Portada de la nuev a novela del venezolano Edgar Borges |
Devoramos, o
rumiamos, La ciclista de las soluciones
imaginarias o, como la rebautizamos, La ciclista
patafísica; la densidad de su narración y lo apasionante su temática así lo
exigía. Fue como toparnos con los textos actualizados de Frank Kafka y además tomamos
aire releyendo a nuestro Julio Garmendia. Así equiparamos al novelista Edgar Borges
(Caracas, 1966), porque ha creado otro mundo fantástico con asideros en la realidad
de una metáfora sobre la alienación en el siglo XXI, esa que existe pero que en
ocasiones no se deja asir. Ahora en España las bicicletas están más de moda
porque todos quieren ser como la protagonista, una reencarnación de la
inolvidable patafísica hecha novela, gran desafío a la muerte de la
imaginación, de la rutina y la rigidez de la realidad.
Borges, vía
Internet, reitera que desde el 2007, al instalarse en España, le han publicado
cuatro novelas y dos libros de apuntes; también comenzó la traducción y
publicación al italiano de su relato La contemplazione.
-¿Cómo nació “La ciclista…”?
- La
ciclista… nace de mi necesidad de
resistencia ante los días repetidos, la rutina como condena. La historia y los
personajes son parte de esa condena que parece una rueda de nunca acabar. El
señor Silva es un funcionario público condenado a repetir una forma de
cotidianidad que tiene mandato de destino. La
ciclista… llega para abrir un espacio hacia otras posibilidades. El señor
Silva sufre de “el mal de la mirada trastocada”, esto le hace ver el pasado y
escuchar el presente. A este hombre le vienen estas crisis cuando su esposa lo
enfrenta, pero en realidad ella, arquitecta de profesión y docente de
conveniencia, lo que pretende es dominar la realidad de este sujeto. Laura, la
esposa, es aliada del señor Burgos, un contratista que maneja los hilos del
ayuntamiento. Estos dos personajes son aliados en esto de manipular la realidad
de las personas. En la novela se manejan frases claves que van integrando los
por qué de la historia: “el mal de la mirada trastocada”; “el barrio de los
días repetidos”; “la realidad de nuestro barrio” y “el sentido ciclístico de la
salvación”. Quienes me lean comprenderán esto que aquí explico.
-¿Se nota eso en La
ciclista…”?
- Es posible que
algunos autores estemos buscando las piezas rotas de las relaciones familiares.
En mi caso, La ciclista… tiene varios
entramados que van circulando por los bordes de la historia central que cuenta
la novela. El señor Silva y ella son los dos extremos de una conexión. Él
representa el hastío y ella la imaginación. La novela la narro desde la primera
persona para que el lector conozca al señor Silva, este hombre cuenta su paciencia
ante el hastío, sus recuerdos en el México de las emociones que dejó atrás, su
muerte en vida en la España que no sueña; la forma cómo la esposa le cambia los
días y los acontecimientos para adormecerlo en el tiempo y en el espacio. El
señor Silva es un desubicado social que sabe que la vida se le cae a pedazos
pero no hace nada por evitarlo. Cada día más, los vecinos le marcan la
distancia que la sociedad le suele marcar a los desubicados. El señor Silva
pretenderá superar su enfermedad cuando descubre los movimientos de La
ciclista…. Esta mujer aparece para cambiarle la vida a este hombre. La
ciclista… es un llamado, es una mujer que desde su bicicleta le dice al
señor Silva, ese funcionario público que jamás se acercó ni siquiera a un
triciclo: “Súbete, es tu hora, pedalea”.
-¿Qué busca transmitir?
-La necesidad de
un sujeto de huir hacia adelante para cambiar su realidad, esquivando todas las
callejuelas que, a modo de laberinto, le construirán los obreros de su barrio
al servicio del señor Burgos.
-¿Qué cuantos libros proyecta?
- La creación de
mis libros no la proyecto en un conjunto, voy paso a paso, libro a libro, y
esto sólo cuando tengo definida una idea a desarrollar. Los planes son muchos,
algunos tienen que ver con traducciones, otros con viajes.
-¿Cómo es su proceso?
- El proceso
parte de la observación cotidiana, luego necesito trastocar ese acontecimiento
observado y convertirlo en otra posibilidad de realidad. Me gusta llenar los
espacios vacíos con otras formas de historias, de recuerdos. Casi siempre parto
de una realidad que deseo cambiar. Y es ahí cuando la palabra se me asemeja a
un hecho científico, a una operación matemática. Pensar en palabras para llenar
espacios vacíos es como pensar en números para descifrar un problema.
-¿Cómo van las traducciones?
- Las
traducciones van bien, con sus tiempos. El pasado año salió La
contemplazione, en diciembre o enero debe salir la traducción al italiano
de El hombre no mediático que leía a
Peter Handke. El resto son trabajos de traducción que se adelantan al
francés y al inglés. Trabajaba con una agente pero ahora lo hago con una
periodista.
Discriminaciones
Edgar considera
que la sociedad actual, por los propios intereses generales, debe centrarse en
defender los derechos integrales de la humanidad. “Ya no se trata de racismo ni
de machismo por mucho que estas expresiones sigan latentes en sectores
retrógradas, el gran atentado del poder global en el siglo XXI se practica
contra la humanidad en su conjunto. Somos seres humanos y por lo tanto debemos
oponernos a toda forma de maltrato que se genere contra el otro. Nos separan en
las formas de discriminación como también en las formas de respuestas. Siendo
socios de un determinado club de lucha no vamos a poder enfrentar los retos
generales del planeta. La humanidad, hoy más que nunca, debe ser la gran causa
de cada sujeto como de cada barrio. Mis compatriotas me tratan bien, pero igual
me relaciono con personas de todas las nacionalidades. La amistad nace de la
actitud y la confianza, no de los nexos ni de las nacionalidades”.
Polillas
No le preocupa
ya que no lo editen en Venezuela. Ahora le preocupa más un asunto integral del
país cultural. “Lo que poco se dice es que Venezuela desde los gobiernos
anteriores a Chávez ya estaba secuestrada culturalmente. Un grupo de polillas
asumió el hecho cultural como suyo, tanto en lo público como en lo privado. Y
esas mismas polillas invadieron el proyecto de Chávez. Por ello no se ha
concretado un cambio radical como se esperaba. Por ello se mantiene una
estructura nociva que no soluciona lo cultural de fondo porque lo maquilla todo
para proteger a los amigos del “club de todo para ellos”. No quiero generalizar
pero si se indaga un poco se descubrirá que los mismos que trabajan en la
gerencia cultural del Estado, en los gobiernos anteriores asumían los comités
de lectura de las editoriales privadas. Y mucha de esa mafia sigue enquistada
en uno y otro bando. Por eso no les interesa publicar a escritores que no somos
sus amigos. Por eso se mantiene el ruido y se cubre la solución”.
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