Victor Vegas y su Big esperan turno para venir a Caracas
¿Cuál es su balance en lo
personal y en lo profesional con respecto a su inmigración a Europa?
Víctor Vegas, a quien
conocemos desde hace varios años, respondió así:
El próximo mes de octubre de
2020, Irma, mi esposa, y yo cumpliremos 12 años viviendo en España. Mientras
pensaba en cómo responder a tu pregunta, he recordado que en 2014, con motivo
de nuestro sexto aniversario de haber arribado a Madrid, colgué en mi blog un
post en el que, entre otras cosas, declaraba lo siguiente: “Echando una rápida
mirada a los últimos seis años, no puedo más que decir que esta ciudad nos ha
recibido con los brazos abiertos. Hemos conocido gente nueva, generosa y
amable, alguna de las cuales consideramos ya nuestra amiga. Hemos tenido la
oportunidad de crecer como profesionales y seres humanos. Hemos ganado en
experiencia vital y calidad de vida…”. Seis años después de haber hecho aquella
declaración no puedo más que ratificarla. Las expectativas con las que pisamos
el aeropuerto de Barajas, hace casi doce años ya, se han ido materializando de
un modo acompasado. Y creo que no exagero al afirmar que lo han hecho incluso
por encima de lo que esperábamos. Y en todo este tiempo hemos seguido ganando
amigos y creciendo como personas y profesionales. Yo he seguido publicando
libros y hasta he encontrado la oportunidad de volver a hacer una de las cosas
que más me gusta hacer después de escribir: dirigir teatro.
¿Qué es lo que ha pasado con su
novela Me llaman Big que ahora será teatro?
La historia que se cuenta
en Me llaman Big, o más bien su personaje principal, Big, ha tenido
un extraño y complejo recorrido. Se trata de ese tipo de cosas raras que a
veces suceden porque sí y que uno apenas puede explicar. Big nació como
personaje de una de mis piezas de teatro que escribí cuando aún vivía en
Caracas. Tiempo después volvió a llamar a mi puerta pero esta vez para ser el
protagonista principal de mi segunda novela publicada en España y ahora se ha
convertido en el personaje alrededor del cual gira un montaje que estamos
preparando y que se titula Big. Con este montaje de alguna manera
el círculo se cierra. La idea de dicha puesta surgió a raíz de la presentación
de la novela que hicimos en Madrid, en la que invité a un buen amigo actor,
David Hernández, a escenificar una de las pantomimas que vienen en el libro. Te
recuerdo que Big es un mimo que crea espectáculos para representarlos ante
niños que viven en situación de riesgo en países que se encuentran en guerra. Y
aunque el tema principal de la novela es la guerra, en ella se abordan otros
asuntos entre los cuales el mundo de las artes escénicas es uno de ellos. David
(un hombre de teatro con una formación y una experiencia teatral envidiables) y
yo quedamos tan satisfechos con el resultado que luego nos propusimos ir más
lejos y encarar un montaje en el que prescindiéramos de la palabra y dejar que
los gestos y el movimiento del cuerpo fueran los que contaran las vicisitudes
por las que atraviesa Big. La puesta en escena cuenta además con música
original y una realización videográfica que acompañan y ayudan a David a
relatar sobre el escenario la historia de Big. La banda sonora ha sido
compuesta por Víctor Geyser, un joven y talentoso músico madrileño que nos
complace haya aceptado unirse al equipo y con cuyo trabajo estamos encantados;
la realización videográfica ha corrido por cuenta del propio David. El
espectáculo tiene una carga visual, auditiva y poética importantes, que
esperamos haga de él una experiencia sobrecogedora para el público espectador.
Al principio realizamos mucho trabajo de mesa. Durante aquellos primero días
David y yo tuvimos muy claro el concepto de espectáculo que deseábamos para
nuestro montaje. Él por supuesto había leído la novela y se había enamorado de
su protagonista. David es un actor muy físico, fiel representante de la escuela
de Grotowski, y eso me hizo pensar, cuando lo vi actuar por primera vez, que
podría interpretar estupendamente, en un montaje teatral, a Big. El pasado mes
de febrero realizamos en el centro cultural Carril del Conde un ensayo general
con público y a través de los comentarios que recibimos de amigos y allegados
nos han permitido constatar que vamos por buen camino. Y esto que, aclaro, por
motivos técnicos de la sala, no nos fue posible mostrar la realización
videográfica que acompaña de principio a fin al espectáculo. Consideramos que
todavía se trata de un trabajo “in progress”, sin embargo, David y yo estamos
contentos e ilusionados con lo conseguido hasta el momento.
¿Cómo se presenta el panorama
para los intelectuales latinoamericanos y en particular para los venezolanos?
En España hay siempre un
interés por lo que viene de América Latina. Ediciones Huso, la editorial con la
que publico actualmente, también ha publicado a otros autores latinoamericanos.
Pienso que el éxodo que viene produciéndose en Venezuela desde mediados de los
años dos mil ha contribuido a que, de una forma u otra, la literatura hecha por
escritores venezolanos se esté conociendo más allá de las fronteras del país.
Ahora puedes ver que autores coterráneos son publicados no solo aquí en España
sino en otros países de gran tradición literaria como Argentina, México,
Colombia o Estados Unidos, sin mencionar las traducciones que de la obra de
estos mismos autores se están realizando a otros idiomas. Tal vez me equivoque,
pero creo que en ningún otro período de nuestra historia contemporánea se había
publicado a tantos autores venezolanos fuera del territorio nacional como se ha
hecho en estos últimos años.
¿Qué ha pasado con su novela
aquí en Caracas?
Ignoro si Me llaman
Big llegará algún día a las librerías de Caracas y del resto del país.
Ojalá. En la actualidad la editorial está haciendo un gran esfuerzo con el fin
de distribuir su catálogo en América Latina. Desde mayo del año pasado, por
ejemplo, Me llaman Big puede adquirirse en Perú a través de la
cadena de librerías Books & Co. y este año, en abril, arribará a la
Feria Internacional del Libro de Buenos Aires de la mano de Panoplia de Libros.
¿En qué nuevo proyecto estás
metido?
A finales del año pasado acabé
de escribir un nuevo libro. Se trata de una colección de relatos breves que
venía trabajando desde hace tiempo. Contiene una variedad de cuentos que van de
lo fantástico, pasando por lo realista, hasta incluir algún que otro texto de
ineludible crítica social. Pero pese a esta variedad, el libro conserva una
unidad indiscutible puesto que siempre intento trabajar mis textos desde la
idea del todo. Además, le he puesto punto y final a una nueva pieza de teatro.
Ahora conservo a ambos proyectos metidos en un cajón, en reposo, antes de
encarar con ellos el proceso de revisión. Por otra parte, entre mis planes para
este año están el de retomar la escritura de una novela que me está dando
bastante batalla y la idea para otra pieza de teatro. Como verás, en cuanto a
proyectos literarios, estoy servido.
En lo que respecta a las artes escénicas, la prioridad en el corto plazo
es completar el montaje de Big. Nuestro objetivo, de ser posible,
porque desde luego no depende tan solo de nosotros, es estrenar a lo largo de
este año. Adicional a este nuevo espectáculo, la actriz Estela Perdomo y yo nos
hemos propuesto la tarea de desempolvar nuestro montaje de Baby Boom en
el Paraíso y llevarlo otra vez a los escenarios. Durante el pasado mes
de enero hicimos temporada en la sala OFF Latina y el viernes 6 de marzo
estuvimos en el Teatro Víctor Fernández Gopar invitados por el Cabildo de
Lanzarote, en donde nos han recibido maravillosamente: el teatro lleno y con el
público aplaudiendo de pie al finalizar la representación. Te confieso que ha
sido una de las mejores funciones que hemos dado en los casi cinco años que
llevamos girando con este espectáculo. Nuestra idea era continuar moviéndolo
por teatros y salas de España, pero ante la crisis sanitaria que se acaba de
decretar en todo el país, y que al parecer se extiende al resto del mundo, solo
nos queda la incertidumbre. Un montón de dudas se han cernido sobre nosotros y
nuestros proyectos. El cierre de salas y teatros, sumado a la cancelación de
cualquier evento cultural, lamentablemente no hace presagiar un futuro
halagador para el sector acá en España, que dicho sea de paso, apenas estaba
aún en vías de recuperación de la crisis anterior. Por ahora solo nos resta
esperar y seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades. En
las actuales circunstancias no podemos hacer otra cosa.
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