jueves, junio 09, 2016

"Peludas" en Piacóa

El feliz elenco y su director Carlos Arroyo.
Los habitantes de Piacóa, comunidad del Delta Amacuro, son acechados por miles de mariposas palometas peludas que generan la siniestra amenaza de múltiples enfermedades de carácter eruptivo. Ante esta plaga que además anula el día y altera sus actividades públicas, se refugian en sus casas y esperan no tener mayores males.
Este fenómeno natural le permitió a Gustavo Ott, quien estuvo en el Delta en el 2011 y de allí tomó tan singular contexto para su metáfora, pergeñar Peludas en el cielo. Asombrosa obra para disertarles a los venezolanos sobre la sociedad que nos caracteriza, la cual fue presentada en el V Festival de Teatro de Caracas, gracias además a las excelentes actuaciones de Vanessa Vásquez, Luis Domingo González, Francis Rueda y Aura Rivas, bajo la creativa dirección de Carlos Arroyo.
Ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia Nacional 2015, Peludas en el cielo le consumió varios años a Ott, quien la pensó como comedia de tesis, porque dentro del lenguaje, entre el humor y la situación cómica, está la idea del continente recobrado pero sin garantías; una Latinoamérica como antídoto y escudo, pero también como amenaza, desengaño y derrota. Peludas en el cielo le funciona como monstruo y le gusta pensar que esa bestia no está fuera de los personajes, sino en lo más íntimo de sus deseos.
Peludas en el cielo plasma el universo de cuatro criollos que moran en Piacóa, pero cuyos anhelos y carencias pueden extrapolarse a cualquier realidad local o universal. La casa de las Pachecos es el epicentro de esta saga y allí están: la recia Yesenia, afectada por un dolor en la pierna derecha, consecuencia de un accidente que le ocasionó una peluda, y su hija Mariana; están encerradas, porque las mariposas están por llegar. Intemporalmente se presentan el resto de los personajes: Luis Domingo González, director de cultura   de la Alcaldía, médico, director de teatro, carpintero y astrólogo, entre otros muchos oficios; y Rita, maestra graduada, doctora y de dudoso origen europeo.
La intempestiva noticia de que Rita puede haberse ganado la lotería, desata el conflicto de la obra, al generar la ambición y proyectar los más íntimos sueños y caprichos de cada uno de los personajes, así como sus verdaderos caracteres. Rita, inconforme con su realidad, menosprecia su comunidad y manifiesta su deseo fantasioso de irse a una Europa imaginada, donde todo es perfecto y bello. Mariana desea viajar a cualquier lugar del mundo, para conocer y también evadirse. Yesenia siente que no puede alejarse de sus paisajes, pero se imagina con un yate, con piernas submarinas y cosas que hablen en inglés. Y Luis Domingo,  atrapado en medio de estas  mujeres, quien sueña  montar una transnacional de poesía, traficarla, venderla e invadir el mundo con el sueño utópico de que la poesía puede salvar al mundo.

El espectáculo -producido por la Compañía Nacional de Teatro- concebido y obtenido como un sainete contemporáneo, no supera los 75 minutos, es un divertimento que radiografía a este cuarteto de característicos venezolanos, semiperdidos en la rural Piacóa, pero cuyos anhelos y frustraciones se debaten entre la civilización y la barbarie, como ya lo plasmó Rómulo Gallegos en Doña Bárbara.  

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