viernes, diciembre 25, 2009

Unearte capacita,no forma artistas

Unearte no es la sumatoria de los cuatro institutos universitarios que antes impartían educación en las áreas del teatro, la música, las artes plásticas y la danza. La Universidad Nacional Experimental de las Artes es una institución de educación superior con un nuevo enfoque, con nuevo diseño curricular, el cual estamos intentando desarrollar en conjunto, tras haber sido intensamente trabajado con los docentes universitarios y con el estudiantado que se interesó”.
Así lo afirma la rectora de Unearte, Emma Elinor Cesín Centeno, con varias carpetas en mano, mientras la acompaña el vicerrector del Poder Popular, Miguel Issa.
— ¿Qué pasa con el curriculum?
—El curriculum está vivo, no es que se hizo y aquí quedó, estará en permanente estudio y formación, y en evolución porque estamos intentando crear una nueva forma para enfrentarnos a este complejo proceso de formación en las artes, entendiéndose que la universidad tiene una responsabilidad compartida.
Agrega que por primera vez está autorizada en Unearte la Licenciatura en Educación en las menciones Teatro, Música, Danza y Artes Plásticas. “Estos planes de estudio son inclusivos en la medidas en que deslindan las fronteras entre lo académico, lo popular y lo tradicional en materia de artes y cultura, considerando las realidades territoriales, geográficas, culturales y mentales, así como la pertinencia con relación a los que originaron, lo mantenido, incrementado, congregado, novedoso y coherente, conservando lo propio e introduciendo elementos que resultan valiosos para el país y para la educación a nivel internacional. Los licenciados egresarán capacitados para formar a los educadores en cada una de esas áreas. Esto es un logro histórico”.
Reitera que Unearte trabaja en función de un programa de grado para dar cuerpo a políticas del Estado venezolano, emanadas de los ministerios del Poder Popular para la Educación Superior, la Cultura, la Ciencia y la Tecnología.
“La propuesta curricular para la formación de educadores en arte busca superar las deficiencias de formación humanística y científica latentes en los planes antecedentes de estudios en las artes, así como en esos métodos de enseñanza, los cuales estaban centrados en la especialidad técnica y el profesionalismo libre, con carreras desligadas de los social-comunitario, y totalmente centradas en el lucro y el desempeño competitivo de mercado”.
Afirma que la formación de educadores para las artes es muy necesaria para dar cuerpo social y cultural, desde el punto de vista formal, institucional y académico, a este fenómeno social para verlo desde sus naturalezas, social, cultural, estético, ético, antropológico, científico, tecnológico y técnico. “La educación para las artes es el medio para impregnar lo social comunitario de profundos valores humanos sobre lo bueno, lo bello, el bien, que dignifican y revindican la labor de sus practicantes y estudiosos. Constituye este espacio de saber y hacer cultural un invalorable medio y recurso para educar a una sociedad que se propone ser comunitaria en su esencia y no sólo gregaria, teniendo como norte la participación ciudadana para la consolidación del Poder Popular”
— ¿Qué persiguen o qué buscan con esto?
—Con esto pretendemos que, en un momento dado, Unearte sea el ente rector del Sistema Nacional para la Formación de las Artes. De esta manera, desde la Universidad debe salir un proyecto para la creación del Sistema Nacional para la Formación de las Artes.
— ¿Y por qué se hace eso?
—Unearte no puede esperar que llegue un bachiller, de 18 o 20 años, para que diga que pretende ser músico o bailarín o actor o artista plástico. Ya ese muchacho, o esa muchacha, debe venir a Unearte con una formación básica en la disciplina que ha escogido para estudiar. Y esto lo hacemos para que ese estudiante no tenga que estudiar el doble, porque su formación en las artes debe comenzar en la primaria y proseguir en el bachillerato, para que venga a iniciar unos verdaderos estudios superiores en la universidad.
— ¿Cuándo estará listo ese Sistema Nacional para la Formación de las Artes?
—Para el año 2010 nosotros deberíamos tener este proyecto y hasta podríamos iniciarlo con programas pilotos. Ya el Conac, extinto como sabemos, había adelantado algo con algunas escuelas, y ahora nos toca trabajar con lo ya existente. No estamos saliendo de cero, porque hay experiencias, unas más exitosas que otras.
— ¿Está puesta en marcha de Unearte ha encontrado obstáculos y hasta cierta oposición, de carácter conuquero, del mismo sector artístico, cuando debería ser todo lo contrario?
—Sí, pero no quisiera utilizar tu término de “conuquero”.Todas esas iniciativas fueron importantes en su momento, las cuales, a medida que se desarrollaron, dieron respuestas a las necesidades que había o que se presentaban.
— ¿Y qué harán ahora?
—Seguiremos respetando esas primarias iniciativas o acciones originales, pero eso ya no es el modelo para la nueva sociedad venezolana. Nuestro modelo no es el modelo de los institutos, es otro modelo que está en construcción.
— ¿Está consciente o informado el estudiantado de lo que significa todo este proyecto de Unearte?
—Creo que esa es una de las principales funciones o deberes que tenemos. Tenemos que hacerle comprender al estudiantado la seriedad de lo que están haciendo. La razón pedagógica es la razón de ser de una universidad y muy en especial para Unearte.
“Aquí debemos tener toda la paciencia del mundo y sacar una fuerza adicional para ayudarlos y acompañarlos en este proceso de transformación. Ellos están estrenando participación y se están estrenando como estudiantes universitarios. Y todo esto luce abrumador, porque además hay que tener una dosis adicional de pedagogía, porque no solo hay que enseñar los contenidos curriculares, si no también los procesos de negociación que los deben acompañar toda su vida, porque para un artista la violencia no puede ser nunca su arma de negociación. Es por eso que un artista deber saber cómo negociar, cómo hacerse entender, como hacerse oír; cómo hago, respetándome y respetando al interlocutor, que podamos sentarnos a conversar”.
“Estamos, pues en un proceso de búsqueda, pero tenemos una inmensa responsabilidad que es orientar al estudiantado. Y aquí es bueno que se sepa que Unearte no los trata como artistas, sino como docentes. Y por qué hacemos esto, porque mientras estén dentro de la universidad, deben tener muy claras las reglas universitarias. Y aquí quiero puntualizar que para ser artista no se necesita acudir a una universidad, pero para ser licenciado en Artes Plásticas, o cualquier otra disciplina, si se requiere acudir a la universidad y para ello debe cumplir los requisitos estipulados en el curriculum, donde hay contenidos teóricos y metodológicos. Unearte forma licenciados, pero no forma artistas”.
Ocho semestres
El programa de grado de Unearte transcurre en cuatro trayectos, de dos semestres cada uno. A lo largo de cada trayecto se desarrolla un proyecto de investigación o educación en arte, junto con las unidades curriculares correspondientes a cada semestre. Por las características del entrenamiento técnico avanzado que requieren las áreas artísticas, así como la formación educacional, se emite un certificado de salida intermedia al aprobar el segundo trayecto, el titulo de técnico superior, y uno al aprobar el cuatro trayecto, que es el tituelo de licenciado en Educación, con mención en el arte correspondiente. El programa tiene 54 unidades curriculares, incluyendo los proyectos docentes, artísticos, comunitarios.
Dos mil estudiantes
Unearte arranca su año 2010 durante la segunda semana de enero, con más de 500 docentes y unos 2 mil estudiantes, distribuidos en sus sedes de la plaza Morelos, Sarteneja, Quebrada Honda y Caño Amarillo, y además Centros de Estudio en Espino, Chaguaramas y Juan Griego. Se aplicarán dos curriculums: uno que es transitorio para los estudiantes que vienen de los institutos universitarios y otro totalmente nuevo para los alumnos que recién empiezan.
La superestructura
Carlos Marx enseña que las artes en la cultura son el reflejo de las relaciones sociales de producción. Por lo tanto, constituyen un componente de la organización que adoptan los seres humanos para realizar la praxis económica. Siendo así, las artes en la cultura constituyen uno de los medios por los cuales se mantienen en el tiempo la condiciones de desigualad entre las clases. La tarea fundamental de una educación revolucionaria es trasformar esa realidad. Es a partir de esta premisa que se lucha para el cambio de las relaciones de producción, lo cual, en lenguaje coloquial, significa la participación del poder popular conformado por la clase trabajadora, la menos favorecida de la sociedad, en los procesos de toma de decisiones culturales y entre ellas a las que se relacionan con las artes.

Bolìvar recordó en Cuba su gloria

“Comenzó otro importante periplo de Simón Bolívar. El pasado 17 de noviembre estuvo en La Habana. Y durante los años 2010 y 2011 se presentará en Moscú, Madrid y Londres, por ahora. Pero durante esos lapsos, cuando Venezuela celebrará el Bicentenario de su Independencia ante el Imperialismo del reino de España, también se mostrará en diversas salas teatrales de nuestro país”.
La información, con la voz cargada de emoción, la dio el dramaturgo y también actor Jean Carlos Du Boulay (Caracas, 25 de agosto de 1979), recién llegado de Cuba donde acompañó a su agrupación Contratipo, la cual representó su pieza teatral Bolívar, la gloria de un general, en el cine Acapulco de la capital isleña, en ocasión de los 179 años de la muerte del Libertador.
Du Boulay comenta que a esa función, como parte del homenaje organizado en La Habana, acudió Ronald Blanco La Cruz, embajador de la República Bolivariana de Venezuela en La Habana, además de numerosos miembros del cuerpo diplomático acreditado, entre otras personalidades, y un crecido grupo de jóvenes venezolanos que estudian en la Isla.
Señaló, que antes de la representación, Marlene Nápoles, agregada cultural de Venezuela, se dirigió a la audiencia para destacar que "el sueño del gran prócer Simón Bolívar sobre la libertad y la integración de las naciones americanas, lo adelantan hoy los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)".
Puntualizo Du Boulay que con su pieza, de textura didáctica, se plasman en la escena los días finales del Padre de la Patria, y además se propone al público una oportuna reflexión sobre lo efímero que son el poder y la gloria, además de plantear una revisión exhaustiva sobre la condición humana de ese militar y pensador fuera de serie, quien tras saborear la sensación de la inmortalidad y recibir todos los honores fue abandonado a su suerte, hasta morir.
“Con esta obra se quiso desmembrar la esfinge histórica de Bolívar y mostrarlo más humano, con un sentimiento y una pasión por lo que hacía, entregado completamente a su causa libertaria”, subraya Du Boulay.
Completa tetralogía
Revelo el joven escritor que durante el 2010 completará su primera tetralogía dramatúrgica sobre los próceres de nuestra Independencia, iniciada con Bolívar, la gloria de un general, por lo cual, una tras otra subirán a escena sus obras Sucre, Miranda y Manuelita, por lo que ya inició la selección de los respectivos elencos.
Contratipo en escena
Jean Carlos Du Boulay, en declaraciones a Todosadentro, publicadas el 29 de agosto, reconoció que su grupo Contratipo surgió en el año 2005, gracias a su alianza con varios jóvenes egresados de una academia de actuación. “Yo andaba en la búsqueda de una institución para desarrollarme artísticamente. Materializamos la idea de formar este grupo para explorar otros espacios de la actuación distintos de la televisión, pues en ese trabajo, que es muy respetable, muchas veces no es tan auténtico como lo que se puede encontrar en el teatro. Porque el teatro es mucho más distinto y es más dedicado. Nos entregamos en cuerpo y alma a la consecución de nuestros personajes y a la estructuración del grupo”, indicó.
Como primer espectáculo presentaron el montaje El amigo de mi primo, siguiendo luego con No me cuentes más, Circo de los sueños, ¿Estás ahí? y La flauta mágica (en conjunto con el grupo Séptimo Piso).
Actualmente Contratipo cuenta con una junta directiva compuesta por cuatro personas y funciona con actores y actrices invitadas de acuerdo al montaje. Generalmente, sus obras son trabajadas con el apoyo de Séptimo Piso, agrupación que dirige Dairo Piñeres, con la que en conjunto hacen gala de las capacidades histriónicas desde los más expertos hasta los más noveles en las tablas.
Señala que cuando la agrupación decide escoger una obra consideran el mensaje que transmitirán al público. “Nos ponemos en el lugar del público y observamos qué queremos ver, qué nos gustaría, cuáles son lo movimientos en escena que nos agradarían”.
El adiós en Santa Marta
Bolívar, la gloria de un general presenta los momentos claves en la vida del Padre de la Patria, su lado más humano y sus encuentros con los personajes que marcaron su existencia: Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, su apasionada amante e intrépida seguidora Manuela Sáenz y su fiel servidor -muy poco mencionado en la historia- José Palacios.
La pieza resalta el espíritu luchador del Libertador, la grandeza de un hombre que a pesar de estar tan cerca de la muerte y de la falta de reconocimiento, seguía esperanzándose con las victorias de sus aliados, quienes aún perseguían su más fuerte sueño: la conformación de La Gran Colombia.
Allí, José Palacios narra los sucesos más importantes que marcaron la vida del Libertador, cuando fue abandonado ingrata e injustamente. En su lecho de muerte, Bolívar (encarnado por Oswaldo Paiva, pero la pieza la estrenó Roberto Moll) se pasea por sus innumerables recuerdos de aquellos días heroicos que ya no están y que evidencian lo efímero de la gloria y el poder.
En Bolívar, la gloria de un general, también se examina la condición humana de un hombre que saboreó la sensación de inmortalidad, recibió todos los honores y luego fue abandonado ingrata e injustamente.
Dairo Piñeres, director de la pieza, afirma que se “nos presenta a un Bolívar no sólo heroico sino también humano, y muy cercano a nosotros”. Un vestuario diseñado y confeccionado ajustándose a los originales de la época y una utilería en su mayoría proveniente de aquellos años, complementan los elementos históricos de esta pieza, en la que se destacan las charreteras auténticas elaboradas en bronce y fibras de oro -que se presume pertenecieron al mismo Libertador- y una réplica de la Espada del Sol que el pueblo del Perú, mediante la Municipalidad de Lima le regaló a Bolívar, en homenaje a la batalla que liberó las milenarias tierras del imperio Inca el 9 de diciembre de 1824.
Completan el elenco Antonio Cuevas como José Palacios, Carolina Torres (sustituyó a Janset Rojas) encarna a Manuela Saénz, Emiliano Molina es Francisco de Miranda y Ernesto Ceballos materializa a Antonio José de Sucre, acompañados por Karla Martínez, Melissa Inojosa, Franklin Álviarez y Omar Vegas.

La traición de un partido popular

Todo comienza en la adormilada Caraca de un mes del año 1961.La alcoba de la lujosa residencia de una destacada actriz de la televisión, alberga al poderoso político y funcionario gubernamental, Fernando Quintero, quien se recupera de un grave ataque de asma con complicaciones cardiacas. En medio de su prolongada pesadilla, provocada por los medicamentos, recuerda sus orígenes populares, sus luchas contra la dictadura perezjimenista, los conflictos con su humilde esposa, a quien abandona, y el trágico desenlace de su hijo, el universitario Efraín Quintero, muerto por la policía del régimen de Rómulo Betancourt en confuso incidente.
Así comienza la película Días de poder, la número 23 del consagrado cineasta venezolano Román Chalbaud, quien ya adelanta el proceso de montaje, con sus técnicos y el músico Francisco Cabrujas, porque espera concluirlo para el mes de marzo, o antes, para que la productora, la Fundación Villa del Cine, pueda decir su estreno.
El rodaje de Días de poder consumió nueve semanas y cerró con la grabación de un concierto en una sala teatral de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), después que en la UCV le negaran el permiso para instalar ahí el último set.
¿Por qué el director de Zamora, tierra y hombres libres no pudo concluir su largometraje en “La casa que vence las sombras”? No hay una respuesta creíble por ahora. Lo único cierto es que la versión teatral de Días de poder, texto que Chalbaud escribiera con José Ignacio Cabrujas, durante la compleja década de los años sesenta, sí se mostró, durante pocos días del año 1966, en la legendaria sala de conciertos de la UCV, cuando habían otros funcionarios más progresistas. No pudieron llevarlo inicialmente a la pantalla grande porque no había apoyo económico.
Cabrujas y Chalbaud escribieron sobre lo que estaba ocurriendo en esos momentos, porque Días de poder es la historia de un político venezolano que llega al poder y su hijo en la universidad se convierte en una cabeza caliente de la oposición, y ese enfrentamiento da pie al guión de la película que ahora si verán los venezolanos.
Para Chalbaud, hacer este tipo de películas que ahondan en hechos socio-políticos de Venezuela, es de suma importancia para que el país se entere de unas cuantas cosas, como, por ejemplo, que AD (Acción Democrática) era un partido popular de izquierda, lo que mucha gente y sobre todo la juventud, no saben, que cuando tomo el Poder se olvidó de sus luchas reivindicativas y se alió con el imperialismo internacional y con los ricos venezolanos. Por eso Días de Poder está ambientada en los años 60 y narra la historia de un hombre que ha luchado contra la dictadura, pero su partido traiciona los ideales que sostenía. Es metáfora sobre hechos reales que estremecieron a este país.
Chalbaud ha dicho que escribieron el guión con mucho respeto, y cada personaje defiende lo que cree, que además es la manera más civilizada. Él no cree que una persona “que piense diferente a mí sea mi enemigo, lo que pasa es que a veces se convierten realmente en enemigos por sus propias actitudes que no son civilizadas. Pero yo tengo amigos, familiares, que piensan distinto a mí y nos tratamos con mucho cariño, mucho respeto; y creo que a eso le llamamos 'civilización' y a eso deberíamos llegar".
Elenco
Un grupo de jóvenes, pero con experiencia en teatro, participan en este largometraje, como Theylor Plaza (el hijo rebelde), Adriana Gavini, Carlos Daniel Alvarado y tambièn hay actores de trayectoria como Francis Rueda, Julio César Mármol, Antonieta Colón, Gustavo Camacho (el protagonista) y Manola García Maldonado entre otros.
Filmografía
Román Chalbaud (Mérida, 10 de octubre de 1931) Inició su carrera cinematográfica, a comienzos de los años cincuenta, como asistente de dirección del realizador mexicano Víctor Urruchúa, quien realizó en Venezuela dos filmes: Seis meses de vida y Luz en el páramo. En este 2009 mostró, la trágica epopeya del general del pueblo soberano, pero toda su historia como largometrajista comenzó en 1959 con la versión cinematográfica de su primera pieza teatral. Hasta ahora ha estrenado películas: Zamora, tierra y hombres libres. El Caracazo. Pandemonium, la capital del infierno. Chévere o La victoria de Wellington. Crónicas del asombro. La historia del cine venezolano. El corazón de las tinieblas. Cuchillos de fuego. La oveja negra. Manon. Ratón de ferretería. Cangrejo II. La gata borracha. Cangrejo. Bodas de papel. El rebaño de los ángeles. Carmen, la que contaba 16 años. El pez que fuma. Sagrado y obsceno. La quema de Judas. Cuentos para mayores y Caín adolescente.



sábado, diciembre 19, 2009

Ubú rajatablino

La agrupación que Carlos Giménez (1946/1993) hace debutar con la crítica comedia musical Tu país está feliz, de Antonio Miranda, el 28 de febrero de 1971, afronta ahora un dilema hamletiano para decidir su agenda de los próximos años. Rajatabla ocupa desde hace tres largas décadas, gracias al apoyo del Ateneo de Caracas (durante la gestión de María Teresa Castillo), una pequeña edificación de tres plantas, erigida por el Estado sobre un lote de terreno, de la Nación, detrás de la parcela donde está la sede de Unearte y además tiene linderos con el Museo de Ciencias y el Teatro Teresa Carreño. Pero no posee –léase bien- un documento que legalice ahí su presencia, salvo los derechos que tiene como pisataria.
La institución que, desde el 28 de marzo de 1993, comanda Francisco Alfaro tras el mutis de Giménez, necesita además regularizar todas sus relaciones con el vecindario para proseguir las tareas propias de su dedicación artística, insistir con sus talleres de capacitación actoral y sus temporadas regulares, además de buscar la autogestión por intermedio de otras actividades.
Unearte (institución tutelada por el Poder Ejecutivo) y Rajatabla estudian por ahora una formula salomónica, la cual garantice la sobrevivencia de la histórica agrupación, además de su vinculación legal con las actividades universitarias. Las propuestas están la mesa y la decisión debe beneficiar al teatro y su compleja historia.
Prohibido detenerse
Mientras se decide su permanencia en la sede que ha usufructuado, pública y notoriamente desde los años 70, Rajatabla no se detiene y por eso hace temporada con el espectáculo Ubú rey, versión de Enrique Buenaventura sobre el original de Alfred Jarry, para graduar 19 actores y actrices, quienes cursaron dos años de estudios teórico-prácticos en el Taller Nacional de Teatro (TNT). Una metodología de capacitación que inicia Giménez en 1984, la cual ha aventado 19 promociones, y que se caracteriza por su dinámica propia para laborar con sus integrantes, apuntalada en la estética que el fundador rajatablino desarrolló a lo largo de su fructífera y exitosa carrera como director y creador.
Ubú rey es una circense metáfora escénica, bien materializada en agudo tono farsesco por el director Rufino Dorta, sobre las vicisitudes del Poder y sus nefastas consecuencias entre quienes se apasionan por controlar tal fuerza capaz de cambiarlo todo y al final no alterar nada. Siniestra show circense sobre reyezuelos de las centurias XVIII y XIX, finalmente barridos en el siglo XX, salvo contadas excepciones. Su trama densa, y hasta inverosímil, propone comparaciones con algunos gobernantes que han sido, deja enseñanzas y advertencias sobre los abusos del Poder en general y anuncia su derrocamiento por la insurrección popular. ¡Este espectáculo nos hace rememorar al montaje rajatablino de Macbeth en 1984, por su abordaje estrepitoso de todas las aristas del Poder y la conversión de los seres humanos en bestias por sus pasiones, que eran algunas de la obsesiones del capo Giménez!
Para este montaje, Dorta aplica la versión realizada por Buenaventura en 1966 e intenta plasmar algunas de las enseñanzas de ese gran maestro del teatro colombiano, quien, precisamente, predicó y demostró que el texto literario teatral es literatura pero no es “el teatro”, puesto que todos los espectáculos se componen de varios textos o prácticas parateatrales, como las imágenes visuales y las sonoras, además de la recreación de una serie de relaciones sensoriales con el espectador. Demuestra como las agrupaciones dedicadas al montaje de obras sí pueden y deben romper la estructura jerarquizada de las compañías comerciales, para reemplazarla por la de un colectivo, de acuerdo con la dialéctica socialista, donde todos sus miembros: autor, director, actor y personal técnico tienen la misma importancia, pues sé trabaja hacia el objetivo común de lograr una creación colectiva, puntualiza Dorta, quien gracias a este trabajo ubuesco rajatablino toma una larga distancia de sus colegas generacionales y avanza hacia una formulación estética propia, donde el barroquismo escénico es una característica que se le detecta, un híbrido con varias disciplinas, un toque de transdisciplinariedad. ¡Anda, pues, en un largo, ambicioso y creativo peregrinar
Destaca en esta producción de Ubú rey, que es una oportuna prédica sobre eventuales tiranías, el trío de Jean Franco De Marchi, Abilio Torres y Danique Weill, con apasionados y plausibles despliegues histriónicos, secundado por Derwin Campos, Ángel Pájaro, Eliana Terán, Jhondeiro Leal, José Lugo, Génesis Rodríguez, Maryelis Rivas, Karen Ramírez, Carolina Rico, María Hernández, Evelia Di Gennaro, Mayela Hernández, Kerllyn López, Lindsay Penagos, Miosothis Pineda y Sahara Álvarez. Aquí todos demuestran lo aprendido y hasta revelan parte de lo que son capaces en ulteriores espectáculos y escenarios. En esta ocasión recibieron los profesionales apoyos de Peggy Bruzual en la iluminación, Simona Chirinos con la vocalización, mientras que Soraya Orta atendió la expresión corporal. José Domínguez y Francisco Alfaro estuvieron al frente de la producciones, la ejecutiva y la general, para lograr así un trabajo artístico decantado y con patina profesional. ¡Buen debut para un puñado de comediantes que comienza su periplo!

miércoles, diciembre 16, 2009

El primer circo de los venezolanos

Venezuela lleva una década reescribiendo numerosas páginas de su historia e inaugurando otras porque la vida útil y creativa de sus habitantes no se detiene jamás. Y cuando son artistas los que pergeñan esas nuevas sagas, estas tienen ese no-se-qué capaz de evocar al nostálgico sabor de la guayaba y estremecer por el valor de la novedad que exhiben, como es el caso de la Compañía Nacional de Circo (CNC) y su espectáculo Aquiles en el jardín de los retazos.
Afirmamos esto porque no hay huellas visibles que durante en los últimos 200 años se haya forjado y puesto en marcha otra empresa cultural similar y con las dimensiones y ambiciones de la actual CNC, una innegable realidad que se materializó en tres meses y la cual ahora se muestra, bajo su carpa, desde la arena del viejo coso taurino de Caracas.
Este primer montaje de la CNC es además un homenaje al poeta y escritor Aquiles Nazoa (Caracas, 17 de mayo de 1920 / Valencia, 25 de abril de 1976), al utilizar su obra Vida privada de las muñecas de trapo, la cual se materializa en un cuarto mágico de retazos y costuras, donde la maquina de coser hilvana en cada puntada una historia de recuerdos y anécdotas. Ahí Aquiles, el personaje central de esta historia, evoca a los muñecos, compañeros de su infancia, y a los personajes de la Caracas de antaño, interpretados por payasos, acróbatas, equilibristas, músicos y trapecistas.
Aquiles en el jardín de los retazos es un espectáculo festivo, centrado en el riesgo y la sorpresa de los malabaristas, en los artificios y la magia extraordinaria del dúctil cuerpo del acróbata y en las muecas polisémicas de los payasos, todo ese tinglado de seres fantásticos que hacen posible al circo, desde hace miles de años cuando se separó de su otro hermano, el teatro, para marchar por escenarios paralelos y desde ahí entretener y educar a la humanidad, para hacerle más alegre o feliz su tránsito terrestre.
La debutante agrupación impactó a las mil 300 personas que colmaron la carpa el Nuevo Circo de Caracas, durante cada una de sus representaciones, con sus 120 minutos del más impresionante montaje circense que haya visto jamás en esta capital criolla, basándose en las destrezas físicas de sus integrantes, no menos de 50 artistas y técnicos imprescindibles.
Ahí, a lo largo de 13 escenas por cada función, se exhibieron, con perfecta sincronía y depurados estilos 16 números circenses, que iban desde acrobacias aéreas en telas, payasos, equilibrios con aros, rueda alemana, monociclos, malabares con escobas y sombreros, equilibrio en sillas, dúos de trapecio, antipodismo, dúos de acróbatas y para cerrar es explosión lúdica, apuntalada con luces multicolores y música en vivo con ritmos populares bailables.
Y todo concluye con la lectura del Credo de Aquiles que recordó, una y otra vez, al público como los poderes creadores del pueblo radican en la más alta experiencia humana, especialmente las que manan de esas artes que pugnan por transformaciones hacia una vida perdurable y feliz. Tal como ha reiterado, con palabras y hechos artísticos ponderables, la directora y escritora Marisol, una nieta de los legendarios actores de teatro y de circo Lily Álvarez Sierra y Gabriel Martínez.
Este primer circo de los venezolanos reaparece en enero y se lleva su carpa, su alegría y sus fantásticos personajes a otras regiones de esta Tierra de Gracia.
Elenco
La dirección general de la CNC está a cargo de Darwin García, mientras que la producción es Jericó Montilla y un elenco conformado por: Katay Santos, Luis Morales, Gonzalo Velázquez, Alina Rodríguez, Roberto Arego, Gaspar Trejo, Antonio Benítez, Oswaldo Barreto, Gloria Núñez , Alejandro Mariscotti , Roberto Suárez , Milagros Alonso y Alejandro Sánchez, entre. otros.



Transdisciplinariedad en Unearte

Producir conocimientos y no dedicarse a reproducir mas “información bancaria”, como diría Paulo Freire, es la meta de los profesores y los estudiantes de la recien creada Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) y por eso que Pedro Barboza ha iniciado una campaña teórica, por ahora, entre los estudiantes y sus colegas, para que le pierdan el miedo a la transdisciplinariedad. Y para eso dio una conferencia, de la cual hemos preparado este resumen, que difundimos por la importancia del mismo.
Creación colectiva
- La transdisciplinariedad, va más allá de la palabra misma, que sugiere un encuentro entre diferentes disciplinas, porque la transdisciplinariedad es una nueva visión de mundo, una visión que transgrede el opuesto binario y apuesto por la inclusión de estos. Es, definitivamente, una apuesta revolucionaria, una necesidad de preservar el planeta en el que vivimos.
-Desde hace muchos años he venido investigando sobre el tema de la creación colectiva. Al principio de una manera menos teórica y más empírica directamente desde la creación, es decir, reuniéndome con otros artistas e inventando proyectos-excusas para trabajar juntos. El trabajo colectivo es una necesidad del mundo en el que vivimos. Es necesario vincular las diferentes disciplinas, no sólo aquellas disciplinas llamadas “artísticas” sino todas aquellas disciplinas creadoras. Luego en el camino, ésta misma necesidad se convierte es un actitud de vida y comienza la conciencia de la reunión de las disciplinas sin partir de una disciplina jerárquica sobre las otras. El encuentro de creadores para inventar eso que llamo el un-no-sabemos-que-va-a-salir-de-esto, es una necesidad de explorar, investigar, buscar nuevos caminos de integración y ampliar nuestros niveles de percepción. Partir de la premisa de no agregar disciplinas por el simple hecho de ser multidisciplinarios, lo importante es pensar transversalmente desde las experiencias múltiples, pensar “más allá” de las disciplinas.
Ciencias y artes
-En este siglo es necesario re-vincular las ciencias con las artes, que no es más que el vinculo entre la ciencias con la cultura, el encuentro entre lo objetivo y lo subjetivo, la subjetividad y la objetividad, la afectividad y la efectividad, que fueron separados desde hace muchos con la llegada del pensamiento clásico, cartesiano, determinista. Todo este pensamiento está muy presente en las actividades del pensamiento occidental, especialmente en la educación y formación desde los niveles básicos. Es necesario un cambio de conciencia en cuanto a la formación, primero pensar en la formación de formadores. Necesitamos formar niños creativos, que luego se conviertan en disciplinarios creadores. Sólo así podremos afrontar los problemas del mundo en el que vivimos, desde la creación.
Un trío necesario
-Einstein decía que los científicos eran creadores de teorías, mientras que Deleuze afirmaba que los filósofos son creadores de conceptos y los artistas creadores de percetos (cúmulos de percepciones y afectos). Si juntamos un colectivo de creadores de diferentes disciplinas podemos ampliar nuestros niveles de percepciones y entender otros niveles de realidades. Sin duda, de esta manera podremos ver desde diferentes perspectivas un objeto de estudio. Una transpercepción es necesaria para entender el momento socio-político-científico-artístico en el que vivimos.
Nuevas teorías
-No podemos hablar de la transdisciplinariedad sin antes hacer una breve reseña histórica de la relación del sujeto-objeto, subjetividad-objetividad, simplicidad-complejidad, ciencias exactas-ciencias humanísticas, efectividad-afectividad, entre otras. Muy brevemente podemos ir atrás, justo en el Medio Evo, cuando la percepción de la realidad siempre estaba sujeta a lo sagrado. La lógica de lo sagrado predominaba y justificaba cualquier pregunta con referencia a entender el mundo, la naturaleza y el ser humano. Como respuesta a esto surge de manera paulatina un reconocimiento del hombre y su capacidad de racionalizar, hasta el punto de llegar a la idea que la razón, el rigor matemático, las ciencias exactas eran la única manera de justificar la veracidad de un conocimiento. Cualquier idea que sugiriera un rasgo de subjetividad era tildada de metafísico, y de inmediato menospreciada. Y es justamente esta lógica del pensamiento clásico - el pensamiento cartesiano - la que ha regido durante siglos en cuanto a la evolución de las ciencias, el Big Bang disciplinario, la educación implantada en las universidades, la lógica de dominio de la naturaleza y la destrucción paulatina - cada vez más rápida y eficaz- del planeta. Es en este período en donde se rompe el diálogo entre las ciencias y las artes.
-Como respuesta a este pensamiento clásico y el surgimiento de la teoría de los sistemas, la informática y la cibernética y la física cuántica aflora un nuevo movimiento de filósofos, científicos y artistas que comienzan a proponer una mirada otra del mundo. Una mirada desde una perspectiva compleja, unificadora, transversal; se rompe con las dualidades del objeto-sujeto y se busca la inclusión de los opuestos, los sistemas abiertos, el diálogo entre las disciplinas y la mirada holística e integradora del conocimiento. Es aquí en este momento cuando surgen las nuevas teorías del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad.
Asi pìensa Pedro Barboza y así lo predica... !Ahora manos a la obra!

martes, diciembre 15, 2009

75 mil trasnochados en 20 obras teatrales

El teatro comercial, ese que cobra taquilla y no recibe aportes oficiales, además de contar en sus elencos a reconocidos actores destacados en la televisión, se consolidó como una atractiva alternativa para los habitantes de Caracas y zonas aledañas, durante la temporada 2009. Un total de 20 piezas fueron vistas y aplaudidas por 75 mil espectadores es el balance que presenta el Teatro Trasnocho Cultural, la más importante de las instituciones que presenta tal tipo de espectáculos. Son cifras sin maquillaje alguno, las cuales deben ser tomadas en cuenta por tirios y troyanos. Tal es el informe que nos brinda el gerente y artista Moisés Guevara en nombre del Teatro Trasnocho Cultural para esta entrevista. Esperamos que las otras empresas o instituciones hagan lo mismo, si les place. Es tiempo de sinceraciones.
- ¿Cuál es el balance en cifras del teatro en el Trasnocho Cultural, en obras exhibidas, número de funciones y número de espectadores?
-El Trasnocho Cultural llegó al cierre de su octavo año con un balance altamente positivo. Nuestra gestión cultural crece cada año. En el 2009 estamos hablando de 12 obras en el Teatro Trasnocho (320 sillas) y ocho títulos en el Espacio Plural (entre 120 y 70 butacas). Con este última sala siempre hago un aparte porque aquello que nació como un recinto para ensayos o para dictar talleres, hoy se nos ha convertido en el espacio más solicitado, porque tiene el encanto de las salas experimentales europeas o las de off Broadway; este año, además se logro consolidar el horario de sábados y domingos a las cuatro de la tarde. Otro de los puntos que me gusta resaltar es que nuestro público fijo se mueve entre los 6.500 a 11.000, esto nos permite continuar apoyando las temporadas que es mi línea programática. Considero, pues, que sí vale la pena exhibir espectáculos para realizar 83 funciones de Educando a Rita, 66 con De todo corazón del Grupo Theja, 72 de La pareja dispareja de Skena, 42 de La cena de los idiotas del GA80 y 72 de Geranio de KJC Producciones. El Teatro Trasnocho cierra el 2009 con una convocatoria que supera los 65 mil espectadores y el Espacio Plural supera los 10 mil. Sin contar los 12 talleres que realizamos.
“En octubre de este año cuando cumplimos ocho años y se nos ocurrió hacer una foto en el escenario con los actores que han trabajado en el Trasnocho, aquello ¡fue una locura! .Cuando terminamos la lista eran más de 300 nombres y en la foto aparecen más de 100 actores”.
-¿Que nuevos criterios se aplicaron en la programación de la temporada que culmina y algo nuevo, conceptualmente hablando, para los tiempos venideros?
-Tengo que ser sincero: no hay nada nuevo; fundamentalmente porque el teatro en Venezuela, y esta afirmación es de Javier Vidal, es diacrónico con los tiempos fundacionales del teatro contemporáneo nacional. Esto no quiere decir que no continúe probando opciones, así fue como nació el horario de la diez de noche en el Teatro, el de las cuatro de la tarde en el Plural y las temporadas de miércoles y jueves. Cuando uno lee la investigación de Miriam Dembo sobre Juana Sujo, se tiene la sensación de que falta mucho por hacer, pero también la certeza de ir por buen camino. Yo inventaría más pero le hacen falta horas al día y metros cuadrados al edificio. Resalto sí el apoyo a la constancia en el quehacer teatral que Trasnocho ha realizado en estos últimos dos años con agrupaciones como el Theja en sus 37 años, el GA 80 en sus 25, Skena en sus 30 y el Altosf también en sus 30.
-¿Que planes hay para el año entrante?
-Hay algo que quiero destacar para el inicio del 2010 y son dos funciones especiales que realizará el maestro Fernando Gómez de su montaje de El juicio del siglo de Clarence Darow, los días 27 y 28 de enero del 2010; serán con toda seguridad funciones históricas; fue un enero hace 50 años atrás, cuando se estrenó tal montaje en El Teatro Los Caobos bajo la producción de Carlos Márquez. El resto de la temporada 2010 continúa de esta manera, en el Teatro Trasnocho: Tania en pelota de Mary Montes, Hágase tu voluntad de Enrique Bravo, Un dios salvaje de Yasmina Reza, Ciertas condiciones aplican de Javier Vidal, Esperando al italiano de Mariela Romero, Ejecutivas de José Simón Escalona y Palo de Agua Producciones está estudiando producir un musical para el formato Trasnocho.
“En el Plural van, hasta ahora: La noche de las tríbadas de Per Olov Enquist, El cuarteto de Heiner Müller, La muerte y la doncella de Ariel Dorfman y En la soledad de los campos de algodón de Bernard-Marie Koltés”.
-¿Por qué no organizar un concurso de dramaturgia venezolana, cuyo premio sea el montaje de la pieza, además del pago del 10 por ciento de derecho de autor por la taquilla?
-Trasnocho es afortunadamente muy riguroso en el cumplimiento de sus metas y objetivos, mucho de su éxito está basado en ello, siempre nos asumimos como prestadores de un servicio y no como productores en el ámbito cultural. Muchas veces nos hemos visto tentados de producir eventos y obras de teatro, pero el tiempo no nos alcanza para más y debemos continuar con nuestro rigor en la prestación del servicio, que va desde la atención al público hasta el puntual pago de las recolecciones de taquilla a nuestros productores asociados. La propuesta es muy interesante y la plataforma de Trasnocho esta a la disposición, ojala una agrupación, una persona, una empresa se interesase; yo estoy completamente a la disposición.
-¿Que planes personales tiene para el 2010?
-El 2010 se perfila con mucho trabajo para mi, voy a dirigir por primera vez dos obras profesionales en un año: Ciertas condiciones aplican de Javier Vidal, con Julie Restito, Antonio Dehli, Gerardo Soto, Hilda Abrahams y José Miguel Daos y La muerte y la doncella , con Antonio Dehli, Claudia Nieto y Gonzalo Velutini. Además debo buscar tiempo para montar El día que gano Susana Duijm de Johnny Gavloski, el cual se me quedó en el tintero del 2009. Y como si tuviese tiempo libre, en el 2009 volví a la universidad para terminar mi Licenciatura en Artes en la UCV. Vivo entre textos de teatro sumados a folios de exámenes que debo responder a mano y en lápiz.

sábado, diciembre 12, 2009

El raro béisbol de Tania Sarabia

Nadie puede ignorar que en Venezuela, como en otras naciones, un elevado porcentaje de la audiencia teatral está compuesta por mujeres de todas las edades y esos indicadores se incrementan cuando los espectáculos abordan argumentos familiares o relacionados con “el segundo sexo”. ¡La sensibilidad usa faldas o pantalones bien entallados!
Eso ayuda a explicar porque Mimí Lazo y Caridad Canelón se ubicaron en los primeros lugares de la audiencia teatral criolla gracias a sus populares monólogos El aplauso va por dentro de Mónica Montañés, y ¿Quién quiere qué? de Darío Fo y Franca Rama, centrados en los melodramas de sendas féminas golpeadas por los irreductibles comportamientos machistas de sus parejas. Ahora se les une, para crearles una severa competencia, la comedianta Tania Sarabia con un novedoso unipersonal, cuya argumentación descansa, precisamente, en el mundo del béisbol.
Y es aquí donde hay que subrayar como el teatro venezolano siempre en búsqueda de temas y argumentos para captar espectadores masculinos, especialmente, le puso el ojo al béisbol, no solo para atrapar al público con obras centradas en las vicisitudes de ese juego de multitudes o en las complejidades de sus jugadores, allegados y público en general, sino porque nada humano se le escapa a una de las más antiguas manifestaciones artísticas del mundo. Pero además hay que recordar, que el béisbol, para “proveer salud y fuerza al cuerpo, así como felicidad al espíritu”, debutó en Caracas el 23 de agosto de 1895, a las 3:30 PM, cuando unos “niños bien”, que venían de estudiar en Estados Unidos de América, y unos cuantos cubanos, integraron sendos equipos del Caracas BBC y saltaron a un improvisado “diamante”, en las inmediaciones de Quebrada Honda. Ahí, “Los azules” ganaron a “Los rojos” con un score de 28 a 19, según investigó y escribió Leonte Landino.
Raro juego
En Venezuela, el béisbol como argumentación teatral ha sido abordado por Gustavo Ott (80 dientes, 4 metros y 200 kilos, y además Fotomatón y Linda Gatita), Francisco Viloria (Los Samanes Béisbol Club), Néstor Caballero (Mister Juramento/Homenaje a Julio Jaramillo), Ibsen Martínez (La hora Texaco), Milton Quero (La vida es un strike out) y Paúl Salazar (Rivales eternos). Y recientemente, ingresaron a tan selecto club, la periodista Mary Montes con su monólogo Tania en pelota, gracias al asombroso lucimiento de la actriz Tania Sarabia, la creativa dirección de Basilio Álvarez y la pulcra producción de Jorgita Rodríguez.
Además de ser periodista, profesión que no ejerce, Ott sintió una “atracción fatal” por el béisbol y escribió 80 dientes, 4 metros y 200 kilos, con la cual ganó el Premio Tirso de Molina. Su titulo “kilométrico” se quedó corto para lo que el dramaturgo propone: la historia de cuatro venezolanos, tres varones y una hembra, que va desde los años 70 hasta finales del siglo XX, en medio de una sociedad competitiva y deshumanizada, donde lo importante es el fin y no los medios. Hay en esta pieza una respetable reflexión sobre como el juego del béisbol puede ser dañino o nocivo para una sociedad, sino se le toma como lo que es: un juego, porque ahora es una disciplina lúdica que se transforma en una maquina de moler gente y de lo que solo se publicitan los éxitos y no los fracasos humanos. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
Hace años, por allá por la década de los 80, Viloria entregó Los Samanes Béisbol Club, dramática historia de un grupo de peloteros instalados en una barriada de San Bernardino, que después se transforma en el equipo Magallanes; esa pieza nunca se montó. Quero, premiado novelista, presenta en La vida es un strike out a una pareja de ancianos que evoca los juegos que vieron y a los que no acudieron.
Caballero redactó y estrenó el unipersonal Mister Juramento/Homenaje a Julio Jaramillo, donde un travesti, encarnado por Franklin Virgüez, manifiesta su pasión por una serie de peloteros, a quienes incluso se ha llevado a la cama, entre otras jugarretas. Otro que lanzó su bola dramatúrgica, y con éxito, fue Martínez con La hora Texaco, estrenada en El Nuevo Grupo.
Y Paúl Salazar pudo estrenar y hacer varias temporadas con su pieza Rivales eternos, la cual con su subtítulo revela gran parte o la razón de ser de la pieza misma: La historia de un magallanero que fue caraquista por un día. Su argumentación descansa totalmente en el béisbol, pasión nacional exacerbada en los últimos años por la comercialización de las agrupaciones y su singular negocio, fomentado además por los medios de comunicación, sin contar el vaso comunicante con el multimillonario imperio lúdico que se escenifica en Estados Unidos y otras naciones. La novedosa obra transcurre en el apartamento de un caraquista, tras haber sido abandonado por su esposa y su pequeño hijo, precisamente el 31 de enero de 1994, cuando los equipos de los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes se juegan el título de la temporada. Esto exige del público un mínimo de conocimientos de las reglas del béisbol y además otro tanto de la historia de dicho deporte en Venezuela, porque sus personajes principales tienen sus acciones dramáticas y sus diálogos construidos en torno a los movimientos, el lenguaje técnico y el desarrollo del juego, así como las vicisitudes de los equipos criollos y sus jugadores a lo largo de 100 años. ¡Hechos reales para una ficción teatral!
Humor y pacifismo
En la pieza de Mary Montes, Tania en pelota, el solitario personaje, aunque su acción escénica se apoya en un discreto y nada práctico tinglado audiovisual, reflexiona sobre el béisbol, al cual desprecia porque jamás lo ha entendido, lo considera absurdo y, muchas veces, ridículo, tanto por sus peculiares reglas para ser jugado, como por la conducta de sus jugadores, las formas de ‘ligar’, el lenguaje y hasta el uniforme. No comprende porque los peloteros se pintarrajean sus caras, se disfrazan cual tortugas ningas, se dan batazos en sus zapatos para sacarse el tierrero y volverse a parar en el mismo sitio, mascan chicle todo el tiempo, etcétera. Decide investigar, para entender por qué para mucha gente, incluso la mayoría de sus amigos, el deporte de los bates y las pelotas es tan importante.
La actriz-personaje Tania Sarabia, con su peculiar estilo de interpretación y humor que siempre aplica para decir cualquier parlamento, termina seducida por la alegría que ese deporte da a sus fanáticos venezolanos, además de palpar la pasión, el optimismo, el reconocimiento y el respeto por el contrario o el rival. Invita a reflexionar al público sobre la importancia de esa competencia donde se drenan las pasiones y al final lanza una hermosa arenga sobre la íntima relación que hay entre tal acto lúdico y la vida criolla, y clama por el amor entre los sectores o bandos de esta Tierra de Gracia. ¡Las mujeres quieren el amor y no la guerra, pero son poco escuchadas!
Esta obra se identifica íntimamente con los fanáticos y con todos aquellos, que, como Tania al comienzo de su reflexión escénica, ignoran las complejidades del juego “Es una apuesta por el humor y la reconciliación en el país”, asevera la autora Mary Montes, dama inteligente y aguerrida trabajadora que a buena hora da su apoyo al arte teatral criollo, siempre carente de talentos literarios ¡Bravo por esa Tania en pelota y por todo el creativo equipo ahí involucrado!
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viernes, diciembre 11, 2009

Indira Páez premiada por los vampiros

La escritora y dramaturga venezolana Indira Páez recibió una estatuilla del Premio Emmy, durante la ceremonia de entrega de los prestigiosos galardones, realizada el sábado 5 de diciembre en Orlando, Florida. Lo obtuvo por su trabajo como coescritora de la miniserie para televisión Gabriel, amor inmortal, protagonizada por Chayanne y por José Luis “El Puma” Rodríguez, una historia sobre los vampiros, producida por Raúl Alarcón, Armando Castro y Agustín para SBS / Megafilms, y dirigida por el mismo Agustín, creador de la historia junto a Alarcón.
La miniserie, trasmitida de septiembre a noviembre de 2008 a través de Mega TV canal 22 en Miami y por Direct TV en toda la costa este estadounidense, así como en Puerto Rico, ganó seis de las ocho nominaciones que tenía: mejor guión, mejor programa, mejor postproducción, mejor edición, mejor audio y mejor "Tras cámaras".
Indira Páez, quien se mudó a Miami en enero de 2008, con sus hijos y su esposo, el músico Frank Quintero, comentó emocionada al recibir el Emmy que “éste es un sueño hecho realidad, le doy gracias a Dios y a todo el espectacular equipo de Gabriel, amor inmortal. No me lo puedo creer. Este es un momento que jamás pensé vivir”.
Indira explicó,desde Florida, que el Emmy es un premio anual que otorga la Academia Nacional de Artes y Ciencia de la Televisión de Estados Unidos de América, y así reconoce la excelencia en el área de la televisión. El capítulo “Suncoast Regional", que fue en el cual Gabriel, amor inmortal participó, barca las producciones de televisoras locales, desde Missisipi hasta Puerto Rico, es decir, el área sureste estadounidense.
-¿Cómo llegó a el y como se adjudica?
-Las televisoras y productoras independientes inscriben el material que desean que los miembros de la Academia consideren para ser nominados. En este caso, Megafilms, empresa productora de Gabriel... , mandó el material de la miniserie y propuso las postulaciones. La Academia entonces decidió nominar la miniserie en ocho categorías, de las cuales ganamos seis.
- ¿Qué hará ahora, en lo que a la televisión se refiere?
-En este momento estoy en Univisión, desarrollando el guión de un programa especial dedicado a las mujeres, que saldrá al aire en enero. Después ni idea, como vaya viniendo iremos viendo, una peculiar filosofía de nosotros los venezolanos que estamos en el mundo del espectáculo, como nos lo enseño aquella fantástica telenovela Por estas calles.
-¿Y el teatro dónde se ha quedado?
-Acabo de bajar la temporada del unipersonal Sonrisa vertical con Laura Ferretti, acá en Miami, y en enero retomamos. En mayo pasado estrenamos acá Amanecí como con ganas de morirme, y como sabes este año se estrenó Mujeres de par en par, en Caracas, espectáculo que por cierto creo que tu no viste…creo. Todavía creo que el teatro es literatura viva, con alma y personalidad propia.
“Siempre repito, producto de mi experiencia, que el teatro es una expresión artística en donde se conjugan todas las demás: plástica, música, danza, retórica, lírica... y todo ocurre ante la mirada del espectador, que juega un papel importantísimo en la creación de esta maravilla, de este milagro que llamamos teatro. Sin público no hay teatro, porque el teatro no es para ser leído, sino para ser visto. Cuando escribo, sé que mis obras son simplemente bocetos de algo inacabado, que va a ser armado por el director, los actores, el iluminador, el escenógrafo, el vestuarista, el público. Es un acto delicioso de creación colectiva que me hace sentir acompañada, plena y viva. Es como hacer el amor... y no exagero”.
-¿Cuántas piezas escritas y cuantas de ellas han sido montadas?
-He escrito y estrenado hasta ahora 13 piezas de teatro, entre infantiles y de adultos. Me di a conocer con La princesa triste, en 1996.Y, como dato para mis biógrafos y amigos directores y actores, no he cumplido 50 años, por lo que deben irse preparando. Me gradué de bachiller en 1985, a los 17, y mientras estaba de vacaciones, esperando mi ingreso a la universidad, para estudiar Derecho., hice un taller de teatro juvenil. Me llevó la curiosidad, pero resultó fascinante, apasionante y enamorador. Tanto que decidí cambiarme de carrera, olvidarme del Derecho y estudiar Artes en la UCV. A mi papá casi le da un infarto. Y aquí estoy, con mis hijos y mi marido.
-¿Hay algún estreno pendiente?
-Si, estoy escribiendo mí obra Las cosas que perdí en la mudanza, para que la dirija Dairo Piñeres y la produzca mi hermana Amaris Páez. También le acabo de mandar una pieza a Jorgita Rodríguez, La suerte de los feos, ojalá que le guste para que la monte.
Y como para nadie dude o se autoresponda preguntas raras, niega que sea especialista en temas femeninos y explica que sus obras Primero muerta que bañada en sangre, Locas, trasnochadas y melancólicas, y De velo y corona, sí están centradas en el drama de las féminas, pero “en las otras, sus protagonistas son gente con neurosis cotidianas, en situaciones límite, personajes amorales que se pasean por los absurdos de la realidad que nos circunda”.
-¿Y hasta cuándo en Miami?
-¿Por un tiempo? ¿La vida entera? No lo sé. A los 40 años me he desdicho tantas veces que prefiero no predecirme. El tiempo dirá lo que haremos.
Los vampiros del siglo XXI
Gabriel,amor inmortal, que resulta ser la primera miniserie en alta definición producida para las audiencias hispanoparlantes, es una conmovedora historia de amor que también trata sobre reencarnación, revancha y redención, ambientada en el submundo contemporáneo neogótico del vampirismo y el ocultismo.Un tema que atrapa multitudes. Ahi Chayanne interpreta el personaje del principal, Gabriel, un vampiro contemporáneo, un ser torturado cuya única esperanza de salvación está en poder reunirse con su alma gemela reencarnada, Eva (interpretada por la estrella mexicana Angélica Celaya), quien fue asesinada hace más de 300 años atrás por el sangriento conquistador convertido en asesino nocturno, Pizarro (interpretado por Jose Luis Rodriguez).Condenado a vagar en la eterna oscuridad después de haber sido maldecido por una sacerdotisa inca como venganza por haber destruido su aldea, Pizarro amenaza con volver a robarle a Gabriel su amor largamente perdido. ! Y colorin,colorao...este cuento no ha terminado!

lunes, diciembre 07, 2009

Dramo superó sus sueños

La vida nos sigue dando gratas sorpresas lúdicas. La más reciente fue el espectáculo de fin de año, del grupo de danza moderna Dramo, el exquisito montaje Gitanas y Pascua, en la Sala Horacio Peterson de la Universidad Nacional Experimental de las Arte (Unearte), bajo la dirección artística y coreográfica de Miguel Issa.
Sobran palabras críticas para exaltar lo que ahí se mostró. Sendos espectáculos inspirados en el mundo gitano y en los pueblos del Mediterráneo, todo un universo presente y fusionado en nuestra cultura hispanoamericana a partir de la mezcla de costumbres, hábitos y espacios. En ambas piezas, que no consumen más de 90 minutos, está presente la espera de seres imaginados o recordados, y con ella se festeja, se ritualiza, se ofrenda y se vive hasta que los poros revientan y bañan a los actores y al público mismo.
Miguel Issa, que además es profesor de las nuevas generaciones, recordó que Dramo se creó hace 15 años. “La iniciativa surgió de Leyson Ponce quien regresaba de Alemania y mi persona. Ambos nos iniciamos en el Festival de Jóvenes Coreógrafos, un maravilloso invento de Carlos Paolillo que existe desde 1985, y habíamos iniciado una linea de trabajo que comulgaba muy bien. Nos registramos baja este nombre porque sentíamos que nos identificábamos con la dramaturga que se escribe con el cuerpo. Eso nos ha permitido seguir indagando en la investigación sobre el gesto y el arte del intérprete. Eso es Dramo: Dramaturgia del Movimiento”.
Asegura que los sueños se han superado. “Dramo se ha transformado en una referencia en las artes escénicas en nuestro país, hemos tenido la oportunidad de ofrecer nuestros trabajos de distintas formas, desde un teatro convencional, hasta espacios reducidos. Hemos cultivado un público muy variado y de alguna manera nuestra carrera como docentes nos ha permitido profundizar en esa búsqueda expresiva que fusiona múltiples lenguajes”.
Puntualiza que durante estos 15 años han capacitado muchos bailarines, actores y cantantes que “han creído en nuestra filosofía de trabajo”. Y agrega que “Dramo no deja de ser un espacio de formación de intérpretes, donde el compromiso artístico es lo que prevalece”.
No acepta que lo señalen como creador de un movimiento artístico como tal, “eso podría sonar pretencioso, que el tiempo lo diga. Yo he trabajado fiel a mi intuición y eso me ha dado el resultado que se puede apreciar. Si es danza teatro, teatro danzado, danza teatralizada se los dejo a los demás. Lo que hemos hecho es formar a una vasta generación y acentuar las propuestas que ofrecemos”.
Reitera que la danza tiene mucho futuro, al menos “en Venezuela y más si el bailarín entiende que no todo es bailar, sino que puede transformar ese conocimiento en espacios para determinar cambios en la sociedad que van desde de la conducta hasta la sanación”.
Insiste en que la edad útil de los bailarines depende de la tendencia de la danza en que se desarrolle. “En mi caso podré bailar hasta los 80 años porque todos mis personajes son viejos”.
-¿Qué tiene para los próximos diez años?
-No lo he pensado. Son muchas las cosas que deseo hacer, entre otras poder crear con más comodidad y tranquilidad. Solo le pido a Dios que me de más tiempo, salud y lucidez para seguir creando. Proyectos e ideas sobran, por ahora.
Elenco
Gitanas y Pascua fue interpretado por Simona Chirinos, Jhosmar Chitty, María Jesús Mendible, Carolina Petit, Eliana Santander, Yarua, Camagni, Carla Barquero, Franklin González, Alexis Sulbarán, Brian Landaeta, Khalil Gómez e Ildemar Saavedra.



sábado, diciembre 05, 2009

Aplausos para Caridad Canelón

Hay un siniestro prejuicio cultural en el sector periodístico, y también en el artístico, que consiste en desdeñar y considerar menos actores o actrices a quienes ejercen su trabajo interpretativo, fundamentalmente, desde un canal de televisión. Tales “quinta columnas” de la infamia tras despreciarlos y cargarlos de epítetos sin fundamento alguno, rotulan todos sus trabajos teatrales como “comerciales”, además de otros “juicios de valor”. Sin embargo, la ignorancia y la maledicencia de esas mezquinas personas no han impedido que los espectáculos de tan vituperados profesionales capturen, noche tras noche, a miles de espectadores que los aplauden en las salas, ganen premios y viajen a otras ciudades o países para exhibir sus montajes. Por supuesto que esa polémica bizantina sobre “la mala calidad de los histriones de la televisión” o “la torpe comercialización de la escena” fue muy intensa durante los últimos 20 años de la centuria pasada y ahora sobrevive, o reaparece, cuando las verdes envidias se apoderan de unos cuantos rezagados, por no decir frustrados.
Ni el comediante aprestigiado en la pantalla chica es deficiente, ni el término comercial es deleznable como tal. Recordamos esto, porque si Mimí Lazo tiene 13 años presentando El aplauso va por dentro, según lo escribió Mónica Montañés y lo montó Gerardo Blanco, por lo menos una década de éxitos le auguramos a Caridad Canelón con su monólogo ¿Quien necesita qué?, de Darío Foo y Franca Rama, dirigido y producido entre Héctor Manrique y Carolina Rincón. El innegable éxito de ambos espectáculos es dado por su temática centrada en las vicisitudes de sendas mujeres, de edad mediana, quienes luchan lo indecible para ser felices, cuando lo tienen todo en contra, y porque además las intérpretes son muy populares con sus constantes roles en las telenovelas. Más allá de las múltiples valoraciones, subjetivas por supuesto, que se hagan de ellas, como comediantas –son muy destacadas en la televisión- sí convocan audiencia ayudando así el teatro como fenómeno social.
Caridad, que comenzó en la televisión cuando era niña, y ahora es toda una primera actriz (ademas de tener tres hijos, uno de 28 años), está en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural como cualquier debutante. Ahí plasma, de gran manera, a una mujer víctima del desprecio de su pareja y la rutina del hogar. ¿Temática y argumentación muy conocidas verdad? Sí, pero con modalidades que sorprenderán a la audiencia.
Como es la primera vez que Caridad se atreve a enfrentar solitaria un texto sobre las tablas, reveló estar muy contenta, “porque es un reto para mi, Es mi primer monólogo, Estoy enamorada del texto y sobre todo, del proceso y del hecho de hacer teatro. Para mi el teatro es liberador, es allí donde uno puede realmente ser libre, es el lugar donde quiero estar siempre". ¿Quién necesita qué? es una versión de la obra Una mujer sola, que fue montado por el Grupo Actoral 80 en 1988 y protagonizada por Verónica Oddó y dirigida por Enrique Porte. Ahora Caridad le da un rotundo cambio a su profesión y camina sin vacilar por la comedia, dejando atrás “los lagrimones, envidias e intrigas” que le han dado un espacio privilegiado en la televisión.
Durante una hora, el público es cómplice de la vida privada de una ama de casa, que no ama, ni tampoco tiene casa. Es un ser humano, esclavizado por los convencionalismos sociales y por ese miedo a la soledad que congela o idiotiza a hombres y mujeres por igual. El personaje se va descubriendo o desnudando sentimentalmente, bajo la benevolencia del humor, y muestra finalmente a una de esas mujeres anónimas y extraordinarias que dejan sus sueños colgados en la percha de la ropa planchada o chamuscados al calor de la cocina y solo viven para hacer que el sueño de los otros, bien esposos o hijos, se realicen. Es una versión contemporánea de aquella cosa tan terrible que es la esclavitud de las féminas. Y estamos hablando del mundo occidental, porque en los otros confines del planeta las mujeres todavía luchan porque las traten mejor que las mascotas domesticas.
¿Quién necesita qué? recuerda como la mujer, a pesar de luchar por ocupar una mejor posición en la sociedad actual, aún sigue marginada, humillada, utilizada, subestimada y usada como si fuera “un aparato eléctrico”, tal ha dicho Caridad Canelón.
Por supuesto que ella no está sola en la escena. El director Manrique la guío para que obtuviera su personaje y lo demás lo puso ella, que como mujer luchadora, sufrida y además conocedora de cómo son los “machos” pues coloca en escena sus impresiones o su memoria emotiva.
¡Verla es aplaudirla no solo a ella, si no a todas las mujeres que representa y materializa en escena, es una batalla victoriosa contra la exclusión por el genero y la conducta sexual!



viernes, diciembre 04, 2009

Maisanta listo para la pelea

"Hoy es el año de 1930, en una Venezuela de emboscada, caída y epitafio. Hoy estamos aquí para velar a un guerrero. Hoy estamos aquí para velar que su nombre no sea olvidado por la historia de los siglos. Desamparo histórico hasta hoy ha tenido él, quien fue quemadura del sueño hasta la rabia para todos aquellos que sólo impusieron muerte y yugo. Tenía 44 años cuando lo sacrificaron”.
Así comienza el texto teatral Las lunas de Maisanta con el cual Néstor Caballero (Anzátegui, 1953) ganó el II Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturgia Innovadora 2008, que adjudicó el Instituto de Artes Escénicas y Musicales, y el cual consistía en 30 mil bolívares, un pergamino y derecho a la publicación. A un año de haber recibido ese premio, el escritor reconoce que “la obra se bautizó hace pocas semanas y fue muy gratificante estar ahí con muchísima gente interesada por leer la pieza y por saber más sobre Maisanta”.
Caballero, dramaturgo profesional, que hasta ahora ha ganado 34 premios por sus habilidades con los dramas, advierte que el teatro es una manifestación que por su complejidad requiere de una gran inversión pues en ella concurren todas las demás artes para poder expresarse.
Comenta, que escribió su teatro sobre el antepasado del presidente Hugo Chávez Frías, porque, “ya desde la mitad de los años setenta, en el Teatro El Triángulo conocí del personaje, no sólo Maisanta, sino también Zamora, a través del maestro César Rengifo. En ese tiempo se estudiaron diversos hitos históricos revolucionarios. Mi primera pieza, El rey de los araguatos, es sobre la Guerra Federal, sobre Ezequiel Zamora, me dio el premio del Nuevo Grupo de 1978. Desde ese tiempo me propuse escribir dramaturgia partiendo de nuestra historia nacional, de ahí salieron mis piezas Longanizo (sobre Simón Bolívar); Toñito (centrada en Antonio José de Sucre) y Dados (que alude a Rafael Urdaneta). Pero también me propuse abordar la historia nacional sobre aquellos personajes que nos fueron negados en la historia oficial, así como también de aquellos anónimos que terminaron arrastrados por la historia y sus circunstancias. La investigación forma parte ardua de la creación cuando se trata de la historia en mayúscula. Hay que investigar todo el ciclo vital del personaje a través de lo económico, de lo político, de las finanzas, de lo militar, de lo social y de los diálogos y costumbres de la época. Luego de ello, en ese moldura, viene la historia dramatúrgica en sí, el argumento encuadrado en todos los hitos reales y dialécticos que componen al personaje viviendo en un momento histórico preciso. Interviene luego la imaginación, el conocimiento de la escena, la poesía y sobre todo visitar el alma de la persona para convertirlo en dramaturgia, en arte. Todo eso está presente en Las Lunas de Maisanta, quien fue fiel a sus principios aunque otros revolucionarios terminaran siendo séquitos del dictador Juan Vicente Gómez.
-¿Hay un sino trágico en la vida de casi todos los luchadores venezolanos por la libertad?
- Sí, porque se enfrentaron a todo un sistema clasista instituido desde la Colonia. Un sistema de poder dominante, de oligarquía férrea, poca pero poderosa que aún hoy en día se hace sentir con fuerza para no perder sus privilegios. La dominación es no sólo un hecho económico, sino mental, sobre todo cultural. Ese sistema terrible hace ver como normal algo que no lo es y se inocula como un virus en el pensamiento del dominado. Ahora bien, ser un visionario, un revolucionario, un luchador por la libertad y la igualdad, no sólo es enfrentarse a esa oligarquía, sino también a los dominados porque no tienen concientización de la explotación a que son sometidos. El problema es cultural, lo que sucede es que la historia es irrefrenable y de contradicciones en contradicciones se va llegando a la revolución a través de un pueblo que primero actúa por intuición, por descontento y luego por formación encabezado por un líder que siempre motoriza, empuja, estimula y acompaña a los dominados en su lucha. Cuando un pueblo está preparado, siempre aparecerá el líder. Entonces, no es un sino trágico per se, sino que todo cambio que es aniquilado por la oligarquía, es recogido, tomado luego por otros líderes en tiempos propicios y se sigue avanzando.
-¿Que posibilidades tiene de ser llevada al cine?
-El guión de cine lo tengo desde el 2001. Espero ofertas de la Villa del Cine, por supuesto.
La semilla
Caballero dice que ya Las lunas de Maisanta está publicada y eso es como un nuevo teatro que se levanta ante cada lector, ante cada creador. “Ya aparecerá el director que la lleve a escena. Longanizo se monta actualmente en varias partes del país a través de grupos de teatros populares, así como profesionales. El Teatro Estable de Maracay la tiene en cartelera hace años. Cuando una obra encuentra su público, se pierde de vista del autor. Espero que mi pieza sobre Maisanta caiga como una semilla que germine y se esparza y se monte. Por los momentos no está en mis planes dirigirla.



César Rengifo vuelve con el Bicentenario


El año 2010 viene preñado de buenas noticias para el teatro venezolano. Gracias a la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) se realizará un congreso de dramaturgos, con la participación de no menos de 100 autores y autoras reconocidos, y además se gesta el Festival Nacional de Teatro dedicado a Cesar Rengifo, durante el mes de mayo con la pieza Apacuana y Cuaricurian, dirigida por Costa Palamides, donde se exalta el rol de los aborígenes en su lucha contra el conquistador español, a finales del siglo XVI.
Quien suministra esas dos informaciones es nada menos que el profesor Humberto Orsini (Santa Cruz del Orinoco, Anzoátegui, 4 de mayo de 1926), quien, junto a Rodolfo Santana y Román Chalbaud, está al frente de esos proyectos de Unearte.
Orsini, que siempre ha estado en el centro de las sanas polémicas sobre el desarrollo histórico del teatro venezolano, reconoce que no puede hablar del estado actual de las artes criollas sin dejar de lado un análisis de lo que sucede allende las fronteras. “Porque creo que es una manera de poder explicar las cosas que aquí ocurren. El teatro en términos generales, durante la última mitad del siglo XX, entró en un declive muy fuerte y así lo analice en el Mensaje Mundial del Teatro, que yo escribí para 1995, donde advertía que el teatro parece haberse alejado de la posibilidad de interpretar nuestro tiempo y las tormentas sociales y humanas que padecemos, tanto locales como universales. Está claro que el teatro no hace las revoluciones, pero ayuda a los hombres a comprenderlas y animarlas. Después, en un Congreso Mundial de Teatro en Seúl llevé una ponencia larga donde insistía en la misma temática y reiteraba la ausencia de un dramaturgo capaz de interpretar el hoy o la contemporaneidad y que además estuviese siendo montado en todas partes, como pasó con Brecht, Peter Weiss o Heiner Muller”.
-¿Qué pasa, pues, con el teatro en el mundo?
-El teatro ha perdido la capacidad de interpretar al hombre de nuestro tiempo. Eso no solo ocurre a nivel mundial, si no también aquí, pues me he encontrado gente que me dice que ya no van al teatro porque éste ha perdido grandeza.
-¿Y el teatro venezolano como anda?
-Venezuela no está exenta de esa situación de crisis del teatro mundial. El reflejo social de la lucha de los años 60 en Europa, también tuvo su reflejo en esta Tierra de Gracia, pues aquí insistimos en hacer un teatro social y lo hicimos, con la Federación Venezolana de Teatro. Desde allí insistimos en cambiar las estéticas artísticas para expresarnos después de haber superado el costumbrismo y el teatro del cajoncito. Pero nos faltaba mucho ya que debíamos abocarnos a las grandes transformaciones sociales y apoyarnos en la estética para comunicarnos. También insistimos en que el teatro tenía que ser revolucionario y eso fue posible porque había un contexto latinoamericano, donde todo estaba agitado por el proceso de la revolución cubana, el Mayo Francés, Todo eso estuvo presente ahí, en el proyecto de la Federación, pero después de unos fracasos internacionales y locales, empezó a crearse una desilusión, llegó un declive y el teatro se nos vino abajo y no nos hemos recuperado de eso.
-¿Por qué no se ha dado esa recuperación?
-No nos hemos recuperado de esa crisis porque perdimos la fe, perdimos la relación con el pueblo, con el público y como nunca nos hemos detenido a analizar la audiencia porque antes estaba el Conac, o el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, que pagaba los montajes, tuviesen o no convocatoria de espectadores.
--¿Pero ese no es el único problema del teatro criollo?
-No, por supuesto, hay problemas como la carencia de una dramaturgia que corresponda al momento, que aborde los grandes problemas o conflictos contemporáneos y por eso no tenemos un público verdaderamente comprometido, ya que lo que le exhiben es banal y sin contenidos; pero también es grave que varios espectáculos con contenidos se pierden por la debilidad de las puestas en escena. Y eso me lleva a afirmar que una parte del teatro venezolano no tiene contenidos, no es capaz de contenernos y cuando hacemos esta generalización hay sus excepciones, primero nos referimos a lo que montan, porque hay obras importantes que no han sido representadas; también hay otras que tiene algo valioso pero que les pasa algo cuando las escenifican.
-¿Nada de lo que se está haciendo le gusta?
-He descubierto algo en los últimos días, como es el caso del joven director Miguel Flores con su espectáculo Baldíos.Los nervios del relámpago, basado en la ópera prima del poeta Carlos San Diego, una producción de la Compañía Nacional de Teatro, y el más reciente espectáculo del Grupo Bagazos, Historias de apartamentos, de varios autores, puesto en escena por Gerardo Blanco.
- ¿Es malo que el Estado de aportes financieros a los grupos teatrales?
- Yo vengo sosteniendo que el Estado debe dar un soporte al movimiento teatral y para eso es importante crear espacios artísticos bien dotados, de tal manera que se puede tener una teatrico en cada municipio y un gran teatro en las capitales regionales o en las urbes más desarrolladas. Se necesitan salas teatrales bien dotadas, que deben ser facilitadas a los teatreros para presentar sus espectáculos, sin pagas alquiler alguno, y con la taquilla podrá cubrir su producción. También he luchado para que las escuelas de teatro, antes fue el IFAD y después el Iudet, se formara o capacitara un individuo capaz de promover el oficio del teatro, un auténtico artista creador.
-¿Qué pasa con la dramaturgia? ¿Por qué no se enseña en las escuelas de teatro?
-Aquí en Unearte se enseñará dramaturgia, será una carrera. Creo que eso puede ayudar. Venezuela tiene no menos de un centenar de autoras y autoras, a los cuales vamos a convocar para un congreso, que organiza Unearte, entre los cuales hay más de 40 jóvenes. Ese el congreso de dramaturgos, proyectado para el venidero mes de febrero.

13 obras para el festival

Entre los proyectos que se gestan en Unearte para el año 2010 esta la realización del Festival Nacional de Teatro: Homenaje al dramaturgo Cesar Rengifo en los 30 años de su muerte. Este evento, insertado en las celebraciones artísticas por el Bicentenario de lndependencia de Venezuela, que está bajo la responsabilidad coordinadora de Humberto Orsini, reunirá 13 piezas del desaparecido autor (Caracas, 1915/1980), las cuales contribuyen al conocimiento y la divulgación de las etapas más importantes y de los momentos más significativos de la vida y de las luchas del pueblo venezolano por su independencia en los periodos de la Conquista, la Colonia, las luchas por la Emancipación frente a España, hasta la Guerra Federal. Las obras son: Osceneba, Curayu o El vencedor, Apacuana y Cuaricurian, Soga de Niebla, Joaquina Sánchez, Manuelote, María Rosario Nava, Una espiga sembrada en Carabobo, Quien nos robó esa batalla, El Mapa de Barinas o Un hombre llamado el mapa, Los hombres de los cantos amargos, Un tal Ezequiel Zamora y Lo que dejó la tempestad.

jueves, diciembre 03, 2009

Cuba y otros teatros americanos

El teatro en español en Nueva York tiene una historiografía escrita a retazos. Algún día, alguien, o un grupo de investigadores, pondrá sobre el papel o en el ciberespacio una saga cercana a la realidad sobre lo que desde el siglo XIX han estado haciendo los teatreros o teatristas de origen hispano en Manhattan y demás distritos de la más importante urbe y el principal puerto estadounidense sobre el Atlántico.
Mientras esos tiempos llegan hay que detenerse a estudiar y analizar la persistente y respetable labor que lleva adelante el artista, de origen cubano, Pedro R. Monge Rafuls con su organización Ollantay Center for de the Arts, creada hace 31 años, y la impresionante tarea de difusión que alienta con su publicación Ollantay Theater Magazine, editada durante los últimos 16 años, y cuyo numero 31-32, de 152 páginas, reseñamos aquí.
En “Vivos, a pesar de la crisis”, titulo del editorial que suscribe Monge Rafuls, se subraya que la situación económica surgida, consecuencia del mal manejo de la economía de Estados Unidos de América por parte de los administradores de la banca y de los políticos del mundo entero, ha repercutido tristemente en el teatro. “Algunos grupos neoyorquinos han tenido que recortar sus presentaciones y varias producciones han dejado de subir a los escenarios. Otros grupos han recesado por un tiempo o han desaparecido del todo. Incluso el comercial y espectacular Broadway se ha visto herido por la crisis”. Ollantay no se ha quedado atrás en su sufrimiento. “Su presupuesto ha sido reducido a la mínima expresión y sobrevivimos gracias a la colaboración de los artistas que conocen nuestra trayectoria. Pese a estos inconvenientes, nuestro taller intensivo de dramaturgia continua vivo, invitando a los mejores dramaturgos latinoamericanos a exponer en Nueva York sus técnicas y experiencias”.
Ollantay Theater Magazine, enfatiza el teatrero, en su 16 aniversario prosigue ofreciendo materiales de interés para todos, los interesados en el teatro latinoamericano y, naturalmente, para los seguidores del teatro latinoestadounidense. En este número publica comentarios, poco conocidos, acerca del teatro neoyorquino que se hace en español. Ofrece una serie de artículos interesantes que abordan diversos temas, desde el teatro en las cárceles argentinas hasta la influencia soviética en el teatro cubano de la Isla y, por rebote, del exilio.
Los lectores encontraran, además, artículos sobre varios dramaturgos latinoamericanos, como el cubano Virgilio Piñera, el mexicano Rodolfo Usigli, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el recientemente fallecido boricua Pedro Santaliz.
Publica además un artículo, en inglés, sobre el teatro del cubano Raúl de Cárdenas. Incluye una exhaustiva reseña del teatro costarricense a través de los reconocidos autores Daniel Gallegos y Jorge Arroyo. Y como ha sido tradición, la revista incluye una obra, en no menos de 30, paginas, que este caso es El príncipe y el mar, de Eddy Díaz Souza, la cual se mereció una presentación de Luis González-Cruz.
Nos llamo la atención el prolijo mini ensayo de Raquel Aguilú de Murphy sobre el humor y el choteo cubano en la obra teatral de Virgilio Piñera. Ahí se afirma que su teatro muestra la verdadera realidad de su pueblo y el carácter del cubano. “Esto lo hace con el choteo, rasgo distintivo, sobresaliente de la sociedad cubana que, frente a la triste y angustiada realidad del mundo, como señala Piñera, se atrinchera en el chiste”. Y de eso podemos fe, tras haber visto y disfrutado, aquí en Caracas, el desopilante montaje de La boda, realizado por el cubano Noel de la Cruz y un grupo de jóvenes comediantes venezolanos.
Y para que nadie niegue la presencia venezolana en la publicación, el profesor de la UCV Luis Chesney Lawrence participa con su artículo “La propuesta de un teatro americano de Miguel Ángel Asturias”. Lamentablemente, el escritor no alude, para nada, al glorioso montaje que Carlos Giménez hizo, con su grupo Rajatabla de El señor presidente, espectáculo que marcó época y el cual hasta aplaudieron en París.
La cover prlasma a la actriz Teresa Yenque en la pieza Pase adelante, si quiere, de Monje Rafuls, y la back cover muestra el afiche de una legendaria obra del mejor teatro latino en Estados Unidos, El super, escrita y dirigida por Iván Acosta.
Los interesados en adquirir esta revista deben contactar a su editor por el email OLLANTAYTM@aol.com o por el correo OLLANTAY Theater Magazine P.O. Box 720449, Jackson Heights, NY 11372-0449 USA.

viernes, noviembre 27, 2009

Shakespeare entre los caraqueños

Los apasionados amores de una parejita de adolescentes y su trágico desenlace por la irracional oposición de sus familias; la enloquecida venganza de un príncipe que urde el extermino de su madre y su tío padrastro para castigarlos por el asesinato de su progenitor; la locura de un general traidor para apoderarse de la corona de su reino y los desbordados e injustificados celos que desgracian a un todopoderoso señor de la guerra, son parte de los argumentos de cuatro textos teatrales de William Shakespeare que podrán ser degustados en la única sala de la zona suroeste de Caracas.
Para demostrar como algunas de esas metáforas verbales y escénicas creadas por aquel legendario bardo de Avon siguen vigentes en la centuria 21, el dramaturgo y traductor Gustavo Ott (Caracas, 1963), apuntalado en su Textoteatro, grupo residente del Teatro San Martín de Caracas (TSMC), inició ya la temporada 2010 con el espectáculo Romeo y Julieta, y además prometió que durante los meses venideros subirán a escena obras como Hamlet, Macbeth y Otelo hasta redondear su programación “Shakespeare 4x4”. Toda una sobria investigación escénica, actoral y literaria con producciones de tan selectas piezas del autor inglés (1564-1616), a partir de un elenco de sólo cuatro actores.
Ott y su gente saben que cuando las agrupaciones artísticas venezolanas reciben beneficios del Estado y además se comprometen con una comunidad para la cual laboran, deben cumplir lo prometido al público o al menos intentarlo, por eso “picaron adelante” con la lectura escénica de Romeo y Julieta, fiel al original. Ahí sacrifican la rima por las imágenes, pero mantienen un juego verbal que permite crear ritmo, como lo proponía Shakespeare.
“Así, el texto se presenta más cercano al espectador del siglo XXI, como lo fue en su época…Su poesía la hemos traducido con rigurosidad; hemos puesto atención a la belleza de un texto que contiene frases sobre el amor y la muerte que hoy todo el mundo repite, sin saber que vienen de esta obra monumental”.Y eso que revela Ott es verdad, porque, como dice Romeo, “no hay cerca de piedra capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello que el amor se atreve a intentar”.
Lo novedoso del “prólogo” del Textoteatro-TSMC es como los actores David Villegas Mariana Alviarez y Gabriel Calderón, con el director Luis Domingo González incluido, logran dar vida a Romeo y Julieta, alucinante tragicomedia sobre amores con obstáculos insoslayables, la cual ha culminado por ser la más hermosa metáfora que existe sobre la libertad de los seres humanos. Consiguen plasmarla de forma más que convincente sobre un cuadrado pintado en el piso y con mínimos elementos escenográficos (palos, antifaces, etcétera). Todo eso con ritmo endemoniado y apuntalado en una exquisita selección musical, hasta materializar su versión en escasos 120 minutos, sin agotar a la audiencia que, sin lugar a dudas, queda satisfecha por la hermosura de la pieza y el despliegue escénico, acentuado con la coreografía actoral, el cual remite a las artes marciales orientales, y el vestuario utilizado.
Lo único que no está aún logrado, ya que hacen falta más ensayos, es la totalidad de las caracterizaciones, donde los intérpretes intentan materializar varios personajes. Esto no satisface porque hay agudas diferencias técnicas entre los cómicos y tal batiburrillo afecta la veracidad del espectáculo, ante la carencia de homogeneidad. Creemos que una grabación con cámara de video les ayudaría muchísimo, pues se verían y así decantarían sus respectivos trabajos escénicos. Creemos que lo mejor es usar mascaras y no desplegar un virtuosismo que no se tiene, por ahora.
Y no podíamos culminar este crónica sin citar al teatrero Miguel Guerberof, quien al montar, en Buenos Aires, Timón de Atenas, una de las ultimas obras de Shakespeare, durante al temporada 2003, declaró que estaba sumamente convencido de que hacer Shakespeare resignificando nuestro tiempo es ser mas fiel a Shakespeare que nunca, porque nos coloca también en una época que era tan aciaga o tan tremenda como la nuestra. “El Renacimiento tardío inglés era un tiempo de gran efervescencia intelectual, económica, comercial. Creo que fue el comienzo de un mundo global. Shakespeare advierte sobre los peligros del hombre, de su intención de destruir todo lo que puede y no conservar lo único que tenemos, que es nuestros plantea y que es irrecuperable. Como es posible que la naturaleza -cito al autor isabelino- cansada como debe estar de dar su fruto, pueda seguir fabricando cosas para que el hombres las destruya”.
Alerta con la pava
Y con respecto al montaje de Macbeth para la temporada 2010, hay que recordarle a la buena gente del TSMC que esa obra tiene una fama bien ganada de pavosa o de siniestra por una larga cadena de desgracias que han caído sobre sus intérpretes, desde que se estrenó. Recordamos ese mito, suscitado por los ritos de brujería presentados en la citada pieza, que provocaron la retaliación de los magos de la era isabelina, porque todavía los seres humanos estamos constituidos de la misma materia de los sueños, como diría Shakespeare por boca de Prospero, protagonista de La tempestad. La última vez que se escenificó en Caracas fue en la sala Anna Julia Rojas del Ateneo, en 1984, puesta en escena por Carlos Giménez. Cuentan los fabuladores que el primer siniestro que desencadenó la cuatricentenaria maldición, fue la salida violenta de ese extraordinario artista del seno ateneísta, después de un escandaloso aquelarre en la quinta Macondo, de los Otero Silva; posteriormente murieron hasta familiares de los actores y otros quedaron muy maltrechos, pero aún sobrenada la agrupación productora, Rajatabla, que marcó más tres décadas en la buena historia del mejor teatro criollo, gracias a la resistencia del gerente-actor Francisco Alfaro,porque Giménez fue llamado para resucitar los festivales internacionales y los comandó hasta 1992, ya que murió en 1993; pero las autoridades ateneístas cambiaron de escenario el 4 de agosto de 2009. Por supuesto que esa leyenda puede ser conjurada y lo más seguro es que Ott -quien junto a José Gabriel Núñez (1938) integra la dupla de los dramaturgos criollos más representados en el exterior- tenga algo entre manos. ¡Algún artificio para que las brujas no sigan volando…!

sábado, noviembre 21, 2009

Todos somos emigrantes

No estamos en este mundo por nuestra propia voluntad. Somos todos emigrantes y mucho más ahora con el alucinante desarrollo de la tecnología digital. Desde que nacemos y tenemos que adecuarnos a esa familia y ese país que no elegimos, hasta que podemos tomar la decisión de cambiar de suelo y de cielo y adentrarnos así en ese túnel que es la emigración, una acción existencial de humanos que puede ser voluntaria, obligada o forzada, y la cual consiste en abandonar nuestro país con ánimo de establecernos en otro lejano o cercano. También es ausentarse temporalmente del propio terruño para hacer en otro, desconocido, determinadas faenas; o abandonar la residencia habitual dentro de la misma nación, en busca de mejoras materiales o espirituales para la existencia. Los emigrantes que sobreviven usan poetas o artistas para revelar como les fue en aquellas aventuras y propalar sus conclusiones o consejos para los que decidan tomar similares caminos. La literatura, el teatro, el cine y la televisión, además de la poesía, enseñan múltiples sagas de emigrados o emigrantes que en el mundo han sido. !Nunca olvidemos que emigrantes y exiliados son las dos caras de una moneda infernal creada en el Paraiso bíblico!
Y para que los venezolanos pensemos al tomar decisiones sobre ese acto como es emigrar, en un escenario del Celarg está la pieza teatral Emigrantes, de Slawomir Mrozek (Polonia, 1930), dirigida por la venezolana Elia Schneider, artista dotada de sensibilidad, como lo ha demostrado con sus variados trabajos creativos en la escena, para lo cual creó la agrupación Teatro Dramma.
Apuntalada en la entrega profesional y visceral de los comediantes Paúl Gámez y José Manuel Peña, versionó el texto de Mrozek, que escenificado puede durar 180 minutos, por lo menos, hasta llevarlo a una hora y 20 minutos en esta bolivariana república, donde precisamente cunde la moda de emigrar hacia el norte de America o a España, entre otros destinos.
Emigrantes, que se desarrolla en el sórdido sótano de un building, probablemente de Nueva York, es la saga de dos hombres de edad mediana (un intelectual y un obrero), quienes emigraron por diversos motivos. Tratan de romper el tedio de una noche de fin de año con estrujantes diálogos que revelan sus características existenciales. Uno es un pretencioso idealista, empeñado en cambiar a su compañero, quien solo piensa en la mañana en que regresará a trabajar, porque su meta es reunir muchos dólares para construir en su pueblo una mejor vivienda para su familia. Son las dos caras de una misma moneda humana, las facetas de emigrantes sin fortuna que tratan de fortalecer sus espíritus para no ser devorados por una sociedad donde se han insertado en desventaja.
Emigrantes es una desalentadora pieza sobre el infortunio de hombres que salieron o huyeron de sus núcleos familiares e incursionan en un contexto social que solo quiere de ellos su barata fuerza de trabajo. Tienen un enemigo común, pero se agreden con sus mezquindades. No hay asomos de amistad y no exhiben la natural necesidad humana.
Hay que insistir, pensando en los nuevos espectadores, que allá del desarraigo de los personajes (resueltos desde muy adentro por Peña y Gámez, o sea que se tomaron bien en serio sus roles tan puntuales y significativos), que tienen unos roles fundamentales para entenderlos, el espectáculo se caracteriza por la oposición de dos clases sociales, de dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Los protagonistas sólo tienen en común la nacionalidad y un cuarto insalubre; más allá de eso, un abismo ideológico los separa. Esta es por supuesto una lectura política, que como la existencial, están o deben estar presentes en cuanto obra de teatro se muestre, porque no hay teatro sin compromiso, nunca lo hubo… y menos en estos tiempos crispados y de cambios necesarios.
La versión que materializa Schneider los muestra en camino hacia una ruptura violenta, donde el obrero tiene más razones para luchar y salir hacia adelante. Nada de finales telenovelescos, si no la cruda realidad. Todo eso gracias a una puesta inteligente -ahí los sonidos, la música y la sobresaturación con las gamas del color gris son fundamentales- para una ácida adaptación y unas actuaciones que estremecen, especialmente “el obrero” Paúl Gámez, un intérprete desconocido hasta ahora en los escenarios venezolanos.