Mayo fue para evocar al buen teatro de Cesar Rengifo. |
Mayo del 2015 será inolvidable para la historiografía del teatro venezolano, especialmente en
Caracas. En ese lapso se festejaron los primeros 100 años del nacimiento del
dramaturgo César Rengifo y se hizo lo correcto: mostrar diversos montajes de
una selección de sus piezas, además de conferencias y charlas, entre otras cosas.
¡Honrar honra!
Se activó así en Caracas el Circuito de Nacional
de Teatro con las agrupaciones Pathmon Producciones, Río Teatro Caribe, Iiave,
Fundación Ayabamsha, Manatí, Grupo de Títeres Telba Carantoña, Yaraho, Caímos
al proscenio, Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo, Tacodra, Entre
Juegos y Fantoche. Las funciones se realizaron
en la Sala 1 del Celarg, los teatros Bolívar, Principal, Nacional y Alberto de
Paz y Mateos. Igualmente, sirvieron como escenarios las salas Anna Julia Rojas
de Unearte, Juan Bautista Plaza de la Biblioteca Nacional y Doris Wells de la
Casa del Artista.
FESTIVAL EN YARACUY
Paralelamente a
la actividad en Caracas, se desarrolló el II Festival de Teatro de Yaracuy, del 20 al 24 de
mayo, para “conmemorar el centenario del natalicio del artista por sus innumerables
aportes presentes en toda su creación pictórica y dramatúrgica”. Igualmente,
se homenajeó al profesor Jacobo
Ramírez, precursor del teatro yaracuyano, quien cumplió 90 años. El evento se
realizó en San Felipe, Monje, Bolívar, Páez, Cocorote e Independencia, donde
más de 11 agrupaciones presentaron: Esa espiga sembrada en Carabobo, Manuelote, Las mariposas de la oscuridad, Lo que dejó la tempestad. Y
también se representó la pieza Cantata para José Chirinos, de Román
Chalbaud.
CIRCUITO
NACIONAL
El grueso de la programación,
adelantada y producida por la Compañía Nacional de Teatro, se centró inicialmente
en la capital, pero en los meses venideros se exhibirá en distintas ciudades de
las regiones. Y mediante alianzas con
algunos festivales como el de Occidente, de Vargas, de Oriente y de Guayana, también
se escenificarán espectáculos rengifianos en sus agendas.
El Circuito Nacional de Teatro
Centenario Cesar Rengifo, creado y organizado por el Ministerio del
Poder Popular para la Cultura, presentará, a lo largo de los meses venideros,
por lo menos unas 40 obras del escritor en los 24 estados del país, con más de
50 agrupaciones, 115 presentaciones y más de 600 artistas en escena.
¡Ojalá queden registros de todas
esas funciones!
ESPECTÁCULOS
Para la primera etapa del evento rengifiano se
escenificaron en Caracas sus piezas: Una
medalla para las conejitas, Volcanes
sobre el Mapocho, Bajo tierra, Lo que dejó la tempestad, Los
hombres de los cantos amargos, Apacuana, Manuelote,
Joaquina
Sánchez y la propuesta Los títeres celebrando a César Rengifo.
Todas obras originales o escritas a partir de sus textos. No solo eran montajes en sala sino que con el Gabinete de
Cultura del Distrito Capital se organizó una programación en las bases de
misiones y comunidades. Fueron unas 37 funciones solo durante el mes de mayo,
con 140 artistas en escena, que esperaban llegar a unas 12.000 personas.
La calidad de los montajes fue variopinta y discutible
además, pero todo eso se soporta si se acepta que hay un importante relevo generacional que está ya haciendo sus tareas artísticas, a
pesar de todos los obstáculos nacidos de la impericia. ¡Roma no se hizo en un
día!
CARAQUEÑO INSIGNE
César Nereo, el hijo de Ángel María Rengifo
Goita y Felicia Cadenas nació en Caracas el 14 de mayo de 1915 y murió en la capital
venezolana el 2 de noviembre de 1980. A los 10 años asistió a las primeras
clases en la Escuela de Bellas Artes, pero es entre 1930 y 1935 que hace los
estudios formales y recibe instrucción de Marcos Castillo, Rafael Monasterios,
Cruz Álvarez García y Antonio Esteban Frías. Viaja a Santiago de Chile becado
por el Ministerio de Educación a estudiar pedagogía artística; luego en 1937
viaja a Cuidad de México a estudiar pintura mural en la Academia de San Carlos
y en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda. De allí sale con
una marcada influencia de Diego Ribera,
logrando un estilo que le da relevancia al mensaje social. Regresa a Venezuela
y realiza su primera exposición individual. Durante varios años trabajó como
reportero y luego como jefe de redacción del diario El Heraldo en Caracas y
colaboró con otros periódicos y revistas. En 1948 participa junto a otros
artistas venezolanos en el ciclo de debates “El realismo en el arte” y publica
varios artículos en defensa del realismo social. En 1954 obtuvo el Premio
Nacional de Pintura y el premio Arturo Michelena. Además de pintor, fue
dramaturgo, poeta, periodista y promotor cultural. Autor de más de 40 piezas
teatrales, casi todas publicadas y montadas en Venezuela y el exterior. En este
campo obtiene importantes éxitos y en 1980 se hace acreedor del máximo
galardón: el Premio Nacional de Teatro
MUESTRA ANTOLÓGICA
César Rengifo: imagen, pensamiento y acción
es el título de una pulcra muestra
antológica sobre su legado pictórico, así como elementos claves del legado poético, ensayístico y
dramatúrgico de este artista
caraqueño, en ocasión del centenario de su
nacimiento. Esta exposición, para el
segundo semestre de 2015, organizada por la Fundación Museos Nacionales, permitirá
ponderar, entre otras cosas, las obras que custodia el Estado, bien en la
Galería de Arte Nacional y la pinacoteca
del Banco Central de Venezuela, además
de unas cuantas piezas facilitadas por coleccionistas privados y
familiares. Mientras se conocen mayores detalles de la globalidad de los
lienzos de Rengifo que serán expuestos y las características de las
respectivas conferencias o charlas de
los especialistas, todo eso bajo la coordinación de los curadores Félix Hernández y Carolina
Balza, conviene recordar que este
venezolano siempre afirmó que el arte es una proyección de la vida social, como lo subraya el
escritor Jorge Nunes: “De allí que su obra plástica como su dramaturgia coincidan con asombrosa
exactitud sobre los mismos bordes: la problemática del país y el devenir que la
dinámica social diagrama a través de su
historia”. La visión e interpretación que propone Rengifo en toda su obra,
está apoyada en el marxismo y apuntala cualquier percepción que pretenda
imponer fronteras a su alcance. Asegura Nunes que esto se detecta en toda su
obra artística confiriéndole una
fisonomía muy especial; un rostro propio y ajeno a cualquier posibilidad
de e confusión. Su obra, tanto la pictórica como la dramatúrgica solo podía ser sentida y vertida en códigos
estéticos por él. Nadie sino Rengifo podía firmar cuadros como “Una rosa para
mi ciudad”, “La flor del hijo” o “Su
música interior”, por ejemplo. Solo él sería capaz de crear y suscribir Lo que
dejo la tempestad o Los
hombres de los cantos amargos. Porque en
cada una de esas obras vibra la parte más íntima del artista, aquella
que le concede propiedades irrepetibles a su sensibilidad”.
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