sábado, diciembre 27, 2014

Edgar Borges:la ficcion como vía para demoler la realidad

El escritor Edgar Borges con magro equipaje y sus dos hijas preadolescentes se instaló en España hace un poco más de siete años. Y ahora, vía Internet, informa orgulloso que ya le han publicado cuatro novelas: ¿Quién mató a mi madre? (2008), La contemplación (2010),  El hombre no mediático que leía a Peter Handke (2012) y La ciclista de las soluciones imaginarias (2014). También tiene dos libros de apuntes y recorridos: Crónicas de bar (2011) y Vínculos. Apuntes con Rubén Blades (2013). Además está incluido en diversas antologías y ha prologado varios textos de españoles y latinoamericanos.
¿Satisfecho?
-Para mí la literatura siempre ha sido una necesidad y en España la he convertido en una idea posible. No he tenido que pedirle permiso a ningún padrino y eso es algo que me permite vivir en paz con mi idea de vida.
Las editoriales venezolanas hasta ahora no lo han contactado y él expresa que “soy una expresión extraña, por no decir vetada, para las élites que han manejado este medio, tanto en lo público como en lo privado. Mi trabajo se basa en la ficción como vía para demoler y construir realidades y, al parecer, los parámetros de esos señores no aceptan nada que circule por los bordes de la llamada realidad. Pero ese es un tema que no me preocupa. Quienes diseñan el canon literario venezolano pretenden encerrar la palabra en un marco de solemnidad. Se subestima la literatura como espacio de juego, de participación lectora. Falta mucho Julio Cortázar y mucho Georges Perec para implosionar tanta seriedad discursiva”.
“Decía Virginia Woolf que una buena novela era aquella cuyas palabras transmitían vida. Pienso que el lector para sentir un libro necesita olvidar que está ante palabras. La palabra sin estorbos ni malabarismos opera como un hilo invisible que muestra historias y espacios. En esta dinámica elitista incluyo a un sector  que, en materia de producción, representa intereses que no tienen nada que ver conmigo ni con la literatura que escribo. La imaginación es una apuesta que no gusta mucho a los comités de lectura de esas editoriales. Si no pretendes transcribir la realidad no eres bien visto, aún se cree que la ficción es una abstracción sin sentido. No se asume que toda realidad es una construcción y que la ficción es la mejor forma de apertura que pueda descubrir una persona para cambiar su mundo y el que comparte. El arte en lugar de correr tras la realidad, la implosiona y la transforma. Para intentar aproximarse a la realidad está el periodismo, la literatura capta todo aquello que descubre la otra mirada. Hablo de editoriales, no de autores que en Venezuela los hay muy buenos pero no son promovidos por esos clanes”.
-¿Qué ha pasado con La ciclista de las soluciones imaginarias?
-Presentaciones, firmas de libros, encuentros con lectores y acuerdos para publicaciones en otros países distintos a España. Y la lectura de la crítica que la ha reseñado en diversos medios. Algo curioso es que se me han acercado colectivos de ciclistas para hablar de la novela. En la obra la bicicleta es una llave que aparece para poner en movimiento a un barrio hastiado por la rutina. El señor Silva, el burócrata que sigue a “La ciclista” para que le sane de “el mal de la mirada trastocada”, siempre lleva en mente una frase que alguna vez dijo esta mujer: “La bicicleta es la única máquina que el ser humano necesita para levitar por los caminos de la tierra”.
-¿Qué hay para el año 2015?
-La ciclista de las soluciones imaginarias saldrá en varios países de América y Europa. Estoy invitado a diversas ferias de América y presentaciones en España. El 29 de enero la presentaré en Barcelona. En 2015 también publicarán mi segunda novela El hombre no mediático que leía a Peter Handke, en italiano. Tengo en mente otra obra pero su desarrollo dependerá de mis viajes
Tesis en la ULA

A Edgar Borges (Caracas, 1966)  lo citan en diversas universidades del  mundo y está en sus bibliotecas. Todo comenzó cuando un estudiante de Estados Unidos lo buscó para  su tesis  basada en Sonido Urbano, calle, salsa y cuentos, su primera publicación en Venezuela. Luego, diversos investigadores comenzaron a incluirlo en trabajos de documentación sobre la ficción como vía para transformar la realidad. Hoy  La ciclista … está en varias de esas bibliotecas, como la de Berlín o varias de Estados Unidos. Pero está impactado porque, su libro de 2013, Vínculos. Apuntes con Rubén Blades  ha sido utilizado por Rafael Pinto para licenciarse en Letras en la Universidad  de Los Andes.

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