jueves, mayo 09, 2019

"El aniversario " de Chéjov a la venezolana

Unos payasos a la venezolana.
No todo está dicho sobre el pasado Festival Internacional de teatro de Caracas. Se nos quedaba por ahí una breve reseña del espectáculo El aniversario, el cual se presentó en el Laboratorio teatral Anna Julia Rojas, ese mágico espacio que comanda Carmen Jiménez, a la salida Sur del Metro de Caracas, en Bellas Artes.
Lo logrado es una atrevida versión de un grupo de jóvenes artistas que trabajaron a partir del texto original la pieza El aniversario de Antón Chéjov. Lo obtenido resultó ser un trabajo libérrimo, escrito y dirigido por Adrián Jiménez y actuado por grupo de muchachos, protegidos por “el paraguas” del grupo Teatro Tracodra.
Se trata de una venezolanización donde se muestra a un grupo de disparatados personajes que coinciden en la oficina del presidente de un banco y donde los insólitos enredos no se harán esperar. Este es el punto de partida de espectáculo El Aniversario, original del célebre Antón Chejov, que en esta ocasión vuelve a la escena venezolana en una versión libre escrita y dirigida por el novel director Adrián Jiménez.
Con esta propuesta se pretende “venezolanizar” esta pieza escrita a mediados del siglo XIX,  la cual, salvando las distancias entre la sociedad rusa de ese momento y la sociedad venezolana actual, permite en tono de farsa permite plasmar de la manera más ridícula y grotesca algunos de los aspectos más oscuros de nuestra sociedad contemporánea, donde la corrupción, el oportunismo, la ineptitud, la explotación, la mediocridad, entre otros vicios, quedan expuestos ante el espectador a través de unos personajes que carecen de valores positivos y que lamentablemente en muchos casos vemos reflejados en la vida real.
El director Jiménez resalta que es un remontaje, ya que la primera  versión  fue estrenada durante en la temporada del 2015 para representar a la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo en el Festival de Teatro del Autor que se realizó ese mismo año.
Jiménez destacó que “dentro de mi proceso de capacitación como director en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo tuvimos la oportunidad de participar en el FESTEA 2015 con El aniversario, y en esa oportunidad recibimos la sorpresa de resultar ganadores en las categorías de mejor vestuario, mejor maquillaje, mejor escenografía, mejor producción y mejor actor de reparto”.
"Gracias al apoyo de Bruno Mateo y de la Asociación Civil Tracodra la pieza realizó dos exitosas funciones en la octava edición del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Luego de esto mi equipo tiene planes de realizar una gira por algunas ciudades del interior del país a partir de este mes de mayo, para finalizar realizando una temporada en   Caracas"
Además, Jiménez afirmó que: “esta producción es posible gracias al trabajo comprometido de un grupo de jóvenes, que a pesar de las innumerables dificultades, apostamos por seguir llevando al público venezolano  una serie de trabajos entretenidos  y que al mismo tiempo inviten a la reflexión, sobre todo tomando en cuenta el momento histórico que atraviesa nuestro país”.
El elenco en orden de aparición está conformado por: Leomar Aponte en los papeles de Pedro Pérez y el dueño, Javier González como el presidente Pantaleón Verdi, Yordano Marquina y Wilson Medina compartiendo el rol de Tatiana Estefanía y Michael Pérez quién interpreta a la señora Dolores del Carmen. La producción está a cargo de Isaías Herrera y Sandra Jiménez. El diseño y la realización del vestuario, escenografía y la utilería son obra de Sandra Jiménez y Adrián Jiménez.
Jiménez explica que parte de la propuesta de Chejov, o llega a él por casualidad. “Resulta que en el año 2015 yo estaba en mi segundo año de formación en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo y en la cátedra de Dirección 1 nos colocaron como asignación final montar una pieza para participar en la edición de ese año del Festival Teatral de Autor (FESTEA) que en ese oportunidad dedicó su edición a los autores: Ibsen, Strindberg, Wilde y Chejov.  Debo confesar que me aterroricé, era la primera vez que me tocaba dirigir formalmente y todos estos autores eran extremadamente complejos e interesantes, no sabía que elegir y seleccioné a Chejov, me enamoré de su obra; pero me costó mucho conseguir una pieza en la cual me sintiera cómodo para intentar abordar el trabajo y que el resultado no terminara siendo un desastre. Resumiendo la historia, gracias a mi mejor amigo conseguí El Aniversario, me encantó la crítica tan aguda, tan mordaz, las denuncias de la pieza y los paralelismos entre la Rusia de finales del siglo XIX y la Venezuela actual. Luego junto a mis compañeros de estudio y la tutoría de mis profesores logramos sacar adelante un trabajo que gustó bastante, incluso ganamos cinco premios en esa edición del FESTEA; pero solo hicimos tres funciones. Quede en deuda con el trabajo de meses y por eso desde finales del año pasado (2018) me propuse realizar un remontaje del trabajo junto a un nuevo elenco. 
Jiménez puntualiza que no se atreve a decir que usa al clown en su propuesta, “lo que si tomo del clown es la estética, algunos símbolos y códigos. Los personajes no están concebidos, ni pensados para ser clowns. Lo que quise lograr o transmitir utilizando esta estética o la de imagen del payaso trágico es el papel que muchas veces nos toca encarnar en nuestra vida real. En donde atravesamos situaciones dignas de un número de payasos, en un circo patético y de mal gusto. 
Desde un principio Adrián Jiménez les planteó a sus actores que realizarían una farsa con una obra de Chejov, que buscarían lo grotesco, lo circense, elementos de clown y de la comedia del arte.
“También les pedí que desde la técnica del animal crearan la corporalidad de sus personajes, y que también tuvieran formas muy peculiares de hablar y moverse. La idea era deshumanizar a los personajes, que fueran dibujos animados, muñecos, caricaturas... Además se les agregó el uso de la máscara desde un principio de los ensayos para que lograran transmitir sus expresiones y emociones con todo el cuerpo y no solo con el rostro. Los personajes como en todo proceso fueron resultado del ensayo y el error, incluso con cada presentación se van alimentando más, van creciendo, ya que las reglas que plantea la obra crea un interacción con el público que hace que los personajes está cada vez más vivos en escena”. 
“No tengo miedo de caer en el histrionismo exagerado, pero si tengo pánico de caer en este montaje no solo por el uso de la estética de payasos, sino porque la manera que está planteado tiende a la exageración, a lo barroco, a lo excesivo y en cada función estamos en una frontera muy delgada entre generar risas o aturdir al público. La obra está recargada de elementos visuales y sonoros, todo con la intensión de crear un caos colectivo, pero si no se tiene cuidado puede ser desastroso y terrible”. 
¿Y después que viene?
En un principio presentar el trabajo en todos los espacios posibles, mi intención es viajar con la pieza. La concebimos como una "obra portátil" que se adapta a cualquier espacio. A corto plazo tenemos, después de nuestra reciente participación en el Festival Internacional de Caracas 2019, tenemos compromisos en el oriente del país, también estamos en la búsqueda de salas en Caracas. 

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