Nancy Zambrano Rivas (Héctor Castillo/UN) |
Nancy Zambrano Rivas, a finales de 1961,
cuando estudiaba en el liceo Andrés Bello, se involucró en la lucha
armada urbana contra el régimen de Rómulo Betancourt. Entre 1964 y 1968 estuvo
recluida en el Cuartel San Carlos. Fue al exilio y al regresar participó
activamente en las luchas comunitarias y después en el proceso
revolucionario bolivariano. No desertó.
Como su vida
es símbolo de lealtad y ha pasado por difíciles experiencias sin perder la
condición humana que la caracteriza, según el periodista José Vicente Rangel
Vale, recientemente publicó un estremecedor libro: Escritos
de una combatiente de la guerrilla urbana en Caracas, el cual ya está en las librerías, editado por la
Fundación Juan Vives Suriá.
¿Por qué escribió
este libro?
Consumí más de un año
para dos grandes logros. El libro y el proceso de tejer el libro, que
hizo reencontrarnos a muchos de los que participamos como combatientes en la
lucha armada urbana, y que formamos parte del destacamento Livia Gouverneur de las
FALN. Aquellos conversatorios de los que fuimos protagonistas, sacar de adentro
tantas cosas que muchas no habían sido dichas, y entender la parte humana, lo
que ha sucedido desde entonces en la vida de cada uno, fue digno de haberlo
vivido. Y como está dicho en el libro lo que había comenzado como la
escritura de mis vivencias se fue transformando en la historia del Livia
Gouverneur, contado por los protagonistas.
Hay varias razones que me
empujaron a escribirlo: la experiencia de la lucha armada urbana estaba
silenciada, los libros sobre esa época se han restringido a las
guerrillas rurales, había que reivindicar la gesta urbana. Otra razón que
siempre me preocupaba era la omisión de la participación de la mujer en esa
lucha, y más que escribir sobre esa participación, ha escrito una mujer
combatiente sobre sus experiencias y su visión, ¿qué mejor que eso?
¿Para qué?
Quiero que la nueva generación,
que ha heredado los logros de Hugo Chávez, pero que no los ha luchado, por su
juventud misma, sepa lo que otras generaciones fueron capaces de hacer por un
sueño, arriesgando su vida, con una total entrega; entonces, si se pone en
peligro este proceso, ya no por correr tras un sueño sino por preservar
lo logrado, haya que tensar toda la energía, y que sepan que otros pudieron, lo
que hicieron. Y también para contar esa partecita de la historia desde sus
protagonistas, muchos anónimos, y no desde interpretaciones de
otros, de lo que se encuentra en la prensa, o de versiones a veces
tergiversadas.
¿Satisfecha
de lo que eso significó para su vida? ¿Lo volvería a hacer?
Más que satisfecha o no, se
trata de si aquello valió la pena, el haber vivido esas experiencias del asalto
al cielo, cómo lo llamábamos, era una generación que se la jugó en esa lucha
por construir una sociedad con justicia, no era un discurso, se traducía en la
acción, una acción para construir una revolución. Y era importante porque
se había vivido lo del 23 de enero que se tradujo en una oportunidad perdida,
porque no estaba en la cabeza de nadie, de la izquierda, la idea, ni siquiera
la posibilidad de la toma del poder, ni siquiera de participar en los niveles
de decisión de la conducción del estado y este insurgir, entre el 61 y el 64 de
los movimientos cívico militares, de las insurrecciones populares y los
movimientos armados urbano y rural fue una clara expresión del compromiso
de esa generación, mostró una voluntad inquebrantable. Tan solo por eso,
aunque no hayamos logrado el asalto al cielo, valió la pena, alguien tiene que
intentarlo. Después de analizar la derrota es difícil decir si se volvería a
hacer de la misma forma, lo que sí podría decir es que ni reniego ni me
arrepiento, por el contrario es motivo de orgullo.
¿Satisfecha de su
publicación? ¿Qué comentarios ha recibido?
Es pronto. Apenas se realizó la
presentación del libro en diciembre, en enero comenzó la distribución de ese
tiraje, más bajo de lo previsto, y se espera que este mes salga otro emisión de
otra imprenta.
¿Se le quedó algo
que no escribió en su libro? ¿Haría otro libro?
Siempre queda. Me viene a la
mente el comentario que me hacia un investigador francés, muy importante, en
relación a un libro: que si no quedaban puntos abiertos, aristas sin tratar,
era porque el tema no era interesante, no era trascendente. Un poco es
así en un libro que toca la vida en un momento y en un espacio tan
turbulentos, y aunque el libro no es histórico sino es más el resultado
de incrustar las vivencias en lo histórico, ¡cuanto queda afuera! la vida es
tan rica y tiene tantas aristas que queda afuera lo que en un instante parece
no relevante, o lo que no puede salir de esos escondites tan inexplorados de
nuestro yo interno. Pero por señalar uno, de cada combatiente podría
haber escrito un capitulo y no unos párrafos, aun cuando muchos están
presentes, de distintas formas, en casi todo el libro. A algunos los conocí, de
verdad, en este trenzar del libro.
¿Qué hace ahora?
He realizado, y seguiré realizando,
si así me lo demandan, asesorías en el sector público, donde pueda contribuir
sobre todo en dos aspectos, más allá de un proyecto especifico, el de la
formación del personal, integral, y el de la eficiencia y eficacia, ya que la
ineficiencia, muchas veces ligado a la ineptitud o desconocimiento por falta de
formación, y la corrupción son los factores que agravan la guerra económica que
causa, hoy por hoy, el mayor descontento de la población que se enfrenta a
cualquier trámite o en cualquier acto cotidiano de la vida. Quizás allí se
juegue más de lo que podamos apreciar.
¿Sobreviven padres
y hermanos?
Nací en Mérida en el transcurso
de un viaje de una mudanza familiar desde San Cruz de Mora, un pueblo cercano a
Mérida, hasta Caracas, siendo la menor de 9 hermanos, hoy 7, y mi madre nos
acompaño hasta el 31 de octubre del 2004,cuando el día anterior esperaba salir
a votar en una de las tantas elecciones por Chávez. Aquel viaje comenzó en 1943
y llegó a Caracas en 1945, en pleno desarrollo de la llamada revolución de
octubre. Mi formación profesional está en el campo de la informática o de la
computación, realicé mis estudios universitarios y la maestría en la UCV y el
doctorado y postdoctorado en Francia, en París XI.
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