viernes, noviembre 27, 2015

¿Buenos días Noruega?

Un espectáculo para verlo y pensar mucho en lo que ahí se muestra.
Los dramaturgos venezolanos son tímidos a la hora de usar la historia patria vivida, o vista,  para teatralizarla, aunque hay contadas excepciones. Tal es el caso de Fermín Reyna, quien hace una breve temporada en el Ateneo de Caracas con su obra dramática  Buenos días Noruega, apuntalado en el excelente trabajo de Dimas González, quien funge como  director y actor principal, y con el valiente soporte de María Gabriela Cedeño.
 Buenos días Noruega, otra producción del indoblegable grupo Teatro Itinerante de Venezuela, ya se mostró en España, al participar en el Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo de Almagro, organizado por el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), que todavía comanda Luis Molina.
 La saga teatral muestra a Pablo, veterano actor y profesor universitario de psicodrama y además especialista en teatro clásico, quien ha sido declarado loco al arremeter violentamente contra sus vecinos, como consecuencia del trauma provocado por la muerte violenta de su hijo, durante una manifestación política.
Buenos días Noruega  atrapa desde el principio, porque Pablo se asume como el doctor Stockman, el célebre protagonista de El  enemigo del pueblo de Henrik Ibsen (Skien, Noruega, 20 de marzo de 1828/Oslo, 23 de mayo de 1906), y en ese juego de su locura, pretender ser el que no es,  y la cruel realidad que vive, porque no acepta la violencia cainítica que lo dejó sin su amado hijo,  se revelan todos sus conflictos  y contradicciones dentro de una sociedad que dialoga con balas.
Peligroso equilibro logra el autor Reyna con su texto, ya que era fácil que cayera en el barranco de panfleto o  el cursilón melodrama. Pero nada de eso ocurre. Todo fluye con sus correctos ritmos externos e internos y el atormentado personaje (magistral composición de Dimas) tiene dignidad en su delirio. Creemos que el espectáculo tendrá mayor intensidad durante posteriores representaciones, aunque ya el público se identifica con los personajes venezolanos, porque eso son,  y sus respectivos dolores y angustias.



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