La familia Vidal,el autor canario, el productor asociado y un grupete de frescos actores |
El dramaturgo español Antonio Tabares (La Palma, 1973) confesó en Caracas
que nunca esperó ver su obra La punta del iceberg (merecedora de los premios Tirso de Molina,
2011, y Réplica, 2012) estrenada tan pronto en la capital de “la Octava isla”,
como llaman entrañablemente a Venezuela en el archipiélago canario. Fue, para él,
como un renacimiento en esta tierra donde laboró su progenitor hace muchos
años, especie de sensible reencuentro con su pasado familiar.
Tabares es periodista en el ayuntamiento de Santa Cruz
de la Palma y en sus ratos libres-los
cuales no son muchos, porque está casado y tienen tres hijos- escribe teatro, actividad
donde le ha ido muy bien hasta ahora. Ya cuenta con otras piezas como Una
hora en la vida de Stefan Zweig, Cuarteto para el fin del tiempo y La sombra de don Alonso (su primera obra, de 1998). Y está pergeñando
el libreto de una ópera de cámara para el compositor canario Alberto
Roque.
En su encuentro con la
crítica y el público caraqueños, Tabares puntualizó que un buen texto teatral tiene que
hablar de nosotros mismos. De personas de carne y hueso y de temas que no nos
resulten ajenos; pero eso que parece tan fácil es lo más difícil. “Como decía
Lorca: No vamos al teatro a ver qué pasa, sino a ver qué nos pasa”.
LA VERDAD OCULTA
La embajada de España en Venezuela, dentro de sus actividades
culturales en esta Tierra de Gracia, auspició la producción de La punta
del iceberg , la cual hace temporada en el Espacio Plural del Teatro Trasnocho
Cultural, dirigida profesionalmente por Javier Vidal y con creíbles caracterizaciones logradas por
Julie Restifo, Juan Carlos Gardié, Gerardo Soto, Gonzalo Velutini y los jóvenes
Jan y Josette Vidal-Restifo, para brindarle así al público una entretenida y
didáctica reflexión sobre la complejidad de las relaciones laborales en una empresa y lo que puede ocurrir cuando
entran en crisis las relaciones interpersonales de trabajadores y trabajadoras y
ocurren tres suicidios y dos intentos, por lo cual se realiza una severa investigación que permitirá demostrar, como lo predica el mismo título, que la verdad no es lo que se muestra sino lo otro, lo oculto, y que los
cinco incidentes son la muestra que todo
no está bien y que al normal estrés laboral se añaden otros factores que
desencadenan las lamentables tragedias.
SINOPSIS
Tabares creo su pieza a partir
de una serie de hechos reales, ocurrido en Francia, durante el año 2007,
cuando tres empleados se quitaron la
vida en sus puestos de labores a lo largo de seis meses. Todo apuntaba a que
la presión y la sobrecarga del trabajo estaban íntimamente conectadas con
aquellos sucesos. El dramaturgo investigó
a fondo esos dramáticos sucesos y, tras de ubicarlos en España, elaboró La
punta del iceberg donde ficciona la
realidad y presenta a la diligente funcionaria empresarial Sofía Cuevas,
enviada desde la sede principal, que
tras nueve reuniones con el personal –cuatro empleados y un líder- llega a sus rotundas conclusiones:
agudos y peculiares problemas personales de los suicidas, agravados por el estrés
laboral y la falta de un diligente apoyo profesional (psicólogos sociales y psiquiatras),
quienes cayeron en agudas depresiones
que los llevaron al suicidio.
Se trata, pues, de un thriller psicologista donde la sociedad en
general y la empresa en particular son las responsables de los letales incidentes.
La pieza culmina con otro suicidio
y la crisis vuelve a repetirse con las típicas
preguntas: ¿por qué se mató?, ¿a quién se puede culpar?, ¿es el sistema
económico capitalista tan perverso?, ¿el suicidio es una enfermedad social
contagiosa?, etcétera.
MONTAJE Y ADVERTENCIA
El texto está en su punto y el montaje luce bien resuelto –un mínimo
de escenografía y todo descansa en unas sillas y unos escritorios escolares, diríamos nosotros- gracias el
director Vidal y el equilibrado desempeño actoral. Todos ellos hacen gratos los
90 minutos del dramático espectáculo; el cual tiene su advertencia sobre
situaciones similares, porque eso ocurrió
realmente en el pais galo, pero se ha presentado en otras naciones y no se sabe
cuántas veces aquí en Venezuela, ya que los sistemas labores no están
supervisados como debe ser, y los trabajadores y trabajadoras pueden inmolarse por
un suma de conflictos laborales y crisis
intimas, sin dejar de lado la amenaza latente del despido, con cualquier
justificación.
Aquí debemos recordar que el corazón de las empresas, públicas y
privadas, no es sensible a las normales crisis de las relaciones
interpersonales, y lo que sí hay es “un sálvese quien pueda”, porque las
organizaciones sindicales, en su mayoría, solo existen para reclamar mejoras salariales, pero nunca exigen
una vigilancia profesional para sus asociados, a sabiendas que todos son
susceptibles de desenlaces fatales, sin excepciones, porque para el suicidio
solo se necesita estar vivo y no encontrar una mano amiga o un consejo en el
momento indicado de una obstinación que
germina lentamente o estalla de repente. Se olvidan que los seres humanos son
seres psicobiosociales.
ACTUACIONES
Más allá de la aceptación o rechazo a la temática y su
argumentación, porque hay espectadores a quienes eso no les interesa, según
ellos, hay que exaltar el conjunto
actoral ahí presente: dos generaciones en su mejor momento. Esplendidas las performances de Julie, Juan Carlos,
Gerardo y Gonzalo, al lado de los jóvenes Vidal-Restifo en unos personajes que
les calza como anillo al dedo. Estos artistas venezolanos dieron vida a un texto teatral humanísticamente
comprometido, que ya es historia en la
dramaturgia española. Se les agradece porque así la Patria pule esas aristas
del arte escénico.
MONTAÑA DE HIELO
Un iceberg es una gran masa de hielo que flota en los mares fríos, tras desprenderse por rotura
de un glaciar. La palabra iceberg está formada por las
palabras, en inglés, ice significa hielo
y, holandés o alemán berg
expresa montaña; por lo
tanto, iceberg es una montaña de hielo. A
primera vista los icebergs aparentan no ser muy grandes y, esto es porque
apenas un 10% queda visible en la superficie y el 90% de su volumen está sumergido
en el agua. En psicología, existe la teoría del iceberg de
Hemingway, la misma quiere decir que “solo atendemos aquello
que es visible a simple vista y lo demás pasa inadvertido”, tal como ocurre con
un iceberg. Debido a las características del iceberg, existe la frase “es solo la punta del iceberg”, lo cual significa que una situación o
problema es solo una pequeña parte de lo que puede ocurrir.
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