martes, abril 20, 2010

El jueves santo de 1810

Esperábamos que en ocasión de los 200 años de aquel Jueves Santo del 19 de abril, los escenarios venezolanos, especialmente los caraqueños, se llenaran de actos teatrales alusivos a tan magna conmemoración. Pero la realidad ha sido otra.
Sin embargo, existe un meritorio trabajador del teatro que ha descubierto y practica la veta de las artes escénicas orientadas a difundir facetas claves de la historia criolla y latinoamericana. Es el actor, autor, productor y empresario Jean Carlos Du Boulay (Caracas, 25 de Agosto de 1979), a quien se le ocurrió teatralizar los sucesos del 19 de abril de 1810 en la colonial y muy leal Santiago de Caracas y mostrarlos, precisamente ahora, cuando Venezuela festeja los dos siglos de su Grito de la Independencia, fecha fundacional de una república que avanza, a pesar de los lastres internos y externos.
Desde niño, Du Boulay lleva esa vena artística, “en especial por las artes escénicas y eso se debe a que disfruto enormemente el proceso creativo de darle vida a un personaje, de meterme en su piel y hacer vibrar las emociones del público, en especial en el teatro”. Por eso escribió 19 de abril... el ejemplo que Caracas dio, junto a Félix David Martínez, para exaltar la celebración del Bicentenario de la Independencia de Venezuela.
Sinopsis
Sobre lo que pasa en su pieza, los autores comentan que se centran en la anécdota de Juan Lovera, un pintor caraqueño que desea pintar un cuadro sobre un acontecimiento que marcó la historia de Venezuela y del cual él fue testigo ocular. En su proceso creativo, ese artista cuenta la historia del jueves santo de 1810, comenzado por sus antecedentes más cercanos hasta llegar específicamente al 19 de abril. Ahí, el capitán general Vicente Emparan, deseoso de ganar tiempo e indeciso ante el camino a seguir, suspendió la sesión del Cabildo y se dirigió a la catedral de Caracas; sin embargo a las puertas de ésta, uno de los revolucionarios, Francisco Salias, se interpuso y tomando del brazo a Emparan, le conminó a regresar al Cabildo. La actitud de Salias fue ampliamente celebrada por la multitud en general. Dadas la circunstancias, Emparan regresó al Cabildo, mientras una multitud invadía la plaza mayor, Al poco tiempo llegaron al Cabildo el abogado Juan Germán Roscio, el canónigo José Cortés Madariaga y otros representantes del pueblo y del clero, quienes se incorporaron a la reunión. Presionado por los factores de poder presentes en el Cabildo caraqueño, Emparan pronunció las palabras que señalaron el principio del fin, por lo menos jurídicamente, del régimen español en Venezuela. Dirigiéndose al pueblo congregado en la plaza, desde el balcón del cabildo, les preguntó si deseaban que él continuase mandando; el presbítero José Cortés de Madariaga, le hizo signos a la multitud para que contestaran que "no", y ante la respuesta negativa de las personas presentes, exclamó Emparan: "¡Pues yo tampoco quiero mando!". Luego de esto, quedó establecida la que oficialmente recibió el nombre de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII.
Ese mismo 19 de abril de 1810 fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de un nuevo gobierno. Fue leída el mismo día en diversos lugares de Caracas por los escribanos Fausto Viaña y José Tomás Santana, quienes certificaron que la población reaccionó gritando las siguientes consignas: Viva nuestro Rey Fernando VII.
En definitiva se puede apreciar como los revolucionarios compusieron e hicieron circular canciones alegóricas de su Independencia, "Unida por lazos que el cielo forjó…y si el despotismo levanta la voz…seguid el ejemplo que Caracas dio." Entonaban la canción que tiempo después fue declarada Himno Nacional de Venezuela. Las primeras medidas que se tomaron fueron las de liberar el comercio exterior, prohibir el comercio de esclavos negros, crear la Sociedad Patriótica (para fomentar la agricultura y la industria), así como la Academia de Matemáticas. Una revolución había comenzando, la guerra y la victoria de los rebeldes vendría después.
Montaje
El espectáculo, dirigido por Daniel Uribe, fue mostrado los días 27 y el 28 de marzo, a las seis de la tarde, en el Teatro Municipal de Caracas, y tuvo tal fuerza y tal verdad escénica, que el público se emocionó y le grito “nooooooo” a Emparan, al personaje teatral, y hasta cantó el Himno Nacional para acompañar así a la esclava, encarnada por Mariana Calderón, que había entonado aquella tradicional canción de cuna al culminar la función. Esas cosas no ocurren frecuentemente en los teatros criollos.
El público hizo catarsis con el relato escénico sobre el origen del grito primario de libertad, ya que el argumento parte de lo que vio el pintor Juan Lovera en Santiago de Caracas, aquel 19 de abril de 1810, en plena Semana Mayor. En especial notamos la reacción del público durante el espectáculo, porque resultó fascinante escuchar como siguió los cantos patrióticos, aplaudieron, rieron, lloraron y hasta se alteraron por la crudeza de la historia misma. En, suma, se generaron emociones que estremecen. Ver y escuchar al público cantando nuestro “Gloria al bravo pueblo” es algo que nos hizo vibrar de emoción. Estaba ahí, en nuestra piel aquello que los griegos perseguían con sus representaciones teatrales.
Gracias, pues, a un selecto grupo de comediantes fue posible escenificar a 19 de Abril… El ejemplo que Caracas dio. Ellos son: Irving Gutiérrez, Dante Gil, Pedro Rodríguez, Oswaldo Paiva, Nelson Montilla, José Sedek, Franklin Alviárez, Nélson Montilla, Félix Martínez y Mariana Calderón. Los cubanos lo disfrutaron,el pasado domingo, en el Teatro Acapulco de La Habana, a las siete de la noche, como parte de los festejos organizados por la delegación diplomática venezolana en la patria de José Martí.


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