lunes, agosto 06, 2018

El juego de Mariela Romero continúa

El teatro copía a la vida,como diría Mariela Romero.
Nunca dejaremos de reseñar que  la hiperkinética y pequeña hija de Rosalía Romero, jamás sospechó como su obra El juego, premiada en un concurso del Ministerio de Justicia, del año 1976, tendría larga y positiva vida en los escenarios venezolanos y del mundo. Nos referimos a Mariela (Ibarra) Romero, nacida en Caracas hacia 1949, quien con experiencia y talento logró crear un estilo que la caracteriza, al reflejar, en buena parte de sus argumentos teatrales, relaciones más que temas y personajes más que situaciones.
Y citamos a Mariela Romero porque ha permitido que el Taller Nacional de Teatro de la Fundación Rajatabla (Carlos Gimenez, 28 de febrero de 1971) como parte de su promoción XXVIII montará El juego, precisamente una de sus piezas más emblemáticas, capaz de llevar al público a una especie de recorrido por una montaña rusa de emociones. Y mostrar así, bajo la dirección general de Jennifer Morales, como Fabiola Ferrer (Ana II) y María Teresa Molina (Ana I) logran encarnar a los personajes de las pequeñas Anas, a quienes un despiadado adulto mayor las tiene encerradas en un asqueroso potrero. Otra vez más: la explotación de los seres humanos por la acción de un desalmado se muestra desde un escenario como para que nadie lo olvide.
Sin reconocerse a sí mismas, Ana 1 y Anna II viven, en cuerpos y almas, inmersas en la indigencia; atormentadas por la miseria, el hambre y la explotación de un malvado hombre, sus mentes precoces luchan para sobrellevar la agonía de la cotidianidad con juegos que reflejan su día a día, especialmente cuando salen a las calles a trabajar para él. Dos esclavas en el mundo de la posmodernidad en una ciudad imaginaria, pero que tiene varios perfiles semejantes a Caracas. Este teatro mantiene su vigencia. Se trata de un melodrama sobre un dueto de indigentes que luchan para sobrevivir en medio de una sociedad que los excluye o persigue. Ahí se materializan a las desposeídas Ana I y Ana II ¡El teatro copia crudas y jamás superadas realidades!
Este montaje, muy cuidado y limitado en su planta de movimientos por el espacio escénico, y apuntalado además en la dirección de actores (Andreina Bustamante), demuestra un intenso y laborioso trabajo de la directora Jennifer hasta obtener un producto de calidad artística, conseguido con mínimos recursos. Es notable la aparición de estas jóvenes comediantes, María y Fabiola, quienes demuestran ya su sólido proceso de capacitación, adelantado en diferentes instituciones caraqueñas y especialmente en Rajatabla, quienes ahora saldrán al mercado de trabajo artístico,porque para ello han estudiado y trabajado.
Hay que recordar que Mariela Romero (su nombre artístico) inició su carrera artística como actriz en el grupo Bohemio, tras egresar de la Escuela de Arte Dramático del Ateneo de Caracas. Hoy por hoy es una dramaturga célebre y además afamada escritora de telenovelas. También ha realizado numerosas adaptaciones y versiones de los clásicos, lo cual le ha permitido escudriñar los secretos de la estructura dramática. Pero es más conocida internacionalmente en estos tiempos por sus telenovelas, unas 50, entre adaptaciones y plausibles creaciones.
El juego, estrenada el 23 de julio de 1976 por el director Armando Gota para el grupo Rajatabla, con la participación de la autora encarnando a una de las protagonistas de esa trama- está nuevamente en la cartelera caraqueña, específicamente en la sala de la Fundación Rajatabla para recontar la historia de dos féminas, y quienes además comparten la miseria y la represión impuesta por una figura masculina que las obliga a trabajar para él. La acción dramática se desarrolla en una habitación arruinada y donde la pareja se entrega a un juego de poderes para matar el tedio en que viven y mientras esperan al cruel amo que vendrá a regañarlas y abusar de ellas, crean situaciones, las actúan, y llegan hasta pensar que son reales. Las Anas hacen una especie de teatro dentro del mismo teatro, recurso que les permite revelar, a través de diferentes caracterizaciones, la intensidad de la relación de dependencia entre ellas. Juzgamos que las actuaciones están en el punto exacto de esa verdad que debe brotar siempre de un escenario donde hay un texto perfecto y correctamente escenificado.
Una vez más, Mariela Romero reitera como la debilidad del oprimido radica en ser opresor de otro tan dominado como él. El juego del poder siempre tiene un perdedor y en El juego  también. Debutó como autora teatral hacia 1967 con Algo alrededor del espejo, pero es durante 1976 cuando irrumpe con El juego. Tiene otros textos como Este mudo circoEl juego de los vampirosEl cáncer es curable no lo malgasteEl vendedor y Esperando al italiano (dos de sus éxitos de taquilla), además de El regreso del Rey Lear. Pero en todas esas piezas reitera las constantes que la caracterizan: el mundo femenino en lucha contra complejos contextos machistas y los conflictos socioeconómicos donde están envueltas sus heroínas o antiheroínas. Tiene esas banderas y no las ha quemado.
La dramaturga Mariela Romero lleva más de dos décadas en Florida, Estados Unidos de América, y nunca ha dejado de escribir telenovelas y comedias exitosas para abrillantar su nombre artístico y estar a tono con la estirpe de su inolvidable tío, el legendario músico Aldemaro Romero, nos contó que su teatro ha revivido en Miami.


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