sábado, noviembre 16, 2013

Teatro para sacudir a los venezolanos

Otro teatrero es Luis Bernal y sube la dificil escalera del teatro de arte caraqueño
Nació en San Cristóbal y desde aquel año 1972 está sin reposar por los avatares de su existencia y porque busca ser útil a la patria y su familia. En el Taller Nacional de Teatro (TNT) se hizo teatrero hace 14 años. Desde entonces ha seguido formándose con maestros como Héctor Manrique, Javier Dualte, Dimas González, Javier Vidal, Diana Volpe y  Hugo Kogan, entre otros.Escribimos pues de Luis Bernal.
Los inicios
 Cuenta que sus inicios actorales fueron con Rajatabla, en la obra Blasón de Lobos de Valle Inclán. Luego, durante su proceso de formación, llegó a participar en espectáculos como Macbeth, Aquiladas,  La Tierra prometida, Momentum y Bodas de sangre, entre otros. “Después tuve la oportunidad de estar al lado de Héctor Manrique, él me decía que tenía la vena para dirigir y que pensara en asumir esos retos. Y, pues, le tome la palabra. Cuando me gradué en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, inmediatamente formé “Con los pies en las tablas”,  empresa productora con la cual realice y dirigí mi primer espectáculo, nada más y nada menos que Zarzuela, en el Colegio Francia, junto a maestros de canto lírico como María Elena Vargas, el ruso Nikolay Nazarov, Xiomara Mistage y la pianista Teresa Cos,  entre muchos otros. Después hicimos un ciclo de teatro musical con cuatro espectáculos en Unearte. Luego de tomar un taller de dirección, con Dairo Piñeres, teníamos que presentar un espectáculo final, y de allí sale mi primer montaje: Pony, nunca te he negado una lágrima de Gustavo Ott. Al mismo tiempo  estaba ya planificando la realización de la obra Nuestra Señora de las Nubes del argentino  Arístides Vargas, sobre la cual he recibido gratas críticas y ahora la presentaré en el Festival Creajoven, en el Celarg”.
Bernal también ha estado recibiendo formación académica para el cine con maestros como Pablo De La Barra, Valentina Saad, César Bolívar y  Carlos Ospino, entre otros. “Me encuentro escribiendo mi primer guión cinematográfico el cual pienso dirigir. Lo mío son las artes escénicas en su totalidad y hacia allá apunto”.
Sus métodos
 Bernal explica que cuando lee una obra y se siente enganchado con la temática, el argumento, los personajes y sobre todo el mensaje, o, como se dice en el lenguaje teatral, el sub texto, “pues uno inmediatamente dice: esto tengo que mostrarlo a través de un discurso escénico y con actores y actrices que le den vida a cada personaje y trasmitan el mensaje no sólo que está implícito en la obra sino lo que yo como director quiero comunicar. Porque los que ejercemos este oficio, al mismo tiempo utilizamos el medio para expresarnos y decir lo que sentimos y pensamos no sólo del país, sino del mundo y la gente que lo habitamos. Me interesan las obras que sacudan al público. Que lo hagan no sólo reflexionar sino también lo lleve a hacerse preguntas. Las dos últimas piezas que he montado, tanto la de Gustavo Ott como la de Arístides Vargas, tienen que ver mucho sobre la realidad de nuestros países, tanto en lo político, como en lo social y cultural. Y eso me gusta reflejarlo en el escenario para que el público de alguna u otra manera sienta y vea lo que estamos haciendo nosotros como sociedad”.
Gran actriz
 Puntualiza, que una vez que se obsesiona con la obra que quiere montar, “empiezo con el trabajo arduo pero satisfactorio de producción. Busco el elenco que quiero y necesito para el montaje. En el caso particular de Nuestra Señora de las Nubes invite a una excelente actriz –Daifra Blanco- para que no sólo llevara la responsabilidad de interpretar más siete personajes dentro del montaje, sino también me facilitara el trabajo tanto de actor como de director al mismo tiempo. Sin duda alguna, fue muy grata la experiencia y sobre todo el resultado final fue más de lo esperado. Porque  sientes la receptividad, las críticas y comentarios por parte del público. Apenas hemos ofrecido varias funciones en el Teatro Principal, y ya la gente nos pide una temporada más larga. Incluso supimos de espectadores que fueron dos veces a ver la obra, y eso es el mayor pago que puede tener uno como director, actor y productor del espectáculo”.
Ayuda para el teatro
El teatro que Luis Bernal y su agrupación “Con los pies en las tablas” presentan cuenta con la ayuda financiera del Estado venezolano, por intermedio de convenios con el IAEN y últimamente con el apoyo de la Compañía Nacional de Teatro, la cual asumió ahora tal responsabilidad. “Además de eso, yo, como productor general de mi agrupación, también busco alianzas y patrocinios como Pdvsa La Estancia  y la CANTV, entre otros”.
El túnel
Luis Bernal y su agrupación están planificando y desarrollando la teatralización de una de las joyas literarias más importantes no sólo de Latino-américa sino del mundo. Se trata de llevar por primera vez al teatro venezolano la novela El túnel de Ernesto Sábato. Su estreno está previsto para el 2014 en el Teatro Nacional. Así como también La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne. Además de otros proyectos que ya anunciará, entre los que se encuentra la culminación de su primer guión cinematográfico. “Soñamos porque esa es la esencia de los seres humanos, especialmente de nosotros los teatreros”.
Grito de libertad
Luis Bernal escenificó Nuestra señora de las nubes porque hace 14 años la vio por primera vez en el TNT  cuando se iniciaba como actor – en Rajatabla- y durante un Festival Internacional de Teatro, escenificada por  el grupo Malayerba, de Ecuador, con el autor Arístides Vargas interpretándola junto a su esposa Charito. “Quedé impactado. Ahora, luego de tener mayor madurez profesional, quise asumir el reto de dirigirla y actuarla. Nuestra Señora de las Nubes es una obra que está más vigente que nunca  y si hay algo que me llama la atención de su dramaturgia es la manera poética de reflejar la realidad de nuestros atormentados países. La pieza es un canto universal, un grito de libertad…una mezcla de tristeza y estímulo a la imaginación. Es un lugar donde se construyen y crecen las utopías. Una metáfora de lo que significa el exilio, que aparece dibujado en múltiples formas. Mostrando aquello que se ha vivido y padecido en silencio. Por lo tanto considero que es una obra importante que mostrar, tanto como necesario es un teatro donde hay tantas cosas que decir, y donde tenemos la capacidad de ser oídos y la osadía de romper con todos los silencios. Una obra que es un gran rompecabezas donde  intentamos reflejar el desarraigo violento del propio país”.


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