miércoles, mayo 06, 2020

El escritor nace, no se hace


Hábleme de su Enjambres, su más reciente novela.
Y el venezolano Edgar Borges, con residencia en España, nos contó así su periplo existencial en el cual lleva más de una década:
Enjambres (Altamarea Ediciones, España) está teniendo diferentes lecturas, que es en parte lo que me interesa de la literatura. La posibilidad de crear algo que fluya en diversos
niveles de una misma realidad. Si bien Enjambres trata de cinco jóvenes que se refugian en un bosque para huir de “la guerra de todos contra todos”, el extravío que acontece entre
la infancia y la vida adulta es un tema central en la historia. ¿A dónde ir cuando se ha sido expulsado de la infancia y se le teme al fracaso del modelo adulto? El curso de la novela es
recorrido por una libélula; María José, la protagonista, establece una relación importante con las libélulas del bosque. En Enjambres la libélula es aquello que sobrevuela en medio
de todo lo que se hunde.
¿Cuál es su balance de ese autoexilio literario?
- Ha sido una etapa intensa; a veces extrema en el sentido de que en un año he vivido lo que en otras circunstancias hubiera representado más tiempo. Sin restarle importancia a lo que antes escribí, pienso que comencé a poner en práctica mi propuesta literaria a partir de mi novela La ciclista de las soluciones imaginarias (año 2014). Creo que todo lo que realicé antes fueron intentos para llegar a lo que inicié desde entonces y donde aún me encuentro. Me refiero a mi intención de abrir el traje de la realidad a través de la ficción, como si la literatura sirviera para escarbar debajo de la piel de lo que entendemos por realidad. La literatura como demoledora de entramados. Después siguieron novelas como El olvido de Bruno (2016), La niña del salto (2018) y ahora Enjambres (2020). Todas estas obras, cada una con sus respectivas historias, están atravesadas por tres temas que me obsesionan: la muerte de la infancia, la memoria como peso o liberación y el abandono.
¿Qué ha pasado con su estilo y técnicas o hasta donde han influido las culturas hispanas europeas?
Sin duda que todo lo que vivimos nos deja influencias, nos cambia la vida hasta en lo pequeño, en lo imperceptible. En lo literario, de manera consciente, busco crear historias que dependan más de la existencia de individuos que de las realidades geográficas. Incluso me interesa que las realidades geográficas representen más bien un alto grado de confusión
espacio temporal en la vida de los personajes. Creo que una obra literaria debe tener la sangre suficiente como para conectar con cualquier ser humano ubicado en un punto
indeterminado del mundo.
¿Desde Caracas habrías podido escribir y crecer?
Claro, la escritura quizá hubiera sido otra y el crecimiento en otra dirección, pero sería un hecho igualmente importante para mi vida.
¿Qué espera ahora?
Estoy metido en un proyecto que me tiene muy contento, tiene que ver con La ciclista de las soluciones imaginarias, pero aún no puedo dar detalles porque involucra a otros creadores. También estoy con la promoción de Enjambres y la escritura de una nueva novela.
¿Regresarías a Caracas para reinstalarte o seguirías entre Europa y América?
Pienso poco en el futuro; intento, en la medida de lo posible, aprender a vivir en presente, entender que solo en el momento se viven las situaciones. Es en la desubicación del tiempo donde nos dominan, nos desalojan de lo que somos, nos arrebatan las posibilidades tanto en el eterno recuerdo como en la espera. Ahora mismo mi casa se encuentra en España.
¿Qué fabrica a un escritor o es necesario emigrar para crecer o desarrollar un estilo verdaderamente creativo?
Decía Ana María Matute que “El escritor nace, no se hace: es una cuestión de ser o no ser” y yo comparto esa idea. El estilo se aprende, se trabaja, pero el fondo de todo este asunto radica en una fuerza poderosa que expulsa contenidos sobre un espacio invisible. Me preocupa el escritor que se acuesta sobre su experiencia, seguramente terminará escribiendo de puro oficio. En cambio, me interesa el escritor que desafía la comodidad de sus convicciones. Literatura hecha con sangre, que la cafeína acompañe la obra hasta el final de los días.
¿En cuántos idiomas está publicada su obra?
Español, italiano, inglés, portugués, serbio y turco.
 ¿Y el futuro de tu vida humana donde será ahora?
No lo sé.

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