sábado, octubre 04, 2014

Román Chalbaud vivo por el arte escénico

Nació  hace 83 años en Mérida y es un artista ejemplar
Los cumpleaños no alteran su rutina existencial, quizás si llega a 100 podría ser que realice  algo inusitado. Por ahora, el merideño Román Chalbaud Quintero celebrará sus 83 en Porlamar como jurado del VII Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita, del 5 al 12 de octubre.
-¿Le picaran una torta?
-Es posible, quizás me den esa sorpresa el  viernes 10 de octubre; yo no paralizo mi agenda de trabajo. Mi cine, mi teatro y mi literatura son algunas de las cosas que me mantienen vivo.
-¿Pero no hay ninguna canita al aire?
-Lo normal, pero no ahora que tengo tantas cosas por hacer. Estamos finiquitando el montaje de mi película La planta insolente, la número 24 de mi filmografía; en enero voy a Buenos Aires para culminar los efectos digitales, los traemos y viene la sincronización de la música, lograda por Federico Ruiz. Creo que en marzo o abril de 2015 será su estreno. Es la saga, escrita por Luis Britto Garcia, sobre el general Cipriano Castro y su enfrentamiento con las potencias imperiales que pretendían invadir a Venezuela, entre diciembre de 1902 y febrero de 1903.  
-¿Tenía un proyecto sobre la tragedia del Orfeón Universitario en las Azores, el 3 de septiembre de 1976?
-Se está trabajando en la preproducción y en febrero de 2015 habremos concluido el casting y nos lanzaremos al rodaje, de  ocho semanas. Se llamará Los pájaros de las boinas azules. Tengo otro proyecto que es convertir en serie de televisión, de unos 40 capítulos, a El pez que fuma; en esa empresa me acompaña Elba Escobar; ya tenemos ofertas de compras desde el exterior; la dirigiría Tony Rodríguez.  El primer semestre del 2015 está prácticamente cubierto.
-¿Y el teatro?
-Ahí marcha. Ya entregue el texto de Oveja negra a su productor Oswaldo Estrada  para estrenarla y llevo más de 30 páginas de Espíritus animales, con lo cual habré  completado  mis primeras 20 piezas teatrales. Creo que mi obra Bingo, sobre el drama de la vejez y sus apetitos carnales, hará otras temporadas dentro y fuera de Caracas.
-¿Cómo encuentra la gestión cultural del gobierno bolivariano?
-Muy bien, hay libros, hay teatro, hay cine y ahora se hace un congreso sobre la cultura como tal. Aunque yo le recomendaría al ministro Reinaldo Iturriza que  restablezca la Compañía Nacional de Teatro, como era antes la agrupación, en los tiempos de Isaac Chocrón,  para que haga temporadas de uno o dos meses en alguno  de los teatros caraqueños; se harían cuatro o seis montajes al año, pero sin descuidar las  agrupaciones en el interior de la república, como lo hace actualmente. Tenemos que exhibir un elenco emblemático   del mejor teatro nacional. Es un clamor de los artistas y del público.
El office boy que creció
Chalbaud comenta que el abecé del teatro lo aprendió en el Liceo Fermín Toro, gracias al inmigrante español Alberto de Paz y Mateos, durante los años 40. “Yo no quise realizar ninguna actividad deportiva y elegí  al teatro, sin saber lo que pasaría o haría después, como autor y director. Al cine llegué porque me fastidiaba como oficceboy de la Creole, trabajo que me consiguió mi madre, Alicia Quintero,  y todas las  tardes iba a los estudios de Bolívar Films para ver los rodajes de sus películas. Ahí conocí, al   afamado director mexicano Víctor Urruchúa, quien rodó en Venezuela durante los años 50 los  filmes  Seis meses de vida y Luz en el páramo. Yo fui su asistente de dirección. Yo aprendí el  cine con  la práctica, nada de planteamientos teóricos. Y me quede en el cine porque era muy malo con las matemáticas, la química y la física. También, durante varios años, ejercí el periodismo en Últimas Noticias y El Nacional, como columnista de cine y articulista. Tengo, pues, mi historia como periodista.

No hay comentarios.: