martes, octubre 21, 2008

Kurt Cobain es un gran pretexto teatral

Karin Valecillos es una caraqueña de escasos 30 años que ya tiene un creciente prestigio como dramaturga. Participa en el colectivo Tumbarrancho Teatro, fundado en 2006, el cual le ha escenificado desde 1997 su pieza Lo que Kurt Cobain se llevó, la cual hace temporada actualmente en la Sala Experimental del Celarg, con las actuaciones de Giovanny García, Nathalia Paolini y Jesús Carreño, quien además funge como director, y la sonora participación del trío “Abogados de Murphy” (Rey Secuiu, guitarra; Orlando Silva, batería; y José “Masa” Vidal”, bajo).
AUDAZ CREACIÒN
Lo que Kurt Cobain se llevó no es la pieza de una socióloga de avanzada, ni tampoco el jeroglífico escénico de una psicóloga revisionista. Es, eso sí, la audaz creación de una licenciada en Letras (UCAB) que se hizo teatrera tras los talleres realizados con Frank Spano, Héctor Manrique, Gladys Prince y Elio Palencia, y actualmente se gana la vida, porque necesita comprar el pan y otras viandas, como libretista para las televisoras, donde ha recibido el invalorable apoyo de Carolina Espada, su madrina de bautizo.
Se trata de una novedosa historia teatral, que no dura más allá de 70 minutos, donde se le propone al público, por intermedio de tres venezolanos treintones, una interrogante sobre si Kurt Cobain, el cantante líder de la banda de rock Nirvana, se suicidó o fue asesinado, el 5 de abril de 1994, a los 27 años. Una duda que todavía está en las mentes de muchos de sus seguidores, quienes no han encontrado respuesta satisfactoria alguna.
La anécdota gira alrededor de Ricardo ( Giovanny García) y Ariadna (Nathalia Paolini), quienes son pareja desde la adolescencia, cuando un 5 de abril se reúnen para recordar a su ídolo Kurt Cobain, un encuentro que los enfrentará a las dudas de saber si el tiempo también se llevó el amor que se tenían. A la reunión llega Cheo (Jesús Carreño), el único amigo de ambos, y quien los acompañará esa noche para ser testigo del conflicto de la pareja, lo que es además el reflejo de su soledad. Los tres se confrontarán con los sueños no realizados y el significado de la palabra “libertad” que les inspiró el propio Kurt Cobain. Todo eso transcurre dentro de una atmósfera amenizada por la banda “Los Abogados de Murphy”, quienes interpretan en vivo los temas del artista. ¡Fascinante ceremonia de exorcismo con rock y licor como aderezos!
CUESTIONAMIENTOS
La metáfora que plantea la autora es una reflexión sobre el destino de una generación destinada a ser contestataria y que luego se adormeció. Es un cuestionamiento sobre la juventud, los sueños y la desilusión de todos aquellos que alguna vez quisieron cambiar el mundo y fue el mundo el que los transformó o los absorbió con “terapias consumistas”. Toda una generación que encontró en las letras de Nirvana, y en sus ritmos, una representación de sus angustias, dudas y reclamos, ante una sociedad que sólo se conformaba con entretenerlos en lugar de comprenderlos, pero que después los involucró en sus procesos al no poder materializar sus ideales. Algunos terminaron como carne de cañón en los conflictos del Medio Oriente o el tráfago del mercado bursátil. O es el caso de los venezolanos de la clase media que se marcharon a Miami o están frustrados por no haber logrado lo soñado y ahora medran en diversas profesiones.
Karin Vallecillos ha utilizado la saga de Corbain, pero muy bien podría haberlo hecho con los Beatles y lo que ellos afectaron, por así calificarlo, a la generación de los 60, que ya se sabe a que llegó o donde está. Ella, que tenia 16 años cuando hizo mutis Kurt Cobain, no se propone disquisiciones sobre “la cultura del imperio inoculada en las comunidades juveniles de los países de la periferia de la influencia del dólar”. Nada de eso. Partió de la necesidad de contar algo, de abordar aquellas cosas que la conmueven generacionalmente, lo que transcurre en las naciones latinoamericanas, pero en especial lo que acontece en su Venezuela. Le gusta crear historias que conmuevan y que hayan pasado o estén transcurriendo. Descarta escribir sobre situaciones abstractas o absurdas. Por ahora sus técnicas son clásicas, porque crear personajes es su mayor satisfacción, por ahora.
EL ESPECTÁCULO
Para el director Jesus Carreño su montaje descansa todo su peso en la acción escénica que se desprende del preciso ritmo del trabajo actoral, así como en sus cuerpos y, como es obvio, en las violentas y trasgresoras palabra que aporta el texto. Busca impactar al público no sólo con la virulencia de sus palabras sino tambien por la utilización de esa música rockera que estremece con su acompañamiento a la mayoría de las escenas. ¡Y lo consigue!
Las actuaciones hiperrealistas llegan incluso a molestar a la audiencia, por la veracidad de la escena, los atrapa y los lleva a que hagan su catarsis y decidan por sí mismos si es correcto o no el rumbo que ha tomado cada uno de los tres personajes con sus vidas.
La gente de Tumbarrancho Teatro se propone ofrecer este espacio de conexión lúdica con los jóvenes, quienes están ávidos de voces que hablen en su idioma y entiendan sus contradicciones. Es por eso, que la cita para todos aquellos seguidores de Nirvana y de las canciones de Kurt será viernes y sábados a las 8:00 p.m. y domingos a las 6:00 p.m., en la Sala Experimental Sótano 3 de la Casa de Rómulo Gallegos.
No hay que olvidar que con el éxito de su banda rockera, Cobain se convirtió en una celebridad en el ámbito mundial, una posición incómoda para alguien que dijo “Famoso es la última cosa que quise ser”. ¡El teatro criollo, pues, está cambiando... y es para su bien!

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