sábado, septiembre 17, 2016

Isaac Chocrón cumpliría 86 años

Isaac Chocrón en enero de 2011
El venidero domingo 25 estaría cumpliendo 86 años. Él se marchó el 6 de noviembre de 2011. De todos modos, su familia elegida, nuevamente, le festejará este cumpleaños con la entrega del Cuarto Premio de Dramaturgia Isaac Chocrón.
En vida, Isaac junto a su albacea Isaías Barnola (su sobrino político), elaboró su testamento cuando fue dándose cuenta que ya su enfermedad avanzaba sin freno. En ese documento, el otorgante habla de sus hijos elegidos, término que desarrolló en su dramaturgia. A esos hijos les encomendó la tarea de administrar sus bienes y los beneficios por autoría que devengan de sus obras teatrales y novelas que se siguen montando y editando tanto en el país como internacionalmente. Los que así eligió en vida y en vida los educó legando su ética y deontología, su sabiduría, su ímpetu gerencial y su capacidad para trabajar y congeniar con todos en sana paz.
En febrero de 2012, Barnola reunió a los que en vida compartían a un padre espiritual, a un padre que bendijo con su elección. Ellos son: Javier Vidal Pradas, Luis Parada, Garam Mattar, Martin Hahn, padre Rafael Baquedano s.j., Michel Hausman, Luis Enrique Pérez Oramas y Boris Izaguirre.
En la cláusula 13 del testamento, Isaac especifica que se constituya una Fundación cuyo patrimonio esté constituido por el legado recibido, de manera que se distribuya de la siguiente manera: cincuenta por ciento para la divulgación de la producción literaria mediante ediciones de las obras; veinticinco por ciento para la promoción de la dramaturgia venezolana; y veinticinco por ciento para establecer una beca o premio anual, según lo decidan los miembros de la Junta Directiva de la Fundación.
Premios de dramaturgia
Así, pues, la Fundación Isaac Chocrón, sus obras y su espíritu se mantienen latentes entre nosotros y es por eso que este domingo 25, a las 10 de la mañana, en el Trasnocho Cultural, se realizará la entrega del cuarto Premio de Dramaturgia Isaac Chocrón, el cual recayó en las siguientes personas:
-Mejor dramaturgia: Elio Palencia, por Donde caerme viva.
-Mejor autoría escénica: Elvis Chaveinte, por Crema y nata.
-Mejor actriz: María Alejandra Tellis, por El largo camino al edén.
-Mejor actor: Aníbal Grunn, por El animador.
-Mejor producción: Héctor Becerra, por Yo, Federico.
Tres premios anteriores
2013
-Mejor dramaturgia: Karin Valecillos, por Jazmines en el Lídice.
2014
-Mejor dramaturgia: Fernando Azpúrua, por Niños lindos.
-Mejor autoría escénica: Rosanna Hernández por Niños Lindos.
-Mejor actriz: Francis Rueda, por Bingo.
-Mejor actor: Juan Carlos Gardié, por Compadres.
2015
-Mejor dramaturgia: Xiomara Moreno, por Cofradía.
-Mejor autoría escénica: Luigi Sciamanna, por Monna Lisa.
-Mejor actriz: Caridad Canelón, por Ni que nos vayamos nos podemos ir.
-Mejor actor: Héctor Manrique, por Sangre en el diván.
-Mejor producción: Monna Lisa y Sangre en el diván.
Escrito y sellado
Para completar la entrega de los galardones, la Fundación Isaac Chocrón también presentará durante el venidero mes de octubre el espectáculo Escrito y sellado, uno de los textos memorables de Chocrón, el cual será puesto por Javier Vidal y tendrá en su elenco a Gonzalo Velutini y Theylor Plaza, entre otros.
Hay que recordar que murió vivo Isaac Chocrón, porque hay otros que desaparecen estando ya muertos, y era todo un nombre propio grande del teatro venezolano. Guapeó contra su cáncer óseo y se fue de gira a la una de la mañana del 6 de noviembre de 2011, tras 81 años, un mes y 11 días de aportar cultura y mucho amor a su país. Su periplo teatral comenzó cuando Romeo Costea, durante la temporada caraqueña de 1959, le montó Mónica y el florentino. Antes, en 1956, publicó Pasajes, su primera novela. Desde entonces no paro, ni sus enfermedades pudieron detener su carrera de escritor de éxitos teatrales y literarios. Y cuando festejó su 81º aniversario, recordamos que todas sus piezas están “envenenadas”, tienen contenidos duros o pesados para que el público los descubra, los saboree y termine aceptándolos. Para digerir bien su teatro, hay que recordar que es uno de los pocos venezolanos que pudo elegir lo que iba a hacer con su vida. Escogió el teatro, quizás, porque, como dice Oscar Wilde, “es inmensamente más real que la vida”. Seleccionó su manera de ejercer el amor. Renunció a una carrera académica para casarse con su propia imaginación. Usó la escritura como oxígeno de sus pulmones, pero sobre todo eligió no traicionarse jamás. Además enseñó que siempre tenemos dos familias: con la que se nace, la sanguínea, y la que elegimos, a partir de la amistad y los afectos. La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte, como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado también, fueron sus fantasmas. Y los llevados a la escena. Por eso es el gran patriarca del teatro venezolano. Lo hizo con Asia y el Lejano Oriente (la venta de un país), Okey (la compraventa de los seres humanos, no siempre al mejor postor), La revolución (el drama combatiente de la homosexualidad latinoamericana), La máxima felicidad (las dificultades existenciales de la bisexualidad), Mesopotamia (la vejez y las trampas para que sea feliz y acompañada), Escrito y sellado (la amistad y el amor más allá de la muerte), El acompañante (la inconmensurable soledad de los artistas) y Solimán, el magnífico (la muerte es el fin de todos, incluso de los más poderosos), entre otras obras. La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado también, fueron sus fantasmas. Y él los llevó a la escena. Por eso terminó siendo el gran patriarca del teatro venezolano.


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