lunes, septiembre 08, 2008

A Isaac Chocrón nunca le gustó el disfraz femenino

A sus 78 años, que los cumple el próximo 25 de septiembre y con no menos de 30 libros, entre piezas de teatro, novelas y ensayos, presentes en su dilatada, positiva y premiada hoja de vida, el escritor maracayero Isaac Chocrón niega, rotundamente, que tenga entre sus proyectos entregar una pieza literaria relacionada o vinculada con la transexualidad y otros temas tan densos como ese. Él, nos dijo: “nunca en mi vida me interesó disfrazarme de mujer; siempre he sido una persona definida en mi vida y eso se puede ver en mi saga personal o leer en mis obras, donde no hay disfraces. Respeto a los que lo hacen, pero eso no me interesa a mí”.
-Lo vimos al lado de Mario Vargas Llosa, el pasado 16 de agosto, mientras presenciaban una función de la pieza Al pie del Támesis, donde el escritor peruano plasma una metáfora sobre la transexualidad de uno de sus personajes. ¿Qué pasó? ¿Qué hablaron?
-Sí, ahí nos vimos. Conozco a Mario desde hace varias décadas, es un caballero muy fino; además, pudimos hablar previamente, de varios temas, en un restaurante en el Trasnocho Cultural y conmigo tuvo una especial deferencia.
-¿A dos años de haberse estrenado Los navegaos, dirigida por Michel Hausman, ya tiene otra pieza lista?
-Sí, la tengo lista, pero no puedo revelar todavía su nombre, ni su contenido. No se debe contar el cuento hasta su debido momento, porque cuando se cuenta se va. Es una vieja costumbre del mundo del teatro. No es sano hablar antes de que el proyecto esté bien definido, especialmente en aquello de los elencos.
-¿Y el director quien sería?
- El mejor o el de siempre. Será uno de los que siempre ha sido.
-¿Entre Ugo Ulive, que está retirado, y Michel Hausman a quien elegiría?
- No sé, aunque Ulive que, es mi gran amigo, podría regresar, y Hausman es un brillante joven, preocupado en incrementar su talento como director y productor de bellos espectáculos. De eso hablaré después, te lo aseguro.
-¿También tiene otra novela para publicar?
-No, no estoy obligado a decir lo que estoy haciendo. ¿Verdad? No quiero advertir sobre lo que proyecto. Pero insisto, que cada vez es más difícil escribir, porque la suerte del éxito es que te estimula, pero lo difícil del éxito es que te exige.
-Una persona que escribe todos los días, desde las nueve de la mañana hasta la una de la tarde, primero a con la zurda y después lo vierte en la computadora, debe tener un cerro de piezas terminadas. ¿De acuerdo?
-Eso es verdad, escribo todos los días, sin que la fecha me detenga o me lo impida. Si no escribo, paso el resto del día malhumorado, me deprimo, y siento que no valgo la pena. Antes terminaba más rápido las obras, pero ahora todo es más lento o más madurado. Lo hago poco a poco y sin ningún apuro. No me interesa estar figurando en los medios de comunicación todo el tiempo. Insisto: si yo dejo de escribir no tengo razón para vivir. Uno escribe lo suyo, en mi caso mis obras teatrales o mis novelas, y las lanza al mundo para que vivan sus vidas. Yo, a diferencia de los padres, de papá y mamá que se pasan toda la vida educando a los hijos y después los hijos no los ayudan, mis obras si me hacen llegar plata, o sea, los respectivos derechos de autor, porque los empresarios me pagan.
-¿Prefiere el bajo perfil, a estas alturas de la vida?
-Sí, como me lo dijo un amigo, “si sigues así, de bajo perfil, de vas a convertir en una versión de la Greta Garbo".
-¿Quiere ser la Greta Garbo del teatro venezolano?
-No, nada de disfraces; aclaro. Ella, Greta Garbo, vivía en las inmediaciones del edificio de la ONU, en Nueva York, al lado del building donde moraba Truman Capote. Ella salía desde su apartamento, hacia las cinco de la tarde, vestida con impermeable y con una pañoleta en la cabeza, además de unos grandes lentes oscuros, para pasar desapercibida, mientras iba a la farmacia o alguna tienda. Todo el mundo sabía que era ella, pero nadie la inoportunaba. Paseaba en paz y sin alboroto por su barrio.
-¿Usted no se disfraza para salir a la calle?
-No, ni soy tan famoso como la Garbo, pero si quiero caminar sin que tenga estar dando explicaciones a la gente sobre tal o cual tema.
CUMPLEAÑOS
-¿Cómo celebrará su 78 cumpleaños?

-Para esa fecha no estaré en Caracas.Es posible que viaje, así lo tengo planificado.
-¿Qué aspiraciones tiene al arribar a 78 años?
-Cuando cumplí 75 años dije que tenía todas las imaginables. Eso lo reitero ahora.
-¿Qué más espera de la vida?
-Todo.
-¿Y como profesional de las artes que espera?
-Mucho.
-¿Qué pasó con sus obras en el exterior?
-Se siguen representando; el año pasado montaron O.K. y este año le tocó el turno a Escrito y sellado. Ambas producciones lo hizo el grupo Repertorio Español, en Nueva York. Es posible que lleven a escena Los Navegaos, porque el director Rene Buch está enamorado de esa pieza. No olvides, que mi debut teatral fue el 9 de marzo de 1959, cuando Romeo Costea montó, en el Teatro de Bolsillo, que pertenecía al Instituto Venezolano Francés, mi ópera prima Mónica y el florentino. El año próximo cumplo mis bodas de oro teatrales. Seguiremos hablando.
-¿Cuál es su balance de vida al arribar a los 78?
-Yo te dije, hace tres años, que quiero hablar siempre de mi presente y mi futuro. No quiero que me pregunten cosas como si ya hubiese acabado todo para mí. Esos balances los deben hacer los periodistas o los críticos. Eso del debe y el haber en el libro de la vida no va conmigo, porque soy un vitalista, un hombre que lo que ha hecho es vivir, más nada. No quiero hacer ese trabajo de contable. Tú has leído mis novelas y visto mis obras, por lo que esa tarea te corresponde a ti.

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