Moises Guevara y Esequiel López Peralta. |
Moisés Guevara no estaba
muerto ni andaba de parranda. Es muy
complejo explicar ahora porque tuvo que marcharse de Caracas. Desde Ecuador
cuenta todo lo que quiere, aunque habrá algunos que querían leer otras cosas, esos
que se pasan las noches tasando el bien y el mal que hacen. A esos les llegará
su momento de llanto o de crujir de dientes.
-¿Cuánto tiempo en Ecuador?
- Año y medio.
-¿Cómo ha sido su proceso de adaptación?
-Difícil. Complicado. Tan duro como para
cualquier inmigrante. Tener que irte porque sientes que tu país ya no te
quiere. Porque sientes que tus amigos te dieron la espalda, te traicionaron y ni siquiera te llaman para
saber cómo estás. No es fácil de procesar. Ni hablar de los despojos, las
pérdidas y robos.
-¿Cómo son los ecuatorianos, especialmente la gente de
la cultura?
-Son lo más amable
que he podido encontrar. Vivir en lo que fue un Virreinato es distinto,
completamente distinto, a vivir en una Capitanía de Puerto. No es fácil hacer teatro aquí. Pero me
recibieron con los brazos abiertos. No hay nada vulgar en las carteleras
teatrales y eso me ha hecho pensar que lo que en su momento propuse para crear nuevamente
el teatro independiente en Venezuela, como bien lo supieron hacer Juana Sujo, Horacio Peterson, el Nuevo Grupo, entre otros, ya que no puedo recordar tantos
nombres que son parte de mi admiración profesional, me ha llevado a la
conclusión de que no me entendieron. Por eso ya no estoy en mi país.
-¿Qué hace y
qué planes organiza?
-Sigo haciendo
teatro. Le agradezco a Juan Diego el haberme invitado, a su madre Ivonne Attas
el haberme apoyado. Tengo dos obras de teatro estrenadas y escribo dos, gracias
a Xiomara Moreno y el Diplomado de Dramaturgia que creó para la Universidad
Central de Venezuela.
-¿Cómo es el espectáculo que actualmente presenta?
-Muy divertido. Estoy
trabajando con el sexólogo Ezequiel López Peralta, quien no siendo actor
está realizando un stand-up comedy de manera impecable. Y agrego que tengo a mi lado a
dos de mis más recientes alumnos, Nina León y Kleyverth Durán, los cuales me
llenan de orgullo, admiración y respeto por todo lo que Venezuela puede seguir
entregándole al mundo.
-¿En qué terminó el corto en YouTube que se convirtió
en fenómeno viral?
-Yo pensé que no
volvería a actuar. Fue un escándalo que hoy día supera las 11 millones de
visitas. No hubo mayor problema. Todo lo contrario, una respetuosa y estrecha
amistad con el grupo de jóvenes que conforman ENCHUFE TV. Y recibir palabras de
felicitación del hijo de Gómez Bolaños fue un honor. Por demás, ser parte de un
equipo de trabajo que acaba de ganar por votación popular el Stramy Awards, es
un privilegio.
-El poeta Miguel Hernández decía que donde se pierde
también se gana. ¿Está de acuerdo?
-Sí. Pero donde
pierdes duele. Donde se supone vas ganando no deja de producir temor. Es como
la sensación de actuar y saber que pronto se abre el telón.
-Estaba sacando un grado en la UCV. ¿En qué quedó eso?
-Mantengo el orgullo
de poder escribir en mi Currículum que soy un estudiante escapista, pero tengo
la fortuna de haber viajado el año pasado seis veces a Caracas para obtener el
Diplomado Isaac Chocrón.
-¿Hay pasaje de regreso a Caracas?
-Hasta que yo no
sienta, no mire, no observe y no vea que hay democracia, no pienso volver. Salí
de Caracas en autobús, no había manera de salir vía aérea, por lo tanto el país
se convirtió en una cárcel. Fueron cuatro días.Y a los 50 años
decidí que quiero recorrer América Latina. Por lo pronto, tendré el privilegio
de hacer dos funciones en Bogotá de mi más reciente montaje.
GRACIAS CABRUJAS
Moisés Guevara ha dicho
que “para nadie es secreta mi vida y soy un hombre exclusivamente de teatro y
que además llevo más 20 años sacando adelante proyectos de restauración de
arquitectura de teatros, abriendo espacios, como el del Paraíso, en los
años 90, y el Trasnocho, a lo largo de los primeros 12 años del
siglo XXI.Gracias a José Ignacio Cabrujas mudé mis neuronas al Teatro del
Paraíso, legendario espacio conocido como La Casa Sindical del Paraíso. Dediqué
dos años a gerenciar su restauración, aprendí de todo, desde batir cemento
hasta reconectar una consola de iluminación de los años 50. Fue una maravilla y
montamos: El pez que fuma, La casa de Bernarda Alba, Sonny, diferencias sobre Otelo el Moro de Venecia, El día que me quieras y Acto Cultural.
En agosto de 1999 todo aquello se derrumbó para los artistas. Venía un nuevo
siglo y otros retos, como los que vivo ahora. Tengo presente que Cabrujas, de
manera premonitoria ante lo que se venía por mi trabajo y mis pasiones, me dijo
antes de su fatal y último viaje a Porlamar: “Moisés, no hable mal de su
gremio, eso hablará mal de usted”. Y me insistió en que los teatreros “somos
el sistema digestivo del país al que pertenecemos, nuestro teatro de hoy
intenta traducir lo que somos”. No puedo olvidar jamás sus predicas y
más ahora en estos tiempos de torva teatralidad social”.
Moisés es un creador que expresa su arte como realmente lo siente es totalmente genuino y único para mi fue un privilegio haberte conocido y me considero tu amiga que Dios nos vuelva a reunir cuando volvamos a tener país un abrazo y éxitos.
ResponderBorrarMoisés es un creador que expresa su arte como realmente lo siente es totalmente genuino y único para mi fue un privilegio haberte conocido y me considero tu amiga que Dios nos vuelva a reunir cuando volvamos a tener país un abrazo y éxitos.
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