El teatro político tiene todavía cultores en Venezuela |
Albert Camus estrenó en París (1948) su drama El estado de sitio y mostró así su metáfora sobre la dictadura del Caudillo de Dios,
Francisco Franco, la cual propuso como advertencia para los habitantes del
mundo que podrían afrontar situaciones similares ante el desfile de
totalitarismos militares o de civiles disfrazados y complacientes que pulularían
en las décadas posteriores. El dramaturgo francés, de 47 años, pereció en
trágico accidente (1960) y legó un balsámico legado literario y filosófico para
los oprimidos, mientras que el invencible general hispano falleció en su cama (1975),
dejando una herencia social-política-económica bien atada que todavía gobierna,
especie de guante de hierro con forro de armiño.
Ahora ese incendiario y legendario evento El estado de sitio está en la sala Anna Julia Rojas (Unearte) de Caracas,
porque el director Dairo Piñeres y su agrupación Séptimo Piso lo han producido
por sus 20 años de labores. Un bien concebido espectáculo de estremecedor
teatro político, ese que pocas veces se exhibe, porque algunos productores
decretaron que los criollos deberían solo reír y tener orgasmos visuales. Pero
un puñado de inconformes jugó la carta de la protesta y lograron realizarla.
En versión de Piñeres, este
inesperado El estado de sitio sucede en Cádiz y plasma a una comunidad
pintoresca, gobernada por unos privilegiados, que acepta las desigualdades
sociales abismales y donde la pobreza pasa a ser asumida como algo inevitable, decisión
de la voluntad divina, con la
complicidad de la ignorancia y la salsa del miedo. Pero todo cambia con un
nuevo gobierno que irrumpe, más despótico, tiránico y criminal, el cual utiliza
el miedo y el odio para alimentar un
régimen que se apodera de todo y restringe
además sus libertades, hasta que germina una revolución y ahí el escritor deja
un océano de posibilidades e interrogantes a la audiencia, que estos artistas
venezolanos han glosado satisfactoriamente, pero podrían haberlo hecho mejor.
Este venezolano El estado de sitio, con varias decenas
de actores y aprendices, poquísimos elementos escenográficos y una música de discoteca gringa, además de un vestuario a lo punk, requiere de
más ensayos y de una mínima depuración, para que sus contenidos
lleguen con menos “ruidos” al público
y se dé la necesaria catarsis.
No estamos seguros, pero El estado de sitio nunca antes se había
mostrado en Caracas, al menos en este siglo XXI, lo cual se la agradece a Dairo
Piñeres porque ayuda a escribir la historia multisápida de las artes escénicas
criollas.
Mientras el director Piñeres
alista su segunda temporada de El estado
de sitio, con las depuraciones estéticas apropiadas, recordamos al equipo
artístico y técnico, además del elenco que lo acompaño:
El equipo artístico y técnico está conformado
por Yovanny Duran y Carlos Díaz en el
vestuario, Patricia Amenta en la escenografía, Daniel Herrera en la música en
vivo y original, Marcos Rivas en el diseño gráfico, Marcos Mancera en la
fotografía, Janset Rojas en la asesoría actoral, Jean Marco Bello en la
asistencia de dirección y Carlos Chacón
en la producción.
Las actuaciones son de Moisés Berr, José Manuel Suarez, Ysabel Nieto, Gonzalo Guerrero, Reinaldo
González, Ana Casadiego, Sergio Pérez, Carlos Alvarado, Gabriela rodríguez,
Nelsy Avile, Jobana Ramírez, Luis rodríguez, Anthony Bracamonte, Jhon Galvis,
Miguel Alejandro Rosales, Carlos Torres, Christopher Hernández, Bárbara
Mijares, Laura Bandez, Carlos Dimas, José Angarita, Jair Díaz Díaz, Gerardo
Sorondo, José Antonio Jiménez, Adriana Mederos, Yalismar González y Jonathan
Contreras, entre otros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario