viernes, noviembre 15, 2013

El hijo de mi marido

Cuarenta años haciéndolo todo y bien en el teatro y no menos de exitosas 100 telenovelas, escritas y dirigidas, constituyen una experiencia y un  bagaje intelectual que pocos teatreros tienen o poseen. Es por eso que José Simón Escalona Acosta (Ciudad Bolívar, 14 de mayo de 1954) decidió hacer su primera película, El hijo de mi marido, apuntalado por la productora venezolana Épica, la cual inicia así el proceloso camino de su exhibición en 16 salas dispersas en la geografía nacional. La cantidad de espectadores, que ojala no sea inferior a los 150 mil,  será un indicador de su aceptación, mientras que la crítica aplaudirá o defenestrará al producto. La recuperación de la inversión permitirá que la audaz empresa, donde además participan Antonio Crimaldi y Juan Pablo Zamora,  prosiga con sus ambiciosos proyectos de otros 11 filmes como éste, los cuales proporcionaran, entre otras cosas, trabajo a los artistas y técnicos. Y si la taquilla llega a ser nefasta, el negocio no mengua porque está la internacionalización, rubro que sí está garantizado, ya que la televisión foránea es una hidra insaciable.
Los actores Claudia La Gatta, Daniel Elbittar y Javier Vidal protagonizan esta ópera prima de Escalona Acosta, donde además participan: Juan Carlos Pabón, Amanda Gutiérrez, Alfonso Medina, Nacarid Escalona,  Rosario Prieto, Dayra Lambis, Raúl Olivo, Raquel Yánez, Héctor Peña, Eben Renán y con la colaboración de Carlos Fraga. También se estrenan en pantalla los jóvenes modelos Eduardo Rodríguez, Michael Cohn y Silvana Continanza. Un conjunto artístico variopinto que demuestra el talento nacido y formado en este país, a pesar de las rémoras  y contradicciones que todos conocemos…pero que son superables.
Este largometraje, que  Escalona Acosta considera  una muestra muy personal del género dramady -rocambolesca combinación de drama, comedia y teatro-,  y al cual ya la crítica pretende peyorizar diciendo que es otro telefilme, es una entretenida historia, muy audiovisual y dentro de la atmósfera del mundo fashion y el modelaje, donde la belleza convencional, casi helénica, y los deseos sin límites desencadenan pasiones ocultas, pero siempre tan humanas; una saga que muestra la inexorable realidad del paso del tiempo y lo complejo de las relaciones humanas, que siempre nos recuerdan la mortalidad que todo lo resuelve o soluciona. Ahí el guionista y director, que es un arquitecto frustrado, no niega su cultura teatral y la usa para tomar el mito de Fedra, que Eurípides y Racine lo trataron a su manera y dentro de sus circunstancias, y crear una trama con sus gotas de intriga, donde además se destaca la historia paralela de un desenfado modista gay (Juan Carlos Pabón), quien vive su romance sin disfraces  y al final es uno de los pocos que sale ganancioso, aunque ahí los únicos perdedores, por así decirlo, son los galanes heterosexuales, porque hasta el maduro protagonista (el primer actor Javier Vidal) acepta unos cuernos para no quedarse solo, temible estadio que él disfraza  como “amor  apasionado” por su bella Fedra.
¿Qué público disfrutara El hijo de mi marido? Las mujeres no solo la gozarán sino que la entenderán de principio a fin, porque la superprotagonista es una hembra,en todo el sentido del término, que se atreve  a jugar con los machos, pero al final logra su epílogo romántico. Muchos teatreros irán a verlo porque  hay profundas razones de lealtad y se darán cuenta del obvio talento que como cineasta tiene Escalona Acosta, quien no será por ahora  un Pedro Almodóvar criollo, pero que sí tiene posibilidades de desarrollarlo y obtener así unos cuantos premios, además de las indispensables taquillas, aunque su felicidad personal va más allá de eso trofeos.
El filme es además un bonito homenaje a lo mejor de la moda en Venezuela, donde se lucen sobre la pasarela los trapos de los diseñadores Giovanni Scutaro, Raenrra, Octavio Vásquez, Luis Perdomo, Gabriela Chacón, Irma Contreras, Rosmary Romero y hasta las prestigiosas marcas de moda Biglidue y de maquillaje Camerino. ¡Hasta en eso nos destacamos los venezolanos…coño…o mejor escrito: los latinoamericanos!
A nosotros nos satisface que Escalona Acosta se haya atrevido a escribir y rodar su  primera película, su audacia que no ha conocido límites de ningún tipo está ahí en la pantalla. Ahorca sus fantasmas y le dice a  Venezuela: “esto es lo que yo pienso y hago”. ¡Exalta la vida total, con sus trampas y hasta con todos sus sabores!

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