300 funciones  de no menos de 15O agrupaciones.
Tales cifras, además de los 700 mil bolívares recaudados por las taquillas, sirven para que los productores públicos  y privados analicen mucho más el universo de esa audiencia que tienen en la Gran Caracas y busquen o propongan proyectos para que el teatro sea asequible a todos por ahora. De esa forma se podrá derribar, de forma permanente ese muro invisible, que de todas maneras es un muro, el cual impide que los espectáculos teatrales de Baruta, Chacao, Petare y El Hatillo puedan ser degustados por los moradores de Caracas e incluso  hasta por los que habitan en los municipios mencionados.
Ese muro, exótica combinación financiera y mediática, o sea bolívares y promoción publicitaria, fue perforado por los organizadores del FTC, la gente de Fundarte, ya que invitaron a una selección de montajes que en las salas Trasnocho, Escena 8, Teatrex y CorpbancaBOD, cobran no menos de 180 bolívares por boleto, para que se mostraran en los espacios  teatrales caraqueños. Fue así que A 2,50 la cubalibre, High, Acto Cultural, Mujeres engoriladas, Diógenes y las camisas, voladoras, La enfermedad de la juventud, y La ratonera entre otros vinieron a mostrar sus excelentes performances.
Perforar ese muro costó a Fundarte no menos de 28 millones de bolívares para cancelar a todas las agrupaciones sus honorarios (entre 35 mil y 10 mil bolívares por función), la logística y el personal que laboró, además de la promoción. En síntesis, se hizo una memorable gestión, como debe ser, donde además el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y el Gobierno del Distrito Capital dieron sus colaboraciones.
¿Y cómo se puede derribar definitivamente ese muro? ¿Cómo abaratar más el producto  teatral y hacerlo asequible a los habitantes de la Gran Caracas?
Menudo problema que solo tiene caminos para llegar a una solución muy inteligentemente negociada: el arte teatral requiere de una ley que institucionalice ese oficio, que los productores respetables tengan un aporte oficial para presentar sus montajes a precios bajos, además de poder pagar los sueldos y demás rubros que un montaje demanda, que los cómicos tengan una seguridad social digna y que sus sueldos estén seguros y de acuerdo a sus trabajos, que sean considerados seres humanos  útiles y vitales.
Eso existió aquí en Caracas hacen algunos años, cuando las agrupaciones recibían aportes estatales y mostraban sus montajes a precios bajos, pero aquello se acabó por errores de parte y parte, del Estado y los artistas, y llegó la  feroz comercialización, la cual no se  no sabe hasta dónde llegará, ya que los actores cobran lo suyo, porque de eso viven, además del pago de derechos de autor, etcétera.
¿Quién aprueba una ley para el teatro? ¡Quien lo haga se gana al público y los artistas!

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