martes, marzo 31, 2020

Hoy como ayer Bolívar tiene total vigencia


Ya  las facetas vitales, intelectuales e histórico-políticas de los malogrados poetas José Asunción Silva y Federico García Lorca fueron rescatadas, respectivamente, por el diplomático e intelectual colombiano Enrique Vargas Ramírez (1926-2015) en las tragedias teatrales Muerte en la Candelaria y Destino del Unicornio; pero este escritor presentó su obra dramática, Memoria de la Gran Convención, la cual no es otra cosa que el deceso de Colombia, al plasmar los graves aspectos históricos e ideológicos que llevaron al fracaso de esa unión política que a su vez significó “la muerte” de Bolívar en 1828,como él mismo héroe lo dice: ”Todo, Manuela, todo lo grande que intenté quedó reducido a cenizas. ¡Qué amargo es el vino de la gloria que se pudre!” (Pág. 288).
Este es un artículo publicado el 26 de julio de 2007 con el título  Bolívar, Santander y Páez reviven en teatro, el cual hemos querido actualizar reproducir por razones más que obvias pensando en los nuevos lectores o los que quizás lo olvidaron.
Nos explicó Vargas Ramírez, en aquella ocasión,  que Memoria de la Gran Convención, que lleva como subtítulo “Vivencias de la relación Bolívar-Santander”, es una publicación del Grupo Editorial Norma, con 288 páginas, además de una exquisita selección de fotografías sobre piezas pictóricas sobre el tema independentista, “bautizado” aquel martes 31 de julio, a las siete de la noche, en los salones de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), en Altamira.Enrique Vargas Ramírez (Cúcuta, 21 de diciembre de 1926/Bogotá, 5 de noviembre de 2015), quien fuera embajador de Colombia ante Venezuela, entre los años 2004 y 2006, explicó que su pieza comprende el periodo trascurrido desde la Convocatoria del Congreso Anfictiónico, en diciembre de 1824, hasta el final de la Convención de Ocaña, en junio de 1826.Su trama se centra en los hechos, los ideales, el pensamiento y el juego y deseos de los protagonistas por excelencia de este drama: Bolívar y Santander, ya que fueron ellos los que influyeron con mayor intensidad –para bien o para mal- en la fundación y la permanencia de la República unitaria que nació en el Congreso de Angostura. También figuran en la pieza: Páez, Sucre, Pedro Briceño Méndez, José Rafael Revenga, Florencio O`Leary, Manuelita Sáenz y algunos próceres y villanos.Enfatizó el escritor -reconocido ingeniero y político liberal- que en su obra se refleja asimismo la lucha política por la creación de las instituciones republicanas en la América meridional para sustituir al régimen colonial, la iniciación de los partidos políticos y la lucha por el poder, además de la presencia señera de Santander, la propuesta napoleónica y posterior rebelión militar de Páez, y toda una serie de sucesos que lesionaron la unidad de Colombia y la frustración de Bolívar por su fracaso.Vargas Ramírez explicó que no escribió teatro para leer, sino para ser montado. ”Escribí Memoria de la Convención para que ser representado y confío en que más tarde que temprano se pueda llevar a escena. He tenido ofertas para escenificarlo, pero no vale la pena mencionar mayores detalles por ahora, pero indudablemente quiero verlo representado y para eso se editó aquí. Es una especie de regalo para los venezolanos por el momento histórico que viven. Creo que aquí tiene mucho atractivo. Se trata de un drama cuya memoria histórica ha pugnado, desde siempre, por convertirse en expresión verbal para uso y difusión de la sociedad, expresión de la que el teatro es el medio por excelencia”.
-¿Por qué se perdió Colombia?-Las causas son infinitas, pero la verdad es que hubo una falta de avenencia entre Bolívar y Santander. Santander se opuso a la constitución boliviana de una manera radical. En el fondo también se opuso al Congreso Anfictiónico y nunca consideró que era una buena idea el que Bolívar buscara el protectorado de Inglaterra, proyecto en el cual el Libertador se había especializado y había avanzado mucho. Son cosas de tipo ideológico y probablemente de tipo práctico que tenían uno y otro. No hubo manera en que se pudiera convenir en un momento en algunas de esas cosas, una o dos o las que fueran.-¿Santander era partidario de pedir el apoyo estadounidense?-Hasta cierto punto sentía más simpatía hacia Estados Unidos que hacia Inglaterra. Inglaterra era y es una monarquía y de alguna manera para él era inconcebible que se pudiera tomar un modelo inglés o que pudieran nuestros países tomar por ese rumbo. De manera ahí hubo un primer encontrón o choque. Y en muchas otras cosas no convinieron ideológicamente.--¿Qué pasó con Páez?-Páez tenía un proyecto que se lo planteó al Libertador y que Santander motejó “monarcómano”. Entre Páez y Santander existía una vieja disputa que había comenzado en la guerra de los llanos y que se dio por mucho tiempo; entre los dos había una pelea casada: indudablemente los dos nunca pensaron de la misma manera y eran temperamentos completamente opuestos.- A 200 años de ese fracaso, estudian en las cancillerías latinoamericanas planes de integración. ¿Qué significa todo eso?
-Es que Bolívar era genial, indudablemente tuvo una concepción grandiosa de toda una unión americana. Él siempre luchó por eso en una u otra forma, a su manera, con su ideología, y dentro de sus circunstancias. Entonces ese ideal bolivariano de la unión entre los países sobrevivió y hoy en día se afirma y se debe afirmar mucho más. Esa fue una idea genial o fundamental, esa idea pervivió, y esa idea todavía es una de las cosas por las cuales luchamos en nuestros países, por unirnos, por estar en bloques que verdaderamente van más allá de las propias nacionalidades. Y se han dado una serie de proyectos de integración. La que más está cerca del sueño bolivariano es la Comunidad Andina de Naciones, porque era lo que él tenía más a mano y lo que pensó en hacer en un momento dado, que era la unión entre Colombia (Venezuela, Colombia y Ecuador) con Bolivia y Perú. Eso es lo que práctica y geográficamente es la CAN. De manera que esa idea, aunque se perdiera en ese momento, revivió y creo que es fundamental y creo que eso perdurará y se harán más estrechas.-¿Y el Mercosur y el Alba?-El Mercosur es una realización de un conjunto de naciones muy importantes. Tienen planes que son muy importantes, tienen recursos, tienen relaciones con el mundo que son realmente fundamentales para salir hacia delante. Yo creo que el Mercosur es una gran realización de América y que con el futuro debe buscarse la integración de los dos bloques que por ahora aparecen visibles, como la Comunidad Andina de Naciones y el Mercorsur. Yo creo que eso se va logrando a medida que se limen las asperezas y a medida que los países comprendan más una ideal total o final. El Alba, que es un proyecto del presidente Hugo Chávez, todavía no ha tomado forma. Pero la verdad es que las tres son interesantes, pero deben buscar una serie de afinidades, una serie de alianzas, una serie de proyectos, una serie de ideas y desarrollos económico

sábado, marzo 28, 2020

Santana sigue vivo

Roberto Santana Rodríguez

Conocí a su padre, Rodolfo, y fue por eso que durante cuatro semanas, de lunes viernes, venía desde el apartamento de Aura Salas, en el edificio  El Tejar, atravesaba ese largo pasillo que lo une al edificio Mohedano, y en mi casa, a cuatro manos escribimos mi texto Como es Rodolfo Santana, publicado en marzo de 1995.
Ese exótico texto sobre la vida, obra y otros milagros de Rodolfo Santana Salas (Caracas, 25 de octubre/21 de octubre de 2012) me permitió conocer  personalmente su tercer hijo, Roberto, y tener así una entrevista que ahora transcribimos para los lectores, la cual publicamos  el 11 de marzo de 2018:
 ¡Soy anarquista!
Así, en un tono cercano al grito, escuchamos la enfática tarjeta de presentación de un adulto cuarentón, vestido muy modernamente, todo de negro, identificado como Roberto Santana Rodríguez, en la tarde lluviosa de un martes en la cafetería de Unearte. El resto de los asistentes, no menos de 15 personas no se inmutaron, porque seguramente creyeron que era una expresión más de ese conspicuo grupo o “jauría” ansiosa de conocimientos que en ese sector pulula. Nosotros, que no dejamos de reír para dentro, ya conocíamos de trato al personaje que se presentaba así, tan bulliciosamente. Y tras de los protocolares saludos abrimos nuestra grabadora y se dio esta entrevista:
¿Cuál es su nombre legal?
 Roberto Adolfo, el único hijo vivo de Rodolfo. Nací en Caracas el 10 de enero de 1970, hacia las tres y media  de la tarde, según me contara mi mamá Gladys, quien se casó, cuando tenía 23 años con mi padre, de 19 años, el 23 de noviembre de 1963, precisamente el día que mataron al presidente Kennedy.
¿Su madre, la primera esposa de Rodolfo Santana, vive?
No, falleció hace dos años aproximadamente. Ella y mi papá concibieron un primer niño, Rodolfo, que murió posteriormente. Ellos se divorciaron durante los años 70.
¿Tiene más hermanos?
Sí, tengo un hermano por parte de madre, que vive en México.
¿A la gente de teatro le preocupa lo que pasará con las obras y los guiones de cine de su papá, a los cuales usted tiene derecho por ser su hijo? ¿Algunos teatreros esperan que usted organice una fundación para proteger ese legado intelectual?
Yo puedo darte una respuesta muy larga, parte de la cual no quiero que se publique para no herir susceptibilidades, lo que sí puedo adelantarte es que mi padre me dijo, en una ocasión, que me cuidara mucho porque una buena parte de los teatreros, nacionales e internacionales, son “unos vampiros y hasta guevones”, pero que si había gente muy correcta y respetuosa de las normas. Apenas mi padre murió, hacia el 2012, apareció mucha gente ansiosa e interesada en sus obras. Yo deje que pasara un tiempo para que esa gente se aplacara, porque ya sabía lo que me tocaría lidiar con algunos de ellos.
¿Usted tiene el control del disco duro de la computadora de Rodolfo?
Si, conseguí un tanto de dinero y pude comprar el disco duro externo y todo eso lo tengo a buen recaudo.
¿Usted tiene ya visualizadas las obras que ahí dejó su papá?
No he tenido la disciplina para estructurar esos archivos que dejo, los cuales solo los entendía él. Ahí no hay carpetas, sino una serie documentos en Word, muy desordenados.
¿Qué ha pasado con usted después de la muerte de su padre?
La situación de nuestro país ha sido muy difícil desde el año 2012 y cuando murió mi papa yo he tenido que sortear una situación económica muy compleja e incluso llegue a pesar unos 53 kilos. Yo no tenía tiempo sino para buscar mi sobrevivencia, no podía pensar sino en cómo conseguir ocho mil bolívares diarios para mi alimentación y así pase muchos meses. Recuerdo que me iba para la urbanización Los Palos Grandes para recoger los mangos y alimentarme con ellos. Fueron tiempos ya superados.
¿Usted tiene hijos?
Sí, tengo una hija ya grande, que anda por los 18 años.
¿Qué pasado con el legado literario de su papa?
Junto con algunos amigos hemos estudiado la posibilidad de relanzar al grupo Cobre, que era el equipo de batalla de mi papá. E incluso intentamos montar su obra Los criminales, pero aparecieron las famosas guarimbas y eso nos alteró completamente los ensayos, porque no podíamos reunirnos como acordábamos. Se paralizó el montaje porque algunos actores se fueron del país. Mientras tanto, me contactaron unos cineastas mexicanos porque querían rodar una película basada en su obra El animador. Y al final de las negociaciones me adelantaron una parte de los respectivos derechos de autor. Y mi situación económica cambió e incluso hasta me compre un carrito. Yo vivo entre Maracay y en Guarenas, en el apartamento de mi papá. Estoy planificando el relanzamiento del grupo Cobre, el cual realizaría varias actividades culturales y hasta tendríamos una editorial para libros electrónicos, además de una emisora por Internet. Queremos  organizar foros sobre sus creaciones dramáticas. Eso no es fácil, hay que trabajar mucho. Pero el grupo Cobre de Santana vuelve a la escena, lo garantizo. Mi padre seguirá vivo mientras su teatro se represente…porque amaba mucho a su Venezuela.
¿Cómo es su relación con la Asociación de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven), ya que Rodolfo era miembro de esa organización?
Si, lo sé, porque tengo contactos con Karina Cisnero (su apellido es Cisneros), una seria profesional y muy trabajadora funcionaria de Sacven, que vive en Los Valles del Tuy, ella era una fiel amiga de mi papá. Mi relación con ellos continúa hasta ahora, porque a ellos además les interesa. A Sacven hay que contactar todos los que pretendan montar algunos de los textos de mi padre. Precisamente, estoy muy bien informado que la Compañía Nacional del Teatro, que ahora dirige Carlos Arroyo, dispuso  el estreno de Baño de damas, famosa obra de mi padre, según puesta en escena de Aníbal Grunn, para el 23 de marzo de 2018, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, evento al cual espero asistir.
Nunca más pudimos conversar con el heredero de Rodolfo Santana Salas y hemos revivido ese encuentro porque los mangos ya se caen de los arboles caraqueños. 

lunes, marzo 23, 2020

Murió Santiago García


Murió el maestro Santiago García y muy pocos podrán despedirlo, hoy 23 de marzo, informa El País, de Madrid.En medio de la pandemia del VID19, hay fronteras cerradas  y al referente del teatro colombiano, la leyenda, el fundador de la compañía La Candelaria, le tocará una despedida teatral, solitaria.
A lo mejor, fiel a su humor sarcástico, él haría una broma. O lanzaría uno de sus juegos de cábala, que tanto le gustaban. Cuando el Teatro La Candelaria cumplió 45 años, rodeado de sus actores, dijo: “el trece en la cábala puede ser de mala o de buena suerte. Funciona en el grupo de una manera extraña, porque somos trece miembros y tenemos una mata en la entrada del patio que todos los semestres florece y da trece rosas". Ellos hubieran querido verlo por última vez en la sala del Teatro que fundó con Patricia Ariza, en 1966, abrazarse y “sentir su cuerpo despidiéndose”, como escribe César Badillo, uno de sus actores. "Nosotros los candelarios, y me atrevo a decir, que muchos teatreros del país y del mundo, sabemos que el mejor reconocimiento que le podemos hacer es, a pesar del dolor que nos estrecha la garganta, fortalecer este barco de la creación, que como él mismo dijo, “el único lugar donde no se naufraga”, dijo Badillo en una sentida carta.
García, fallecido a los 91 años tras sufrir un infarto, también decía que “la imagen que uno tiene de sí es al revés porque, frente al espejo, lo que está a la izquierda uno lo ve a la derecha”. A través de su teatro, él puso a Colombia frente al espejo de la realidad. Obras como Guadalupe infart sin cuentaDe Caos y de Cacaos El Paso, obligaban a mirarse en la historia violenta de Colombia, aunque doliera.
Su gran obra fue la creación del teatro independiente y contestatario La Candelaria, una institución que se ha mantenido a pesar de las angustias económicas y políticas. Como las amenazas que recibían o aquella vez en 1987 cuando la Policía allanó el escenario para llevarse los fusiles de palo y cascos de utilería de una obra; o cuando, acorralados por las deudas para pagar el alquiler de la sede,- una casa de 1630-, cavó huecos junto a los actores buscando posibles tesoros enterrados.
Representaba, como ha dicho el también dramaturgo, Miguel Torres, el big bang del teatro colombiano. Alrededor de su energía y sus ideas filosas, enmarcadas en la corriente de creación colectiva, orbitaron intelectuales y artistas de Latinoamérica como el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el nobel Gabriel García Márquez y los pintores Fernando Botero o Alejandro Obregón y su hermano teatral, Eugenio Barba, del Odin Teatret.
Santiago García comenzó su carrera actoral en 1957 con el director japonés SekiSano, pasando por la Universidad de Praga, el Actor’s Studio de Nueva York y la Universidad de Teatro de las Naciones en Vincennes (Francia). En 2012, la Unesco le nombró Embajador Mundial del Teatro y un tiempo después se retiró de las tablas por enfermedad. Hasta esa época era común verlo caminando por el centro histórico de Bogotá y responder un saludo, muy a su estilo. “Maestro, cómo le va”. Él levantaba la mano desde la otra acera: "Bien, gracias” y acto seguido le preguntaba fuerte a su acompañante: “¿Y esta quién es?”. Su escenario era el barrio.
Decenas de los mejores actores de Colombia trabajaron junto a él e hicieron creación colectiva, el estilo de construcción de las obras, que consistía en tomar un momento social de la realidad colombiana y, a partir de este discutir, improvisar y amasar hasta llevar al escenario. Muchos de ellos lo despedirán a la distancia, recordarán la frase con la que solía saludar en alemán: “soy el guardián de las puertas del universo, pero se me perdió la llavecita”. Y se reirán.
"Partió como un niño inocente. Y aún sufriendo una enfermedad que normalmente ensombrece, nunca perdió el don del payaso. Se fue sin decirnos dónde estaba “la llavecita del cagado espíritu de este mundo”, escribió César Badillo.

domingo, marzo 22, 2020

El talento literario de Josefa Zambrano Espinosa

Josefa Zambrano, escritora con obras densas.

“Cuando pienso en la escritura de Josefa Zambrano  (Boconó, Trujillo, 1950) la palabra que viene a mi memoria es densidad. No obstante no se trata de esa densidad académica un tanto postiza, sino más bien de esa densidad porosa y que se encuentra oculta en frases bien construidas, en párrafos estructurados con la minuciosidad del artesano”, así lo publica Carlos Yusti en  la respetable revista Letralia, que reproducimos o republicamos aquí.
“Josefa me contó, mucho tiempo después, que había leído algunos de mis textos en un suplemento cultural y le gustaba de mis ensayos, creo, ese estilo fortuito, sin clip sujetador. También yo conocía a Josefa a través de sus cuentos pertenecientes al libro Magia de páramo”.
“Desconocía que escribía ensayos y cuando leí las galeradas del libro Taumaturgias del verbo (Fondo Editorial Predios, 1999), facilitadas por el editor, no sólo me deleité con sus ensayos, que proporcionaban inteligentes puntos de vista, sino por una escritura que era una tersa filigrana de belleza con las palabras. Los ensayos de Josefa, en comparación con mis textos ensayísticos, escritos con la brusquedad tosca del aficionado, estaban escritos con la sencillez más compacta y precisa de la inteligencia y en la que una destilación de orfebre con el lenguaje dejaba su indiscutible marca de agua. Pero decir esto es una vaguedad y es necesario leerla. En su ensayo sobre la pintora Remedios Varo escribe: “A través de los siglos, su voz es la de todas las mujeres. Mujeres que vivimos en un mundo donde la palabra y la agresividad viriles aún tienen la fuerza para hacer de la guerra, por ser ‘cosa de hombres’, un arte, pero, afortunadamente, ese poder es insuficiente para hacer del arte una guerra, pues el talento, el genio, también es ‘cosa de mujeres’. ‘Soy mujer, pero tengo talento’, clama Lisístrata desde la Acrópolis”.
“En los relatos y en los ensayos Josefa deja a la intemperie su manera de moverse en la vida, de observar la existencia como un compendio estético, algo así como una música lenta y brumosa en un día lluvioso borrando algún paraje del páramo. En una entrevista confesó cómo era su proceso de escritura: “Es de ritual. Esquivo la escritura. Hago una y mil cosas antes de dejarme atrapar por las palabras que se agolpan en mi cabeza esperando que me siente a plasmar con ellas una historia, una reflexión; en fin, un nuevo texto. Mi proceso de escritura sigue siendo de mucha inseguridad, de escribir y reescribir hasta conseguir la palabra, la frase que exprese mis sentimientos, mis pensamientos”. Y de eso está hecha su escritura: de sentimiento y filoso ingenio. Josefa no sólo busca construir bien una frase (o un párrafo), sino que trata de que las palabras formen una estética, especie de pincelada de palabras que congregan claridad, concreción y agudeza. Hay en todo su trabajo como una emocionada meditación, tan parca, pero a la vez rotunda, muy propia de la gente de montaña”.
“El trabajo literario de Josefa Zambrano ha permanecido en ese despiste sorprendente de los cenáculos literarios, que glorifican a tanto zoquete con ínfulas de autor y que premian el enconado arribismo del escritor en los pasillos del poder. A pesar de esos equívocos hace poco la Academia Venezolana de la Lengua la ha elegido miembro correspondiente por el estado Trujillo”.
“Muchos escriben para labrarse una reputación literaria, pero en el caso de Josefa Zambrano la cosa no funciona de esa forma tan simplista y carente de estilo. Creo que Josefa escribe para atrapar entre palabras esa realidad que se escapa por la ventana, que huye en los discursos del poder, y que ella conoce bastante bien; de esa realidad que a veces es un aforismo y otras una larga retahíla de lugres comunes. Escribe para ordenar la velocidad indescriptible del presente. Me aficioné a la escritura de Josefa Zambrano cuando leí su indefinible ensayo, relato, entrevista, indagación exhaustiva sobre un artista con el característico título: A. J. Fernández, “El hombre del anillo”: la magnífica y atroz bizarría del imaginario trujillano. En el texto condensa ese universo de lo estético, con sus contradicciones, errores y aciertos, a través de un pintor popular. La entrevista, que es una amalgama de cuento, ensayo, investigación y toda esa mezcolanza de géneros, es resuelta con una originalidad puntual y de una riqueza creativa tal que el lector se ve abrumado por lo que dice aquel hombre sencillo (en pugna con los ruidos mundanos del día a día y los demonios del arte) y por la manera como lo cuenta Josefa: sin dejar cabo suelto, sin dejar de inmiscuirse en los entresijos íntimos del creador, sin dar tregua ni conceder nada. Todo cocinado en ese fuego lento (e implacable) de la literatura”.
“Josefa Zambrano sabe que la realidad hay que pasarla a limpio cuando se escribe, hay que trabajarla con obstinada fragua desde el lenguaje, otorgándole una belleza inusitada, que se escapa a simple vista. Que la realidad a veces nos esquiva y que es necesario retenerla, por breves momentos, en la escritura, y vislumbrar de alguna manera esa belleza otra postulada por Lautréamont como “el encuentro fortuito sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas”.


"Enjambres" es novela oportuna del venezolano Edgar Borges


“Firmé mi nueva novela Enjambres con Altamarea Ediciones, un sello español que me interesa por su apuesta literaria ajena al ruido comercial que hoy inunda el mundo del libro. Comenzaron publicando obras de autores italianos que admiro (Pasolini. Pavese) y hoy suman autores españoles y latinoamericanos a su catálogo. Otro punto importante es que Altamarea llega a varios países de Latinoamérica”, nos escribe desde Madrid el escritor venezolano Edgar Borges. 
Enjambres es una novela que acontece a pulso entre una historia particular y un caos general. En el mundo estalla “la guerra del todos contra todos”; lo que comenzó como una conformación de bandos en torno a opiniones, terminó en combates cuerpo a cuerpo. Cualquier cosa, desde una nacionalidad hasta una opinión, puede ser motivo de guerra. En este contexto, un grupo de padres deciden mandar a sus hijos a refugiarse en la casa que uno de ellos tiene en un bosque. Cinco jóvenes se ocultarán del caos dentro de ese bosque; pero la huida impuesta desata otras motivaciones de fuga: el mundo adulto, la culpa de los padres, el fracaso del sistema”. 
“El grupo de mi novela no huye de la peste, como en El Decamerón, huye de “la guerra del todos contra todos”, lo que podría ser una crisis posterior a cualquier otra epidemia. Enjambres intenta desarrollar dos ideas: la fuga de la adolescencia hacia la infancia, y la guerra de opiniones que hoy domina la realidad. María José es el personaje por el que atraviesan las ideas de la novela; ella se encuentra entre dos direcciones: la infancia que dejó, con sus hazañas y los columpios voladores, y el mundo adulto enfrentado en micros guerras generalizadas. Creo que la sociedad se está desintegrando para conformar numerosos enjambres. Se están conformando tantos grupos como opiniones. Toda opinión hoy es motivo para crear un enjambre. El ruido es el escudo que impide conocer los argumentos del “enemigo”. Bajo esta premisa quería escribir una novela donde aconteciera una guerra entre vecindarios. Todo se cuenta desde la perspectiva de estos cinco jóvenes que habitan la casa del bosque”.
“En la novela nunca se dice exactamente por qué estallaron estas micro guerras generalizadas. Las causas sobrevuelan en las preguntas de los personajes. Que nadie se llame a engaño. El capitalismo no está en crisis, pues en sí mismo opera como una crisis para mutar, cual epidemia, cada vez que necesita sostener su nivel de producción. El enemigo que antes nos inventaban bajo distintas formas, ideas o identidades, ahora es invisible. Nos quieren educar para que aprendamos a vivir en crisis, como si de pronto el gran poder hubiera decidido que el presente será el siglo de las crisis. El enemigo invisible tiene la particularidad de que nos permite darle forma al miedo y esa forma siempre la tendrá lo más inmediato: familiares, vecinos o incluso nosotros mismos”.
“La presencia de la libélula es algo importante en la novela. La libélula es la comprensión profunda del significado de la vida; en la novela María José imagina libélulas, pero también las ve en la realidad del bosque. Las libélulas acompañan las distintas huidas de María José, la necesidad de vuelo del personaje”.
“En Enjambres extraños insectos invaden el bosque; nada es lo que parece, la propia naturaleza se ha vuelto una cosa extraña para la mirada de las personas. Un zumbido se convierte en otro personaje. María José cree que detrás de ese zumbido hay una clave, una pregunta con la que todos los bandos acorralan a cuanto individuo encuentran en el camino: Y tú, ¿con quién estás?”.



sábado, marzo 21, 2020

27 de marzo Día Mundial del Teatro 2020


El autor del mensaje del Día Mundial del Teatro del International Theatre Institut ITI, es el galardonado dramaturgo pakistaní Shahid Nadeem y hoy las publicamos porque los lectores deben meditarlas, especialmente los que realizan actividades artísticas como tal y sus espectadores en general.Y nosotros como periodista y dramaturgo aquí estamos, no podíamos obviar esta colaboración de la  teatrera Yahaira Salazar, desde aquel París con pandemia,además.
 El ITI fue creado por iniciativa del primer Director General de la UNESCO, Sir Julian Huxley, y del dramaturgo y novelista JB Priestly en 1948, justo después de la Segunda Guerra Mundial, y al comienzo de la Guerra Fría, cuando el Telón de Acero dividió el Oriente y Occidente. 
El objetivo de los fundadores de ITI era construir una organización que estuviera alineada con los objetivos de la UNESCO en materia de cultura, educación y arte, y que centrara sus esfuerzos en mejorar el estado de todos los miembros de las profesiones de las artes escénicas. Ellos concibieron una organización que creó plataformas para el intercambio internacional y para la participación en la educación de las artes escénicas, para principiantes y profesionales por igual, así como el uso de las artes escénicas para el entendimiento mutuo y la paz. El ITI se ha convertido en la organización más grande del mundo para las artes escénicas, con más de 90 Centros distribuidos en todos los continentes. 
Shahid NADEEM, El teatro como santuario.
Al final de una representación de la obra de teatro de Ajoka sobre el poeta sufí Bulleh Shah, un anciano, acompañado por un niño, se acercó hasta el actor que había interpretado el papel del gran sufí, “Mi nieto no se encuentra bien, ¿podría bendecirlo? dijo, El actor se sorprendió y contesto: "No soy Bulleh Shah, solo soy un actor que interpreta el papel". El anciano entonces contesto: "Hijo, no eres un actor, eres una reencarnación de Bulleh Shah, su Avatar".
 De repente, se nos ocurrió un concepto completamente nuevo de teatro, donde el actor se convierte en la reencarnación del personaje que interpreta. Explorar historias como la de Bulleh Shah, historias como esta existen  en todas las culturas y pueden convertirse en un puente entre nosotros los creadores de teatro, una audiencia desconocida pero entusiasta. 
 Mientras actuamos en el escenario, a veces nos dejamos llevar por nuestra filosofía del teatro, en nuestro papel como precursores del cambio social a veces  dejamos atrás a  gran parte de la comunidad. 
En nuestro compromiso con los desafíos del presente, nos privamos de las posibilidades de una experiencia espiritual profundamente conmovedora que el teatro puede proporcionar.
En el mundo de hoy donde la intolerancia, el odio y la violencia están en aumento, nuestro planeta se está hundiendo cada vez más en una catástrofe climática, necesitamos reponer nuestra fuerza espiritual. 
Necesitamos luchar contra la apatía, el letargo, el pesimismo, la avaricia y el desprecio por el mundo en que vivimos, por el planeta en el que vivimos. 
El teatro tiene un papel, un papel noble, debe dinamizar y hacer avanzar  a la humanidad ayudarla a levantarse antes de que caiga en un abismo. El teatro puede convertir el escenario en un templo, el espacio de actuación, en algo sagrado. 
En el sur de Asia, los artistas tocan con reverencia el piso del escenario antes de pisarlo, una antigua tradición en la que lo espiritual y lo cultural estaban entrelazados. Es hora de recuperar esa relación simbiótica entre el artista y el público, el pasado y el futuro. Hacer teatro puede ser un acto sagrado y los actores pueden convertirse en los avatares de los roles que desempeñan. 
El teatro tiene el potencial transformador de convertir la escena  en un santuario y ese santuario en un espacio de actuación.
 Biografía de Shahid Nadeem.
Shahid Nadeem, director de teatro y el más importante dramaturgo pakistaní, también dirige el famoso teatro Ajoka.
Shahid Nadeem nació en 1947 en Sopore, Cachemira. Se convirtió en refugiado a la edad de un año, cuando su familia tuvo que emigrar al Pakistán recién creado después de la guerra de 1948 entre India y Pakistán cerca del conflictivo estado de Cachemira. 
Vivió en Lahore, en Pakistán, donde realizó su maestría en psicología en la Universidad de Punjab. 
Escribió su primera obra de teatro como estudiante universitario, pero se convirtió en dramaturgo cuando comenzó a escribir desde su exilio político en Londres obras de teatro para la compañía  disidente paquistaní Ajoka, creada por Madeeha Gauhar, una activista, con la  que luego se casó. 
 Shahid Nadeem, ha escrito más de 50 piezas originales en punjabi y en urdu y varias adaptaciones de piezas de Brecht.
Ha colaborado con la Televisión paquistaní como productor y gerente. Ha sido encarcelado tres veces bajo diferentes gobiernos liderados por el ejército por su oposición al régimen militar y fue seleccionado como preso de conciencia por Amnistía Internacional. 
En la tristemente célebre prisión de Mianwali Jail, comenzó a escribir obras de teatro para los fines de semana producidos por y para los prisioneros. Más tarde trabajó como coordinador de campañas internacionales y ha sido responsable de la comunicación Asia Pacifico para Amnistía Internacional. Fue becario en el Getty Research Institute, International Pen, en los Estados Unidos y en el National Endowment for Democracy. 
También es miembro de la red "Teatro sin fronteras".
Las obras de Shahid Nadeem se han montado y publicado  en Pakistán e India. Sus obras también han sido montadas  y actuadas en el mundo entero incluyendo Bulha en el Hammersmith Teatro (Londres, Reino Unido), Tranvía (Glasgow, Escocia, Reino Unido) y Helsignor (Dinamarca), Amrika Chalo en el Center Davis for Performing Arts, Universidad de Georgetown, Washington (USA), Bala king en el Black Box Theatre (Oslo, Noruega), Burqavaganza en los Estados Unidos en El Bravo for Women Theatre (San Francisco), Acquital en Highways(Santa Monica).
Sus obras han sido traducidas al inglés y publicadas por Oxford University Press, Nick Hern Editores y en varias antologías. 
Recibió la Medalla Orgullo de Rendimiento en 2009 por el presidente de Pakistán. También ha dirigido obras para teatro y televisión y organizado el  Festival de Teatro por la Paz en India y Pakistán.  Colabora con los principales periódicos pakistaníes e hindúes y con el servicio BBC Urdu. Produjo documentales sobre temas culturales, en particular  sobre el museo de Lahore, las costumbres de Punjab, el poeta Iqbal y el pintor Sadeqain.
Las obras de Shahid Nadeem son muy apreciadas por su audacia en temas socialmente relevantes y a veces tabú como el extremismo religioso, la violencia hechas a las mujeres, la discriminación contra las minorías, la libertad de expresión, el clima, la paz y el sufismo. Varias  de sus piezas abordan las cuestiones de la separación del sur de Asia y el patrimonio cultural común de esta región. 
Combina hábilmente temas sociales y políticos contemporáneos con formas tradicionales y herencia popular para presentar un teatro entretenido e intelectualmente estimulante. La música forma parte integral de sus producciones teatrales. 
Enseña el arte de escribir en el Instituto Ajoka de Artes Escénicas y el Instituto de Arte y Cultura, en Lahore.
Versión en español: Yahaira Salazar, presidenta del Nuevo Centro ITI Venezuela. Instituto Internacional de Teatro ITI.Organización Mundial para las Artes de la Escena UNESCO.












lunes, marzo 16, 2020

Elio Palencia cuenta todo sobre su premiada obra Escindida

Elio Palencia feliz desde España.
El dramaturgo venezolano Elio Palencia está en Madrid y desde allá responde a unas preguntas sobre su pieza Escindida, la cual  fue estrenada e hizo temporada en el Centro Cultural Trasnocho, del 14 al 23 de febrero, en el Festival de Jóvenes Directores, ganándose varios merecidos galardones, entre ellos uno para su joven actor Jeizer Ruiz (@jeizer1).
 Nos dice Elio:
Cuando conocí La Habana en 1987 con Rajatabla y el montaje de Casas Muertas, en aquellos tiempos de nuestro inolvidable Carlos Giménez, la ciudad y su gente me enamoraron enormemente; establecí relaciones de amistad que continuaron y crecieron, y como lo que te enamora, deseas seguirlo, disfrutarlo y conocerlo más, regresé.
Escindida nace, pues, de una estancia que tuve en La Habana a principios de los noventa, justo cuando empezaba el llamado “Período Especial” (Después de la caída de la URSS y por tanto Cuba quedó sin ese respaldo económico en medio del bloqueo); una estancia de privilegio, entonces, porque pude quedarme con familias amigas, integrarme y vivir la fantasía de “mimetizarme” en la cotidianeidad; “pasar por un habanero más” en unos tiempos en los que como turista no era nada fácil. Pues, ese viaje fue una inmersión interesantísima que me regaló muchas sensaciones, constataciones, negaciones, dudas, experiencias de autoconocimiento y de profunda humanidad… pero, sobre todo, me generó interrogantes. Y, claro, a mí las interrogantes me inquietan, quiero responderlas… y ahí está el teatro, la escritura como posibilidad para ponerlas a jugar en función de la dialéctica de dramático, del ver “qué pasa”, de poner gente a hablar en medio de situaciones e intentar observar, entender aunque sea un poco.
Empecé a escribirla en 1991, justo al llegar a Caracas, pero percibí que no expresaba, ni en forma ni en contenido, aquello que se movía dentro de mí y que se alejaba de tajantes blancos y negros, que conllevaba a matices, ruido y silencios, ambigüedades y entrelíneas… ¡y ya sabemos lo incómodas e inasibles que resultan tanto las ambigüedades como las entrelíneas! Insistía, pero nada. La aparqué. Dos años después decidí retomarla, sacarme eso de dentro. Ya vivía en Madrid con la experiencia tanto de la emigración propia como de la cubana (era época de una diáspora enorme, la del hambre) y de la relación con cubanos de dentro que venían de viaje a eventos teatrales del CELCIT y el FIT de Cádiz, me sentía con más herramientas y me puse a ello. Me costó muchísimo encontrar una forma que expresara algo que trascendiera –sin excluirlas- fáciles posiciones polarizadas o deterministas, que se remitiera a sensaciones y preguntas… que rezumara humanidad (finalmente, como concluyó Cabrujas, sobre todo “el teatro es la gente”) y por tanto no desestimara lo impreciso, los agujeros negros, lo indeterminado… eso que puede dar placer, pero también incomodar”.
La mejor forma que encontré fue tomar mi premisa en la que estaban una familia, sus sueños y frustraciones, la precariedad y el hambre… y me acerqué a autores maestros (entonces, participaba de un taller de dramaturgia), me dispuse a jugar al homenaje tanto con la densidad beckettiana o brechtiana, como con la performance, la intertextualidad o la ligereza de la conga, el drama costumbrista y el sainete… Gracias a jugar a ese eclecticismo y persistir en él  –con los escollos y dolencias, pero también alegrías que significa jugar con materiales tan diversos, y tú lo sabes- fue que pude poner “fin” en un borrador, que después trabajé y más tarde envié al Premio Marqués de Bradomín para Jóvenes Autores Teatrales de España, e inesperadamente –no muchos extranjeros lo habían ganado- me lo otorgaron. La editaron y el premio en metálico me dio para vivir varios meses y conocer parte de Marruecos. En algún periódico español, alguien me nombró como “el escritor cubano…”. Supongo que algo parecido le habrá pasado a Rómulo Gallegos cuando escribió Una brizna de paja en el viento, a raíz de su vivencia como exiliado en La Habana. Hasta ahora no se había estrenado, sólo alguna lectura dramatizada en público. Cuando gané el premio, se la envié a Rajatabla –una de mis casas- y sé que la leyeron, pero entonces ya no estaba Carlos Giménez. Estoy seguro de que él hubiese cuando menos propiciado su producción. Un par de directores talentosos y que respeto me habían halagado pidiéndomela para llevarla a escena, pero es una pieza tan fronteriza desde el punto de vista ideológico y estético que la “obvia ubicación” de los interesados me parecía muy peligrosa para los matices que siempre he cuidado como esencia de la pieza. Además de esto el momento y contexto en el que me la pidieron, también hicieron que me abstuviera de autorizarlo. Algo que quizás les fue difícil de comprender pero preferí no correr el riesgo de que un texto mío se prestara a la propaganda y mucho menos defender a algún polo, cosa que no deja de ofender a la inteligencia. Las circunstancias han cambiado y los tiempos también”.
Ahora, un joven director, Francisco Aguana, se ha visto conmovido por ella –cosa que me halaga, extraña y produce curiosidad- y me ha parecido pertinente abrirla la puerta para jugar con ese texto, hacer su primera propuesta a partir de él, arriesgarse y comprometerse con un proceso en el que un creador –y más si cuando sucedieron los hechos que la inspiraron no había nacido- tendría muchos retos por delante. Quedó seleccionado para el Festival y me parece estupendo que esté poniéndole al alma, en una época en la que ese tipo de teatro es muy difícil de producir sin apoyos públicos o privados. Se ha gestionado un elenco muy bueno y un equipo de profesionales con ilusión y esperanza. De modo que todo ese riesgo me produce respeto y admiración, al igual que su carrera como actor y por ello le he prestado todo el apoyo que me ha sido posible. Hacer algo así es esperanzador no sólo para el teatro y las artes, sino para todo lo mejor que pueda visualizarse como futuro en el país.
Y para cerrar, te cuento que el año pasado escribí un musical de pequeño formato para un director venezolano que vive en Londres y tres cantantes líricos de Madrid. Y ahora me encuentro rayando algunas hojas y tecleando acerca de estampas y personajes de un pasado más o menos cercano, algo muy íntimo, pequeñito (lo llamo “un cuadrito”) que me permite moverme lo más libremente que puedo en mi memoria y en los temas que generalmente me mueven… y en el autoconocimiento (Sócrates, delante jajaja) …no mucho más.
Gracias, Edgar.        


domingo, marzo 15, 2020

Big espera su turno para conocer Caracas

Victor Vegas y su Big esperan turno para venir a Caracas

¿Cuál es su balance en lo personal y en lo profesional con respecto a su inmigración a Europa?
Víctor Vegas, a quien conocemos desde hace varios años, respondió así:
El próximo mes de octubre de 2020, Irma, mi esposa, y yo cumpliremos 12 años viviendo en España. Mientras pensaba en cómo responder a tu pregunta, he recordado que en 2014, con motivo de nuestro sexto aniversario de haber arribado a Madrid, colgué en mi blog un post en el que, entre otras cosas, declaraba lo siguiente: “Echando una rápida mirada a los últimos seis años, no puedo más que decir que esta ciudad nos ha recibido con los brazos abiertos. Hemos conocido gente nueva, generosa y amable, alguna de las cuales consideramos ya nuestra amiga. Hemos tenido la oportunidad de crecer como profesionales y seres humanos. Hemos ganado en experiencia vital y calidad de vida…”. Seis años después de haber hecho aquella declaración no puedo más que ratificarla. Las expectativas con las que pisamos el aeropuerto de Barajas, hace casi doce años ya, se han ido materializando de un modo acompasado. Y creo que no exagero al afirmar que lo han hecho incluso por encima de lo que esperábamos. Y en todo este tiempo hemos seguido ganando amigos y creciendo como personas y profesionales. Yo he seguido publicando libros y hasta he encontrado la oportunidad de volver a hacer una de las cosas que más me gusta hacer después de escribir: dirigir teatro.
¿Qué es lo que ha pasado con su novela Me llaman Big que ahora será teatro?
La historia que se cuenta en Me llaman Big, o más bien su personaje principal, Big, ha tenido un extraño y complejo recorrido. Se trata de ese tipo de cosas raras que a veces suceden porque sí y que uno apenas puede explicar. Big nació como personaje de una de mis piezas de teatro que escribí cuando aún vivía en Caracas. Tiempo después volvió a llamar a mi puerta pero esta vez para ser el protagonista principal de mi segunda novela publicada en España y ahora se ha convertido en el personaje alrededor del cual gira un montaje que estamos preparando y que se titula Big. Con este montaje de alguna manera el círculo se cierra. La idea de dicha puesta surgió a raíz de la presentación de la novela que hicimos en Madrid, en la que invité a un buen amigo actor, David Hernández, a escenificar una de las pantomimas que vienen en el libro. Te recuerdo que Big es un mimo que crea espectáculos para representarlos ante niños que viven en situación de riesgo en países que se encuentran en guerra. Y aunque el tema principal de la novela es la guerra, en ella se abordan otros asuntos entre los cuales el mundo de las artes escénicas es uno de ellos. David (un hombre de teatro con una formación y una experiencia teatral envidiables) y yo quedamos tan satisfechos con el resultado que luego nos propusimos ir más lejos y encarar un montaje en el que prescindiéramos de la palabra y dejar que los gestos y el movimiento del cuerpo fueran los que contaran las vicisitudes por las que atraviesa Big. La puesta en escena cuenta además con música original y una realización videográfica que acompañan y ayudan a David a relatar sobre el escenario la historia de Big. La banda sonora ha sido compuesta por Víctor Geyser, un joven y talentoso músico madrileño que nos complace haya aceptado unirse al equipo y con cuyo trabajo estamos encantados; la realización videográfica ha corrido por cuenta del propio David. El espectáculo tiene una carga visual, auditiva y poética importantes, que esperamos haga de él una experiencia sobrecogedora para el público espectador. Al principio realizamos mucho trabajo de mesa. Durante aquellos primero días David y yo tuvimos muy claro el concepto de espectáculo que deseábamos para nuestro montaje. Él por supuesto había leído la novela y se había enamorado de su protagonista. David es un actor muy físico, fiel representante de la escuela de Grotowski, y eso me hizo pensar, cuando lo vi actuar por primera vez, que podría interpretar estupendamente, en un montaje teatral, a Big. El pasado mes de febrero realizamos en el centro cultural Carril del Conde un ensayo general con público y a través de los comentarios que recibimos de amigos y allegados nos han permitido constatar que vamos por buen camino. Y esto que, aclaro, por motivos técnicos de la sala, no nos fue posible mostrar la realización videográfica que acompaña de principio a fin al espectáculo. Consideramos que todavía se trata de un trabajo “in progress”, sin embargo, David y yo estamos contentos e ilusionados con lo conseguido hasta el momento.
¿Cómo se presenta el panorama para los intelectuales latinoamericanos y en particular para los venezolanos?
En España hay siempre un interés por lo que viene de América Latina. Ediciones Huso, la editorial con la que publico actualmente, también ha publicado a otros autores latinoamericanos. Pienso que el éxodo que viene produciéndose en Venezuela desde mediados de los años dos mil ha contribuido a que, de una forma u otra, la literatura hecha por escritores venezolanos se esté conociendo más allá de las fronteras del país. Ahora puedes ver que autores coterráneos son publicados no solo aquí en España sino en otros países de gran tradición literaria como Argentina, México, Colombia o Estados Unidos, sin mencionar las traducciones que de la obra de estos mismos autores se están realizando a otros idiomas. Tal vez me equivoque, pero creo que en ningún otro período de nuestra historia contemporánea se había publicado a tantos autores venezolanos fuera del territorio nacional como se ha hecho en estos últimos años.
¿Qué ha pasado con su novela aquí en Caracas?
Ignoro si Me llaman Big llegará algún día a las librerías de Caracas y del resto del país. Ojalá. En la actualidad la editorial está haciendo un gran esfuerzo con el fin de distribuir su catálogo en América Latina. Desde mayo del año pasado, por ejemplo, Me llaman Big puede adquirirse en Perú a través de la cadena de librerías Books & Co. y este año, en abril, arribará a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires de la mano de Panoplia de Libros.
¿En qué nuevo proyecto estás metido?
A finales del año pasado acabé de escribir un nuevo libro. Se trata de una colección de relatos breves que venía trabajando desde hace tiempo. Contiene una variedad de cuentos que van de lo fantástico, pasando por lo realista, hasta incluir algún que otro texto de ineludible crítica social. Pero pese a esta variedad, el libro conserva una unidad indiscutible puesto que siempre intento trabajar mis textos desde la idea del todo. Además, le he puesto punto y final a una nueva pieza de teatro. Ahora conservo a ambos proyectos metidos en un cajón, en reposo, antes de encarar con ellos el proceso de revisión. Por otra parte, entre mis planes para este año están el de retomar la escritura de una novela que me está dando bastante batalla y la idea para otra pieza de teatro. Como verás, en cuanto a proyectos literarios, estoy servido.
En lo que respecta a las artes escénicas, la prioridad en el corto plazo es completar el montaje de Big. Nuestro objetivo, de ser posible, porque desde luego no depende tan solo de nosotros, es estrenar a lo largo de este año. Adicional a este nuevo espectáculo, la actriz Estela Perdomo y yo nos hemos propuesto la tarea de desempolvar nuestro montaje de Baby Boom en el Paraíso y llevarlo otra vez a los escenarios. Durante el pasado mes de enero hicimos temporada en la sala OFF Latina y el viernes 6 de marzo estuvimos en el Teatro Víctor Fernández Gopar invitados por el Cabildo de Lanzarote, en donde nos han recibido maravillosamente: el teatro lleno y con el público aplaudiendo de pie al finalizar la representación. Te confieso que ha sido una de las mejores funciones que hemos dado en los casi cinco años que llevamos girando con este espectáculo. Nuestra idea era continuar moviéndolo por teatros y salas de España, pero ante la crisis sanitaria que se acaba de decretar en todo el país, y que al parecer se extiende al resto del mundo, solo nos queda la incertidumbre. Un montón de dudas se han cernido sobre nosotros y nuestros proyectos. El cierre de salas y teatros, sumado a la cancelación de cualquier evento cultural, lamentablemente no hace presagiar un futuro halagador para el sector acá en España, que dicho sea de paso, apenas estaba aún en vías de recuperación de la crisis anterior. Por ahora solo nos resta esperar y seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades. En las actuales circunstancias no podemos hacer otra cosa.

sábado, marzo 14, 2020

Para no olvidar a Cabrujas

Cabrujas,el inolvidable.
Nada mejor que recordarlo en estos tiempos de revolución ya que no podemos contactarlo en el más allá, en ese espacio ignoto de las ondas gravitacionales donde está  su voz ronca, agorera y entusiasta. Murió vivo y legó vastísima obra literaria que lo sobrevive. Nació el 17 de julio de 1937 en Caracas y le falló el corazón en Porlamar, el 21 de octubre de 1995. Era José Ignacio Cabrujas, vitriólico y original intelectual que amó demasiado a esta Tierra de Gracia y quien sí enseñó las claves de su método, cabrujiano, para interpretarla. Lo recordamos hoy para  que nadie, inteligente y además patriota,  lo borre de sus agendas y menos en este año cuando se cumplen 25 años de su desaparición física.
Imposible evocar a Cabrujas sin aludir al crítico Leonardo Azpárren Giménez, quien, auspiciado por la Universidad Simón Bolívar, adelantó la compilación de toda su obra teatral, y la periodista y escritora Yoyiana Ahumada porque en su libro  El mundo según Cabrujas , importante  compendio de 320 páginas, impresas por Editorial Alfa, con textos ineludibles que recogen las impresiones de una de las intelligentzias más complejas y brillantes del siglo XX criollo; ahí reposa una parte de la consecuencia del periplo intelectual y humano del legendario autor de  El día que me quieras , Acto Cultural , Profundo El Americano Ilustrado, para citar algunas piezas memorables de ese mural de la Gran Venezuela que nos enseñó a conocer y amar. Pero dejemos que sea esta apasionada trabajadora cultural quien revele más detalles sobre esta joya literaria nacida de un acto de amor.
Vigencia de un autor
La colega Ahumada puntualizó que cuando un investigador se obsesiona con un autor, y eso es exactamente “lo que me ha sucedido a mí. Desde mi tesis de Magister Literarae en la Universidad Simón Bolívar, hasta los artículos que he escrito, los seminarios etcétera, me han permitido descubrir claves cabrujianas sobre una de las intelligentzias más completas del siglo XX venezolano como lo fue, o lo sigue siendo Cabrujas”.
Pero Ahumada  no propone a Cabrujas como modelo, “porque en su permanente juego dialéctico, y su brillante juego paródico, siempre marcó distancia con voces como la de Arturo Uslar Pietri, que fungía de una especie de oficiante del “deber ser” del venezolano. Cabrujas rompió con el modelo del intelectual distante del país, del venezolano de a pie y se puso de tú a tú con él. Creo que las nuevas generaciones deberían estudiarlo para comprender las claves del fracaso del proyecto de Venezuela como país, para profundizar en los tópicos sobre los cuales hemos construido la idea de la venezolanidad y el porqué de nuestras taras: la provisionalidad, la distancia entre las instituciones y el individuo; el fracaso de esas propias instituciones, el concepto del Estado Mágico; el país como lugar de paso, la ciudad del “mientras tanto y por si acaso”, el redentorismo entre otras. Comparto lo de que dice el escritor Alberto Barrera Tyzka en cuanto a que “El Estado del Disimulo”, una entrevista realizada en el marco de la Comisión para la Reforma del Estado (1987) debería ser un texto fundamental en el bachillerato”.
¿Vale la pena recordar a Cabrujas, cuando no lo montan con la frecuencia que se merece?
El hecho de que no lo lleven a escena es un tema que habría que preguntarse, y siempre me ha llamado la atención que salvo Profundo y por supuesto su obra más famosa, El día que me quieras, sean las únicas que se hayan montado  varias veces. El Trasnocho Cultural ha hecho varios homenajes a través de lecturas dramatizadas y montajes, pero hasta ahí llega. Pienso en  Acto Cultural  (mi favorita) que hoy día tiene mucha vigencia, mucho que decirle al país sobre un proyecto cultural que a troche y moche se quiere imponer al país. Me refiero al anacronismo de la cultura endógena de pájaros guarandoles, y chiriguares, de un teatro político mediocre; y marcado por una orientación del “prolet kult”. Creo en la resistencia cultural e insisto ir en contra de la desmemoria. ¿Qué es lo importante de Cabrujas?
-Cabrujas me apasiona en primer lugar porque desde el punto de vista dramatúrgico es un genio que combina con maestría el manejo de técnicas modernas de intervención ficcional, como la parodia, la ironía, etcétera, con géneros aparentemente arcaicos como el sainete. Su construcción de personajes es muy profunda y ese es un gran hallazgo que no se repite en otros autores venezolanos, la construcción de personajes que llegan a convertirse en arquetipos Pío Miranda por ejemplo. Son personajes con los cuales el autor te permite establecer empatía porque son como uno, meten la pata, con una ingenuidad, que sólo te despierta compasión y ese giro ya los hace inolvidables y profundamente humanos.
En cuanto a los argumentos indudablemente la capacidad de “historiar” el teatro es extraordinaria, de que la historia nacional le sirva como telón de fondo para un argumento es un teatro enraizado en la venezolanidad para hurgar en esa Gran Historia, la de Eduardo Blanco o Gil Fortoul y parodiarla, y decirnos “mira epa no sigas creyendo que somos un país grande”, sino un gran país mediano donde un protocolo, como el de Rojas Freire, borra 300 mil kilómetros del Esequibo porque se derramó una compota de hicacos como en la escena de  El americano ilustrado . Cuando llevaron a escena  El día que me quieras, yo la veía y decía está hablando de Pío Miranda, un comunista que ni siquiera leyó el Manifiesto, que ni sabía por qué lo era. Símbolos vaciados de significado. Así mismo desde el punto de vista de la estructura dramática Cabrujas y eso lo recoge buena parte del trabajo crítico sobre su obra está construida como una partitura porque era melómano y erudito de la ópera.
Cabrujas publicó casi todas sus obras y otros libros, entre ellos recordamos: Profundo,  Acto Cultural,  Fiésole,  El día que me quierasUna noche orienta,  El Americano IlustradoAutorretrato de artista con barba y pumpá y Sonny. Y un libro póstumo,  Latinoamérica inventó la telenovela, resultado de un taller que dictó sobre “El Libreto de Telenovelas”, en el Instituto de Creatividad y Comunicación (ICREA).
Para el crítico Azpárren Giménez,   El Americano Ilustrado  es la coda del conjunto de obras que hicieron de él un dramaturgo indispensable. La historia de los hermanos Lander y sus relaciones con Antonio Guzmán Blanco, el Ilustre Americano, trasciende los enredos de la intriga para presentar el mundo de privaciones, anhelos y frustraciones de los personajes. Arístides y Anselmo Lander no resuelven, al igual que los personajes de obras anteriores, sus incompetencias en sus vidas privadas, en particular las relaciones con la pareja, al tiempo que su proyección pública, uno Ministro de Asuntos Exteriores y el otro Obispo, termina siendo un grotesco lamentable.