sábado, febrero 05, 2011

Mariaca Semprún:heroína del amor

Nos conmovió y obligó a pensar y repensar, al mismo tiempo que impuso la revisión de todos los anaqueles de nuestra vida para buscar ese algo que se había extraviado. Eso ocurrió con aquella dramática saga de amor trágico. ¿Por qué? ¿Quién no amó o fue amado? ¿Quién no hizo una maldad sin quererlo, pero la misma hundió al otro ser que creía en nosotros? En síntesis: los seres humanos estamos siempre sobre la cuerda floja de la banalidad y terminamos matando a lo que más amamos, parafraseando a Oscar Wilde.
En fin, son existenciales cavilaciones generadas ante un complejo montaje que reivindica al crispado teatro vernáculo, estético aporte escénico que reventará las neuronas a más de uno de los espectadores y el cual se exhibe, para variar, en uno de los mejores teatros caraqueños, aunque su ubicación, en el depauperado San Bernardino, lo hace problemático para el público. Nos referimos al moderno y bien diseñado espacio teatral de la Asociación Cultural Humboldt.
Sin embargo, desafiando tales imponderables de la inseguridad, sumados a los problemas de hacer arte en Caracas, con envidiable rigor Cristina Neufeld logró producir e iniciar la temporada de la excelente pieza Un informe sobre la banalidad del amor, de Mario Diament (Buenos Aires, 1942), dirigida con precisión creativa por Luigi Sciamanna, quien además actúa al lado de Mariaca Semprún, en memorables performances. ¡Los teatromaníacos deben acudir en masa para aplaudir los esfuerzos ahí materializados y disfrutar además esa oda amorosa por encima de ideologías, algo que nunca pasa de moda!
Aquí en Caracas, Mario Diament, periodista y apasionado dramaturgo (Lou, su obra 13 será estrenada en Buenos Aires, este julio), impactó durante la temporada 2007 del teatro Trasnocho con su pieza Cita a ciegas, sobre el amor de un poeta ciego, dirigida por Daniel Uribe. Ahora regresó triunfante con un melodrama que le exigió digerir densos textos e investigar vidas y obras del filósofo alemán Martín Heidegger (1889/1976) y la judía pensadora germana Hannah Arendt (1906/1975), hasta que entregó Un informe sobre la banalidad del amor, donde ella se enamora de su profesor, lo ama para toda la vida, a pesar que estaba casado y mantenía más relaciones extraconyugales con jovencitas, y lo salva de los comités de desnazificación, porque creyó que su juramento al führer Adolfo Hitler lo hizo para salvar a su familia.
Un informe sobre la banalidad del amor es, pues, una turbulenta historia romántica entre el filósofo y la alumna, pero con desgraciado final. No es una biografía, sino una bien entretejida trama, desarrollada por un periodista que es buen dramaturgo o un autor que terminó siendo un excelente comunicador. Se desarrolla en cinco actos y va desde los años 20 hasta los 50 del siglo XX, en Alemania. La saga amorosa plasma al atormentado buscador de sexo para drenar pulsiones y la mujer que sublima el valor de la inteligencia representada en un donjuán que dice cosas como “la vida, en si misma, carece de todo propósito...solo el amor es capaz de infundirle razón a la existencia”.
Él frivolizó al mal, jugó a ser nazi para salvar el pellejo y banalizó al amor usándolo como válvula para controlar presiones. Ella enloquece porque nunca puede ser su esposa, como habría sido su anhelo, porque era una diversión más para el caballero…hasta que al final lo salva de la catástrofe por su nazismo. ¡Fue sabio Mario Diament al titular su pieza como lo hizo!
Y para los que se apasionen por el tema de esos amores tormentosos, pues, le recomendamos que se busquen las otras piezas teatrales que ya se han escrito sobre tal romance de la judía por el nazi. Así comprenderán que el amor y el sexo no tienen adjetivos y son completamente amorales, aunque los credos religiosos digan todo lo contrario.
Sciamanna trabaja
El director Sciamanna se olvidó por momentos de algunas acotaciones del autor e hizo sus aportes. El escritor pedía coros para ambientar las etapas de la relación, que en el montaje caraqueño fueron sustituidos por voces en of y la proyección de un video con fragmentos del filme Der Letzte de Murnau y vistas de las ruinas alemanas, en 1945. Logró, pues, que el público se sumergiera en esa espantosa carnicería humana que fue la Segunda Guerra Mundial y recordara incluso algunos de sus orígenes. También creó atmósferas sombrías que se iluminaban cuando la pareja se juntaba. Dio algunas pinceladas para que los cinco actos no fuesen tan brutalmente realistas y mostraran un discreto romanticismo. ¡Un poco de bálsamo para semejantes heridas!
Ya habíamos visto y aplaudido la creatividad de Sciamanna cuando dirigió, brevemente, al Teatro Universitario de la UCV, en especial por su controversial y auténtica versión del Pinocho de Carlo Collodi, durante la temporada 2006, la cual asustó ojos miopes y agitó devaluadas hormonas de aquellas “señoras” de “la casa que vence las sombras”, quienes abortaron así otro relanzamiento del más famoso e histórico grupo teatral venezolano y prosiguieron con una mediocridad que ya es patética, mientras que el “descabezado” director y actor continuó triunfando en todo lo que hace. ¡Donde perdió…ganó!
Su trabajo como Martín Heidegger esta bien logrado, especialmente en el último acto, mientras que a lo largo de todo el espectáculo acentúa su férula sobre Mariaca Semprún, una verdadera revelación, dama joven y bella que debe estar más tiempo en la escena para disfrute del público. La enamorada Arendt es la gran protagonista de esta hermosa obra de Mario Diament, un fanático enamorado de las mujeres, como lo dice a viva voz y como lo demuestra, además, con su escritura. ¡Su Hannah Arendt es otra gran heroína del amor y asi lo muestra Mariaca Semprún!
En síntesis, Martín Heidegger y Hannah Arendt nunca antes fueron tan publicitados en esta bucólica Venezuela, gracias, pues, a Neufeld, Diament y los artistas que hicieron posible tan estremecedor espectáculo teatral.


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