sábado, febrero 28, 2015

Buscan nuevos directores para el teatro

Dos obras de Eugene Ionesco en el  Festival de Directores


"La letra con sangre entra” justificó   la violencia educativa en las escuelas primarias latinoamericanas hasta mediados del siglo XX. Muchísimos niños y niñas así aprendieron más o menos. Paralelamente brotó una técnica más refinada y menos salvaje: “Hay que leer mucho para aprender a escribir” y por supuesto emergió una  generación de escritores menos castigados.

Con el aprendizaje de los rudimentos del teatro también ocurrió y ocurre lo mismo –las leyendas son impublicables, por cierto- y todavía en la Caracas del siglo XXI, ante la crónica ausencia de escuelas con métodos cónsonos, modernos y capaces de formar a una necesaria generación de directores de escena o puestistas, se organizó un  festival para darle la oportunidad a los jóvenes que quisieran debutar como directores de teatro, así también lo hizo el legendario Carlos Giménez en la última década del siglo XX para ayudar a un puñado de aspirantes.

BUENAS INTENCIONES

Se organizó y se puso, pues,  en marcha el  Festival de Nuevos Directores de Teatro Trasnocho, liderado por directivos de esa institución cultural privada, el cual debe culminar el 15 de marzo. ¡Buena intención para airear la cartelera venezolana y ayudar a subir la difícil cuesta de la profesionalización a las nuevas generaciones! 

El Festival arrancó a mediados de enero y cierra  tras mostrar ocho espectáculos. Los dos mejores montajes, según un jurado, podrán hacer una temporada en la sala Espacio Alterno donde se han presentado hasta ahora. Ese será el codiciado premio, tras todo el prestigio y  la publicidad que le hagan a tal hecho.

 Hasta ahora hemos evaluado los espectáculos  Seis personajes en busca de autor  de Luigi Pirandello; Julia, versión de  La señorita Julia  de August Strindberg,    Burkina Faso  de Daniel Dalmaroni;  La calva diva, versión de La cantante calva  de Eugene Ionesco, y  La lección  de Eugene Ionesco, realizados por  Wilfrido Sierra, Jorge  Souki,  Daniel Dannery, Jan Vidal-Restifo y  Leonardo Van Schermbeek. Quedan por ser vistos y considerados los montajes  Historia del zoológico  de Edward Albee  y los venezolanos  Prueba de fuego  de Ugo Ulive y  Juanita Claxton  de Gustavo Ott.

LOS MEJORES

De ese quinteto de montajes  destacamos la audacia inteligente de Jorge Souki al transformar la romántica  y amarga pieza de Strindberg (1888) en una truculenta pasión de una pareja de  jóvenes de diferente origen sociocultural tratando de sobrevivir en una convulsa Caracas del siglo XXI. Su  Julia  del siglo XXI  contó con  casting  novedoso porque  el “utilizado” Juan es un joven motorizado que goza de la atrevida Julia pero al final la deja para continuar con su novia  Cristina, roles resueltos con solvencia por  José Ramón Barreto, Vanessa Morr y María Fernanda Meléndez. Sopesando lo que se hizo con el texto y el trabajo actoral, así como la movida y recursiva puesta en escena, no podemos dejar de  lado que la televisión, especialmente las telenovelas con guiones de Delia Fiallo, se nutrieron  descaradamente de los clásicos teatrales del siglo XIX. Vamos a ver que pasa con Souki y su  adiestrado y trabajador equipo.

También resaltamos  la respetuosa versión  y   dirección escénica que hizo Leonardo Van Schermbeek con  La Lección , quien sin alterar el texto  demuestra los errores de la metodología educativa aplicada a los jóvenes y el mortal final que les espera: asesinados por sus maestros. La metáfora escénica que propone Ionesco queda brutalmente plasmada en la escena, cuando el profesor se pone su brazalete  nazi y se dispone a recibir la cuadragésima primera alumna y futura víctima. Hay que destacar el excelente trabajo actoral de Héctor Castro, bien apuntalado por la impactante caracterización de Rebecca Perich (la alumna) y correctamente complementado por Dayhana Carmona como la sirvienta cómplice. No nos queda duda alguna que es uno de los mejores montajes que hemos visto hasta ahora,  claro está que aún quedan tres más  por verse y puede brotar una sorpresa. Pero ahí hay director y actores a cabalidad.

 IONESCO ENTRE NOSOTROS
Al hablar de Eugene Ionesco en Venezuela hay que recordar que ese legendario autor rumano francés (1909-1994) fue amigo de Romeo Costea (1922), el director rumano venezolano que lanzó a Isaac Chocrón en el año 1959 al montarle su pieza  Mónica y el florentino, aquí  en Caracas. “Romeito”, como lo llamamos cariñosamente, le cedió  la sala de  Teatro de la Huchette que usaba en París para que su compatriota estrenara e hiciera temporada con   La cantante calva , hace más de 60 años, donde se demuestra lo que es la soledad de los seres humanos  y el miedo a la  muerte que no nos  atrevemos a confesar. La Biblioteca Nacional de Francia organizó una exposición para conmemorar el centenario del nacimiento de Ionesco y su  comisaria  Noelle Giret, escribió: “Había en Ionesco un rechazo del desarrollo clásico del teatro, en el  cual hay  un principio, un desarrollo y un final, y que tiene  personajes predecibles. La primera obra que da pie a un nuevo teatro es La cantante calva. Él la llamó “antipieza”, precisamente porque rompía con el teatro clásico y porque los personajes son casi fantoches. Para escribir esta obra se inspiró en el método de lenguas Assimil, por lo cual sus personajes son como marionetas que se hablan con frases hechas, lo cual lleva a la incomunicabilidad total entre ellos y a cierta violencia y sinsentido que en ese momento sorprendió y escandalizó a parte del público".

AGENDA FINAL

Este festival de nuevos directores  tiene  su agenda de cierre: Historia del zoológico de Edward Albee, dirigida por Pedro Borgo (viernes 27, sábado 28 y domingo 1, a las 4PM). Prueba de fuego de Ugo Ulive (viernes 27, sábado 28, domingo 1; viernes 6, sábado 7 y domingo 8) y Juanita Claxton de Gustavo Ott (viernes 6, sábado 7, viernes 13, sábado 14 y domingo 15), puestas en  escena por Catherine Medina y Lissy García, respectivamente. La cita es en la Sala Plural, desde las 4 PM y 7PM.




Eduardo Liendo atrapado por las máscaras del teatro

Las claves para disfrutar a este escritor venezolano


Eduardo Liendo, excepcional escritor, de calificada obra original, asegura que la vida es como un espectáculo  de teatro y él está actuando y en pleno desarrollo del tercer acto. Como vive ese momento aurífero de los justos homenajes y el delicioso disfrute de su familia –la nieta Paula, la hija Olivia y Estela, su esposa, por ahora en Chicago- decidió alternarlos, mientras culmina la que será, su primera pieza teatral.
Tiene una precisión en ese sentido y trabaja  ya un libreto. No fija fecha de culminación ni de estreno, pero invitará a los amantes del arte de Tespis.  “Me he basado en mi novela Mascaradas y posiblemente se titule Las máscaras de Prudencio, informa.
No niega ni afirma su participación en el XIX Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, próximo a cerrar  la  recepción de obras.  “Eso depende de las editoriales. Por mi parte lo tengo olvidado; en una época me interesó porque lo veía muy representativo de la literatura latinoamericana y por ende de Venezuela; Arturo Uslar Pietri es el único criollo que lo ha conquistado con La visita en el tiempo; pero lo perdí de vista por la ideologización de sus jurados”.
No hace salchichas 
 Salvo la culminación de su ópera prima, Las máscaras de Prudencio, no trabaja  ningún otro texto. “Acabo de entregar mi novela Contigo en la distancia, editada por Planeta, y el ensayo y cuentos En  torno al oficio del escritor, gracias a  Libros Lugar Común, los cuales  han sido bien recibidos por los lectores y la crítica. Estoy muy agradecido por la receptividad que han tenido mis   publicaciones. No tengo compromiso de escribir un libro anual. Lo hago cuando hay algo que decir; soy un escritor existencial y en cada uno de mis libros hay una búsqueda. Advierto que es una utopía escribir por razones crematísticas en Venezuela. Preguntarme por más obras, después de las dos que he publicado, me parece excesivo. Me tomo mi tiempo.Yo no hago salchichas, parafraseando  a un  gran escritor colombiano”.
Primero leer 
 Con respecto a su ensayo En torno al oficio del escritor,  dedicado a las nuevas vocaciones  o para quienes ya empezaron,  recomienda  que la primera cualidad indispensable para los escritores  parece ser, o haber sido en una época de su vida, la de un lector muy especial. “Un lector interesado, acucioso, voraz, y no pocas veces empedernido. Seguramente en el origen de toda vocación literaria se encuentra una grande y a veces temprana admiración por los libros y sus autores, y luego una intensa necesidad de emularlos. La escritura literaria, como el canto, se aprende en principio por imitación. Creer que escribir es esperar a que salgan las setas, por generación espontanea, es equivocarse de medio a medio. Escribir  es lo que sobrevive después de muchísimas lecturas. Y de continuarlas sin cesar. Soy un escritor en el que confluyen la calle, la cárcel y la biblioteca, lo que me diferencia en algunos aspectos de otros autores que poseen una formación distinta”. 
Un oficio singular
  Eduardo Liendo puntualiza que  “es algo aventurada la tarea de incurrir en generalizaciones para explicar una actividad como la del escritor, en la cual apreciamos el  talento del individuo y la singularidad   de la obra en un lugar  predominante. ¿No es acaso la personalidad artística de un autor lo que más admiramos en su condición? Seguramente, son valores singulares los que confirman la genuina importancia de los autores de excepción”.
Homenajes 
 Está actualmente en Porlamar, participando en la naciente Feria Internacional del Libro del Caribe (Filcar) 2015, del 27 de febrero al 4 de marzo en el Centro Comercial Sambil de  Pampatar, organizada por Antonio López Ortega y la Universidad de Margarita, donde  participan 40 editoriales venezolanas. “Seré homenajeado junto a, nada menos, Andrés Eloy Blanco, Enrique Bernardo Nuñez, Jesús Rojas Marcano y Juan Liscano. Autores, como Diego Arroyo Gil, Magaly Villalobos, Laureano Márquez y Sumito Estévez, bautizarán sus más recientes publicaciones. Sus organizadores quieren repetirla anualmente, lo cual es muy positivo para todos”.
13 por ahora
Eduardo  Liendo Zurita, nacido el 14 de enero de 1941 en Caracas, inició su camino de escritor en 1973  y al cabo de cuatro décadas  ha entregado  13 libros de auténtica literatura,  algunos premiados y otros llevados al cine. Un lector que  se respete debe tener en su biblioteca algunos o todos estos títulos: El mago de la cara de vidrio (1973),Los Topos (1975), Mascarada (1978), Los platos del diablo (1985), El cocodrilo rojo (1987), Si yo fuera Pedro Infante (1989), Diario del enano (1995), El round del olvido (2002), Las kuitas del hombre mosca (2005), Contraespejismo (2008), El último fantasma (2009), En torno al oficio de escritor (2014) y Contigo en la distancia (2014), por ahora.
Credo del autor
El joven escritor  Eduardo Sánchez Rugeles, prologuista de En torno al oficio del escritor, cree, y por  eso lo suscribe, que el lector de este nuevo libro de Eduardo Liendo asistirá a un  ejemplar taller de narrativa, pero, al mismo tiempo, a una biografía literaria. Luis Barrera Linares, en el prólogo a Contraespejismos, sintetiza el credo novelístico (y pedagógico) de Liendo: “Primero, el lector después, todo lo demás”. Reitera que además de   reivindicar el ejercicio de la lectura, celebra la necesidad de las ficciones en un contexto de  incertidumbre en el que la realidad parece legislar  sobre el gusto, la imaginación, la creatividad, el placer  estético y el ocio.
¿Quién mató a Scherezada?
Todavía los amantes de Las mil y una noches recuerdan como  la bella Scherezada salvó su  vida por el ingenioso suspenso de su historia: En ese momento Scherezada vio levantarse la mañana y discreta guardo silencio. Fue asi como logro mantener  el interés del rey por sus relatos y evitar su muerte. Por tal motivo, para asesinar a Scherezada (no se sabe la fecha de su ejecución) fue necesario convencerla antes de la inutilidad de su arte de contar. Existe la creencia de que un pedante crítico de la corte se acercó a la princesa para indicarle que sus anécdotas no eran importantes. La trama novelesca, un asunto pasado de moda. Los personajes  carecían realmente de interés y, quizás, lo único que valía la pena era la simple y descarnada palabra. Scherezada, confundida por tan  erudito señor, dejo de contar. Renegó de sus historias y se limitó a repetir torrentes de pretenciosas  palabras, cantaditas al oído del rey. Este, primero vaciló desconcertado, tratando de descifrar el novedoso arte de su predilecta, pero después comenzó a bostezar hasta que  finalmente, decepcionado y aburrido prefirió encender  el televisor. Pero antes ordenó que la princesa fuese degollada y su lengua frita en un caldero de plomo hirviente.
Eduardo Liendo, pagina 159, En torno al oficio del escritor)
La página
Aquella noche se sumergió en un hondo trance y mantuvo una inspiración fervorosa. Así se consumó al fin la página magnifica. La inigualable. La que había esperado con ansiedad  toda una vida. La releyó al amanecer, maravillado de su propia invención. La bautizó con una leve sonrisa. Sólo cometió un desliz. Olvido pulsar la tecla Guardar, antes de apagar el computador.
(Eduardo Liendo, página 157, En torno al oficio del escritor)



El zoológico de Edward Albee en Caracas

Avanza el Festival de Nuevos Directores del Trasnocho


Cumple 87 años el más importante dramaturgo estadounidense vivo y de quien  se escenifica en Caracas una de sus piezas más célebres: Historia del zoológico. Edward Albee (Washington, 12 de marzo de 1928) la escribió en 1958 y, como  ningún productor se interesó, la estrenaron  un año después  en Berlín (Schiller Theater Werkstatt). Durante 1960, en Nueva York, el Provincetown Playhouse de Off Broadway escenificó la tragedia del burgués Peter y el marginal Jerry, estremecedora metáfora sobre las  desigualdades sociales y sus consecuencias psicológicas que generan, entre otras cosas, suicidios u homicidios en  comunidades para impedir la felicidad de   todos sus seres humanos.
Comenzó así la rutilante carrera de otro agudo crítico del american dream, como lo hicieron Arthur Miller y Tennessee Williams, en sus peculiares textos. Albee hacia 2004 decidió crear una  precuela  para su ópera prima y la tituló Homelife.
¿El resultado? , dos obras en una. Aquella fue su primera pieza y Homelife es la número 29. Cuando se montan juntas se tiene  a la primera obra y la 29 convertidas en una sola: Casa y  zoológico. “Creo que haber agregado más detalles sobre Peter y su esposa,  la he hecho mucho mejor”, dijo el escritor al  ser estrenada en Hartford Stage, Connecticut, en 2004.
  Historia del zoológico ha sido representada muchas veces en Venezuela pero Homelife es desconocida hasta ahora, aunque ya hay traducciones. Fue mostrada en Santiago de Chile durante la temporada 2012.
En ocasión del Festival de Nuevos Directores del Trasnocho, Pedro Borgo escenificó y produjo aceptablemente su versión de Historia del zoológico, apuntalado en los actores Aitor Aguirre (convence en su rol de Peter) y Wadim Hadaya (su personaje Jerry  necesita más composición). Y  creemos que lo han logrado en gran parte: mostrar al público ese mundo contemporáneo que propone Albee  y sus ideas concretas de lo que es o puede ser la felicidad para las personas, aunque sean de clases sociales antagónicas  y de diversos estratos culturales.
El montaje, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, muestra a Peter entregado a la lectura durante  la tarde de un domingo veraniego, en el Central Park de Nueva York, donde es interrumpido, fatalmente, por Jerry. Un elegante empleado de una editorial detiene su lectura para atender a un desempleado que tiene varios y raros cuentos, después de haber visitado el zoológico de ese pulmón vegetal neoyorquino. Jerry quiere revelarle todo lo que le, ha pasado en sus 30 años y al otro no le interesa sino su libro para evadir sus crisis matrimonial. El final es trágico: Jerry se hace matar por Peter. ¡Todavía la realidad supera a la ficción!