Desde marzo de 1993 estamos entregando uno o dos libros anuales sobre la actividad teatral en Venezuela. Son 21 hasta ahora y constituyen nuestro aporte a una historiografía que aún no se ha escrito.
Cabe recordar que cada pueblo tiene el teatro que se merece y hace. Y Venezuela no escapa de tal axioma y exhibe, aunque sea en complejas circunstancias, cuantos espectáculos producen sus artistas, siempre con la ayuda del gobierno de turno, por intermedio de sus subsidios o utilizando los espacios teatrales pertenecientes al Estado, además de los montajes que aportan los productores privados. Qué hicieron y cómo lo hicieron es nuestro trabajo como periodistas y críticos.
Ese es el objetivo fundamental de nuestra publicación Teatro 2007/Apuntes para su historia en Venezuela: sumar o compilar entrevistas con artistas y reseñas críticas sobre los montajes exhibidos, principalmente en Caracas, entre septiembre de 2006 y agosto de 2007. Que allende las fronteras geográficas, bien en Estados Unidos o en España, se representen piezas de autores venezolanos, es un curioso fenómeno que debe llamar la atención a productores criollos, tanto los auspiciados por el Estado como a los particulares. ¿Qué vieron afuera que aquí no se ha tomado en cuenta? ¿Por qué los foráneos disfrutan de lo que escribieron los criollos? Son preguntas que salen al paso y creemos que deben amargar o estremecer a más de un compatriota.
Nosotros, durante este 2007, hemos reseñado cuatro montajes en Nueva York y Washington, adelantados con piezas de Isaac Chocrón (O.K.), Rodolfo Santana (Baño de damas) Aminta de Lara (Golondrina) y Moisés Kaufman (33 Variations). Mientras en Barcelona, España, el teatrero Héctor Moreno Guzmán lleva desde el año pasado versionando varios textos de Indira Páez, al tiempo que el dramaturgo Gustavo Ott consigue, en otros países, que le representen sus piezas más conocidas, tales como Gorditas, Divorciadas, evangélicas y vegetarianas y Tu ternura Molotov. Y ahora se suma Pony, nunca te he negado una lágrima, comedia sarcástica sobre los roles de víctimas y verdugos que establecen los seres humanos en sus relaciones.
Ott se consolida así como el autor nacional más representado en esta temporada, para no hablar de los anteriores lapsos. También hay que reconocer su labor promotora al frente del Teatro San Martín de Caracas, destinada a lanzar una nueva dramaturgia.
Es por esa inédita "explosión" de teatro venezolano en escenarios extranjeros, que este texto Teatro 2007 lleva en portada y contraportada una serie de fotografías sobre los montajes realizados en Estados Unidos. Son unas 155 críticas y reportajes sobre la incesante actividad teatral de Caracas fundamentalmente, además de los montajes que con textos criollos convocaron a sus públicos allende las fronteras. Lo hacemos como un reconocimiento a los artistas ahí involucrados y muy en especial con sus autores y/o realizadores.
Cabe recordar que cada pueblo tiene el teatro que se merece y hace. Y Venezuela no escapa de tal axioma y exhibe, aunque sea en complejas circunstancias, cuantos espectáculos producen sus artistas, siempre con la ayuda del gobierno de turno, por intermedio de sus subsidios o utilizando los espacios teatrales pertenecientes al Estado, además de los montajes que aportan los productores privados. Qué hicieron y cómo lo hicieron es nuestro trabajo como periodistas y críticos.
Ese es el objetivo fundamental de nuestra publicación Teatro 2007/Apuntes para su historia en Venezuela: sumar o compilar entrevistas con artistas y reseñas críticas sobre los montajes exhibidos, principalmente en Caracas, entre septiembre de 2006 y agosto de 2007. Que allende las fronteras geográficas, bien en Estados Unidos o en España, se representen piezas de autores venezolanos, es un curioso fenómeno que debe llamar la atención a productores criollos, tanto los auspiciados por el Estado como a los particulares. ¿Qué vieron afuera que aquí no se ha tomado en cuenta? ¿Por qué los foráneos disfrutan de lo que escribieron los criollos? Son preguntas que salen al paso y creemos que deben amargar o estremecer a más de un compatriota.
Nosotros, durante este 2007, hemos reseñado cuatro montajes en Nueva York y Washington, adelantados con piezas de Isaac Chocrón (O.K.), Rodolfo Santana (Baño de damas) Aminta de Lara (Golondrina) y Moisés Kaufman (33 Variations). Mientras en Barcelona, España, el teatrero Héctor Moreno Guzmán lleva desde el año pasado versionando varios textos de Indira Páez, al tiempo que el dramaturgo Gustavo Ott consigue, en otros países, que le representen sus piezas más conocidas, tales como Gorditas, Divorciadas, evangélicas y vegetarianas y Tu ternura Molotov. Y ahora se suma Pony, nunca te he negado una lágrima, comedia sarcástica sobre los roles de víctimas y verdugos que establecen los seres humanos en sus relaciones.
Ott se consolida así como el autor nacional más representado en esta temporada, para no hablar de los anteriores lapsos. También hay que reconocer su labor promotora al frente del Teatro San Martín de Caracas, destinada a lanzar una nueva dramaturgia.
Es por esa inédita "explosión" de teatro venezolano en escenarios extranjeros, que este texto Teatro 2007 lleva en portada y contraportada una serie de fotografías sobre los montajes realizados en Estados Unidos. Son unas 155 críticas y reportajes sobre la incesante actividad teatral de Caracas fundamentalmente, además de los montajes que con textos criollos convocaron a sus públicos allende las fronteras. Lo hacemos como un reconocimiento a los artistas ahí involucrados y muy en especial con sus autores y/o realizadores.