viernes, septiembre 11, 2015

Ubú 2015

La realidad siempre será superior a la ficción escenica.
El director Francisco Denis, artista con grados universitarios bien ganados y aplicados, rompe reglas tradicionales del espectáculo teatral y lo demuestra, fehacientemente, con su montaje Ubú, el cual exhibe en la Sala Rajatabla.
Este Ubú, cuya versión literaria y escénica suscribe Denis, mantiene el humor grotesco y vitriólico del autor Alfred Jarry (Francia, Laval, 1873/ París, 1907), respeta la esencia del original Ubú rey (1896) y plasma para los venezolanos esa visión grotesca,  descarada y satírica del poder político y de quienes lo ejercen  o conspiran  para poseerlo, como el artista advertía para los tiempos modernos. Es una versión libérrima de la novela 1984 de George Orwell, pero haciendo hincapié en las corruptelas del poder corrupto y corruptor.
 Denis recuerda que el primer Ubú rey fue materializado por colegiales para mofarse de uno de sus profesores, y él ahora logra conservar ese desparpajo y desenfadada burla juveníl, ya que su protagonista  mantiene esa gran explosión anárquica que provocó un caos en la crítica y el público de aquellos tiempos. ¿Será igual ahora?
El Ubú de Denis es más impactante porque el director utiliza coordinados movimientos del solido telón de boca y así parcela  y muestra aquellas imágenes que se lograrían con tomas de cámaras de filmación, como la aproximación, encuadre y alejamiento. Esto, que no es frecuente en el teatro venezolano, permite acentuar el efecto visual de las vulgaridades cotidianas del todopoderoso Ubú; muestra detalle a detalle, con rigor fulminante, todas las insaciables maneras de una grosera marioneta, un magnifico estúpido, un todopoderoso de nuestra historia latinoamericana reciente. 
Es una laudable producción de Sathya Rengifo para la agrupación Río Teatro Caribe y cuenta con acertado elenco integrado con Luis Domingo González,  Jesús Carreño,  Dixon Dacosta,  Francisco Denis,  Wahari Meléndez, Carlos Novella y Julio Saavedra; donde además participan: Joaquín Nandez con el vestuario, Yvo Hernández en la  ambientación y decoración, y la música original de Waharí Meléndez.

Por supuesto que la realidad siempre supera la ficción y que Jarry nunca se imaginó las utilizaciones que los teatreros harían de su Ubú rey.

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