Una ficción sobre el legendario Esdras Parra |
En medio del escándalo suscitado por el
atentado terrorista que eliminó al fiscal Danilo Anderson, la defunción de la
transexual Esdras Parra fue privada, aquel
18 de noviembre de 2004, aquí en Caracas. Se marchó en silencio y entre
sombras como fue su vida durante los últimos 26 años de los 74 que vivió.
Ahora ya es un personaje teatral, gracias al
monologo Novia en rojo que escribimos y estrenamos en Mar del Plata el 11 de septiembre
de 2009 en el Teatro Diagonal gracias al trabajo del equipo de teatreros que
liderizó Mónica Marchini y actuó Mario González, con el soporte de María
Schulze y Claudia Mauriz. Posteriormente esa surrealista creación argentina
vino a Venezuela y se mostró en los Festivales de Oriente y Occidente, y además
en Unearte, durante el último trimestre de 2009.
Dentro de la programación del Festival Nacional
de Teatro de Caracas 2011, el director José Gregorio Cabello y el comediante
José Gregorio Becerra hicieron el primer
montaje criollo de Novia en rojo, exhibido
durante los días 23 y 24 de noviembre. Y ahora, para la segunda edición del
Festival de Teatro Rosa, en el Celarg, se presentó el severo montaje del
director Reynaldo Rivas y el actor Aníbal Figueroa.
Novia en rojo es la primera de una trilogía que
hemos pergeñado sobre la homofobia que persigue la identidad humana y las
diversas luchas reivindicativas que se suscitan por la consecución de la misma.
La escribimos tras haber ahondado en la saga de Esdras Parra,
quien se sometió a una RGS a los 48 años, en Londres, para vivir como “señora”
hasta su muerte, tras sortear trampas y burlas de una sociedad que rechaza
conductas como las que ella, o él, asumió públicamente.
Nuestro personaje, cual Pigmalión venezolano
descubre su Galatea, peluquera de origen peruano, pero de padres chinos, y vive
con ella un tórrido romance “lésbico” hasta que la muchacha se marcha a la
lejana Australia para casarse con su otro amor, el transexual Valeria que no
piensa operarse, y hasta procrear una familia por los métodos tradicionales. La
soledad y los recuerdos provocan el final de Esdras, quien viene desde su tumba
para revelar todo lo vivido.
Culminada en octubre de 2008, Novia en rojo es la saga de Esdras Parra, nació en Santa Cruz
de Mora (1 de enero de 1930) y murió en Caracas (18 de noviembre de 2004). Así
puede simplificarse la vida de ese escritor, poeta y promotor cultural, quien
tras “un cambio de sexo”, alteró su periplo y se reinstaló en Caracas (1982)
pero no lo dejaron ser plenamente feliz. Su transexualidad y su lesbianismo le
generaron múltiples problemas que afectaron su capacidad de creación para la
narrativa y hasta sus enemigos hicieron chistes eróticos con todo eso. Fue una
víctima más de la homofobia, lacra cultural que mata o execra a quienes se
atreven a ir contra los caducos cánones sociales.
En Novia en rojo se ficcionan los últimos cuatro años de su
vida, salpicada de amores que van y vienen con pesada brevedad, hasta que una
muchacha lo precipita en un abismo de paranoias. Aunque siempre la realidad es
superior a la recreación artística, ésta es una metáfora más sobre la vejez
que, acompañada de desamor, soledad y pobreza, asecha a la mayoría de los seres
humanos, sin importar su conducta sexual o su género. Para nosotros fue un
debut excepcional en la escritura teatral, dado que, como lo dijese el
dramaturgo Darío Fo (Premio Nobel 1997) en visita a Buenos Aires en 1984, “en
ningún país del mundo el teatro tiene la importancia que tiene en la
Argentina”.
El nuevo montaje de Novia en rojo se mostrará en
Bogotá próximamente el Festival de Teatro Rosa.
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