sábado, mayo 11, 2013

Sitiados a la venezolana


En una ciudad sitiada, los adultos Antonio y Esperanza  coinciden en el mismo refugio: lo que queda de un museo saqueado y tapiado a medias por los escombros. No se conocen, desconfían el uno del otro, pero no les queda más remedio que resignarse a la difícil convivencia que por momentos los acerca o los enfrenta. Pronto se percatan de la imposibilidad de escapar, porque los bombardeos, las ráfagas de ametralladoras y gritos les acercan la guerra. Atrapados, alternan intentos de humor, conversaciones absurdas, expresiones afectuosas y agresiones tratando de evitar un conflicto final que, eventualmente, ¡¡¡conducirá al desenlace…!!!
Así se resume el argumento de El sitio, obra teatral de José Antonio Barrios, de obvio contenido social, la cual lleva a reflexionar sobre la falta de solidaridad, el desencuentro y la intolerancia, y la cual además  advierte sobre lo que ocurre o puede ocurrir durante una conflagración o un conflicto.  
Barrios revela que El sitio es la quinta pieza que ha escrito. Fue premiada con el tercer lugar en un concurso en el Reino Unido; además, ganó una mención honorifica en el Premio Municipal de Literatura 2008 y una mención especial en el Premio de Dramaturgia Marita King 2008.
-¿Cómo nació El sitio?
-Es el resultado del Taller de Creación Literaria del CELARG 2007-2008 en el género de dramaturgia, un lugar de creación y aprendizaje donde nos nutrimos del talento y conocimiento que generosamente José Gabriel Núñez  nos ofreció y, por supuesto,  del talento, entusiasmo y creatividad de los demás integrantes del taller.  
-¿Cómo fue el proceso de escritura?
-El proceso se desarrolló intercambiando experiencias con los integrantes del taller anteriormente citado, pero también con entrevistas y encuentros con personas que han estado en situaciones límites por la intolerancia ante las diferencias sean de género, raza, clase social o ideología política.
-¿De dónde parte o en qué se inspiró?
-Para esta obra me inspiré en lo que pasa actualmente en muchos países del mundo y en el nuestro en particular; es una invitación a reflexionar sobre la crispación de una comunidad que puede culminar de manera sangrienta si se ve al que piensa diferente como enemigo ya que cuando esto pasa se polariza cada vez más el concepto del otro como amenaza. El sitio nos muestra parte de lo que somos, las consecuencias de la incomunicación e intransigencia de los individuos que conformamos este país y hasta donde somos capaces de llegar si no acudimos a valores firmes y vemos puntos de encuentro.
-¿Qué pasará ahora?
-A partir del viernes 17 de mayo tendremos temporada en el Teatro San Martín de Caracas con el montaje de Repico, bajo la acertada dirección y lectura para la puesta en escena de María Grazia. En este montaje actúo interpretando al personaje de Antonio, un visitador médico, al lado de Roberta Zanchi, como Esperanza
-¿Por qué aceptó actuar en su obra?
-Es la primera vez que actúo en una obra escrita por mí. Hasta ahora prefería ser espectador de mis obras para poder ver desde el público las reacciones del espectador con el texto, pero acepte la invitación del Repico y, particularmente, de María Grazia, para tener la experiencia de prestar mi cuerpo para materializar a uno de mis personajes más querido.
 -¿Su obra es abiertamente un alegato por la paz y un rechazo a las guerras?
-Siempre he creído en la paz y creo que los dramaturgos tenemos que crear obras que ayuden a reflexionar sobre el sinsentido de los conflictos bélicos.
-¿Se dice que se sabe cómo comienzan las guerras pero se ignora cómo terminan?
-Ninguna guerra termina bien ni deja resultados favorables para nadie.
-¿Qué ha pasado con su teatro?
Hasta ahora he tenido la dicha de ver representada casi la totalidad de mi producción dramatúrgica. Me siento muy contento porque tras cada montaje, tras cada representación en el escenario, las críticas favorables  del ojo especializado, que para mí es el público, no han cesado de sucederse. Algunas de mis obras han ganado premios que siempre son un buen estimulo para seguir escribiendo. Otras esperan por su publicación y puesta en escena, aspiro no se queden en el papel.
-¿Qué pasa con  el teatro venezolano que muy poco se le representa en su territorio?
-Lamentablemente son pocos los grupos de teatro en Venezuela  que montan autores nacionales. Quizá de la misma manera como se han abierto nuevos espacios teatrales y se han creado festivales tan exitosos como los organizados por Fundarte, hacen falta  políticas y eventos que estimulen la creación de espacios para la puesta en escena de la dramaturgia nacional.
-¿Es una problema de la dramaturgia o del sistema de producción teatral existente en Venezuela?
-Existen excelentes dramaturgos, especialmente nuevos, a quienes se le niega ver representadas sus obras y no por problemas de calidad de los textos sino debido en gran parte al errado sistema de producción teatral.
Un texto de éxito
-La primera puesta en escena de El sitio fue en el 2008 -recién escrita-, durante el último año de existencia del Iudet -ahora Unearte-. La dirección y actuación  estuvo a cargo de Wilfrido Sierra. Posteriormente, fui invitado en junio de 2009 al Festival de Autor / FESTEA. En ese evento la pieza fue montada por dos grupos y, por supuesto,  cada uno de ellos realizó una interpretación y una  lectura diferentes, con lo cual, el resultado en las tablas fue enriquecedor. ¡Eso sí!, respetando la esencia de la pieza. En esa oportunidad la dirección estuvo por parte de Wilfrido Sierra, de nuevo, con una puesta distinta a la mostrada anteriormente en el Iudet, que mereció buenos comentarios y el otro montaje de la obra dentro del FESTEA fue bajo la dirección de Jennifer Morales, un trabajo bien particular y creativo. En ese mismo mes Junio de 2009 se presentó en el Festival de Teatro Interclubes por parte del Club Santa Paula bajo la dirección de Manuel Valero y las actuaciones de Jonathan Collet y Trina Zavarce, nieta del recordado actor y cantante Néstor Zavarce. Más recientemente El Pequeño Teatro de Los Robles, en la isla de Margarita, culminó la temporada teatral 2012 con la  puesta en escena bajo la Dirección de José Salas Verde. Mi obra acaba de terminar temporada en la Sala Horacio Peterson de Unearte el pasado domingo 28 de abril  en un montaje del grupo  Repico.

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