Un zuliano que triunfó y murió muy joven. |
A 43 años de su rocambolesco asesinato en un callejón de
San Juan de Puerto Rico, Felipe Pirela no ha sido olvidado y una prueba son los
2500 espectadores que aplaudieron las 10 funciones del espectáculo de Paúl
Salazar Rivas en el teatro Bolívar de Caracas.
Ese
remontaje de la tragicómica pieza La última
voluntad de Felipe Pirela, denuncia como la homofobia mata
o desgracia la vida a quienes no aceptan
pautas de conducta y optan por degustar lo prohibido. Permitió, una vez más,
ponderar el recurso
de hacer teatro dentro del teatro y disfrutar así de cuatro personajes-pacientes,
de un psiquiátrico de Puerto Rico, quienes, en la época actual, representan la historia de Felipe; saga
elaborada con secretos a voces, éxitos, traiciones, discriminación e
intolerancia los cuales reconstruyen la pasión y el calvario del bolerista,
encarnado por el correctísimo vocalista Jorge Velázquez, quien interpreta algunos de sus éxitos; sus
interpretaciones son como un bálsamo, mientras los actores-locos (Aura
D’Arthenay, Carlos Minoves, Jonathan Urrea y Karla Pravia) recrean el drama del cantante, quien no tuvo un
sensato asesor o manager para cuidarse de la ignominia y del acoso que le hacían.
Felipe
Pirela (Maracaibo, 1941) era bisexual y para bajarle el volumen a lo que decían
en la calle y especialmente desde los periódicos y revistas de Venezuela, se casó,
a los 23, con una menor de edad (ella de
14). Fue peor el remedio que “la enfermedad”. Dos años después lo divorcian –según
reza en el documento legal- por “homosexualidad, lesiones personales y
privación de libertad”. Venezuela era otra y las tribus, como la de “David”,
impartían justicia. De ahí en adelante su existencia fue dando tumbos,
estimulada por falsos amigos, amores
estériles, alcohol y drogas, hasta que lo mataron en la madrugada del 2 de junio de 1972.
Él había pedido a sus amigos que si le pasaba algo
no quería que lo sepultaran en Venezuela porque aquí le habían desgraciado su existencia.
Su familia lo sembró en el Zulia el 5 de julio de 1972, desechando así su
última voluntad.Paúl Salazar Rivas ha replanteado artíscamante la cruda historia del gran bolerista.
Ahora Felipe Pirela también resucitará en el cine y será durante el próximo diciembre cuando lo muestre el
director Diego Risquez.
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