Núñez marcando a los actores de su opera prima |
Una
saga romántica, acrecentada por serios conflictos, pero muy bien hilvanada con el
sórdido escándalo laboral de un grupo de haitianos vendedores de helados, es la
oferta lúdica y de reflexión del largometraje Amor cuesta arriba, opera prima del caraqueño Nelson Núñez (1975),
producida por la Villa del Cine, que será estrenada a mediados de este mes.
DOS CORTOMETRAJES
Nelson,
el hijo de Julio Núñez y Esperanza
Medina, explica como desde niño siempre le gustaron las
películas. “Fue una pasión que alimenté yendo a las salas de cine comercial, la
Cinemateca, la Margot Benacerraf y los clubes de video. Al salir del
bachillerato, estudié un par de semestres en Cotrain y después ingresé a la
Escuela de Artes de la UCV para estudiar cine, aunque el pensum estaba más
orientado al análisis y la investigación y no tanto a la realización que era lo
que, verdaderamente, me interesaba. La experiencia real la obtuve trabajando
durante casi 10 años en el canal Vive TV, donde hice mi primer corto de ficción
y luego pasé a trabajar en la Villa del Cine en el área de edición,
participando en dos largometrajes. Allí realicé mi segundo corto. Finalmente
tuve el privilegio de participar en una convocatoria de ideas para largos y la
premisa de Amor cuesta arriba fue una
de las seleccionadas. Básicamente lo que deseo es seguir haciendo películas,
aprender y crecer como realizador”.
AMOR Y ESCLAVITUD
-En Amor
cuesta arriba destacan sus temas argumentales y sus respectivos desarrollos,
los cuales concluyen en una valiente
reivindicación del amor y de la libertad de los seres humanos por encima
de la prostitución, bien sea el negocio carnal o la esclavitud pagada. ¿Qué lo
llevó a crear y producir su opera prima con tales materiales sociales?
Para ser honesto, el tema de la
prostitución lo elegimos por su potencia dramática y peculiar ironía; nos
seducía mucho la idea de tener a Pablo, un personaje solitario y
romántico, enamorado de Daniela, una
mujer que se gana la vida “haciendo el amor”, aunque en el fondo, como sucede
en la realidad, se ha vuelto escéptica ante la posibilidad de experimentar un
romance verdadero. Con respecto al tema de la prostitución intentamos no caer
en la trampa de lo políticamente correcto. No queríamos retratar a Daniela como
una víctima, sino como una mujer que trata de sobrevivir como puede. Mi película,
creo, no la juzga porque pienso que nadie tiene el derecho de sancionar las
elecciones de vida de los demás por más fuertes o comprometidas que nos
parezcan.
-¿Y
los helados de los haitianos?
Con respecto a los haitianos, estos
llegaron al argumento cuando estábamos bosquejando al personaje de Pablo,
tratando de imaginar cómo se ganaba la vida. En algún momento, pensé que podía
ser interesante asociarlo a este universo de los haitianos y las fábricas de
helados, porque eso nos permitía, por un lado, contrarrestar la inocencia y
candidez de su personalidad y también señalar (no me gusta la palabra
denunciar) una situación que siempre me ha parecido injusta, irregular y, sobre
todo, muy compleja a nivel humano. Ese siempre fue un tema controversial y
álgido en las mesas de discusión del guión; más de una persona me dijo que
meter a un grupo de heladeros haitianos en el marco de una comedia romántica
era frívolo e incorrecto; pero era justamente esa mezcla de elementos, tan
disímiles en apariencia, lo que me resultaba arriesgado y atractivo al mismo
tiempo. Creo que es la primera vez que esa “realidad”, que no es una invención
y que sucede o sucedió, sale retratada
en el cine venezolano y espero que no sea la última.
-Si
la temática es importante, la técnica narrativa visual también lo es. ¿Cómo
afronta cada uno de esos rubros?
Lo primero es tener una visión muy clara y
definida del tono dramático, el ritmo narrativo y el estilo formal de la
película para tener un punto de partida lo más sólido posible a la hora de
intercambiar ideas con cada uno de los jefes de área. Cuando te planteas
dirigir una película es importante saber distinguir la delgada línea que separa
la seguridad y la convicción de la arrogancia y el capricho. Es fundamental
escuchar los consejos de cada uno de los integrantes del equipo a la hora de
abordar las escenas. Aunque suene a lugar común, el cine es la más colectiva de
las disciplinas creativas.
IGNACIO
MÁRQUEZ
-¿Cómo
fue el trabajo con los actores?
En esta película, tuve la fortuna de
contar con Ignacio Márquez como acting coach. Entre los dos hicimos un plan de
trabajo y estuvimos ensayando con los actores principales dos meses antes del
rodaje, tres veces a la semana. Eso nos permitió definir el registro actoral,
descubrir aspectos nuevos de los personajes, integrar detalles y guiños al
guión ya escrito y fijar las escenas principales para evitar sorpresas, en el
peor sentido de la palabra, durante el rodaje. El staff principal está
compuesto por caras relativamente nuevas para el cine, aunque en realidad son
actores con sólida experiencia teatral: Jesús Nunes, Vera Linares, Ivonne Vela,
Augusto Nitti, Gladys Prince y Gilbert Lamourd.
INSATISFECHO
¿Qué
prepara para su segunda película?
Por ahora, lo que tengo son ideas
incipientes, anotaciones sueltas. Sospecho, en todo caso, que va a ser una
película muy distinta a esta que está por estrenarse. Me entusiasma la
posibilidad de probar otros géneros cinematográficos e historias, otros modelos
de producción más modestos. En cualquier caso, lo que más deseo en este punto
es ver la reacción del público cuando se estrene la película. Evaluar cuáles
fueron los logros y cuáles los desaciertos. Sólo de esa manera puede uno ir
sumando experiencias para hacer las cosas cada vez mejor.
-¿Satisfecho?
Creo que sólo los genios del cine y la creación pueden sentirse
satisfechos con lo obtenido. En mi caso, veo logros y fallas; es inevitable.
Desde que la terminamos de rodar en el 2013, llevo dos años conviviendo con la
película, la edité y luego he supervisado cada una de sus etapas de
post-producción. Su primera proyección se llevó a cabo en el Festival de Cine
de Margarita y la reacción del público fue estupenda, se divirtieron mucho. En
ese aspecto, creo que la película cumple cabalmente su cometido.
FICHA TECNICA
El guión fue escrito por el director Nelson Núñez, conjuntamente con José
Luis Varela y José Antonio Varela. La ficha técnica estuvo conformada por la dirección
de fotografía de Tonny Valera; dirección de arte, León Padilla; sonido directo,
Frank “Frosty” González; diseño de sonido, Carlos Carvallo; música de
Yoncarlos Medina; producción general, Xiané Pacheco; asistencia de dirección,
Mariyam Seguías; y acting coach de Ignacio Márquez. Amor
cuesta arriba cuenta además con la
participación especial de los actores
Alberto Alcalá, Luis Rivas, Martha Track, Ramón Hinojosa y Toco Gómez.
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