jueves, septiembre 27, 2018

Compañía Nacional de Teatro estrena melodrama de Pablo García Gámez

Oscuro,de noche.

La Compañía Nacional de Teatro, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, estrenó su espectáculo Oscuro, de noche, el jueves 27 de septiembre, a las 5PM, en la Sala Alberto de Paz y Mateos, sede artística de la institución, donde hará temporada hasta finales del venidero mes de octubre.
 La puesta en escena de Oscuro, de noche es de Carlos Arroyo -quien ha estado apoyado por los directores Marisol Martínez y Costa Palamides- logra materializar el hogar de Kenny Javier Barrios, de 25 años, asesinado por unos malandros, en el Municipio Libertador de la Gran Caracas para robarlo, quienes además logran despojarlo de su recién comprada motocicleta. Y es además es el reflejo de una familia angustiada para recuperar su cadáver y darle sepultura, en medio de los comentarios de los vecinos que dicen haber visto a la víctima y sus verdugos, y plasma el patético dolor de su novia.
 El autor, Pablo García Gámez, por intermedio de 13 personajes, a quienes presenta en un drama de un acto y 32 fragmentos, consigue plasmar una enternecedora saga de la violencia que ocurre en las grandes ciudades del mundo, las cuales parecen ollas de presión, de represión o de depresión. Oscuro, de noche es, pues, una historia arrancada de la vida misma, la cual enseña a sumar a los ausentes y restar a los presentes, que además provoca miedo.
En este montaje de Oscuro, de noche, texto merecedor del Premio Nacional de Dramaturgia Apacuana, en su tercera edición, el director Arroyo juega con elementos de las estéticas expresionista, realista y circense, además de un especial trabajo de musicalización por parte de la música dramaturgista Julia Carolina Ojeda y los percusionistas Moisés Mirele y Jorge Canelón hijo, hasta crear un conmovedor e impactante espectáculo donde se poetiza el miedo que se ha apoderado de una ciudad, para no más de 90 minutos de exhibición escénica.
Participan los comediantes Francis Rueda, Adriana Bustamante, Luis Domingo González, Gustavo Rengel, Ariana León, Marxlenin Cipriani, Randymar Guevara, Gustavo Meléndez, Trino Rojas, Kala Fuenmayor, Angélica Rinaldi, Yordano Marquina, María Tellis, María Brito, Dora Farias, Jean Manuel Perez, Andy Pérez, Vito Lonardo, Jorge Canelón y Adrián Jiménez, integrantes del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro. La música es un creativo ensamble y el vestuario es de la CNT.
La temporada de Oscuro de noche, es de jueves a domingo, a las 5PM, a lo largo del venidero octubre, en el Teatro Alberto de Paz y Mateos, el cual está ubicado, entre la Avenida La Colina y la avenida Andrés Bello, en la Prolongación Los Manolos. Urbanización Las Palmas. Metro Plaza Venezuela, conexión Metrobus Nº 314.


miércoles, septiembre 26, 2018

Mariña por Miartus y que vivan las técnicas del mapping y el videobean


Quisimos “repetir” el buen espectáculo Ningún hombre es una isla, muy bien escrito, dirigido y además protagonizado por José Tomás Angola Heredia (Caracas, 1967), apuntalado en los correctos actores Andrea Miartus y José Manuel Vieira, el cual habíamos disfrutado durante la temporada del pasado mes de enero en el teatro Humboldt. Y por eso volvimos el sábado 15 de septiembre a ese moderno edificio teatral que mantiene la comunidad alemana en el San Bernardino caraqueño, sin sospechar que tendríamos que ver, por tercera vez, el mismo espectáculo, como en efecto ocurrió, porque debíamos ponderar así al nuevo talento para la actuación que se subía a esas tablas: Andrea Mariña, un bella y espigada estudiante de periodismo, ya que Andrea Miartus había sido sustituida perentoriamente tras una delicada operación de apendicitis, en la mañana del domingo 16, y suspender sus presentaciones hasta otra temporada,
Sí, una vez más, la naturaleza nos recordaba que los actores y las actrices son mortales y en ocasiones, hasta milagrosas, emergen  otras artistas que asumen el reto de sustituirlas para que el espectáculo continúe, como ocurrió el pasado domingo 23, teniendo, además, entre el público a la convaleciente Andrea Miartus. Gracias, pues, a la pericia médica y a la buena suerte de la Miartus, no hubo mayores problemas y el teatro venezolano cuenta ahora con una nueva actriz, Andrea Mariñas, quien está muy entusiasmada además con sus estudios universitarios y tiene muchos sueños para materializar en las artes escénicas.
Fuimos, pues, testigos preferenciales de un hecho – y repito- milagroso o mágico en el mundillo teatral criollo, donde ya se aprecian las ausencias y abundan las quejas porque no todo lo que emerge tiene calidad. Pero ese será tema para otro artículo, porque no se deben jurungar las heridas sociales y menos si son del sector cultural.
HEMINGWAY EN TERCERA TANDA
Debemos, pues, reiterar nuestras preguntas sobre cuáles son la vasos comunicantes culturales y existenciales entre el contemporáneo teatrero venezolano José Tomás Angola Heredia con el bardo místico inglés John Donne (1572/1631) y el novelista estadounidense Ernest Hemingway (Oak Park, 1899/ Ketchum, 1961) ¿Por qué se suicida el gringo aquel si aparentemente lo poseía todo? ¿Tenía miedo a vivir o a seguir luchando para escribir más obras famosas por su calidad literaria? ¿Vale la pena vivir a pesar de los obstáculos sociales y políticos? ¿Para qué vivir si debes renunciar a tus afectos o tus placeres? ¿Para qué vivir hasta envejecer acosado por las enfermedades o las desilusiones que proporcionan los seres amados?
Las   respuestas las descubrió o las dedujo el teatromaníaco que en Caracas acudió a la sala Alexander Humboldt, en la calle Juan Germán Roscio, en San Bernardino, donde precisamente hizo una  notable temporada el ponderado espectáculo Ningún hombre es una isla.
Solamente en un espacio escénico como el de Humboldt podía Angola Heredia hacer y lucir lo logrado. Un estremecedor homenaje al ya legendario Hemingway durante el último año de su vida, por intermedio de un bien caracterizado y exhaustivo monologo existencial del célebre intelectual, con los precisos y convincente soportes de Miartus -.y después la Mariña- y Vieira y la magia audiovisual que le proporcionó la correcta utilización de las técnicas del mapping y el videobean para ambientar la larga y exhaustiva, además de patética, despedida del autor de Por quién doblan las campanas y otras novelas.
Angola Heredia revisa además con su texto la poesía y la filosofía de Donne, en especial su poema Ningún hombre es una isla, que es una amarga meditación sobre los seres humanos y circunstancias existenciales en las sociedades que les ha correspondido vivir, concretamente, como lo canta en su poema: Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”.
El aburrimiento y desencanto existencial de Hemingway, agravado por su dependencia alcohólica  se materializa en la escena gracias al encuentro mágico entre el escritor y los protagonistas de su novela Por quién doblan las campanas, lo cual permite ponderar el escritor en charlas con  Robert Jordan y su enamorada María, y avanzar hacia su final: el suicidio, utilizando  una de sus famosa escopetas de cazador, después de haber sido obligado a salir de Cuba por la llegada de la revolución de Fidel Castro y sus guerrilleros de la Sierra Maestra.
Y aquí debemos reconocer que en ocasiones los arboles no nos dejan ver el bosque, y que es precisamente ahora cuando hemos evaluado y disfrutado tres veces las montajes de Un hombre no es una isla cuando nos impactó la técnica teatral-audiovisual, denominada mapping-video, aplicada a la escena, con la cual lleva cerca de cinco años experimentando el teatrista Angola Heredia.
Pero, como le mismo lo admite, lo usó por vez primera en la pieza Chirimoya flat que protagonizaran Laureano Márquez, Crisol Carabal y los ya desaparecidos Cayito Aponte y Levy Rossell. “Siempre he estado vinculado a los medios audiovisuales y siempre tuve la curiosidad de intentar fusionar el teatro y la multimedia. Pero lo quería hacer desde una visión diferente. El video se ha usado mucho sobre las tablas, pero sentía que siempre se manejaba de la misma manera: como efecto, interrumpiendo el discurso dramático, o como recurso informativo. No se incorporaba como herramienta de lenguaje para el drama. El mapping como tecnología tiene poco tiempo de estarse usando. Apenas la vi por primera vez entendí que esa era la manera como debía usarse en el escenario. En mis últimas cinco seis piezas lo he aplicado sistemáticamente, desde la construcción de escenografía virtual hasta para modelar personajes que permitan la interacción con el actor real. Desde el video estereoscópico para acentuar atmósferas oníricas o psicologista, hasta la creación de espacios que rompan las unidades de tiempo y lugar tan clásicas del teatro”. 
 Afirma Angola Heredia, y de eso damos fé, que hay muy poca gente experimentando con estas técnicas dentro del teatro venezolano y creemos que es temor a lo nuevo o desconocimiento, pero Angola Heredia advierte que en realidad el diseño es la clave de todo. La visión que el puestista tenga de la pieza y su traducción en un código más visual y plástico. “Los temas de costos, mayores o menores, están asociados a los equipos de proyección que ciertamente son caros en su alquiler pues no son equipos cualquiera, sino con grandes capacidades de proyección y luminancia. Pero empleando el criterio y razonando el uso del recurso se pueden realizar cosas prodigiosas que alcancen las limitaciones presupuestarias de la producción”.
Por lo pronto, reitera el artista, seguirá en este camino que pone a su grupo, La Máquina Teatro, en la vanguardia de las más recientes producciones teatrales del mundo. “Es un honor y un orgullo poder hacerlo y demostrar que el talento escénico venezolano sigue siendo de primer orden”.
Y nosotros, como críticos, aprendimos algo que será vital para posteriores montajes, porque el ejemplo de Angola Heredia ya cunde en esta Caracas.

viernes, septiembre 21, 2018

Un asesinato que llega al teatro para catarsis de los venezolanos

Pablo y Carlos durante uno de los ensayos.
Gracias al estreno y la temporada del espectáculo Oscuro, de noche, desde el 27 de septiembre, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) en la sala Alberto de Paz y Mateos, el caraqueño Pablo García Gámez (22 de septiembre de 1961) ha puesto definitivamente su marca en la dramaturgia criolla.
García Gámez, desde Nueva York, donde lleva 26 años como residente, reconoce que esta pieza, con la cual ganó el Tercer Premio de Dramaturgia Apacuana, que otorga el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, revela que en su récord ya tiene 16 piezas escritas y montadas.
 “Podemos decir que hasta ahora tenía una obra y media estrenadas en Venezuela.  La media obra es el Oasis Pub, que escribí junto con Elio Palencia en 1987.  Este año 2018 se presentó ¿Y qué es Nueva York? como parte del ciclo breve de teatro organizado por la Escuela Juana Sujo, durante los actos de conmemoración de su 70 aniversario.
¿Cómo nació esta pieza? ¿Es cierto que se basó en un hecho de la vida real? ¿Cuál fue y cómo hizo la investigación?
Sí, mi pieza Oscuro, de noche nace de un hecho real.  Una tarde de domingo, llamé a mi madre.  Ella estaba afectada porque un familiar había sido victima de un acto violento de noche y en la calle.  Me dio detalles.  La situación de esa familia era compleja por las connotaciones que tiene un hecho de ese tipo: las funerarias se negaban a velarlo en sus predios, la abuela estaba enferma del corazón, el padre no se movía de la morgue, en los medios apareció que el muchacho era un delincuente y todo esto aunado al papeleo que tenían que completar.  Esto se convirtió en imágenes recurrentes, imágenes que me perseguían.  Tal vez al año, quizás dos, llegó el momento de conjurarlas: me puse a escribir. La investigación sobre los hechos, más que investigación fue la voz de mi madre, Graciela Margarita, extraordinaria narradora oral que nunca se reconoció como tal, pero cuando contaba una historia lo hacía con propiedad y convicción.  Nunca hablé directamente con los padres o hermanos del joven Kenny Javier Barrios; a pesar de los años tuve y tengo temor porque ese tipo de dolor no se cura; sin embargo, cuando terminé la pieza, ellos la leyeron, no les pregunté qué les parecía y ellos tampoco me dijeron. Después me enteré, de cosas que decían los personajes, que llegaron a decir los padres; por ejemplo, supe que la madre una vez gritó: “¡Dios, no existes!” como dice Cristóbal, el personaje en el texto; claro, son situaciones límite.  Los padres irán a la obra: espero que tenga un efecto positivo para ellos.  También pude cotejar la parte de los medios y encontré la información. En el respetable periódico caraqueño EL UNIVERSAL hay información real y concreta sobre ese suceso. El teatro poetiza nuevamente a la más cruda realidad.
  ¿Cómo diseñó la obra y cómo abordó su escritura?
Esta obra arranca como imagen recurrente.  La imagen está ahí, la ves, piensas en ella, imaginas qué dice el personaje.  Pasa el tiempo y en tu mente escuchas las respuestas de otros personajes, aparecen otras situaciones.  Su escritura apunta a la médula de la esfera privada de esa familia que ha sido desequilibrada, herida.  El detonante es el hecho que le ocurre a Kenny y lo que me importaba era ver qué pasaba en el mundo de Zenobia y Cristóbal, y Lucia; sus padres y la novia. Encontré que necesitaba un narrador, un juglar contemporáneo para guiar la historia, y me inventé al payaso.
¿Su técnica dramatúrgica no es convencional y deja al director el trabajo de interpretar la idea general y además de crear las didascalias?
Agradezco que llames a mi técnica no convencional.  Creo que lo dices por dos aspectos.  El primero es el manejo del tiempo; pienso que esta pieza puede ser una especie de evocación, de recuerdo, y no recordamos de forma lineal: con frecuencia recuerdas una imagen y luego te viene otra del mismo hecho pero anterior cronológicamente y otra que es posterior, una que no vendrá porque la olvidaste, y así.  Interviene en ese proceso la necesidad de no hacer una línea recta en la narración para atrapar la atención e incorporar al espectador al mundo de la pieza.  El segundo aspecto, que se refiere a la ausencia de didascalias no es tan novedosa: los textos del Siglo de Oro, por ejemplo, no tienen mayores acotaciones.  Si disfruto leer acotaciones como las de Valle Inclán que son poesía.  El punto es que hay una dramaturgia del cuerpo; el entrenamiento y la experiencia del actor van formando una dramaturgia de movimientos, gestos, tensiones.  El actor tiene un repertorio orgánico que el escritor -salvo casos excepcionales- carece.  Quiero que mis textos aprovechen esas experiencias que tienen los intérpretes de la obra: es otra posibilidad -y en extremo comunal- de una puesta en escena con una técnica alternativa: el texto con sus posibilidades más las posibilidades de un elenco, que éste ponga a disposición su experiencia en las tablas para así tener una real co-autoría.  Eso no quiere decir que sugiera alguna imagen como la del sepelio de Kenny. Está la labor del director que suma todas esas experiencias y agrega su visión del trabajo.  En este caso, que Carlos Arroyo haya llegado a la imagen de que la pieza se desarrolla en un circo, que haya percusión que hasta puede sugerir un estado de trance, son consecuencias de ese diálogo texto-director-actores; pude ver un ensayo que se convirtió en una experiencia sensorial de sonido, movimiento, de voces que en realidad decían algo: un trabajo orgánico y de equipo.  Además, está lo que llamo el punto de fuga: una situación ambigua a resolver por el espectador: en este caso son las versiones tan disimiles que dan los testigos que presencian el hecho.
¿Cuál sería tu propuesta final: contar una aciaga historia o proponer al espectador una reflexión sobre los orígenes o causas de la tragedia y la expiación de los vivos que sufren por esa muerte?
En Oscuro, de noche tengo dos propuestas: que el espectador acuda a una obra de teatro para entretenerse. La propuesta subyacente es que en ese acto colectivo emerja la reflexión.  La pieza habla del miedo que nos ha hecho construir muros invisibles lo que, si es verdad que estamos con otros millones de almas, procuramos encerrarnos.  Por eso hay varios monólogos: el de los testigos que presencian, pero no denuncian porque a veces nos sentimos solos, desvalidos.  Una mirada, un gesto, el ruido de una moto, la caída de la tarde, un frenazo, un modo particular de caminar, la noche nos pone sobre aviso.  La idea es mostrar cómo ese muro nos ha hecho construir estereotipos: un motorizado es un malandro. La idea es compartir ese miedo y, si no se disuelve del todo, por lo menos que permita articular nuestros temores que si se comparten permitirán asumir la ciudadanía, en el ejercicio ciudadano que permita al colectivo conjurar ese miedo a partir de la práctica. 
¿Tiene un método especial para escribir o cada obra le exige técnicas y trabajos diferentes?
Mis piezas tienen en común la imagen recurrente de la que hablé arriba.  Pocas, muy pocas, han sido sobre una decisión consciente “voy a escribir tal cosa”.  Eso sí, cada pieza exige su método.  De Oscuro, de noche por ejemplo primero salió el primero y el último cuadro (yo los llamo fragmentos).  La premisa durante su escritura era que no se convirtiera en un texto lineal; la pieza fue avanzando.  Cuando pensé tenerla lista, la reordené cronológicamente para revisar si necesitaba algún otro cuadro o fragmento y posteriormente, la volví a su orden original que es con el se representará en la Compañía Nacional de Teatro. En el caso de otra pieza, Olvidadas, planteaba acciones performánticas como jugar con arroz, dibujar sobre papeles pegados a las paredes y el tiempo allí se volvió cíclico.
 ¿Qué le pide o exige al director que monte sus textos?
Tengo muy buenas experiencias con la mayoría de los directores que han dirigido mis piezas.  Sí les sugiero que se aproximen a ellas con ingenuidad.  Así como mis textos abren posibilidades de lecturas, un director arriesgado va conformando su idea a partir de la dramaturgia del cuerpo del actor.  Me provoca suspicacia el director que sin tener un elenco ya sabe cómo resolverá el montaje.  Mi más reciente trabajo en Nueva York, El Gos, dirigida por Leyma López, fue un proceso de aprendizaje integral para todo el equipo.  Aprendizaje que se vio en la irreverencia y audacia de la puesta en escena que se centró en el trabajo y potencial de cada intérprete.
¿Qué espera ahora?
Llegar a Caracas y ver ese espectáculo final que ha logrado Carlos Arroyo y su gente. Gracias a Dios por hacer posible todo esto. Qué la vean muchísimos venezolanos y haya la necesaria catarsis que exigían los griegos y que necesitamos los venezolanos, ahora y siempre.





jueves, septiembre 20, 2018

UN CIRCO POBRE EN UNA CIUDAD VIOLENTA

Una mujer enamorada que se niega a dejar de vivir

No es frecuente, para no decir que no es costumbre, en los medios teatrales hablar de quienes aprendieron las primeras letras o páginas del infinito ABC del teatro. La razón o la sinrazón de esa conducta anómala que hemos detectado a las largo de 49 años de inmersión en los meandros escénicos venezolanos, tiene mucho que ver con el natural miedo a no ser exactos o a no ser tomados como otra cosa, o simplemente por la atávica mezquindad del género humano, de la cual casi nadie se salva.
Pero Carlos Arroyo (Paraíso de Chabasquén, Estado Portuguesa, 1964) sí disfruta revelando quienes fueron sus maestros y las enseñanzas recibidas… y espera tener otros más porque su viaje a la mítica Ítaca recién comienza. Gilberto Pinto le descubrió el amor al teatro, mientras que Alberto Ravara y Eduardo Di Mauro le hicieron aprehender al teatro como un oficio, pero son Herman Lejter y Carlos Giménez quienes lo lanzaron al misterio de la puesta en escena y lo destinaron a ser un director de teatro, lo que es ahora, cuando ya cuenta no menos de 70 montajes y nunca olvida que estudió teatro y se graduó en la Escuela Porfirio Rodríguez, en Petare.
Sobre Carlos Giménez reitera que es querido, odiado, abucheado, aplaudido, alabado, injuriado, rechazado, solicitado, pero nunca ignorado. Para él, Carlos Giménez se quedó para siempre en la historia del mejor teatro venezolano, tras escribir de forma altamente creativa, a lo largo de 23 años, valiosas e inmensas páginas en la saga de las artes escénicas venezolanas y mundiales, como lo hizo con El coronel no tiene quien le escriba.
Rememora que Giménez destacó en la producción y en la dirección de espectáculos, al tiempo que pretendió enseñar su técnicas a quienes quisieron aprehender, pero no tuvo éxito en esa difícil docencia, salvo en el caso de Daniel Uribe que si captó algunas características de su creatividad para realizar montajes. Hay que recordar que Carlos Giménez no tuvo tiempo para organizar sus memorias ni llevar la mayor parte de sus postulados estéticos al papel. Era un creador a tiempo a tiempo completo y cada uno de sus montajes era una clase maestra.
Gimenez enseñó que el paisaje teatral debe crear sus reglas en cada espectáculo que se produzca, como lo hace la naturaleza, y entonces el público lo aceptará y disfrutará porque habrá nacido así la poesía teatral. Y cita, casi de memoria: “Veo con tristeza cuando el teatro huye de la poesía, cuando los actores vagan por la escena falsamente engañados   por directores que no lo son. Hay que dudar de aquel que no se enamora del escenario, que no te convence del profundo significado de una puerta que se abre, de una luz que se enciende, un trozo de cielo que se inventa con que solo mires hacia arriba”. Sabias palabras que Carlos Giménez materializó.
-¿Usted admite estar influenciado por Carlos Giménez?
Sí, muchísimo, y siempre recordaré sus maravillosos montajes y los otros espectáculos que vinieron a los festivales internacionales de teatro de Caracas, la mayor escuela teatral el mundo que se mostró aquí en Caracas a lo larga de décadas. Imposible olvidar su  Peer Gynt, El alma honesta de Se_Chuan, El señor presidente y el espectáculo más famoso en la historia del teatro venezolano: El coronel coronel no tiene quien la escriba.
OSCURO, DE NOCHE
 Carlos Arroyo está ahora ante uno de sus mayores retos creativos, cual es dar vida escénica al texto Oscuro, de noche de Pablo García Gámez, que obtuvo el Tercer Premio de Dramaturgia Nacional Apacuana y mostrarlo desde el 27 de septiembre, en el teatro Alberto de Paz y Mateos.
¿Cómo abordó la puesta en escena de ese texto?
No soy de los que sigue las acotaciones o didascalias de los autores sobre cómo deben ser representadas sus obras. Para mí la lectura del texto, con mis actores, es la guía que me lleva hacia la puesta en escena, En Oscuro, de noche está presente la soledad del ser humano, el miedo, la inhumanidad y la violencia que convierten en un infierno a las ciudades densamente pobladas.  Creo, pues, que el texto, el actor y el director son los elementos básicos de cada espectáculo. Ellos hacen ese mapa teatral que se materializa en el escenario, en este caso el Teatro Alberto de Paz y Mateos. Para Oscuro, de noche   trabaje la idea de un peculiar circo pobre que llega a una ciudad y cuenta una historia dramática, pero tomando en cuenta a los personajes con sus angustias y ambiciones. He contado con un excelente equipo humano    y con un equipo técnico que ha realizado mis exigencias. Trabajé bajo una especie de monumental carpa de circo enclavada en una colina de Caracas, hacia donde los espectadores caraqueños buscarán sus verdades. Llego la hora de que el público hable y de sus opiniones, sobre la parejita que no pudo amarse porque la muerte se los impidió y ella queda sola, montada en una medialuna o lira circense. Debo subrayar que me inspiré mucho en la pieza El viaje de los cantores de Hugo salcedo, un texto que materialicé, en donde se combinaron los espacios y la maneras de contar lo que ahí acontece, espectáculo que hice en Guanare, hacia la temporada 2002.
Creo que el público caraqueño disfrutará de lo que ahí se le mostrará, además hay de una creativa pista musical de ritmos caribeños para darle más calor al dramón escénico. No podemos olvidarnos jamás del melodrama a la latinoamericana, aunque los ingleses y los españoles, nos enseñaron sus melodramas. No soy partidario de contar como son los espectáculos, sino de mostrarlos y que ellos hablen.

La Compañia Nacional de Teatro estrena "Oscuro,de noche"

El elenco con el director y el autor de Oscuro,de noche.
La Compañía Nacional de Teatro (CNT), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, alista el estreno de su espectáculo Oscuro, de noche, para el próximo jueves 27 de septiembre, a las 4PM, en la sala Alberto de Paz y Mateos, sede artística de la institución, donde hará temporada hasta finales del venidero mes de octubre
 La puesta en escena de Oscuro, de noche es de Carlos Arroyo - ha estado apoyado por los directores Marisol Martínez y Costa Palamides- quien logra materializar el hogar de Kenny Javier Barrios, de 25 años, asesinado por unos malandros, en el Municipio Libertador de la Gran Caracas para robarlo, quienes además logran despojarlo de su recién comprada motocicleta. Y es además reflejo de una familia angustiada para recuperar su cadáver y darle sepultura, en medio de los comentarios de los vecinos que dicen haber visto a la víctima y sus verdugos, y plasma el patético dolor de su novia.
 El autor, García Gámez, por intermedio de 13 personajes, a quienes presenta en un drama de un acto y 32 fragmentos, logra plasmar una enternecedora  saga de la violencia que ocurre en las grandes ciudades del mundo, las cuales parecen ollas de presión, de represión o de depresión. Oscuro, de noche es, pues, una historia arrancada de la vida misma, la cual enseña   a sumar a los ausentes y restar a los presentes, que además provoca miedo.  
 En este montaje de Oscuro, de noche, texto merecedor del tercer Premio Nacional de Dramaturgia Apacuana, donde el director Arroyo juega con elementos de las estéticas  expresionista, realista y circense, además de un especial trabajo de musicalización por parte de la música dramaturgista Julia Carolina Ojeda y  los percusionistas Miguel Mireles y Jorge Canelón hijo, hasta crear un conmovedor e impactante espectáculo donde se poetiza el miedo que se ha apoderado de una ciudad, para no más de 90 minutos de exhibición escénica.
 Participan los comediantes Francis Rueda, Adriana Bustamante, Luis Domingo González, Gustavo Rengel, Ariana León, Marxlenin Cipriani, Randymar Guevara, Gustavo Meléndez, Trino Rojas, Kala Fuenmayor, Angélica Rinaldi, Yordano Marquina, María Tellis, María Brito, Dora Farias, Jean Manuel Perez, Andy Pérez, Vito Lonardo y Jorge Canelón, integrantes del elenco estable de la CNT. La música es un creativo ensamble y el vestuario es de la CNT.
La temporada de Oscuro de noche, es de jueves a domingo, a las 4PM, a lo largo del venidero octubre, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, el cual está ubicado, entre la Avenida La Colina y la avenida Andrés Bello, en la   Prolongación Los Manolos.  Urbanización Las Palmas. Metro Plaza Venezuela, conexión Metrobus Nº 314.
LA SINOPSIS  
Oscuro, de noche tiene una sinopsis que los lectores, eventuales espectadores del espectáculo deben conocer:
Kenny Javier Barrios, de 25 años es víctima de la violencia urbana: pierde la vida y la roban su motocicleta recién comprada. Sus padres se enteran de la noticia y además comienzan a luchar contra las imágenes negativas de Kenny.  Ellos hacen lo posible por cumplir con los rituales funerarios, pero encuentran una serie de obstáculos: la abuela Mercedes está seriamente enferma, los medios mencionan que hacía actividades ilegales, el proceso en la morgue dura más de lo debido, las funerarias se niegan a velar su cuerpo.  Tratan de resolver cada problema en la marcha buscando encontrar una paz que no llega.  Mientras tanto, tres testigos narran sus versiones que se niegan a compartir con las autoridades. Deja una novia enamorada. 
EL AUTOR
Gracias al estreno y la temporada del espectáculo Oscuro, de noche, el caraqueño Pablo García Gámez (22 de septiembre de 1961) ha puesto definitivamente su marca en la dramaturgia criolla. Desde Nueva York, donde lleva 26 años como residente, reconoce que esta pieza, con la cual ganó el Tercer Premio de Dramaturgia Apacuana, que otorga el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, revela que en su record ya tiene 16 piezas escritas y montadas.
 “Podemos decir que hasta ahora tenía una obra y media estrenadas en Venezuela.  La media obra es el Oasis Pub, que escribí junto con Elio Palencia en 1987.  Este año 2018 se presentó ¿Y qué es Nueva York? como parte del ciclo breve de teatro organizado por la Escuela Juana Sujo, durante los actos de conmemoración de su 70 aniversario”.
“Mi pieza Oscuro, de noche nace de un hecho real.  Una tarde de domingo, llamé a mi madre.  Ella estaba afectada porque un familiar había sido víctima de un acto violento de noche y en la calle.  Me dio detalles.  La situación de esa familia era compleja por las connotaciones que tiene un hecho de ese tipo: las funerarias se negaban a velarlo en sus predios, la abuela estaba enferma del corazón, el padre no se movía de la morgue, en los medios apareció que el muchacho era un delincuente y todo esto aunado al papeleo que tenían que completar.  Esto se convirtió en imágenes recurrentes, imágenes que me perseguían.  Tal vez al año, quizás dos, llegó el momento de conjurarlas: me puse a escribir. La investigación sobre los hechos, más que investigación fue la voz de mi madre, Graciela Margarita, extraordinaria narradora oral que nunca se reconoció como tal, pero cuando contaba una historia lo hacía con propiedad y convicción.  Nunca hablé directamente con los padres o hermanos del joven Kenny Javier Barrios; a pesar de los años tuve y tengo temor porque ese tipo de dolor no se cura; sin embargo, cuando terminé la pieza, ellos la leyeron, no les pregunté qué les parecía y ellos tampoco me dijeron. Después me enteré, de cosas que decían los personajes, que llegaron a decir los padres; por ejemplo, supe que la madre una vez gritó: “¡Dios, no existes!” como dice Cristóbal, el personaje en el texto; claro, son situaciones límite.  Los padres irán a la obra: espero que tenga un efecto positivo para ellos.  También pude cotejar la parte de los medios y encontré la información”. 

martes, septiembre 18, 2018

Sigue en Alemania la piedra Kueka de los pepones

La piedra Kueca llevada ilegalmente a la nación germana  

Ernesto Villegas, actual ministro del Poder Popular para la Cultura, advierte que se espera la decisión final o la autorización del gobierno de Alemania para que retorne a Venezuela la pieza ancestral de los pemones, la Kueka, sustraída ilegalmente de nuestro país.
Además el funcionario advirtió el natural estado de alarma que hay en los 14 museos adscritos al MPPC, de los 300 que existen en todo el país, ante los eventuales incendios o catástrofes que pongan en peligro ese valioso e insustituible material cultural que reposa en sus bóvedas.
Un lamentable suceso incendiario en el vecino Brasil dejó en ruinas a la institución museística más importante ¿Cómo encontró el ministerio y qué ha hecho en su gestión como para transformarlo?
-Lo encontré lleno de fortalezas insospechadas y debilidades marcadas que obligan, 13 años después de fundado, a una revisión total del ministerio del Poder Popular para la Cultura con espíritu constituyente. Hemos hecho un diagnóstico y formulado algunas propuestas que están en evaluación. En estos meses nos hemos esforzado, en el marco del Plan Reverón, por recuperar la capacidad rectora del ministerio en su ámbito de competencia, donde intervienen infinidad de factores, combatir la noción anárquica de la gestión cultural pública, incluso al interior del ministerio, y por darle a las dinámicas culturales y sus protagonistas la visibilidad que merecen. No estoy satisfecho. Podemos hacer más. Debemos hacer más. 
El reciente incendio de un importante museo del vecino Brasil prende las alarmas en el mundo ante la custodia y resguardo de las obras de arte que yacen en esos espacios. ¿Cómo estamos en Venezuela ante una situación similar? ¿Estamos resguardados ante eventuales catástrofes similares?
-Ciertamente es una campanada de alerta para todos los países. A raíz del incendio ordené a la Fundación Museos Nacionales que actualizara un informe sobre la situación de nuestros museos y sus requerimientos. Una de las cosas que me sorprendió cuando llegué al ministerio es que de éste, a través de la Fundación, sólo dependen 14 museos. Los restantes, más de 300 de distinta importancia y tamaño, dependen de otros organismos públicos. La recuperación de la capacidad rectora del ministerio pasa porque el llamado Sistema Nacional de Museos realmente funcione como tal y no sea sólo un enunciado. 
¿Qué ha pasado con la piedra Kueka?
-El canciller Jorge Arreaza y nuestro embajador en Alemania, Orlando Maniglia, están a cargo de la tarea. Ayer precisamente conversé con el embajador y me confirmó que la logística está prácticamente lista para el ansiado retorno y que sólo falta que el Gobierno de Alemania emita autorización formal para que la piedra pueda ser retirada del parque donde se encuentra. La información que tengo es que existe la voluntad de Alemania de dar esa autorización y ahora resta que esa voluntad se concrete. 
¿Qué planes o proyectos contempla en su gestión para los meses venideros?
-No debo jugar posición adelantada con anuncios que corresponden al Presidente de la República. Por tanto sólo puedo responder tu pregunta diciéndote que en estos meses venideros seguiremos “echándole un camión” con el Plan Reverón, que el Presidente aprobó en su momento. Yo he trabajado ininterrumpidamente desde que tenía 16 años y seguiré haciéndolo allí donde pueda ser útil mientras tenga vida y salud. 


Zerpa expone en Cali


Una selección de obras del artista venezolano Carlos Zerpa, forman parte de la exposición Las populares Gráficas Molinari. Versión, subversión y perversión de las imágenes, que se presenta actualmente en el Museo La Tertulia, en  Cali, Colombia.
 La muestra, realizada gracias a la colaboración de artistas, fundaciones y espacios expositivos como Galería El Dorado, en Bogotá, y la Galería ABRA, en Caracas, reúne un conjunto de piezas de varios artistas que desarrollaron obras de arte a partir de la intervención de láminas producidas por el famoso taller de Gráficas Molinari.
 Gráficas Molinari es un proyecto de investigación que se ha desarrollado durante los últimos años, liderado por Lucas Ospina y José Ruiz -curadores de la muestra junto a Mariana Rodríguez- que junta obras de la colección Tertulia y de otros museos e instituciones en torno al universo Molinari; una empresa española fundada en 1952 por el español Antonio Molinari en Cali, Colombia, que durante los años 60 y 70 fue la encargada de abastecer al país de imágenes religiosas y populares.
 Desde su fundación y hasta 1990, Gráficas Molinari reprodujo imágenes religiosas, mitológicas, de género, retratos, farándula, bodegones y paisaje, que fueron usadas para hacer collage, intervenidas, enmarcadas, copiadas, ensambladas y apropiadas por artistas, creando algunas de las obras de arte más representativas de la etapa contemporánea de la plástica.
 Tal es el caso de artistas como la colombiana Beatriz González, quien las usa como referentes para sus pinturas desde 1967; Álvaro Barrios y Juan Camilo Uribe, quienes las utilizan como insumo principal para sus collages; así como los artistas venezolanos Rolando Peña y Carlos Zerpa.
 Cabe destacar que en 2016, la galería venezolana ABRA presentó, en alianza con el proyecto de investigación ArtEncontrado, la muestra individual “Archivo abierto: Carlos Zerpa”, en la que se mostraron algunas de las obras de Zerpa actualmente expuestas en el Museo La Tertulia en la ciudad de Cali.
 La exposición Las populares gráficas Molinari. Versión, subversión y perversión de las imágenes, se estará presentando hasta el 28 de febrero de 2019 en el Museo La Tertulia, ubicado en la Avenida Colombia, No. 5-105 Oeste, Cali, Colombia. El horario es de martes a sábados de 10 am a 7 pm, y los domingos de 2 a 6 pm.


viernes, septiembre 14, 2018

EL TEATRERO VENEZOLANO MÁS FAMOSO DE NUEVA YORK

FERNANDO THEN
 Fernando Then vive en Nueva York. No revela la edad porque no lo necesita, pero todos los demás congéneres lo buscan porque tiene cierto poder en el mundo teatral latino o hispano. Pero dejemos que sus respuestas revelen lo que hace y lo que piensa, además de cómo ha sido su lucha.
¿Cuantos años en NY?
Ya tengo15 años en NY, llegue en el 2003
¿Cuantos años en Repertorio?
Igual 15 años, trabajando para Repertorio Español, tuve la suerte de entrar primero como actor, en La Fiesta del Chivo, haciendo el papel de Joaquín Balaguer, la obra fue dirigida por Jorge Ali Triana, esta obra se mantuvo en cartelera 10 años. Tú, Moreno-Uribe la pudiste reseñar.
¿Repetiría esa experiencia de emigrar?
Aunque cuando leo tu pregunta se me paran los pelos, la respuesta es SI definitivamente, es algo de lo que estaré orgulloso toda mi vida. Salí de Venezuela empujado por una fuerza extraña, tuve una especie de revelación, pude ver el futuro de mi país y algo dentro de mí me dijo vete, "vas a ser más útil fuera que dentro". Y realmente ha sido así. Si la vida vuelve a plantearme repetir la experiencia de emigrar lo haría sin duda alguna. El hombre a veces necesita salir fuera de su área de confort y poner a prueba su capacidad y para lo que se preparado en la vida.
¿Cómo puede resumir esa experiencia?
Emigrar es una experiencia que todos deberíamos experimentar alguna vez en la vida. :"Aunque claro, no es para todos". La vida te reta, te empuja y te hace más fuerte, separarte de tus lazos familiares, amigos , costumbres, hasta la comida te hacen falta, pero cuando te das cuenta que esos lazos después de 15 años  se mantienen igual o  más fuertes y a eso le sumas que en tu  vida has encontrado , nuevos amigos, campaneros de trabajo y creas vínculos afectivos con nuevas personas, te das cuenta que has ganado un mundo, una vida más grande y plena a la que tenías antes, se han sumado cosas a la vida, y como siempre he dicho " Yo no vine a New York para empezar de cero, vine a continuar mi vida, con todo lo que traje de Venezuela, con lo que mi país me regaló y enseñó. Aquí he recordado que cuando era niño en el colegio donde estudie primaria, todos los días nos daban un vaso de leche (1967 Grupo Escolar Francisco Pimentel) y así muchas más cosas que nunca tendré como agradecer. Todo eso vino dentro de mi maleta, los mejores recuerdos y la mejor formación que te puede brindar una familia y un país maravilloso como el nuestro. Estas fueron mis armas para continuar mi vida en los Estados Unidos. Aunque no pude escapar de trabajar en restaurantes como mesonero, repartidor de comida y lavaplatos, ese trabajo me dignificó, me hizo sentir orgulloso de ser valiente, para mí, cada día era un nuevo personaje, el mesonero, el repartidor de comida, o el lavaplatos, eran los personajes que la vida me está poniendo a interpretar y tenía que ser el mejor, Tengo anécdotas de ancianos que pedían comida al restaurante donde trabajaba para compartirla conmigo, esos ancianos recibieron la calidez que tenemos nosotros los Venezolanos a través de mi persona (ojo y sin proponérmelo). Este mundo del restaurante duro solo tres meses, fue el taller de actuación más intenso que he realizado y la vida me regaló la oportunidad de volver a un escenario, la vida nos devuelve a donde pertenecemos, es una ley que no se puede evitar. 
¿Cree que ha crecido en lo profesional y qué le falta algo todavía?
Claro que he crecido mucho profesionalmente, más de lo que pude imaginar, llegar a una compañía en New York y encontrarme con dos genios del teatro fue la mejor bienvenida que me pudieran dar, me recibieron: Gilberto Zaldívar y Rene Buch, yo he tenido mucha suerte siempre, la vida hace que me rodee de los mejores, en mis principios tuve los mejores maestros, desde la Escuela  Juana Sujo (Franklin Tovar, Gilberto Pinto, Paul Williams) fuera de ella: Carlos Giménez, Ibrahim Guerra, Rodolfo Santana, nombro los más íntimos de mis principios hay muchos más a los que les debo todo lo que soy hoy en día. Aquí he tenido la oportunidad de expresarme como actor, asistente de dirección, diseñador de vestuario y director, aunque mi cargo en Repertorio es el de Gerente de Producción, alterno con las otras facetas en las diferentes producciones, Repertorio tiene 16 obras en su programación, funciones de lunes a viernes para los estudiantes y los fines de semana la programación regular, esto sin contar las giras fuera de la ciudad, Repertorio hace al ano aproximadamente unas 360 funciones. Todavía me falta mucho que aprender y aportar a este teatro que recién cumplió 50 años, Cuando pienso en mis maestros: Carlos Giménez, Gisela Pérez Guzmán y muchos más, siento que aún estoy en pañales y que me queda mucho por aprender todavía. El crecimiento lo puedo comprobar pues en estos 15 años he recibido tres premios ACE y cuatro premios HOLA. 
¿Cómo le han tratado los gringos y los latinos?
Los americanos para mi han sido personas muy receptivas y me han tratado con respeto, tengo muy buenos amigos que no hablan español y con los cuales puedo compartir cualquier tema. Con los latinos la cosa es diferente, es como si siempre estuvieran recordando en mi país yo era tal cosas, yo tenía tanto y es como si no pudieran desconectar el Spice: yo era, esto me distancia un poco  (claro no todos) .Tengo un gran grupo de amigos de todas partes: argentinos, cubanos., mexicanos y es gente maravillosa y muy valiosa,  pero cuando me encuentro con alguno que me dice "yo era abogado en mi  país", le digo usted es abogado, que no pueda ejercer aquí es otra cosa!!!
¿Cómo se han comportado los venezolanos?
Mis venezolanos…somos gente maravillosa, pero muy raros, no sé cuánto daño nos ha hecho el que nos metieran en la cabeza que Venezuela es un país rico y que los venezolanos somos ricos. Pienso que esto nos ha perjudicado al momento de valorarnos y ser más humildes; en los últimos años ha llegado gente muy trabajadora y con ganas de echar pa´lante, pero también tengo que decir que no todo es oro. Pero mi círculo inmediato de afecto son mis amigos venezolanos, con quien paso las fechas importantes.¿Qué ha pasado con su familia en Venezuela?
Mi familia sigue en Venezuela, mi madre, hermanas y primos. Yo he intentado que salgan de Venezuela por un tiempo, mientras las cosas se recuperan, pero me dicen: Y si nos vamos todos, ¿quién va a defender lo que es nuestro? 
¿Qué pasa con Repertorio en sus 50 años?
Cincuenta años de teatro no es una cosa fácil, vengo de un mundo de grupo teatral, de compañías estables como Rajatabla. Pero Repertorio es algo especial, primero se encuentra en la capital del mundo. Reúne actores de todas partes de Latinoamérica y España. La programación va desde teatro clásico, dramas, comedias, musicales, zarzuela y flamenco. Estos son algunos de los géneros teatrales que ha llevado a Repertorio a posicionarse como la compañía de teatro de mayor importancia de habla hispana en Estados Unidos. Sin olvidar que su misión como institución es promover y divulgar nuestra lengua. Creo que ofrecer todo esto a una ciudad como New York es un aporte de gran valor, y más ahora que la inmigración hispana crece cada día.
¿Qué futuro se vislumbra?
Pienso que después de dirigir la pieza El Crédito, la dirección es algo que me esta apasionando cada día más para incursionar en el mundo de la representación de actores.

HEMINGWAY OTRA VEZ EN CARACAS

Ernest Hemingway

¿Cuáles son la vasos comunicantes culturales y existenciales entre el contemporáneo teatrero venezolano José Tomás Angola Heredia con el bardo místico inglés John Donne (1572/1631) y el novelista estadounidense Ernest Hemingway (Oak Park, 1899/ Ketchum, 1961)?
¿Por qué se suicida el gringo aquel si aparentemente lo poseía todo? ¿Tenía miedo a vivir o a seguir luchando para escribir más obras famosas por su calidad literaria? ¿Vale la pena vivir a pesar de los obstáculos sociales y políticos? ¿Para qué vivir si debes renunciar a tus afectos o tus placeres? ¿Para qué vivir hasta envejecer acosado por las enfermedades o las desilusiones que proporcionan los seres amados?
Las   respuestas las descubrirá o las deducirá el teatromaníaco que en Caracas acuda a la sala Alexander Humboldt, en la calle Juan Germán Roscio, en San Bernandino, donde precisamente hace una breve temporada de reposición –la estrenaron durante el pasado mes de enero- el excelente espectáculo Ningún hombre es una isla, escrito, dirigido y además protagonizado por Angola Heredia (Caracas, 1967), apuntalado en los correctos actores Andrea Miartus y José Manuel Vieira. Las presentaciones están pautadas para los días 15 y 16, 22 y 23 de este septiembre, a las 4PM.
Solamente en un espacio escénico como el de Humboldt podía Angola Heredia hacer y lucir lo logrado. Un estremecedor homenaje al ya legendario Hemingway durante el último año de su vida, por intermedio de un bien caracterizado y exhaustivo monologo existencial del célebre intelectual, con los precisos y convincente soportes de Miartus y Vieira y la magia audiovisual que le proporcionó la correcta utilización de las técnicas del mapping y el videobean para ambientar la larga y exhaustiva, además de patética, despedida del autor de Por quién doblan las campanas y otras novelas.
NINGUN HOMBRE ES UNA ISLA
Angola Heredia revisa con su texto la poesía y la filosofía de Donne, en especial su poema Ningún hombre es una isla, que es una amarga meditacion sobre los seres humanos y circunstancias existenciales en las sociedades que les ha correspondido vivir, concretamente, como lo canta en su poema, ningún hombre es una isla entera por sí mismo. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”.
El aburrimiento y desencanto existencial de Hemingway, agravado por su dependencia alcohólica  se materializa en la escena gracias al encuentro mágico entre el escritor y los protagonistas de su novela Por quién doblan las campanas, lo cual permite ponderar el escritor en charlas con  Robert Jordan y su enamorada María, y avanzar hacia su final: el suicidio, utilizando  una de sus famosa escopetas de cazador, después de haber sido obligado a salir de Cuba por la llegada de la revolución de Fidel Castro y sus guerrilleros de la Sierra Maestra.
Es estremecedor presenciar como Hemingway se desencanta de su vida opulenta y triunfadora en medio de esa soledad acompañada en que vivía y se presencia como se inmola sin dar mayores explicaciones, aunque deja interrogantes sobre su vida sentimental, a pesar de que tenía una esposa aparentemente   enamorada.
 Angola Heredia evoca y materializa a Hemingway porque su figura siempre le cautivó por su vida tan intensa, desafiante y titánica. “Construyó en sí mismo, su mejor personaje. Pero si nos adentramos en sus libros sorprendería la sensibilidad y la delicadeza de su prosa y sus personajes. Algo entonces parece no cuadrar. ¿Quién era en verdad este hombre más grande que la vida que cazaba leones y pescaba grandes agujas, asistía como corresponsal de prensa a todos los frentes de batalla de su tiempo, boxeaba con quien fuera y bebía centenares de botellas de whisky?, ¿el que reflejaban los periódicos de entonces o el que subyace en sus obras?  Él mismo se idealizaba y se volvía Frederick Henry, el soldado iluso de Adiós a las armas, o Jake Barnes, el periodista impotente por una herida de guerra, de Fiesta, o Harry Morgan, el cínico pescador y contrabandista con mala suerte, de Tener y no tener. Y por supuesto Robert Jordan, quizá su alter ego más genuino, el profesor norteamericano que se involucra en la guerra civil española, de Por quién doblan las campanas”.
Angola Heredia, como lo ha dicho, escribió, dirigió y protagonizó Ningún hombre es una isla porque esos conflictos existenciales son profundamente atractivos para cualquier argumento teatral. “Hemingway luchó toda su vida para demostrar que era un tipo duro, viril, cínico, cuando en realidad se sentía frágil, débil y sensible. Ese ruido, esa incongruencia emocional, junto con los impulsos autodestructivos debieron ser muy tormentosos. Él es una metáfora maravillosa sobre la ficción literaria. Una oportunidad estupenda para explorar temas que me interesan mucho: la creación como acto de lucha contra el determinismo de la vida, la muerte como final angustiante e inevitable, el amor como único aliento existencial”.
90 minutos
El espectáculo, que no dura más de 90 minutos de duración, permite que el espectador reflexione sobre los momentos que momentos tan tenebrosos que vivió el protagonista, que, como dice Angola Heredia, lo único que parece tenerlo en pie es la esperanza de salir de esta pesadilla, ya que “el mismo Hemingway elabora en todas sus obras una serie de ideas que bien podrían ser aplicadas para nuestro tiempo y realidad y que trato de rescatar para la pieza. Él mismo las resumió: El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo, el hombre no está hecho para la derrota; un hombre puede ser destruido pero no derrotado, jamás piensen que una guerra, por necesaria o justificada que parezca, deja de ser un crimen, y el hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera”. Es, pues, un intenso y serio hecho teatral, artísticamente bien logrado y donde la música es la salsa o el cemento para amalgamar las acciones y los verdades de los diálogos de un texto que solamente un periodista-dramaturgo podía ser capaz de pergeñar. Este montaje, finamente realizado, con tres actores y una tecnología poco utilizada por los demás teatristas criollos, nos recuerda que el teatro todavía es una valiosa   reflexión sobre la razón o la sinrazón de la vida misma, a pesar de las más difíciles circunstancias, porque nunca no se puede dejar de soñar o de amar o al menos anhelar encontrarse con el ser amado, salvo que se quiera huir de la vida por la fácil puerta infinita del suicidio, tras dejarse vencer por el temible desencanto


domingo, septiembre 09, 2018

Volvió el hombre de la rata

RAIMUNDO MIJARES

 El hombre de la rata, unipersonal de Gilberto Pinto, se estrenó el 11 de septiembre de 1963 en la Sala de Conciertos de la UCV, dirigido por Pedro Marthan y con la actuación de su autor. Ahora, después de ser representado en diversos escenarios y otras temporadas, y con diversos comediantes, se muestra en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, en la avenida México de Caracas, con la actuación de Raimundo Mijares y la depurada puesta en escena de Costa Palamides, por ahora los sábados y los domingos a las 4PM.
Optamos, después de haber disfrutado de esa performance, entrevistar a Mijares y he aquí lo que obtuvimos:
¿Cómo llega El hombre de la rata a tus manos?
Pienso que el monólogo es un reto y una aspiración para todo actor. Desde que empecé en el teatro y supe de este texto me atrajo y estuve, leyéndolo y estudiándolo. Cuando regresé de España en 1991, hablé con Costa Palamides, con quien había tenido muy buena relación en España, para que me dirigiese. Ese es el origen de este trabajo. Bueno, la montamos y nos invitaron al Festival de Oriente, posteriormente fuimos a Margarita invitados por la Municipalidad de Mariño y nos presentamos en la Concha Acústica de Porlamar, adyacente al Hotel Bella Vista.  En Caracas estrenamos en el Teatro Nacional y luego tuvimos varias funciones en el Teatro Cadafe. Luego inexplicablemente, la pieza la abandonamos.
¿Cómo fue el proceso del montaje?
El proceso del montaje se enfoca en el personaje que es un esquizofrénico.  A partir de allí el director reflexionó sobre la puesta en escena, dándole un vuelco más significativo y minimalista en cuanto al montaje de 1991.  Por supuesto, ha transcurrido 27 años lo cual significa una nueva realidad política, económica, cultural y social. Sí algo puedo decir en cuanto al proceso cómo se concibió el montaje, es que fue asumido con suma responsabilidad, Ensayábamos tres días a la semana y ya con el texto reaprendido. Asimismo, se tomó en cuenta la situación actual para contextualizar la puesta en escena.
¿Cuál es tu lectura escénica de la pieza?
 Bueno, como sabemos la pieza fue estrenada por su autor el año 1963. El hombre de la rata es uno de los monólogos más representativos y representados de su autor. La pérdida de la humanidad en un mundo violento, injusto y corrupto, es el argumento básico de un soliloquio de víctima y victimario. La figura de un sistema político y social que degenera en un roedor incontenible de los valores humanos, se descifra a través del encuentro del hombre con sus semejantes espectadores. La obra es una confesión y una comunión con la esencia del hombre que aún perdura en la actual civilización signada por el terror y las guerras. Esta pieza es un texto muy divertido, pero que ausculta en las profundidades políticas y sociales de una sociedad.
¿Ha adaptado o versionado el texto?
 No, la pieza conserva su entera vitalidad dramatúrgica y conceptual. El año 1991 en compañía de Costa Palamides nos reunimos con Gilberto Pinto y  conversamos acerca de adecuar algunos términos que por situaciones históricas considerábamos debían actualizarse. Él estuvo de acuerdo y realizó los ajustes necesarios.
¿Cuándo y dónde fue el estreno?
 Este reciente montaje lo estrenamos el mes de noviembre del año 2017 en el Festival Comunitario de Barinas en el Teatro Orlando Araujo. Luego, dos días después fuimos al Festival de Occidente en la ciudad de Guanare, dirigido en ese entonces por Carlos Arroyo.
¿Qué planes tienes con este montaje?
Los planes son realizar funciones en Caracas y en el interior de la República. Del mismo modo, nos encantaría   hacer funciones en la comunidad latinoamericana. En todo este tiempo he estado trabajando en salas de cine, del mismo modo haciendo teatro con los colegas del Ministerio de Educación.  En el campo académico terminé una maestría en currículo y un doctorado en Patrimonio Cultural. Esencialmente, yo me defino como un promotor cultural.
¿Desde cuándo está en estos avatares del teatro?
Desde el año 1974, cuando estaba en la Isla de Margarita y decidí asistir a unas clases de teatro y títeres que daban en el Complejo Cultural Modesta Bor en Porlamar. Luego, allí llegó el dramaturgo, Néstor Caballero como docente en teatro y luego Freddy Pereyra. Empezamos a ensayar La historia del zoológico de Edward Albee. Luego nos vinimos a Caracas con ese montaje e hicimos una gira nacional. Luego en teatro, trabajé con Rodolfo Santana, Néstor Caballero, José León, Carlos Sánchez, Carlos Miranda, Diego Sadot, Luego vino el cine: Clemente de la Cerda, Luis Alberto Lamata, Oscar Lucien, Stelvio Massi, Vittorio Sindoni, Carlos Rebolledo, Thaelman Urguelles, entre otros. Esta pasión por el teatro y la actuación es una tarea que la sumo con sumo pasión y locura en el buen sentido de la palabra.