Gracias al apoyo de las leyes se ha logrado un ponderable desarrollo del cine venezolano. |
Circula
una carta dirigida al diputado Cristóbal Jiménez, presidente de la Comisión de
Cultura de la Asamblea Nacional, la cual consideramos que debe ser el dominio público
por los contenidos de la misma.
La misiva
dice así:
La
comunidad cinematográfica nacional, sus gremios y organizaciones, sus miembros,
mujeres y hombres de todo el país, que con su talento y esfuerzo hacen posible
el Cine Venezolano en sus más diversas manifestaciones, del cortometraje al
largometraje, del documental a las obras animadas, de las realizaciones
colectivas al cine de autor, y que conjuntamente con su quehacer creativo y
productivo se ha forjado en un largo proceso de lucha por lograr las
condiciones para el desarrollo de nuestro cine, un cine que nos exprese como
pueblo y nación, es esta ocasión nos dirigimos a ustedes con el fin de
presentar la propuesta de una segunda reforma parcial de la Ley de
Cinematografía Nacional, que estimamos oportuna, necesaria y justa.
Desde
los años 60, en el I Encuentro de Cine Nacional en Ciudad Bolívar, los
creadores y trabajadores cinematográficos levantan la bandera de la Ley de
Cine, un debate que continúa en las Jornadas de Caracas, Valencia y Cumaná, en
el Congreso Cultural de Cabimas, en los Encuentros de Cine Latinoamericano en
Mérida, y en cada espacio y en cada película, una lucha de décadas por el
reconocimiento por parte del Estado de la importancia del Cine Venezolano como
expresión cultural y por la conquista de un marco legal que estableciera las
bases para su desarrollo.
Finalmente,
en 1994 el Congreso de la República aprueba la Ley de Cinematografía Nacional.
Sin embargo, poderosas presiones económicas y políticas nacionales e
internacionales, hacen suprimir de la ley un artículo fundamental que aseguraba
el financiamiento estable del sector. Pero en el 2005, la Asamblea Nacional
presidida, en ese entonces, por Nicolás
Maduro Moros, aprueba una primera reforma, impulsada por nuestra perseverante
comunidad, y que dota a la ley de los mecanismos que se le cercenaron en 1994,
necesarios para la protección y estímulo a la obra cinematográfica nacional,
dando así el Estado Venezolano un claro y firme apoyo a nuestro cine.
Con
esta reforma se dan enormes avances en todas las áreas de nuestra
cinematografía, elevando sustancialmente la producción, generando empleos
directos e indirectos, incrementando los estrenos nacionales, fomentando
programas de formación para las nuevas generaciones, impulsando la actividad cinematográfica en toda
Venezuela, financiando un creciente programa de bienestar social, obteniendo triunfos en los más importantes
escenarios del mundo y logrando un reconocimiento internacional cada vez mayor,
con el entusiasta respaldo de nuestro público y del país en general que apoya al
Cine Venezolano.
No
obstante, hoy nuestro cine
enfrenta nuevas realidades que impiden la continuidad y consolidación de sus
logros, y su desarrollo en procura de nuevas metas, a esto se agregan una serie
de deficiencias y vacíos en el vigente marco normativo, lo cual plantea la
necesidad de una nueva reforma que permita superar las debilidades existentes y
dar respuestas a
necesidades actuales en función del fortalecimiento del cine nacional.
Producto de un largo e intenso debate de los gremios
y organizaciones de la comunidad cinematográfica agrupadas en el Foro
del Cine Venezolano, hemos presentamos, en pleno ejercicio democrático de
participación protagónica que garantiza nuestra constitución y asumiendo
nuestro rol de pueblo legislador, el Proyecto de Segunda Reforma Parcial de la
Ley de Cinematografía Nacional, la cual fortalece al conjunto de nuestra cinematografía,
dotando al cine nacional de
recursos indispensables para su producción a todos los niveles, dando estímulos
a la inversión dirigida a impulsar a nuestro cine, planteando una política de
incentivos, propiciando la creación de los fondos regionales, resguardando la
exhibición del cine nacional, atendiendo al proceso de formación, garantizando
al público el acceso a un cine mundial, plural y de calidad, y amparado la
conservación de la obra cinematográfica.
Esta segunda reforma parcial recoge y da respuestas
a necesidades que nos impone la realidad actual, cubre deudas de la reforma
anterior y reivindica algunas de las más justas banderas del Cine Venezolano.
El
Cine Venezolano es una vocación y una aspiración colectiva cuyos cimientos se
asientan en el perseverante esfuerzo creador de sucesivas generaciones. Nuestros logros actuales, que conjugan la labor de sus
autores, productores, artistas y técnicos, son a la vez, en buena parte,
resultado del esfuerzo de vida de gran cantidad de venezolanas y
venezolanos y de quienes
llegados de muchas otras partes se nos sumaron, y que
a lo largo de más de un siglo, remontando limitaciones y dificultades, dieron
lo mejor sí para que fuera
posible el crear y hacer cine en Venezuela. De igual manera el presente y el
futuro de ese legado común que es nuestro cine, dependen de los esfuerzos que
hoy hacemos como parte de una comunidad que siempre ha sido consciente de su
responsabilidad histórica. Por esta razón, por el bienestar y el porvenir de nuestra
cinematografía como un todo, respaldamos este Proyecto de Segunda Reforma
Parcial de la Ley de Cinematografía Nacional que ha presentado el Foro del Cine
Venezolano ante el cuerpo legislativo venezolano.
Firman
los presidentes y representantes de estas agrupaciones: Anac, Avepca, Caveprol,
Cámara del cine y el video, Asociación venezolana de documentalistas, Circuito Gran Cine, Sociedad
cinematográfica de editores de Venezuela y otras instituciones.
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