jueves, noviembre 29, 2007

La solución Bigotte amenaza al intelectual

Lo tenía todo para haber sido respetado en vida e incluso trascender más allá de su muerte. Pero no fue así. De su periplo como periodista, escritor, historiador, filósofo y hasta político no quedan sino unas cuantas reseñas en los periódicos y revistas de la época, e incluso gran parte de sus libros desaparecieron. A un siglo de su muerte en Caracas, a los 74 años, el lexicógrafo y académico Francisco Javier Pérez ha realizado una exquisita biografía escrituraria de Félix E. Bigotte, la cual con el titulo El sabio en ruinas y en 336 páginas ha sido publicada por la Colección Bigotteca de la Fundación Bigott.
Lo primero que hizo el biógrafo Pérez (Caracas, 1959) fue explicar que supo de la existencia de Félix Esteban Bigotte Garcia, nacido en 1833 y muerto en 1907,por sus estudios de historia de la lingüista. “Llegué a tener informes veraces sobre la vida y obra de este personaje y en especial la existencia de una Gramática latina comparada, en diez idiomas, que el hizo, de lo cual dejé una referencia en mi primer libro, Historia de la lingüística en Venezuela (1988). Y desde ese momento comencé a indagar sobre este personaje que parecía de mentira y cada cosa que encontraba me fascinaba más que la anterior y empecé a conocer de sus actividades como lingüista en dos etapas de su vida: durante su formación inicial y otra durante los últimos 30 años de su existencia, después de un escabroso divorcio, cuando él se dedicó a escribir su Gramática latina. Y para desgracia de Bigotte de ese libro no queda nada, no se editó, se perdieron sus originales y de ello él sólo publicó el artículo Sánscrito en la revista El cojo ilustrado, hacia 1896”.
De Bigotte, puntualiza, únicamente se conservan los volúmenes Colón y su descubrimiento, El libro de oro y La verdad revelada, además de las reseñas de otros textos y hasta algunos ejemplares de los periódicos que él editó. “Pero el grueso de su obra académica, intelectual y científica se perdió, no aparece nada, aunque algo se podría conseguir entre los archivos del abuelo de Caupolicán Ovalles, el legendario Victor Manuel Ovalles. Tengo la esperanza que en algún momento logremos un hallazgo”.
Explica que El libro de oro, editado en 1868, causó conmoción no sólo porque denunció los desatinos y la corrupción de Antonio Guzmán Blanco con el empréstito que otorgaron los ingleses, sino que además lo acusó, junto con Falcón, de estar involucrado en la conspiración que provocó la muerte de Ezequiel Zamora, en 1860,pero sin mayores pruebas.
En síntesis, en esta obra biográfica se adentra, de manera muy documentada, en los meandros de la vida de un intelectual del siglo XIX que se sentía llamado a contribuir con el crecimiento de la cultura nacional, teniendo encuenta que era honesto, con unas cuantas rarezas en sus vocaciones y hasta un poco desmesurado en sus empresas, como crear un periódico en diez idiomas, el cual fracasó.
-¿Pero qué fue lo que pasó con Bigotte?
-En una primera lectura de este libro se puede entender que yo lo que he buscado es solamente rescatar a una figura del siglo XIX o hacer una resurrección del intelectual como tal. Todo eso está ahí, pero lo que verdaderamente busco es que los lectores del siglo XXI se den cuenta como el trabajo del intelectual venezolano en el siglo XX y en lo que va de la actual centuria está en algún punto tocándose con Bigotte, como asomándose a un espejo
-¿Puede aclarar un poco lo que expresa?
-Tanto el intelectual como el científico tropiezan con las barreras o las alcabalas del Poder, chocan con el muro de las ideologías y eso se presenta o surge, lo que yo llamo, ‘la solución Bigotte’; la cual es que después de fustigar al Poder se da cuenta que debe devolver la película, desdecirse, tal como sucedió con Bigotte en el siglo XIX, para conseguir ‘la gloria’, o sea becas o premios o pensiones de jubilación. Eso ocurrió con Bigotte, quien tras de adversar a Guzmán Blanco pidió perdón, se comió públicamente unas paginas de El libro de oro y en recompensa hasta senador lo nombraron. Pero eso de nada le sirvió, porque vino una ‘conspiración del silencio’ y murió solo, pobre y en la miseria. A mí me resulta muy doloroso el caso de Bigotte y creo que hay que ver más allá más allá de la anécdota histórica del personaje.
-¿Qué propone usted?
-Yo creo que el error de Bigotte estuvo en desdecirse de lo escrito. Tenía que morir con sus ideas preliminares, sus planteamientos éticos. Cuando rectifica y hasta se come unas paginas de su libro, los detractores de Guzmán Blanco dijeron que el tirano le había comprado, que se había vendido, y creo que ese fue el error. Creo que uno debe morir por sus ideas, sean las que sean, y hasta el final. Bigotte volvió a repetirse en muchos intelectuales venezolanos de las épocas posteriores, personajes brillantes que entraron a la política y ésta se los devoró. De ellos no queda sino el proyecto de lo que eran.

martes, noviembre 27, 2007

Filosofía de la muerte en Caracas

Más vale tarde que nunca.Y así ha sido. Un año despues de su centenario se monta Final de partida, la segunda pieza de Samuel Beckett, el más controversial autor del siglo XX, ese que puso a repensar a la humanidad en las prédicas filosóficas de San Agustín, Aristóteles y Platón.
Y todo eso es porque Héctor Manrique se ha apoderado de la cartelera teatral con su ejemplar triple rol de productor, director y actor. Ha llenado el espacio que dejaron José Ignacio Cabrujas, Fausto Verdial, Juan Carlos Gené y el mismo Carlos Giménez, quienes enriquecieron las temporadas de los años 70, 80 y 90 del siglo pasado. Él solito empuja el carromato, contando con la complicidad de algunos teatreros en tan singular tarea.
Este Manrique, venezolano nacido en Madrid el 14 de enero de 1963, aunque no es filósofo de academia, tiene una asombrosa pasión por la sabiduría progresista, adquirida al calor del cigarrillo, el café con leche y las buenas lecturas, además de las sanas influencias de sus maestros. Eso lo llevó a montar, en 1996, Esperando a Godot, pieza cimera del irlandés Samuel Beckett (1906-1989) sobre el sin sentido y la desolación de la vida humana. Ahora, para reiterar esa filosofía esencialista, la cual niega la libertad del ser humano y la imposibilidad de cambiar su destino, ha escenificado, con gran acierto y ejemplar cuarteto de actores, Final de partida. Un desolador número de circo trágico entre el todopoderoso Hamm venido a menos y el sirviente Clow que abre los ojos y se dispone a abandonarlo para que perezca en compañía de sus agónicos progenitores Nagg y Nell. Esa truculenta filosofía de la muerte se diluye en la escena por el hiperkinético juego de sus personajes y las verdades de sus líneas. De otra manera sería un ladrillo intragable y capaz de escaldar al más paciente de los espectadores
Final de partida se puede digerir como una prédica filosófica de advertencia para una sociedad amenazada por las guerras y los holocaustos y la incapacidad de los seres humanos para alterar su destino o al menos procurarse otro mejor. También se puede leer como el derrumbe de un sistema dictatorial y la huida de los sirvientes que abandonan al tirano, dejando a la sociedad en una ruina total pero con un mínimo de deseos de reiniciar la marcha.
Beckett tiene fundamentos para sus desoladores mensajes teatrales, pues vivió la Segunda Guerra Mundial y después el peligro del hongo nuclear en manos de las Cinco Potencias. El riesgo de una conflagración atómica y otro tipo de destrucciones no están conjurados, lo cual hace que la vida sea una aventura. Pero aunque se eliminaran todos esos artefactos de destrucción la vida humana no tiene mayores explicaciones. Está todavía el ciudadano en condiciones de acelerar su fin o disfrutar de lo que tenga a su alcance.
Hay por supuesto algunas filosofías que sin negar la sin razón de la existencia humana ofrecen otros destinos o soluciones. Hay alternativas en la despensa cultural, pero el día a día no tiene tregua, devora sin miramientos teatrales. ¿Cierto o falso?
Por ahora hay que reconocer que Daniel Rodríguez, Juan Vielma, Juan Vicente Peláez y Melisa Wolfdam están luciéndose en escena con su trágico Final de partida, dándole verdad a sus personajes, en la sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas.¡Hay ahí un relevo actoral extraordinario!

Goya venezolano para reconquistar a España

Es más fácil que los latinoamericanos hagamos la reconquista de la península ibérica con nuestro arsenal de creaciones artísticas, que los españoles del siglo XXI se reinstalen de nuevo en este continente. Y mientras se piensa en las posibilidades de ese doble absurdo que le proponemos a los lectores, el caraqueño Taller de Teatro Manatí está de gira en España con su espectáculo Jugando con Goya, escrito y dirigido por José Gregorio Cabello, donde lo presentarán en Barcelona y Salamanca los días 12,14 y 15 de diciembre, ante todo tipo de público: desde niños hasta adultos.
Cabello explica que Jugando con Goya describe entre juegos, bailes, cantos y cuadros la vida del pintor Francisco Joseph de Goya y Lucientes, nacido en el pueblito de Fuendetodos, Zaragoza, el 30 de marzo de 1746 y muerto, tras espectacular vida pública, en Burdeos, Francia, el 15 de abril de 1828. Dos “versiones” del connotado artista están en escena: Goya I, que viene del Siglo XVIII, y Goya II, una proyección divertida y moderna que se expresa al ritmo del Hip-hop. Cuentos, juegos, música y situaciones divertidas presentan cómo transcurrió la vida de ese trasgresor y revolucionario creador.
DE NIÑOS A MAYORES
El grupo Manatí ha indagado en el mundo infantil y juvenil para mostrar desde una perspectiva directa, con nivel, contenido real y dinámica, una propuesta a niños y jóvenes que interactúan en el día a día con los estímulos cotidianos donde el Internet ya es parte de sus vidas. Es por eso que la etapa del “hola amiguitos” quedó desterrada de su léxico y todo lo hacen para que su público, que va desde niños hasta adultos, piense, analice y evalúe el trabajo teatral desde sus potencialidades y limitaciones.
“Siempre buscamos cautivar al espectador”, puntualiza Cabello, “para irlo atrapando mágicamente, presentándole una realidad creíble, para después jugar con él, integrarlo, contarle de una manera diferente la historia, hacerlo protagonista y personaje, en situaciones, mientras que el ritmo del espectáculo y la dramaturgia siguen galopantes, contextualizando y reafirmando el hecho teatral”.
Jugando con Goya muestra lo que es ya un discurso en esta agrupación: el hecho lúdico como elemento de enlace con el público, como estructura para un teatro que renueva la categoría “de lo que es una obra para teatro de niños”, según el criterio de Juan Martins.
“Se trata de la evolución de una propuesta de narración oral para el Concurso de Faber-Castell, ‘Los niños pintan autorretratos’. Eso se hizo en el Centro Cultural Corp Group en la terraza en el año 2001. Nos habíamos acercado a Goya ya que estábamos trabajando en el espectáculo Reverón y desde allí nos encontramos a Goya como maestro inspirador de artistas venezolanos. Posteriormente hemos encontrado que ha ejercido influencias maravillosas en muchos de nuestros pintores contemporáneos, como es el caso del maracucho Diego Barboza, Premio Nacional de Pintura 1997, ya fallecido”, concreta Cabello.
Uno de los recursos que el Manatí utilizó para la creación de Jugando con Goya fue al apoyo audiovisual. “Se proyectaba la imagen de la obra de Goya y se descubrió la recreación teatral como un elemento escapado del cuadro. A esta base del espectáculo se le atendió a través de un análisis de situaciones y encontramos que podríamos sustentar más la vida del pintor con hechos de su historia. Así surge un Goya II, actual, con 260 años, interpretado por el actor José Luis Lugo, quien muestra al artista que parte de su último período negro y se emparenta con el movimiento musical contemporáneo, que viene de la raíz negra, el Hip-Hop, que no es un género musical sino un estado mental en donde los estilos dejan de existir, tal como lo profesaba la nación Zulú. El objetivo de los zulúes era transformar la energía negativa en energía positiva, de crear en lugar de destruir y así nació el Hip Hop”.
Cabello señala que esa misma energía se proyecta en el montaje con la intervención musical de Goya I, que él mismo encarna, y su rap interpretado por la agrupación venezolana Doble Filo Waa, la cual aporta los arreglos originales para el montaje. “Mi Goya I busca su interpretación viviendo su propio período de vida. Se mueve entre la necesidad de ser reconocido y entre la búsqueda de su felicidad. El manejo de la coreografía se hace presente para mostrar al viejo Goya que danza la soleá “A Cuerda Cambiá”, de Javier Limó, cuya letra dice cosas como estas: “Cuando me llegue la muerte / dirán que sigo con vida/ cuando me llegue la muerte/ porque a un hombre se le olvida/ pero su arte nunca muere/ siempre vuelve y resucita. Me siento sólo/ casi vacío…”
BRUJA EN FUTURO
Tras su regreso de España, el Taller Teatral Manatí continuará con otra propuesta que afianzará su lenguaje interactivo. Se trata de Se busca bruja que sepa leer de José Luis Lugo, basado en el libro Aprende a ser una bruja de la francesa Irène Colas. Ahí se cuenta la historia de seis brujas de diferentes edades que buscan conseguir el empleo vacante que dejará la bruja madre. Trucos y acciones de enredo, harán otro divertido espectáculo, asegura Cabello.
“Seguiremos con la animación y promoción de la lectura a través de la narración oral y nuestro lenguaje de interacción, y tambien reforzamos el trabajo de formación de cuentacuentos con el apoyo de la Gerencia de Educación del Museo de Arte Contemporáneo. Está también por allí una investigación sobre Conny Méndez, que será trabajada con jóvenes y con adultos mayores”.

domingo, noviembre 25, 2007

"La Negra" Jiménez albacea de Horario Peterson

La prensa y la crítica que promocionaron y evaluaron el primer periplo artístico del chileno Horacio Peterson, entre 1949 hasta 1971 nunca sospecharon la repercusión que tendría su segunda etapa, cuando él abandonó el Ateneo de Caracas y fundó al Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas, al cual dirigió hasta finales del 2002, logrando convertirlo en importante instituto de capacitación para las artes escénicas.
Mucho antes de la muerte de Peterson (25 de noviembre de 2002), una junta directiva, integrada por ex alumnos del maestro que vino del lejano Coquimbo, se dio a la tarea de mantener funcionando y creciendo su “escuelita”, que actualmente tiene un comodato con el Centro Simón Simón Bolívar y recibe un soporte económico del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Y es por eso que Carmen “La Negra” Jiménez, directora general de la institución, en la cual lleva más de un cuarto de siglo, no descansa en su dura batalla: ampliar el espacio físico del Laboratorio, ubicado a la salida sur de la estación Bellas Artes del Metro caraqueño. Es albacea de ese legado.
Porque se marchó Horacio y su sueño de ampliar el otrora modulo de ventas de ventas de Parque Central no pudo concretarse a pesar de estar en una zona cultural y educativa, “La Negra” se animó a proyectar un nuevo espacio dotado técnicamente para escenificar los trabajos de grado de los estudiantes de los últimos niveles de formación en artes escénicas y además permitir que se presenten las nuevas agrupaciones emergentes.
Con el apoyo de varios profesionales, con Valentina Hers a la cabeza, ya se tiene un proyecto de ampliación para modificar notablemente el volumen y las áreas de la edificación, construir un tercer piso y un anillo de puentes lo suficientemente amplios para colocar al público y tener así una perspectiva de espectáculo “tipo foso”, con dos cabinas en los extremos; además se creará una terraza para integrar al Laboratorio con los cultivos organopónicos “Bolívar 1” y ubicar además un cafetín y servicios sanitarios para el público. Para evitar transmitir las cargas de la nueva sección del edificio, que albergará la sala, se diseñará un sistema estructural independiente con columnas adosadas al edificio existente y cerchas en el nivel superior de donde “cuelga” la nueva sala.
Se estima que el área total a intervenir será aproximadamente de 1.591 metros cuadrados, distribuidos a su vez en cuatro niveles: con la cual se podrá incrementar el número de aulas de clase y además recibir a 100 personas en el nuevo espacio teatral. Surgirá entonces “un elegante cajón rectangular blanco, que además tendría un mural alusivo, posiblemente, a la historia teatral de nuestra nación venezolana”.
Pero una cosa es proyectar sobre el papel y elaborar una didáctica maqueta. Y otra cosa es conseguir “los reales”. Lo primero está avanzado, pero lo segundo ha sido difícil, a pesar de la novedad del proyecto, porque los costos están por el orden de los cuatro millardos de bolívares.
“La Negra” ha tocado decenas de puertas y siempre la envían al mismo sitio: Ministerio para el Poder Popular de la Cultura. Ella sueña, y tambien Horacio, que el gobierno bolivariano le meta el pecho, “teniendo en cuenta que nuestro proyecto es bonito, práctico y barato, y está en una zona cultural, donde participan, además, las agrupaciones comunales de Candelaria, Parque Central y San Agustín, por ahora”.
Amor por Caracas
Horacio Peterson, como reseña la historia aún no escrita del teatro venezolano de la segunda mitad del siglo XX, vino a rodar películas en Caracas y se quedó porque ese proyecto fracaso y él descubrió el amor por esta tierra y su gente. Trabajó largos años en el Ateneo y después prosiguió con su Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas durante un tiempo suficiente para apuntalar su misión de aupar el movimiento teatral vernáculo. Otra sería la saga de las artes escénicas criollas, si ese chileno, nacido el 22 de abril de 1922, hubiese seguido hacia Londres. Aquí formó a miles de actores y actrices, montó más de 120 piezas y además desarrolló un especial método de capacitación, el cual se aplica en su Laboratorio, ese que ahora necesita crecer para ser más útil.

jueves, noviembre 22, 2007

J.J. Benítez escribió sobre el planeta Ummo

Pasó velozmente como ovni fosforescente en una noche azul y sin estrellas. Vino para promover su más reciente libro, centrado precisamente en una civilización que está a 14 años luz. Ha escrito 50 textos y cree que producirá otros 25 antes de que muera o lo rapten seres extraterrestres y nunca más sepamos de él. Se trata de J.J. Benítez, nacido hace 61 años en Pamplona, un periodista especializado en platillos voladores y en misteriosas culturas que dejaron testimonios sorprendentes.
-¿Cuál es su método de trabajo?
-No es muy difícil. Soy periodista, egresado de la Universidad de Navarra, en 1965.Trabajé en cuatro medios informativos españoles, hasta 1978. Y todo lo que he hecho desde entonces es investigar, cultivar un tanto la imaginación y escribir. Lo demás lo ponen las editoriales y los lectores. Así de sencillo. Dejé la faena periodística porque me di cuenta que todo lo que hacia era “flor de un día”, mis trabajos se perdían al día siguiente.Estimé que lo adecuado era hacer una recopilación de los reportajes que escribía sobre ovnis, o platillos voladores, y los llevara a un libro para que fuesen menos perecederos. Y así fue que en 1974 escribí mi primer libro, pero no se publicó. Y en 1975 redacté el segundo, Existió otra humanidad, sobre el misterio de unas piedras grabadas, que existen en Nica, Perú, ese si lo publicaron y raíz de eso me pidieron el otro, Ovnis: SOS a la humanidad, que habían rechazado. Y así comenzó todo. Ahora, al llegar al libro número 50, curiosamente he vuelto sobre los platillos voladores con El hombre que susurraba a los ummitas.
Explica que ya tenía dos libros editados y continuó trabajando para la prensa hispana, “pero en 1979 opté por dedicarme de lleno a mis investigaciones y viajar continuamente para documentarme y escribir todo lo que se me conoce. Pero aquello no fue fácil porque tenía la oposición de todo el mundo y hasta de mi familia, y solamente era acompañado por mi sombra, hasta que me lancé a escribir sin dinero y con la única oferta de la editorial Plaza y Janes que me exigía seis libros en un año. Hice sólo cinco, no pude con el sexto, porque eran textos de investigación y por lo tanto exigían mucho trabajo. Eso fue hasta 1979. No existía la Internet y había que hacer lecturas especiales e investigar en bibliotecas, hemerotecas y salir a buscar lo que lo no se tenía.
-¿Ahora hay Internet y computadoras?
-Sí, es así; ahora cualquiera ingresa a la Internet y sabe muchas cosas, pero en aquellos tiempos había que ir a no sé dónde para buscar un dato. Han pasado los años y yo no uso la Internet ni tampoco los ordenadores o computadoras. Mi esposa me creó una pagina en Internet y ella la alimenta, pero no la uso.
-¿En que escribe?
-Tengo tres maquinas Olivetti 46 de hierro, maravillosas y muy ancianas. Escribo sobre folios, o cuartillas, y cuando tengo varios errores y hay dos o tres líneas ilegibles debo cambiar el folio y volver a empezar.Mis originales van a la editorial con esos folios enmendados o llenos de tachaduras.
-¿Cuál es la esencia de su libro número 50?
-El hombre que susurraba a los Ummitas tiene como esencia, dentro de la parcela temática de los ovnis, la saga de unos supuestos seres extraterrestres llamados Ummitas, procedentes del planeta Ummo, ubicado a unos 14 años luz. Debo reiterar que me he dedicado desde 1972 a investigar ese tema y he considerado que era el momento oportuno de sacar a la luz publica las pruebas que he reunido para demostrar que es un tema real o verdadero. Sí existe el planeta y aquí los hemos tenido como visitantes. Este libro y todos los otros han sido muy trabajados, yo tengo planos, pruebas y testimonios que he usado para cada uno de esos textos. Pero debo aclarar que mis 50 libros no son solo sobre ovnis, también he escrito narrativa, ensayos, poesía, cuentos y mucha investigación.
-¿Por qué ha vuelto escribir sobre los ovnis?
-Ese tema nunca lo he abandonado, siempre estoy investigando, es como mi hijo mayor.
-¿Usted cree en los ovnis?
-Por supuesto que sí, he visto los ovnis. Y aunque no los hubiese visto también creería en ellos porque tengo tanta información, tanto caudal informativo, que no puedo negarlos.
-¿Qué daría por tener un contacto “del tercer tipo” con un extraterrestre?
-Hace algunos años hubiese dado casi todo, pero ahora no. Ya he visto tanto, he oído tanto, he reunido tanta información sobre esos temas, que no es que lo sepa todo, pero ya no me preocupa demasiado.
-¿Usted es católico?
-No, renuncié al catolicismo y soy apóstata.
-¿Qué pasará si llegan naves espaciales con una civilización avanzada que ponga en aprietos a las religiones y las autoridades?
-Se crearía una situación muy conflictiva, no en el ámbito de guerra ni de pánico, sino en el ámbito social porque esos alienígenas nos revelarían otras verdades. Los militares de las grandes potencias ya tienen informaciones fascinantes que ocultan no se sabe hasta cuando.
-¿Cuándo se tienen 50 libros, en las cuentas bancarias ya hay algo para el resto del camino del escritor?
-Si, económicamente estoy bien. He peleado mucho para tener seguridad económica incluso aunque no escriba más libros. Yo en España soy un trabajador autónomo y le he dado muchísimo dinero a la Seguridad Social para cuando me jubile.

martes, noviembre 20, 2007

Frida Kahlo ama y sufre en Caracas

Porque el teatro no es maquillaje o rejuvenecimiento, sino búsqueda del cambio social, consecuencia directa de los movimientos sociales, es que Ricardo Halac lucha para que sus piezas se representen y provoquen una impactante catarsis capaz de ayudar a construir un futuro entre ese público que se divierte y además piensa. Y es por ello que ahora en Caracas se puede disfrutar de su Frida Kahlo, la pasión, que no es otra biografía de la tercera esposa del muralista Diego Rivera, sino un teatro sobre la mujer universal, precisamente cuando esta es artista y debe desafiar al poder, al mismo tiempo que conoce y lucha por y contra el amor. Se trata de un denso texto, estructurado dentro de su “realismo reflexivo”, el cual emerge de las sagas de otras hembras, como la burguesa Nora (Casa de Muñecas, de Ibsen), la campesina Groushe (El circulo de tiza caucasiano, de Brecht) y la propia Frida Kahlo (México, 6 de julio de 1907- 13 de julio de 1954). ¡Ahí, una vez más, la mujer es la gran heroína del teatro moderno, la Madre Tierra que lucha por la salvación de la vida humana, por encima de las canalladas irracionales de los autodenominados machos!
Ahí se le presenta al público sensible -¡en Venezuela las mujeres integran el 70 por ciento de la audiencia teatral!- una serie de estremecedoras facetas sobre la vida real de la célebre pintora mexicana, gran cultora del surrealismo, pero reelaboradas para proponerle una reflexión sobre el amor y especialmente sobre el compromiso político, aún en las peores circunstancias físicas o humanas. Y todo eso servido para exaltar la conducta eximia de la fémina transformada en ser humano identificado con los movimientos de cambios sociales continentales. En resumen, es una pieza del mejor teatro político, pero envuelta en un cuento íntimo sobre una mujer que desde que nació y hasta que murió lo que hizo fue sufrir por una serie de enfermedades y un trágico accidente automovilístico, aunque todo ese amargo viaje existencial estuvo salpicado por un difícil amor, pero amor al fin y al cabo, con el gran muralista Diego Rivera.
Tal obra se exhibe en el Teatro San Martín de Caracas, gracias al depurado trabajo de la directora María Brito con escenas reales y surrealistas, y al ajustado juego performántico de Juliana Cuervo como Frida Kahlo (¿dónde estaba esta actriz?), Trino Rojas como Diego Rivera, María Eugenia Romero como María Félix y Yarair Castillo como Catrina. Es una fehaciente demostración de que el buen teatro, tanto como diversión y propuesta ideológica, no está ausente de las carteleras caraqueñas, aún en los momentos más convulsos de su historia.
Hay que destacar en Frida Kahlo, la pasión como el autor Halac presenta además el rol existencial de María Félix y su amargo tránsito, por así calificarlo, en las vidas de la artista y de su marido Rivera. Ella es la mala, la bicha que no los deja ser felices y se convierte en una diabla que acelera el deterioro de la relación y adelanta la muerte de la maltrecha Frida.
Ricardo Halac (Buenos Aires, 1935) es un consecuente intelectual y humanista, luchador contra las dictaduras que azotaron a su país, que ya había mostrado aquí en Caracas su pieza Padre poeta (2007). Logró ver estrenada su Frida Kahlo, la pasión en Sao Paulo (1996) y después en Montevideo (1997) y la capital argentina (1999). Es además un autor con una veintena de obras comprometidas con la sociedad sureña, las cuales han sido parte de la gran munición de ese movimiento del Teatro Abierto, vigoroso ariete contra el poder militarista o una advertencia de que esos trágicos fantasmas no podrán regresar jamás. Ahora espera que su Frida llegue a Washington, en enero del 2008, mientras celebra el creativo montaje venezolano, logrado en esa “fábrica” de teatro comprometido que comanda Gustavo Ott.

El mejor teatro es el teatro con público

Entre sus proyectos para el 2008, después que retorne de sus vacaciones en España, está hacer cuatro montajes: Filomena Marturano de Eduardo de Filippo, El pez que fuma de Román Chalbaud, Hollywood style de Marcos Purroy y Eequs de Peter Shaffer. Además debe reponer tres espectáculos de la media docena que realizó durante “este asombroso año 2007”.
Esos son algunos “planes vitales” de un hijo de colombiano y llanera venezolana, de Daniel Uribe Osío (San Fernando de Apure, 1959), uno de los pocos directores que vive realmente de su trabajo, porque sus ingresos provienen de porcentajes de las taquillas de los montajes que realiza.
-¿Cómo son esos porcentajes?
-No debo revelarlos, pero sí me permiten vivir, siempre y cuando los espectáculos tengan éxito.
-¿Por qué monta tantas piezas?
-Creo que eso hay que preguntárselo a los empresarios. Los productores se fijan en mí capacidad de trabajo y en la calidad de lo que hago. Lo único cierto es que no le quito al pan de la boca a nadie. No soy el único director en Venezuela. Este mundo es una feroz competencia y yo, por ahora, me llevo una tajada. Durante este 2007, una de las mejores temporadas que he tenido, escenifiqué: Todo o nada de Marco Purroy, Se te nota de Carlos Arteaga, Gorditas de Gustavo Ott, El método Gronholm de Jordi Galcerán, Cita a ciegas de Mario Diament y La Coleccionista de Manuel Mendoza y Alejandro Aragón.
-¿Para el 2008 ya tiene planificados otros siete montajes?
-Sí, cuatro estrenos y las reposiciones de El método Gronholm, Todo o nada y Cita a ciegas, además de más proyectos de los que no puedo hablar todavía.
-¿Por qué trabaja tanto?
-Trabajo porque estoy en lucha contra el tiempo. Quiero vivir todos los segundos de una hora, todo el tiempo posible de una día, de una noche, de una semana Y para vivir tengo que trabajar. No puedo detenerme ahora, porque después no sé sí podré seguir con la misma intensidad y claridad de conceptos. Además disfruto de las pocas cosas que hay al alcance de mis ingresos. Este viaje a la Madre Patria es de descanso y de trabajo, porque quiero ver teatro y quizás hasta consiga textos para montarlos ante a mis compatriotas. Trabajo para demostrar que estoy vivo. ¿Me comprendes?
-¿Dónde comenzó el teatro para usted?
- Mi carrera profesional se inició en 1986. Mostré Comala, versión de la novela Pedro Páramo de Juan Rufo. Ahí estaban: Gonzalo Velutini, Aníbal Grunn, Helena Naranjo, Fanny Arjona, José Torres y Alfredo Sandoval.Y fue mi primer montaje con el Centro de Directores para el Nuevo Teatro.
-¿Por qué la dirección teatral?
-Comencé a trabajar como actor y para eso ingresé a la Escuela Superior de Arte Escénico Juana Sujo, en 1981. Después participé en uno de los talleres que hizo Rajatabla para un espectáculo infantil, La fiesta de los dragones, que dirigió Omargallo, donde hice un personaje, en 1982-1983. Al mismo tiempo estudiaba Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, la cual abandoné para vincularme definitivamente al teatro, pero antes hice un taller con José Manuel Peláez para un montaje centrado en sendas piezas de Ionesco, Arrabal y Cabrujas. Y ahí me di cuenta que lo mío era la dirección. Me instalé en Rajatabla y comencé a trabajar con Carlos Giménez, quien sí me enseñó y estimulo definitivamente para hacerme director, porque en Venezuela esa especialidad no se estudia en las academias, sino que se hace con la práctica. La vida me llevó al teatro y ahí estoy desde entonces. En síntesis, mi gran escuela fue la pasantía que hice con Giménez, mi maestro. Y cuando él muere, en 1993, nos quedamos con el Centro de Directores para el Nuevo Teatro, institución que creó para la generación de relevo, pero antes, durante la temporada de 1992, monté El autobús, de José Gabriel Núñez, y eso me catapultó definitivamente
-¿Cuántos montajes en los 21 años de su carrera?
-Esa cuenta no la tengo porque soy un tanto desorganizado, pero si pudiesen hacerla los periodistas y los críticos si revisan sus crónicas en todo ese tiempo. Creo que ya tengo unos 40 montajes.
-¿Cuál es su método para hacer un espectáculo?
-El teatro, como evento escénico, es la suma de la dramaturgia, las actuaciones y el espectáculo como tal. Con esas tres cosas se hace una combinación y nace todo sobre el escenario. A mí no me gustan las lecturas dramatizadas porque les falta el espectáculo, esa magia que conmueve al público. En Rajatabla aprendí lo básico y poco a poco fui buscando mi propia estética, o sea buscando un tono intimista en mis puestas en escena, muy lejos de los montajes aparatosos ¿Qué cómo logré eso? Diría que por las necesidades de comunicación que uno tiene como creador, pero mi énfasis esta en el trabajo con los actores.
-¿Por qué se le identifica con el teatro comercial?
-No acepto que el adjetivo “comercial” sea tomado peyorativamente. Para mí, como lo he dicho antes, el mejor teatro es el teatro lleno, y reitero que todo montaje debe ser comercial, porque el público necesita comprar productos teatrales de alta calidad. Todo el teatro que aquí se hace es para el público y se le ofrece además una taquilla. En principio todo teatro es comercial, salvo el que se hace gratuitamente para el público, pero su producción la paga alguien, casi siempre el Estado o un ente particular. En cuanto a las temáticas yo he montado de todo, desde comedias hasta dramas. Creo que El Método Gronholm o Cita a ciegas no son piezas de evasión.

jueves, noviembre 15, 2007

El corazón de Voltaire llegó a Islandia

Es un escritor consagrado y tiene sólo 57 años. Obtuvo varios premios importantes en su natal Puerto Rico y, como es lógico, exhibe obra propia y publicada, la cual es exitosa en España y América Latina, especialmente su más reciente novela, El corazón de Voltaire, que lleva siete ediciones y acaba de ser traducida al islandés. Él es Luis López Nieves, intelectual radical, quien precisamente visita a Caracas, en compañía de su esposa Mara de López.
-¿Qué lo trae a Caracas, en esta ocasión?
-Vengo de Bogotá, adonde el Ministerio de Cultura invitó a ocho expertos internacionales para participar en el Primer Seminario Internacional de Escrituras Creativas, del 6 al 9 de noviembre. Participé como director de la primera Maestría en Creación Literaria fundada en América Latina, en la Universidad del Sagrado Corazón (USC), en San Juan, de Puerto Rico. Además, durante tres días les di un taller sobre el cuento a 38 profesores de Renata, la Red Nacional de Talleres Creativos. El viaje a Colombia coincidió con una invitación del Celarg, en Caracas, para asistir al Simposio Anual de la Asociación Venezolana de Estudios del Caribe (Aveca), del 12 al 14 de noviembre. Soy el escritor invitado especial y daré una charla sobre mi obra literaria. Además conversaré con varios autores venezolanos y les preguntaré sobre aspectos del proceso político que aquí se vive y por el cual hay un interés muy especial en mi país.
-¿Qué ha pasado con su mundo creativo?
-Desde mi último viaje a Venezuela en octubre de 2006, cuando fui miembro del jurado del Premio Adriano González León, que ganó Héctor Bujanda con La última vez, lo más importante que me ha ocurrido es que mi novela El corazón de Voltaire, que acababa de salir al mercado, ganó el Premio Nacional de Literatura de mi país, como mejor libro del año. La novela ha sido bien recibida en varios países de América Latina y España. Como resultado, ya tiene seis ediciones en Latinoamérica y acaba de salir la primera edición española hace pocos meses. Ha recibido excelentes reseñas en Venezuela, Colombia, República Dominicana, Argentina, España, Estados Unidos y en otros países. La mayoría de estas reseñas pueden leerse en mi portal electrónico: CiudadSeva.com. Como resultado, mis otros libros también han estado recibiendo buenas críticas y se están vendiendo en esos mismos países, especialmente mi primer libro, Seva, y mi tercer texto, La verdadera muerte de Juan Ponce de León, el cual me dio mi primer Premio Nacional en el 2000. Con El corazón de Voltaire recibí el Premio Nacional por segunda vez. Otro logro importante en mi vida es que mi universidad, la USC, me nombró ‘Escritor Residente’, el tercer autor en la historia de Puerto Rico que recibe este gran honor. El primero fue Juan Ramón Jiménez, el Premio Nobel español que vivió en Puerto Rico tras escapar la Guerra Civil española. El segundo fue el poeta puertorriqueño Francisco Matos Paoli.
-¿El corazón de Voltaire fue traducido?
-El corazón de Voltaire se acaba de llevar al islandés y será publicado a principios de 2008. También se están gestionando traducciones al francés y al italiano, aunque todavía no se han acordado los términos concretos. La verdad es que yo no tengo prisa. Sé que la novela se vertirá a otros idiomas. Para mí lo importante no es la rapidez, sino que las traducciones sean de calidad y que estén a cargo de buenas casas editoriales.
-¿Por qué gusta El corazón de Voltaire?
-Creo porque Voltaire fue el primer intelectual moderno. Se puede decir que inventó o definió al intelectual de los últimos 200 años. Le enseñó a los intelectuales y artistas a poner sus conocimientos, sensibilidad e inteligencia al servicio de la humanidad. Escribió tratados completos sobre la “tolerancia”. Pidió cosas sencillas como libertad de prensa, de culto y de conciencia. Voltaire fue quien dio los primeros pasos concretos para erradicar al Antiguo Régimen, ese mundo putrefacto, feudal, medieval, en que la gente sólo valía por el título o la sangre, no por los méritos. Fue el precursor de la Revolución Francesa, la cual permitió el nacimiento de nuestra era actual: la moderna. Pero han pasado más de 200 años y es evidente que nuevamente necesitamos a Voltaire. Una vez más el mundo se ha vuelto loco y hace falta una gran revolución para enderezarlo,
-¿Qué proyectos están a punto de concluir?
-Estoy trabajando con una novela nueva que tiene que ver con Galileo Galilei, pero no puedo decir más: es secreto. También trabajo un libro de cuentos que se llamará Últimas palabras, en que me invento las últimas palabras de personajes famosos como Juana de Arco, San Pedro, la reina Isabel de Castilla y otros.
-¿Qué pasa con la literatura boricua?
-Sobre las letras boricuas puedo decir que la nueva Maestría en Creación Literaria, que fundé y dirijo desde el 2004, ha revolucionado el ambiente literario puertorriqueño. Ha creado una efervescencia literaria realmente inédita, nunca antes vista, tanto entre los jóvenes como entre los lectores y autores más maduros. Como resultado ya estos estudiantes están publicando libros, fundando revistas literarias, creando programas de radio y televisión, participando activamente en ferias literarias, etcétera. Estoy muy satisfecho con la calidad de lo que estamos haciendo en la Maestría y de los estudiantes que se están graduando. Creo que en Puerto Rico hay que hablar de la literatura antes y después de la Maestría. De eso no hay duda.

martes, noviembre 13, 2007

Maracay se luce con "Dos de amor"

El economista y dramaturgo carupanero José Gabriel Núñez cumplió 70 años el pasado 29 de octubre. Llegar lucido y ágil, además de útil, a esa “edad sin regreso” fue un pretexto para que su familia elegida, con Andrés Martínez a la cabeza y de acuerdo a los conceptos de la filosofía chocroniana, le escenificaran unas auténticas teatrales fiestas patronales en Caracas y su ciudad natal durante los últimos 45 días utilizando, como es lógico, una esmerada selección de sus piezas y además el desenfadado testimonio de quienes lo conocen y además lo quieren públicamente. El colofón de tales festividades ha sido la exhibición del espectáculo Dos de amor, el cual lleva cinco años de temporada en Maracay, según la producción realizada por el grupo Teatro del Encuentro, con las pulcras actuaciones de Ivo Muñoz y Marieta Arias y bajo la ejemplar dirección de José Jesús González.
Dos de amor, que se mostró en la sala de Conciertos del Ateneo de Caracas, dentro del evento Crea Joven 2007, es una de las piezas más perseguidas de Núñez por la simpleza de su argumento y la ejemplar solidez de su estructura, además de ser un texto relativamente corto y servido para una diestra pareja de actores sobre los 50 años, por lo menos. Pero lo que más atrae de dicha obra es el tono agridulce con el cual aborda la complejidad de las relaciones matrimoniales, en general. y las de las parejas heterosexuales con más de 30 años de convivencia bajo el mismo techo y en la misma cama.
Dos de amor se centra en las peripecias cotidianas de Angélica y Ángel al cabo de tres o más décadas y cuando ambos han entrado en las inevitables y anunciadas crisis de la menopausia y andropausia, sumando a eso los eternos celos, las infidelidades posibles y las otras, el desengaño y el mortífero peso de las rutinas hogareñas, además de la soledad que dejan los hijos en vías de formar sus propios hogares, para no hablar de la frustración de tantos sueños dorados de cuando tenían 20 abriles. En resumen: un tema muy delicado por su realismo nada televisivo, además de los contextos sociales y políticos. Dicho de otra manera: es el guión que nadie escribe para la televisión, por exceso de pudor de los ejecutivos y los actores.
Pero lo que asombra de Dos de amor, además de su tratamiento estilístico en clave de comedia, es la frescura o la contemporaneidad de sus planteamientos, fundamentados en un depurado lenguaje y con personajes de especial textura en situaciones dramáticas exacerbadas y llevadas hasta el límite de la realidad teatral. Por eso es que Núñez se ha convertido en uno de los creadores venezolanos más populares y más representados, dentro y fuera de las fronteras políticas.
El espectáculo, logrado con la persistente dirección de González, es un modelo de ese buen “minimalismo obligado”, adoptado por los creadores venezolanos, los que no tienen presupuestos oficiales generosos y son cual Prometeos dispuestos a todo con tal de no detener sus labores artísticas. Por supuesto que bien respaldado por las ejemplares performances de Marieta e Ivo.
Una vez más el teatro regional o de la provincia luce vigoroso y creativo, pero todavía está execrado de los escenarios de la capital, por razones que prefiero no recordar ahora. Se le conoció aquí por el evento que organiza Dairo Piñeres y su vigoroso grupo Séptimo Piso, con lo cual se demuestra, una vez más, que la juventud, la artística por ahora, si piensa y trabaja para hacer otro país posible.

La pasión de Frida según Ricardo Halac

El valioso intelectual argentino Ricardo Halac regresa ante el estreno de su pieza teatral Frida Kahlo, la pasión y para intervenir como ponente en la III Feria Internacional del Libro de Venezuela 2007.
Halac (72 años) ya había visitado Caracas por el “Proyecto Padre”, organizado por el Teatro San Martín, y ahora en la misma sala de la parroquia Artigas, pero dentro del evento “Escrito aquí”, presentan su obra sobre la sufrida artista Kahlo, nacida hace 100 años, desde el viernes 16 de noviembre, con las actuaciones de Juliana Cuervo, Trino Rojas, María Eugenia Romero y Yarair Castillo, y según la puesta en escena alcanzada por María Brito.
INDIA Y JUDÍO
Halac recuerda que su heroína Kahlo, ahora teatralizada, soportó sufrimientos físicos horribles y a pesar de eso no se entregó. “Al contrario, exhibió cada vez más su exótica belleza, su sensualidad y espiritualidad. Desarrolló una pintura y una literatura originales, aún postrada en la cama, gracias a un aparato que le había diseñado el padre, donde movía los ojos y las manos. Uno de los hombres más talentosos de su época, su marido el muralista Diego Rivera, confesaba que necesitaba de su mirada crítica, y juntos conformaron una pareja envidiable donde convivían lo sensible, lo creativo y lo ideológico: poco antes de morir, junto a él, encabezó una marcha por las calles de México; porque hasta el último día los dos soñaron con un mundo mejor para todos. Frida, nacida el 6 de julio de 1907 y muerta el 13 de julio de 1954, era hija de indígena mexicana y judío europeo; su personalidad y su obra revelan el imponderable valor del mestizaje. Escribiendo la pieza sentí su fuerza, Frida transmite energía, por eso todos nos acercamos a sus cuadros”.
Agrega que su obra es un modesto camino para llegar a ella. Para comprender que los sufrimientos son pruebas a las que la vida nos expone para atisbar su misterioso sentido. “Mi labor está cumplida con creces si consigo que el director, las actrices y el público terminen buscándola en sus cuadros, dibujos y mágicas palabras de su diario. Además, conozco la labor del Teatro San Martín de Caracas, que merece todo mi respeto. Frida Kahlo, la pasión tiene una estructura realista, aunque sacudo el tiempo para adelante y para atrás, con la esperanza de captar mejor a su protagonista. Su enfrentamiento con María Félix, otra mujer excepcional, me sirve para desnudarla. ¿Acaso no es lo que buscaba, desnudarse? ¿Cómo lo hacemos todos, ocultándonos y desocultándonos sin parar? El triángulo es el pivote que me sirve para escribir la obra. Aunque los personajes no son tres sino cuatro: Frida Kahlo, María Félix, Diego Rivera y la María Félix que en sueños imagina Frida”.
Con una veintena de obras en su haber, y más de 40 años en la actividad teatral, no se ha detenido y por eso concluyó su libro Escribir Teatro, dramaturgia en los tiempos actuales, que resume sus décadas como formador de dramaturgos, su segunda gran pasión. “Es el texto que faltaba en Latinoamérica y que ha tenido buena acogida. Ahora lo presento en la feria venezolana, el sábado 17. La posibilidad de volver a estrenar después de algunos años también me la dio el Teatro San Martín de Caracas este mismo año, cuando Gustavo Ott, su director, me invitó a participar en su mega proyecto junto con otros colegas venezolanos, latinoamericanos y españoles. Ahí estrené, en dicho plan, mi pieza Papá poeta. Terminé una obra sobre violencia familiar, que un director está preparando en Buenos Aires y estoy trabajando un texto sobre un episodio de la historia argentina, motivado por la circunstancia de que en 2010 se cumplen 200 años de la emancipación de España”.
TEATRO A GRANEL
Halac describe que si uno toma un diario de Buenos Aires, un sábado a la noche, puede llegar a encontrarse con más de 100 piezas teatrales. Hay entre seis y 12 estrenos por semana. “Aquí conviven espectáculos de la revista porteña con lujosas vedettes, la programación de las salas oficiales, los espectáculos comerciales que incluyen algún texto europeo o norteamericano de éxito y ese espacio confuso pero muy rico de salas pequeñas con espacios no convencionales. Aquí encontramos lo mejor: desde grandes actores en puestas interesantes hasta montajes experimentales. Este año hubo varios Shakespeare y Moliére, Arthur Miller y Tennesse Williams, clásicos y autores noveles argentinos, junto con buenas puestas de textos de Gustavo Ott, de Marco Antonio de la Parra, y un par de autores españoles. En la última fila están los egresados de las múltiples escuelas de teatro que hacen espectáculos, a veces muy interesantes y siempre irreverentes. Son decisivos los subsidios del Instituto Nacional de Teatro y los organismos locales como Proteatro en la Capital Federal para sostener tanto movimiento. El INT se creó hace unos diez años con el esfuerzo de los teatristas que debemos exigir permanentemente el aumento de las exiguas partidas”.
-¿La situación mejorará con la presidenta?
- Cristina Kirchner se manifiesta afecta a lo intelectual, pero los políticos no van al teatro. Cuanto más, en campaña, hablan de salud y educación; nunca de cultura. El futuro jefe de la ciudad, el empresario Mauricio Macri, pretende mezclar cultura y turismo con un hombre de esta última área al frente; esto presagia duras peleas.

domingo, noviembre 11, 2007

Víctor Valera,de los 80 a los 15

Cuando se llega a los 80 años hay que regresar a los 15. Así lo dijo el célebre artista plástico Víctor Valera (Maracaibo, 1927), el domingo 4 de noviembre, durante la apertura de su muestra Líneas, módulos y cuadrados.
Y él aclara que regresar a los 15 años no es otra que reiniciar un camino, con la fortaleza de la juventud y con la experiencia que dan más de cinco décadas entregadas de lleno a la creación, pero desprovisto de las aventuras adolescentes de esas que hacen perder tiempo. Y él ahora combate contra el tiempo y además exorciza los malos olores. Y como muestra de ese singular “viaje al pasado” están las 57 obras que exhibe en la Galería Ascaso, de Caracas, donde se aprecian nuevas posibilidades y sensaciones en el espacio, para lo cual recurre a la utilización de las líneas para producir volumen a los cuadrados y módulos, que son la esencia de sus cuadrados, imprimiéndoles así la tridimensionalidad.
Explica que esta exposición individual, donde reúne obras gráfica reciente, en pequeño y gran formato, pintura acrílica sobre tela y madera, escultura en hierro policromado, grandes murales, e incluye una selección de muebles diseñados e intervenidos por el mismo, además de una serie de proyectos para esculturas, es decir obras realizables adaptables a las necesidades espaciales.
Valera, que no rehuye el trato con los periodistas, reconoció ante Teresa Cacique que un artista tiene en su vida toda una cantidad de curiosidades y de necesidades de comprobar que todo lo que un hombre hace por su mano en un momento es tan importante como lo que hace después. “Yo no soy un triunfador, no soy el maestro glorioso, soy apenas un hombre que hace lo que puede con os pocos medios que tiene. Vivir en Venezuela es frustrar a un artista. Yo te aseguro que en cualquier parte del mundo civilizado tu materia se desarrolla mucho más fácilmente. Aquí las condiciones son de gran trabajo, todo es más difícil. En una época tenía que ser un excelente ayudante de Burle Marx planificando los jardines del Parque del Este, tuve que volverme decorador, escenógrafo de teatro, y todo eso lo hacía porque a quién yo le daba un trabajo en hierro que me hiciera esa pregunta horrenda: “¿Qué quiere decir con eso?”. Es muy difícil poder acentuar personalidad así, tener fe en lo que eres. Además te voy a hacer una confesión: para ser un pintor hoy día se necesita ser un hombre muy culto y yo no lo soy, yo soy un gran ignorante emocionado y eso no lo quiero perder”.
Pero su sencillez, a toda prueba, lo lleva a reconocer que después de que le dieron el Premio Nacional de Artes Plásticas pensó que se habían burlado de él, “porque no me creía capaz de ganar ese premio teniendo apenas un año trabajando la escultura, así que casi me volví loco; tuve necesidad de ir al psiquiatra por mucho tiempo, y gratis porque no tenía con qué pagarlo y la psiquiatría hay que pagarla. Este doctor que me trato fue muy sabio, me dijo: ‘Te noto con los brazos caídos; dices ser artista, compruébamelo’.Y en esos momentos de soledad y tristeza, porque la depresión es horrenda, huele mal, sabe mal y trae muchos dolores, yo tenía la manía de hacer incisos en los papeles, y así comencé a hacer los papeles perforados. Ellos formaron parte muy importante de mi curación, si es que estoy curado, porque lo que sí sé es que no quiero salir del estado de felicidad en que vivo.
Ama a su país y es por eso que explica que la responsabilidad del artista es muy grande y que el arte debe ser respetuoso en la medida en que emocione al espectador.“El artista no puede corromperse por el dinero. Los artistas verdaderos que conozco son gente muy sencilla, muy espirituales, de una conducta casi monástica. Yo me defiendo con la historia y con lo vivido y eso es lo más importante, sea yo quien creo o no ser, moriré feliz porque he hecho lo que tuve que hacer”.
Reservorio zuliano
Está en el mundo de las artes plásticas desde 1941, cuando comenzó a estudiar en su inolvidable Maracaibo, pero se trasladó a Caracas, en 1945, y después se marchó a París, al comenzar la década de los 50. Fue allá donde creció y se convirtió en uno de los grandes escultores de la vanguardia venezolana. No niega quienes fueron sus maestros y por eso lo dice, sin dobleces, que aprendió de Soto, Dewasne, Vasarely y Léger. Pero sus primeros trabajos hay que situarlos dentro de lo abstracto, campo al que volvió después de realizar diversos murales y esculturas figurativas. De sus relieves destacan los esquemas seriados (El empedrado, 1975). Al ganar el Premio Nacional de Escultura (1958) inició una espiral de éxitos que él ahora quiere recomenzar, como cuando tenía y era un feliz estudiante. Según el crítico Víctor Guédez, que conoce ampliamente su obra, “luego de tantas búsquedas y de tantos logros, Valera ha reiterado lo que buscaba y lo que lograba no era algo externo a si mismo, sino todo lo contrario: es parte de su reservorio más originario”.

jueves, noviembre 08, 2007

El Gabo no tiene discípulos

Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura de 1982, no tiene discípulos en su Colombia, ni él tampoco ha sido un obstáculo para las otras generaciones de escritores que emergieron después. “Mi generación no se orientó por las formulas del Gabo. Nuestro realismo literario es cotidiano, esencialmente urbano, mientras que el universo del autor de Cien años de soledad es rural y mitológico. La nuestra ha sido una literatura de comportamientos y de creación de personajes problemáticos en la nueva Colombia”.
Así es analizada la situación de la literatura actual de Colombia por Oscar Collazos (Cartagena de Indias, 1942), uno de los intelectuales neogranadinos más importantes por su vasta producción, la cual supera los veinte libros, entre novelas, cuentos y ensayos. Vino a Caracas para participar en el Primer Encuentro Internacional de Narradores 2007, el cual ha de concluir durante este fin de semana.
Collazos observó que este dialogo entre escritores latinoamericanos y venezolanos es sumamente importante. Pero creo que los próximos deben ser madurados; debe contar con la presencia de más latinoamericanos y más venezolanos significativos. En este primer encuentro faltaron escritores como Adriano González León, Alberto Barrera Tyzka y Oscar Marcano, quienes tienen obra y presencia en el resto del continente. Esto se puede mejorar y además debe ir a otras ciudades del país. El ministro Farruco Sesto dijo, durante la inauguración del evento, el pasado lunes, que ellos que no excluían, sino que los otros son los que sé han auto excluido. Creo que eso debe ser superado para las próximas reuniones”.
-¿Qué pasa con la literatura colombiana ahora?
-Hay una gran producción en todos los rubros de la creación y es de tal volumen que se necesitara un tiempo para ver que es lo queda, pero la producción esta ahí. En este momento tenemos diez escritores, menores de 50 años, de primer orden.
-¿Qué escribe?¿Cómo lo hace? ¿Por qué escribe?
-Las preguntas son antiguas pero las respuestas pueden ser contemporáneas. Escribo novelas, ensayos, cuentos y soy un columnista profesional en los periódicos El Tiempo de Bogota y El Universal de Cartagena. Otros medios latinoamericanos me solicitan para que les escriba artículos de opinión sobre temas coyunturales. Vivo de mi trabajador como escritor, porque no hago otra actividad distinta, salvo enseñar cosas relativas a mi experiencia como escritor.
Confiesa que escribe como “un burócrata, con horario”. Se levanta temprano, hace sus abluciones, desayuna y lee los periódicos por Internet, salvo El Universal que le llega muy temprano a su residencia. “Me paseo por los titulares de la prensa colombiana, veo los del The Washington Post, Le Monde, El País de Madrid. Y si me interesa algo lo abro y lo guardo como archivo si se deja; lo dejo ahí, porque en el curso del día lo leo con detenimiento. Simultáneamente escucho la radio. En todas estas actividades me gasto unas dos horas, entre las seis y las ocho de la mañana. Es, pues, un ritual para recibir información y prepararme para escribir, lo cual lo hago en computadora, desde hace ocho años”.
-¿Qué pasa con su creación artística?
-Es una elección como cualquier otra. Empecé como cuentista porque no era capaz de contar historias largas. Era una especie de corredor de 100 metros planos y ahora soy un maratonista, porque me surgió la necesidad de contar historias de o más largo aliento y así se me ensanchó el universo que inicialmente era estrecho como cuentista. Eso lo puede decir cualquier escritor, porque uno no decide ser cuentista o novelista, sino que hay una necesidad muy especial dentro del proceso de la creación. Yo me he encontrado escribiendo cuentos que piden a gritos durante determinados momentos que los lleven a novelas y ahí me tengo que olvidar del cuento.
-¿Cómo define la literatura que hace?
-Elegir un genero literario no es una decisión voluntaria, hay algo en el aprendizaje del idioma que te lleva a escribir historias a través del lenguaje y decidir esto u otro pero de una manera casi inconsciente, como ha sido mi caso. Y si yo no tengo tiempo suficiente, lo peor que puedo hacer es meterme a escribir una novela, porque una novela no se escribe a retazos. Es lo más parecido a un trabajo burocrático en una oficina; tiene una continuidad que no permite largas interrupciones. Yo en una sentada escribo el boceto de un cuento, no puedo hacerlo en cinco o seis sesiones diferentes, tiene que ser de un solo tiro. Pero mi experiencia como escritor señala cuales son los temas que permiten la ficción y cuales son los que reclaman otro tipo de genero, el ensayo por ejemplo.
-¿Qué pasa con los escritores latinoamericanos y el poder?
-Esa es una discusión que existe desde que se crearon las repúblicas, porque los escritores estuvieron vinculados con el poder porque ellos reflexionaron sobre los modelos de sociedades que iban a fundar o crear en América Latina. Ahí esta el caso de José Martí, un gran intelectual que encabezó una revolución de liberación o el caso de Sarmiento en Argentina, o los intelectuales colombianos que sacaron adelante al país en el siglo XX. Pero en Europa y en Norteamérica los escritores o los intelectuales no han tenido esas relaciones con el poder político. Pero en los últimos 50 años, los intelectuales y escritores latinoamericanos se desvincularon del poder porque corrían el riesgo de perder la libertad y con ella su capacidad de creación y autonomía. Desde entonces los intelectuales tienen una actividad de vigilancia y de la crítica del poder.

martes, noviembre 06, 2007

Ni Borges ni Goya,sino todo lo contrario

Gracias a los Festivales Internacionales de Teatro que Carlos Giménez y Giorgio Ursini presentaron hasta 1992, miles de venezolanos pudieron ver lo mejor que se exhibía en los escenarios de Europa y América. Eso mejoró el gusto a espectadores y críticos, aunque algunos de ellos optaron por viajar a Nueva York, Buenos Aires y Madrid, para completar el menú de sus pasiones estéticas. Después -desgraciadamente por La Parca y otros inconvenientes- los FIT decayeron y vino una sombría época que aún no ha desaparecido.
Recordamos esto, tras haber visto la promocionada “visita corta” del artista español, nacido en Buenos Aires hace 43 años, Rodrigo Garcia y su grupo La Carnicería Teatro, con su espectáculo Borges+Goya, que se presentó el 1 y 2 de noviembre en la sala de la Asociación Cultural Humboldt, la cual a buena hora ha sido reabierta.
Borges+Goya no es otra cosa que dos monólogos con apoyos audiovisuales. Admitimos que prometían ser creaciones estéticas, por aludir al ciego escritor argentino y al gran casanova y pintor que retrató como nadie los horrores de las guerras imperialistas, y por provenir de allende las fronteras del Atlántico y parte del Mediterráneo. Pero no fue así, aunque ya en las críticas y en los materiales de prensa, encontramos elementos que advertían la debilidad de los textos y la pobreza de los espectáculos como tal. No obstante, esperábamos que en la escena se viera y se pudiera evaluar aquello, porque las artes en general no necesitan ser explicadas con notas de prensa, ya que ellas tienen su lenguaje propio para llegar al público y recibir aplausos o repudios correspondientes.
Y así fue: Borges es la historia íntima de alguien que no pudo contactar al escritor y por esa razón le recrimina su actitud de no romper con las dictaduras argentinas de los años 70 y parte de los 80; mientras que Goya es la histérica conducta de un fanático del fútbol español que trata de imponerle a sus hijos la cultura pictórica tradicional, mientras que ellos prefieren disfrutar el circo del emporio Disney. Sin lugar a dudas que los conceptos de ambos unipersonales son atractivos y con total vigencia aquí en América Latina, este subcontinente donde todo está aún por verse y donde hasta la revolución francesa aún no ha llegado, pero lo realizado es pobre y hasta carente de imaginación, porque utilizar materiales audiovisuales de mediocre calidad técnica y con materiales ordinarios para “rellenar” el tiempo del espectáculo denota pobreza artística y un tanto de viveza, como sucede siempre que las imágenes, los gestos y los lenguajes procases se utiliza para asustar a “burgueses” y preadolescentes.
En resumen, Borges+Goya carece de una realización escénica más depurada y con mayores ambiciones estéticas. Tenía temas como el compromiso del intelectual y la alineación del mercantilismo, pero se quedó en el mero planteamiento, teniendo además calificados actores como Juan Lorente y Nicolás Bouchaud.
Los espectáculos de los teatreros de la segunda entrega de Crea Joven 2007 son más audaces, más creativos y desacralizadores que lo exhibido por La Carnicería Teatro. En síntesis:no todo lo que viene de afuera es mejor que lo que aquí se hace, lo que pasa con el teatro criollo es que no no tiene optimos aparatos de promoción y buena parte de los teatreros no creen en lo que hacen y tratan, casi siempre, de copiar lo foráneo, como lo denuncia la crítica Marta Traba con respecto a las artes plásticas,hace ya varias décadas.

¿Para qué se vive si hay que morir después?

¿Cuál es el sentido de la vida si el que nace esta condenado a perecer? ¿Vale la pena vivir a sabiendas que la muerte asecha? ¿Es justo convivir en una sociedad donde las relaciones humanas están regidas por pautas de poder? ¿Para qué un gobernante acumula poder sino puede impedir su muerte o una enfermedad que lo destruirá lentamente y con muchos dolores?¿Para qué un magnate acumula tesoros sino no puede comprar la vida eterna?
Esas y muchas otras preguntas esencialistas se las hará el público cuando vea el montaje que Héctor Manrique ha logrado con la pieza Final de partida, de Samuel Beckett (Dublín, 13 de abril de 1906/ París, 22 de diciembre de 1989), una producción del Grupo Actoral 80 que se presenta desde el próximo 15 de noviembre en la sala Horacio Peterson.
Héctor Manrique -nombre artístico de Héctor Rodríguez Manrique (Madrid, 1964)- reconocido director y productor de eventos teatrales, formado por el maestro argentino Juan Carlos Gené, dice que monta Final de partida por varias razones:
-Este es mi segundo texto de Beckett que llevo a las tablas; el primero, Esperando a Godot, en 1996, significó un gran aprendizaje, al lado de Iván Tamayo, Basilio Álvarez, y Héctor Palma, quienes ahora son profesionales consolidados, apuntalados por veteranos como Alejo Felipe y Julio Mota; fue un espectáculo muy celebrado por el público por el humor presente en esa pieza y la organicidad como estaba hecho el espectáculo; recibimos varios premios y estuvimos 20 semanas en temporada, en la sala del Grupo Actoral 80, en Parque Central. Desde entonces he leído todo lo que me cae sobre ese autor, que es para mí una especie de obsesión desde que empecé ha hacer teatro.
Reitera que Beckett es uno de los grandes autores del siglo XX. “No es gratuito que en una encuesta que se hiciera a 150 teatreros del mundo, ellos escogieran las cinco obras más importantes de la centuria y ahí estaban, encabezando, Esperando a Godot, después seguía La muerte de un viajante, Un tranvía llamado deseo, ¿Quién le teme a Virginia Wolf? y Final de partida. O sea que Becktt tiene dos entre esas cinco piezas. Todo eso, pues, me ha incitado llevar a escena su Final de partida”.
Recuerda que Final de partida se centra en cuatro personajes que ocupan una escena casi desprovista de elementos escenográficos, y entregados a unos esclarecedores pero amargos diálogos. Ellos son: Hamm, inválido confinado a su sillón; Clov, sirviente, que deambula continuamente por la escena. Y Nagg y Nell, los padres de Hamm, encerrados en sendos depósitos de basura. Todos viven en un mundo absurdo, pero regido por una lógica peculiar. Un mundo del que quisieran escapar, pero al que finalmente se han resignado. “Uno llora, llora, por nada, por no reír y poco a poco, una verdadera tristeza nos invade”, exclama Hamm.
Manrique explica que el espacio donde están los personajes es totalmente gris y todo pareciera que es el final de la humanidad y que solamente ellos son los sobrevivientes. “Ahí es donde deben brotar preguntas como estas: ¿Todo esto tiene sentido?,¿La vida tiene un sentido?”.
-¿Cómo se responde a tales interrogantes?
-Tal como lo dice el texto: en el principio esta contenido el final y nosotros continuamos. Es decir, desde que nacemos, ya tenemos el primero y único boleto y eso nos recuerda la muerte, más adelante o un poco más acá, pero nosotros insistimos. Es una pieza sobre el poder, porque invita a reflexionar sobre la razón misma del poder si al fin y al cabo el que lo detenta también va morir. El titulo lo dice todo: el final de una partida, de un juego. Eso define la obra, porque para Beckett la existencia era eso: no se concibe una existencia sin la generosidad, sin el bien, si además todos sabemos que la vamos a perder.
-¿Por qué monta esta obra tan amarga?
-Creo que el público se va a reír muchísimo, pero yo he querido autopellizcarme el culo con una pieza que nos llama la atención de una manera directa, total y profundamente poética, que nos zarandea, que nos hace salir del teatro haciéndonos las preguntas más importantes que el hombre debe hacerse, entre esas están: ¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es el sentido de todo esto?¿El sentido de todo esto es coleccionar dinero o poder? O ¿Podemos ser medianamente felices? En esta obra, un personaje le pregunta al otro: ¿Tú alguna vez has sido feliz? y el otro le responde: Nunca, que yo lo recuerde”.
-¿Cuáles son sus aportes como director?
-Para mí sería difícil, cuando estoy a menos de dos semanas para estrenar, contar cuales han sido mis aportes, pero admito que ha sido una experiencia enormemente intensa. Hemos buscado el trabajo creativo de actores como Juvel Vielma, Daniel Rodríguez, Juan Vicente Pérez y Melissa Wolf, cuyas edades promedio son de 25 años. Estudiaron y crearon sus personajes, además del trabajo colectivo, y creo que serán una revelación.
-Usted dirige espectáculos comerciales como “Confesiones de mujeres de 30”, y ahora hace “Final de partida”. ¿Cómo explica eso?
-A mí me divierte hacer teatro y procuro hacerlo lo mejor posible, esa es mi consigna. Con respecto a los espectáculos comerciales debo aclarar que no son producciones del Grupo Actoral 80, institución que antes ha exhibido montajes como El día que me quieras, Copenhague, Arts o La revolución. A mí me seduce descifrar una obra como Copenhague o meterle el diente a Final de partida, que es una pieza esencial para la humanidad que avanza en este siglo XXI, donde la civilización esta amenazada.

Andrés casado con Juana

No ha sido un matrimonio por lo civil ni por lo eclesiástico. Es “una unión libre” con el Estudio Dramático, el cual devino en Escuela Superior Juana Sujo, la institución privada más antigua del país entregada a la formación de actrices y actores. “Ante la desaparición de su fundadora, Porfirio Rodríguez asume la dirección y en febrero de 1983 yo entro en escena para impedir que el claustro desaparezca y se afecte el desarrollo de nuestras artes escénicas. Ahora me preocupa el futuro de este claustro por la zona donde está ubicado, la calle 200 de Quinta Crespo, malograda por una serie de talleres mecánicos”.
Así se presenta Andrés Martínez, dramaturgo venezolano y director de la “Juana Sujo”, responsable de que esa huella dejada por la legendaria actriz, cuando “se fue de gira”, aquel 11 de julio de 1962, no se convierta en fragmentos de recuerdos entre los miles de estudiantes que por ahí pasaron.
Juana Sujo (Buenos Aires, 1918) llega a Caracas el 27 de abril de 1949 y el 11 de noviembre de ese mismo año funda en la sede de Bolívar Film su Estudio Dramático. Se traslada al Museo de Bellas Artes y presenta Las Coéforas de Esquilo, con la participación de sus alumnos. El espectáculo logró un rotundo éxito de público y crítica, por lo cual ella inicia “un viaje muy importante en su vida profesional como es la formación de recursos humanos para el teatro y otras artes de la comunicación. Y es cuando “bautiza” a su Estudio como Escuela Nacional de Arte Escénico, con el apoyo del Ministerio de Educación, para iniciar su década de oro, los años 50. Después llevó su Escuela a la avenida Los Jabillos, de Sabana Grande, muy cerca de su residencia, luego la traslada a los altos del Teatro Nacional, en la esquina de Cipreses, para desarrollar gran parte de su trabajo como maestra. A su muerte la desalojan y en 1962, asume la dirección Porfirio y nuevamente continúa su peregrinar hasta llegar al Teatro Leoncio Martínez, en Plaza Tiuna. Su permanencia es de apenas un año hasta que consigue ese viejo local en Quinta Crespo, donde está desde el año 1969.
Juana, según Andrés, impuso una especial educación de la voz de los aspirantes a comediantes. “En esto era muy precisa e insistía que lo principal del alumno era que se le escuchara la pronunciación. Algunas veces eso era tedioso; pero luego todo era admirable, pues comenzaban las lecciones de actuación, donde los alumnos debían preparar sus tareas individuales hasta lograr el primer papel importante. Los viernes, antes de concluir la clase, era muy precisa para señalarnos que ese fin de semana se presentaría tal concierto, también una muestra de pintura, y lo más importante, había un estreno de una obra teatral. Para cada una de esas actividades, los alumnos debían escribir media cuartilla”.
La pasión de Juana, protagonista del filme venezolano La balandra Isabel llegó esta tarde, también alcanzó hasta el Teatro Los Caobos, donde estrenó numerosas piezas. “Muchas veces he llegado a pensar que su legado es casi una herencia. Fundó desde la Escuela hasta el primer teatro y también una compañía profesional, tal vez la primera que se haya conocido en el país. Han transcurrido muchos años, y ahora me aterra pensar cual será el destino de la escuela después. Por las aulas de la Escuela he visto pasar infinidades de personas, todas con ansías de triunfar en las candilejas. Otras se quedaron en medio del camino, les faltó entusiasmo, ánimo, fiebre de creación y muchas veces eran flojas”, dice Andrés Martínez.
Número 34
Andrés cuenta que conoció a Juana un mes de julio, “tras informarme sobre el proceso dé inscripción para participar en los cursos de actuación; pero como era menor de edad, fui autorizado por mi representante. Así pude entrar como alumno regular en su escuela. Era muy distinguida, culta, elegante; siempre se le veía en los estrenos con pieles, guantes y hasta sombreros. Tenía pelo negro y corto, ojos pequeños y hundidos, un rostro redondo, muy ruso, en el cual destacaba una boca grande de labios desdibujados. Lo más bonito de ella eran sus diminutos y delicados pies, calzaba 34. Como su educación teatral la adquirió en Alemania, con las famosas maestras y actrices Lucie Hoflich e Ilka Gruning, esa misma disciplina la puso en práctica en su estudios y posteriormente en su escuela”.

jueves, noviembre 01, 2007

Bondades y maldades del crudo criollo

Venezuela está entregada a una aguda discusión política y es por eso que intelectuales y políticos, en abierta competencia, escriben textos o discursos y hasta montan sus mítines para terciar a favor o en contra de temas u opiniones. El escritor, historiador y abogado Rafael Arráiz Lucca (Caracas, 1959) tercia en la polémica con su libro Venezuela: 1830 a nuestros días, de 240 páginas, editado por Alfadil, donde analiza el esfuerzo de los venezolanos por formar una República dentro del marco de un Estado de derecho, “así como las enormes dificultades que hemos enfrentado en la tarea de crear instituciones, bien sea por la dificultad misma o por la tendencia autoritaria que hemos padecido, que se presenta como un escollo para la construcción comunitaria”.
HISTORIA Y ALGO MÁS
Arráiz Lucca añade que la dificultad histórica para construir instituciones y vencer el personalismo es determinante en la vida nacional. “¿Por qué? Es muy difícil responder. Sin embargo, arriesgo algunas observaciones. Al suplantar el sistema jurídico-político español y asumir otro distinto, quedamos como en el aire. La tradición de 300 años de colonia quiso borrarse por completo, y eso no se puede hacer. Los sustratos tradicionales no pueden obviarse. Quedamos en una suerte de vacío, asumiendo como proyecto la república liberal, sin que culturalmente estuviésemos preparados para ello”.
-¿Cuál ha sido el resultado?
-La continuación del autoritarismo hispánico, expresado en la figura del caudillo militar que, además, se envalentona como consecuencia del triunfo en la Guerra de Independencia. Estos caudillos triunfantes se sentían acreedores de la victoria y sin ningún contrapeso, salvo el que entre ellos mismos se oponían. Así el siglo XIX se va en 39 alzamientos militares, una orgía de personalismo, y una batalla entre la centralización del poder y la descentralización, entre el centralismo y la federación. Las posibilidades del mundo civil de construir un Estado de Derecho siempre se vieron amenazadas por los militares, que pensaban de otra manera. Debo señalar la excepción de los generales Páez y Soublette, que comprendieron la dinámica moderna de la sociedad, pero ellos solos no pudieron.
-¿Qué lo llevó a meterse en honduras historiográficas e interpretativas?
-Suelo trabajar en proyectos que llenen un vacío. Desde hace 40 años no se publicaba una breve historia política de Venezuela. La gente buscaba una historia de su país en las librerías y no hallaba respuesta, ahora cuenta con esta, que espero no sea la única y anime a otros historiadores a trabajar en estos períodos históricos, intentando una visión de conjunto. Antes escribía una historia de la poesía venezolana porque no existía una. Lo mismo me llevó a escribir las biografías de Uslar Pietri y de Leoni, no había ninguna. En Venezuela abundan las selvas vírgenes.
En mi libro, apunta, “los lectores encontrarán una relación y un análisis de los hechos en forma sucinta y moderna. Podrán observar el proceso de formación de la República, desde los tumultuosos años del siglo XIX hasta los no menos turbulentos de la actualidad. Comprenderá mejor que los días de hoy vienen del pasado y que la continuidad ha estado más presente de lo que solemos imaginar”.
PETRÓLEO E INTERESES
-¿Es el petróleo un obstáculo para que se consolide una verdadera democracia?

-El petróleo lo que ha hecho es consolidar la tendencia autoritaria y centralista de nuestra historia, y ha debilitado la descentralizadora y regional. Ha convertido al Jefe de Estado en algo superior incluso a un monarca, ya que estos se veían con frecuencia en apuros para pagar sus cuentas. En este sentido ha sido nefasto para el país, pero ha podido ser lo contrario. Es decir, ha podido fortalecer el desarrollo de la descentralización, la autonomía de las regiones, las libertades de los actores económicos, ha podido contribuir con el desarrollo de la riqueza, pero por el contrario, ha sido un factor principal del padecimiento de nuestra pobreza.
-¿Qué se puede hacer?
- Hay que comenzar por tener conciencia de que esto es así, y que la tarea sigue siendo diversificar la economía venezolana, hacerla menos dependiente del petróleo. No estamos haciendo nada porque esto sea así, estamos portándonos como una viejita rentista que le está sacando el jugo a sus alquileres y no está invirtiendo para el futuro. Claro, las viejitas rentistas no tienen futuro, así nos estamos conduciendo nosotros, como si no lo tuviéramos. Nos estamos suicidando en primavera.
-¿Existen intereses que impiden la democracia?
-Hoy en día sí. Cuba tiene interés en que en Venezuela no se desarrolle una democracia, en que se profundice un proceso autoritario, en el que Hugo Chávez permanezca la mayor cantidad de tiempo posible en el poder. Él es garantía de suministros para ellos, para una economía que después de 50 años no produce nada, vive de lo que le mandan de afuera.
-¿Qué lo llevó a escribir este libro?
-Desde hace años mis intereses me llevaron al estudio de la historia. Primero por mi cuenta y riesgo, y luego hice una Maestría en Historia de Venezuela en la UCAB, graduándome Summa Cum Laude, y ahora avanzo en el doctorado en la misma casa de estudios. Mientras viva estaré estudiando, y los estudios formales son maravillosos para organizarte en el tiempo, para darte estructura. Al finalizar el doctorado, me debato entre cursar otro en Filosofía o iniciar un pre-grado en Psicología. Ya veré.