jueves, marzo 22, 2018

El teatro tiene su gran fiesta mundial y Venezuela también participa

La CNT presente en el evento con su  pieza "Baño de damas"

Cada 27 de marzo se celebra en casi todo el planeta Tierra el Día Internacional del Teatro creado por iniciativa de la Unesco y el Instituto Internacional de Teatro (ITI) en el año 1961, en homenaje a la inauguración en París del Festival Teatro de las Naciones, ITI, UNESCO, evento que reunió a representantes de la actividad  teatral mundial.
El Instituto Internacional del Teatro (ITI) es la organización artística más grande del mundo. Se creó en 1948 por artistas, expertos teatrales y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla en inglés). El ITI es actualmente una organización sin fines de lucro.
Desde 1962, varios eventos nacionales e internacionales son organizados por la comunidad teatral internacional para conmemorar esta ocasión, invitando además a una personalidad del mundo del teatro o reconocida por sus cualidades de corazón y espíritu que será la encargada de escribir el Mensaje Internacional, traducido a 20 idiomas, leído frente a decenas de millares de espectadores, y difundido por los medios de comunicación de los cinco continentes.  
En conmemoración del Día Mundial del Teatro, profesionales, organizaciones y centros teatrales, así como las escuelas de artes escénicas rinden homenaje a esta forma de expresión. También pretenden concienciar a los gobiernos y a las instituciones lo valioso de este arte para la ciudadanía
 Dicho mensaje es una reflexión no solo sobre el teatro sino sobre la Cultura de Paz, uno de los valores universales que persigue históricamente el quehacer teatral.  
 El primer mensaje fue escrito por el francés Jean Cocteau en 1962. A ello se le suman figuras como Laurence Olivier-Jean, Luís Barrault, Eugene Ionesco, Antonio Gala, Pablo Neruda, Peter Brook, Iakovos Kampanellis, Vaclav Havel, Arthur Miller y los oradores de los últimos años han sido Jéssica A. Kaahwa, John Malkovich y Darío Fo, entre otros.
Este año 2018, para celebrar el 70° aniversario del Instituto Internacional de Teatro (creado en 1948) y subrayar el aspecto transcultural e internacional del teatro, el Consejo Directivo del ITI invitó a escribir el mensaje de este año a cinco autores que configuran las regiones adscritas a la Unesco: Asia Región Pacifico: Ram Gopal Bajajaj, (India). Países Árabes: Maya Zbid (Líbano), Europa: Simon McBurney (Reino Unido), América: Sabina Berman (México) y África: Wèrê Wèrê Li.
Venezuela ha tenido el privilegio de llevar su Mensaje del Día Internacional del Teatro en dos oportunidades, a través de dos grandes personalidades de nuestra cultura: Arturo Uslar Pietri en el año 1992, y Humberto Orsini, en el año 1995.
PROGRAMACIÓN DÍA MUNDIAL DEL TEATRO 2018 EN CARACAS
La Compañía Nacional de Teatro, en alianza con Fundarte, celebran este Día Mundial del Teatro realizando un reconocimiento a la trayectoria artística de Maestros Nacionales que han dedicado su vida las tablas y a Maestros Internacionales que se han hecho venezolanos en las tablas del país con una programación al público en general en el Teatro Nacional, a las 3:00 de la tarde del martes 27 de marzo.
Acto Protocolar:
Lectura del Mensaje Día Mundial del Teatro, por Celeste Gil.
Proyección del Video Homenaje a los Maestros y Maestras del Teatro. Venezolanos: Sylvia Mendoza, Aura Rivas, Antonieta Colón, Armando Carías, Yorlando Conde y Dilia Waikkarán. Extranjeros Nuestros: Orlando Rodríguez, Ugo Ulive, Laura Rocca, Alberto Rowinsky, Víctor Villavicencio y Elida Antigües Kuasnichenko. 
Entrega de Reconocimientos a los Maestros y Maestras del Teatro. Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Compañía Nacional de Teatro en coproducción con Fundarte.
Función Especial Compañía Nacional de Teatro con el montaje de Baño de damas, de Rodolfo Santana, dirigido por Aníbal Grunn y con el elenco estable de la CNT.
MENSAJE DEL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO 2018
  Sabina Berman, México Escritora, periodista
Podemos imaginar La tribu caza pájaros lanzando pequeñas piedras, cuando el enorme mamut irrumpe y ruge – y al mismo tiempo un pequeño humano ruge como el mamut. Luego, todos corren… Ese rugido de mamut proferido por una mujer humana –quiero imaginarla mujer-- es el inicio de lo que nos hace la especie que somos. La especie capaz de imitar lo que no somos. La especie capaz de representar al Otro. Saltemos 10 años, o 100, o mil. La tribu ha aprendido a imitar a otros seres y representa al fondo de la cueva, en la luz temblorosa de la hoguera, la cacería de esa mañana. Cuatro hombres son el mamut, tres mujeres son el río, hombres y mujeres son pájaros, árboles, nubes. Así, la tribu captura el pasado con su don para el teatro. Más asombroso: así la tribu inventa posibles futuros: ensaya posibles formas de vencer al enemigo de la tribu, el mamut. Los rugidos, los silbidos, los murmullos –las onomatopeyas de ese primer teatro—se volverán lenguaje verbal. El lenguaje hablado se volverá lenguaje escrito. Por otro derrotero, el teatro se volverá ritual y luego cine. Y en la semilla de cada una de estas formas seguirá estando el teatro. La forma más sencilla de representar. La forma viva de representar. El teatro, que mientras más sencillo más íntimamente nos conecta a la capacidad humana más asombrosa, la de representar al Otro. Hoy celebramos en todos los teatros del mundo esa gloriosa capacidad humana de hacer teatro. De representar, y así capturar nuestro pasado para entenderlo --o de inventar posibles futuros para la tribu, para ser más libres y más felices. Hablo por supuesto de las obras de teatro que realmente importan y trascienden el entretenimiento. Esas obras de teatro que importan, hoy se proponen lo mismo que las más antiguas: vencer a los enemigos contemporáneos de la felicidad de la tribu, gracias a la capacidad de representar. ¿Cuáles son los mamuts a vencer hoy en el teatro de la tribu? Yo digo que el mamut mayor es la enajenación de los corazones humanos. Nuestra pérdida de la capacidad de sentir con los Otros: de sentir compasión. Y nuestra incapacidad de sentir con lo Otro no humano: la Naturaleza. Vaya paradoja. Hoy, en la orilla final del Humanismo –de la era del Antropoceno—de la era en que el humano es la fuerza natural que más ha cambiado y cambia el planeta-- la misión del teatro es inversa a la que reunió a la tribu originalmente para hacer teatro al fondo de la cueva: hoy debemos rescatar nuestra conexión con lo natural. Más que la literatura, más que el cine, el teatro –que exige la presencia de unos seres humanos ante otros seres humanos-- es maravillosamente apto para la tarea de salvarnos de volvernos algoritmos. Puras abstracciones. Quitémosle al teatro todo lo superfluo. Desnudémoslo. Porque mientras más sencillo el teatro, más apto para recordarnos lo único innegable: somos mientras somos en el tiempo, somos mientras somos carne y huesos y un corazón latiendo en nuestros pechos. Somos aquí y ahora solamente. Viva el teatro. El arte más antiguo. El arte más presente. El arte más asombroso. Viva el teatro

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