jueves, abril 30, 2020

¿Vivimos la sociedad postcapitalista?


Cuando ya habíamos elaborado una modesta reseña sobre el libro La sociedad postcapitalista de Peter Drucker (Viena, 1909-Claremont, 2005),publicado por el Grupo Editorial Norma, nos topamos con el excelente artículo de Oscar Viloria Rendón, el cual decidido a utilizar, en su totalidad,  por considerarlo de gran factura y adecuado para que sea conocido por nuestros lectores.
Considera Viloria Rendón que Peter Drucker es uno de los teóricos más influyentes de nuestro tiempo en el campo de los negocios, la gestión y la administración. Es autor de numerosos libros sobre esta práctica económica El tema del libro que reseñamos está referido a la profunda transformación que está viviendo el mundo hoy y que no es otro que la creación de una sociedad postcapitalista.
Según Drucker, cada dos a tres siglos se produce en la historia de Occidente una súbita transformación cuando se cruza lo que el autor llama una “divisoria”: “En el espacio de unas cuantas décadas, la sociedad se reestructura a sí misma, cambia su visión del mundo, sus valores básicos, su estructura política y social, sus artes y sus instituciones clave. Cincuenta años más tarde hay un nuevo mundo y quienes nacen entonces no pueden siquiera imaginar el mundo en que vivieron sus padres. En estos momentos estamos viviendo una transformación así”.
Drucker hace referencia al comienzo del libro en tres grandes divisorias anteriores: siglo XIII, siglo XV y Siglo XIII. 1. Siglo XIII: La ciudad como nuevo centro económico del mundo europeo; el surgimiento de los gremios como nuevos grupos sociales dominantes; el renacer del comercio entre grandes distancias; el arte Gótico como arquitectura particularmente urbana; vuelta a Aristóteles como fuente primigenia de sabiduría; universidades urbanas que sustituyen a los monasterios como centros del saber; nuevas órdenes urbanas –dominicos y franciscanos- como portadores de religión, saber y espiritualidad; paso del latín a las lenguas vernáculas; nueva pintura en Siena y creación de una literatura europea con el Dante. 2. Siglo XV: Invención de la prensa de tipo móvil en 1455 por Gutenberg y con ella el libro impreso; Martín Lucero y la Reforma Protestante; el Renacimiento y su esplendor en Florencia y Venecia entre 1470 y 1500; descubrimiento de América en 1492; creación de la infantería española, primer ejército permanente desde las legiones romanas; adopción en Occidente de la numeración arábiga; la investigación científica con el desarrollo de la anatomía. 3. Siglo XVIII: La máquina de vapor de Watt, la Revolución Americana y la publicación de “La riqueza de las naciones” de Adam Smith, todos en el año Documentos y reseñas... 325 1776.
En las siguientes décadas: la Revolución Industrial; la universidad moderna; la escolaridad universal; la emancipación de los judíos; el poder económico de los Rothschild. Pues bien, para Drucker nuestro tiempo es nuevamente un período de transformación en un escenario que no se limita a la sociedad y a la historia “occidentales” en tanto que no existe hoy una civilización occidental y una historia occidental.
En una entrevista que le hicieran a Peter Drucker en el año 1989, publicada al comienzo de su libro “Gerencia para el futuro. El decenio de los 90 y más allá. (Managing for the future, 1993) comenta: “La mayor parte de las cosas que aceptamos como axiomas ya no se ajustan a la realidad presente”.
Y acude al concepto, creado por él, de “una divisoria” para explicarlo: “La razón de la confusión actual es que en algún momento entre 1965 y 1973 atravesamos una “gran divisoria” y entramos en el siglo siguiente, dejando atrás las creencias, los compromisos y las alineaciones que habían dado forma a la política durante uno o dos siglos”.
En esta entrevista encontramos importantes puntos que son desarrollados por Drucker en el libro que reseñamos. Siguiendo con la entrevista a Drucker: La última “divisoria” se había cruzado un siglo antes, en 1873. El siglo liberal, en el cual la doctrina política dominante fue el laissez-faire, se inició en 1776 con la publicación de “La riqueza de las naciones” de Adam Smith, y se cerró con la quiebra de la bolsa de valores de Viena y los pánicos financieros de París, Londres, Francfort y Nueva York en 1873. A los diez años de la quiebra del Banco de Viena, el canciller alemán Otto von Bismarck había creado el seguro nacional de salud y el seguro obligatorio de vejez. A los veinte años los socialistas se habían convertido en una gran fuerza política en los principales países de Europa continental. En Estados Unidos, en los años 80 del siglo XIX se creó la Comisión de Comercio Interestatal para reglamentar los ferrocarriles, las leyes antimonopolio y las primeras leyes estatales para reglamentar los valores de la bolsa. En la primera mitad del siglo XX se vio el poder irrestricto del Estado en los casos de Hitler, Stalin, Mussolini y Mao, en contraposición a las restricciones democráticas y jurídicas del poder del Estado en Estados Unidos, Europa y Japón en la posguerra. Y el período 1968-1973 marca también una “divisoria” comparable a 1873, cuando finaliza la era en la cual el gobierno representaba la causa “progresista”.
La vida económica ha tomado entonces una nueva configuración: 1. La economía de las materias primas se ve desligada de la economía industrial. 2. La 326 Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura manufactura se está desligando de la mano de obra. 3. La economía “real” de bienes y servicios se ha desvinculado de la economía monetaria. 4. El comercio complementario y el comercio competitivo se han reemplazado por el comercio de adversarios que estimula el proteccionismo. 5. La inversión interior no sigue al comercio. A los inversionistas les es fácil producir en el exterior e importar al mercado interno en lugar de producir en el país y exportar. Abandonamos la entrevista y regresamos al libro: “Es discutible si la actual transformación se inició con el advenimiento, alrededor de 1960, del primer país no occidental, Japón, como gran potencia económica, o con el ordenador, esto es, con el dominio de la información”. Como puede verse Drucker da en la entrevista una fecha (1965-1973) y unas causas (la “crisis del petróleo, el dólar flotante y la rebelión estudiantil en todo Occidente) del inicio de la última “divisoria” diferentes a las dadas en “La sociedad postcapitalista”.
Pero esto no es lo significativo ni tampoco lo importante. Lo significativo y lo importante es que estamos viviendo un proceso de transformación: “Todavía estamos claramente en medio de esta transformación; si nos dejamos guiar por la historia, no se completará hasta el 2010 o el 2020, pero el paisaje político, económico, social y moral del mundo ha cambiado ya. Nadie nacido en 1990 sería capaz de imaginar el mundo en el que crecieron sus abuelos (esto es, mi generación) o el mundo en que nacieron sus padres”. La sociedad postcapitalista será, para Drucker, una sociedad no-capitalista y no-socialista, pero no acapitalista ni anti-capitalista. Será una “sociedad instruida” y una “sociedad de grandes organizaciones” -oficiales y privadas- que necesariamente operan en virtud del flujo informativo. 
La periodificación de las “divisorias” de Drucker no obedece a criterios genéricos o alguna filosofía de la historia. Drucker no es historiador académico. Como economista, contemporáneo de Paul Samuelson, es un teórico pragmático de la gestión. Es de resaltar que las “divisorias” dentro de este largo período de un poco más de dos siglos, “La Revolución industrial”; la “Revolución de la productividad”, la “Revolución de la gestión“ y, por último, la actual, la “Revolución del saber”, dicen más que la “Primera revolución industrial”, la “Segunda revolución industrial” y la “Tercera Revolución Industrial” de Ernest Mandel o de Lester Thurow (Construir riqueza, Vergara, Argentina,2000. Original: Building Wealth, 1999). La gran “divisoria” de Drucker, siglo .XVIII al siglo XX puede ser contrastada con otras visiones teóricas e históricas de la economía. 
Y así vemos que la gran “divisoria” de Drucker cumple condiciones tanto shumpeterianas como marxista. Documentos y reseñas... 327 Condición schumpeteriana. Desde la revolución industrial, que se inicia en el tercer tercio del siglo XVIII en Inglaterra hasta la segunda mitad de la década de los 90 del siglo XX, el capitalismo industrial se desenvuelve en un modo de ondas largas de unos 50 años impulsadas por olas de “innovaciones”. Cuatro ciclos de onda larga (ciclos de Kondratieff) se han observado en el marco de condiciones del capitalismo industrial. La respuesta de Joseph Schumpeter a la pregunta de si podrá sobrevivir el capitalismo es negativa porque el propio desarrollo del capitalismo tiene límites. Condición marxista. A partir de la revolución industrial se desarrolla un proceso de “acumulación del capital” en el cual una parte importante de la “plusvalía” realizada (metamorfoseada en “ganancias”) revierte a la esfera de la producción en un proceso de “reproducción ampliada del capital”. El marco de condiciones de la acumulación del capital es el capitalismo industrial. Las transformaciones desde el siglo XIII y XV hasta el siglo XVIII es para Marx un proceso de “acumulación originaria” del capital. La acumulación del capital es finita y el capitalismo ha de ser superado.
 Lo que cierra la “divisoria” de la década de los noventa, según la tesis de   Drucker, es la era del el “capitalismo industrial. De suerte pues que la “sociedad postcapitalista”, la sociedad del conocimiento, la sociedad instruida se muestra como la “sociedad posindustrial”.
Dice Drucker que "las respuestas a la mayoría de las preguntas siguen estando escondidas en gran parte en el seno del futuro; lo único que podemos estar seguros es de que el mundo que surja del presente reordenamiento de valores, creencias, estructuras sociales y económicas, sistemas e ideas políticas, será diferente de cualquier cosa que nadie imagine hoy”.
“El libro se centra en las transformaciones de los países desarrollados, Europa, Estados Unidos y Canadá, Japón y los países de desarrollo reciente en el continente asiático, más que en los países en vías de desarrollo del Tercer Mundo”. Es ésta, entonces, una “transformación sólo del primer mundo basada en la “tradición occidental”. 
Para Drucker pudieran darse milagros económicos dentro de una o dos décadas por los cuales países pobres y atrasados del Tercer Mundo se transformen. En las regiones costeras y urbanizadas del territorio chino; los países de mayor tamaño de Latinoamérica, Argentina, México, Brasil; los antiguos países comunistas de Europa del Este. Nada dice de la India. La posición” de Drucker pudiera pecar de ser demasiado centrista y es posible que no pueda imaginar el mundo en el que crecerán sus nietos y nacerán sus bisnietos”.
Nosotros en próxima publicación, de este blog,  ahondaremos en el capítulo, para así llamarlo: La persona educada, el cual consideramos extraordinario y que vale todo ese libro, el cual nos fue regalado por el teatrero  venezolano Federico Pacanins
Drucker   específicamente en el capitulo “La persona educada, reitera  que aunque su libro trata del ambiente en el hombre vive, trabaja, no trata de la persona. Pero en la sociedad del conocimiento en la cual estamos entrando, la persona es central. “El conocimiento  no es  impersonal como el dinero. No reside en un libro, un banco de datos, o un programa de computador. Estos solo contienen información El conocimiento siempre está incorporado en una persona, lo enseña y lo aprende una persona, lo usa y lo abusa de él una persona. Por consiguiente, el paso al conocimiento coloca a la persona en el centro. De esta manera, plantea nuevos retos, nuevos asuntos, nuevos problemas y nuevas preguntas totalmente sin precedentes relativas a la representante de la sociedad del conocimiento, la persona educada.
Puntualiza que en todas las sociedades anteriores la persona educada era ornamental. ”Representaba lo que los alemanes llamar Kultur, termino intraducible, mezcla de respeto y mofa. Pero en la  sociedad del conocimiento, la persona educada es el emblema de la sociedad,  su símbolo, su porta estandarte. Es el arquetipo social, para usar el término de los sociólogos.Define la capacidad de rendimiento de la sociedad, pero también personifica los valores, las creencias y los compromisos de la sociedad. Si el caballero feudal era la sociedad en la Alta Edad Media, y el burgués era la sociedad en el capitalismo, la persona educada será la sociedad en la sociedad postcapitalista, en la cual el conocimiento  ha venido a ser el recurso central.
Reitera Drucker que esto tiene que  cambiar el concepto mismo de persona educada. Tiene que cambiar lo que significa ser educado. Se puede, pues, predecir que definir a la persona educada será una cuestión crucial. Al convertirse el conocimiento en el recurso clave, la personalidad educada se ve  ante nuevas demandas, nuevos retos, nuevas responsabilidades. Ahora ella si tiene importancia.
Para  Drucker la persona educada tiene que estar en capacidad de poner su conocimiento al servicio del presente, si no de moldear el futuro. Las  propuestas de los humanistas no contemplan esta capacidad ni les interesa; pero, sin ella, la gran tradición es  una antigualla polvorienta.
Y para que los lectores se interesan más en este libro, Drucker  advierte que el capitalismo había prevalecido más de medio siglo después cuando Karl Marx lo identifico como  un orden social especifico en  su Das Kapital, cuyo primer volumen salió hacia 1867.El termino capitalismo no se  empezó a usar  hasta 30 años después, mucho después de la muerte de Marx.

Es, pues, un libro digno de talleres o conferencias de especialistas en las teorías del conocimiento y de la economía, temas vitales para el actual contexto venezolano.

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