miércoles, octubre 31, 2018

El método Moisés Kaufman

Caraqueño nacido  el 21 de noviembre de  1963.

Nunca un teatrero venezolano llegó tan lejos en Estados Unidos, pero el éxito no ha cambiado la personalidad de Moisés Kaufman (Caracas, 21 de noviembre de 1963). Él ha reconocido que su venezolanidad está muy adentro y, después de largos 30 años de ausencia, aún se considera venezolano y “eso será hasta siempre, hasta el día que me muera. Además eso me hace feliz y diferente al resto de mis colegas aquí en Nueva York, donde además añoro las playas de mi país, entre otras cosas”.
No le gusta que se lo recuerden, pero hasta ahora es el único caraqueño que ha logrado estrenar en Broadway, pero como director ya había debutado con una pieza que fue premiada (I am my own wife de Doug Wright), a la cual después mostró en el Festival de Caracas 2006.
Kaufman ahora es noticia porque la familia de Matthew Shepard, protagonista temático de su pieza más reconocida e internacional, The Laramie Project, ha llevado sus cenizas a las Catedral Nacional de Washington, en una ceremonia con centenares de personas, porque ya es todo un símbolo de la lucha por los derechos gays en Estados Unidos. Esa obra teatral, llevada al cine, fue el primer montaje de Kaufman que vimos en Nueva York. Y fue su definitivo lanzamiento al estrellato, que precisamente él no perseguía.
"Hace años, precisamente durante unos días de abril de 1987, me presenté por última vez en un escenario criollo. En ese entonces yo era el protagonista de la comedia El enfermo imaginario, de Moliere, espectáculo que dirigía mi maestro Fernando Ivosky. Después regresé, al mismo sitio, a la Sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas en el año 2006, pero para mostrar uno de mis más exitosos espectáculos, I Am My Own Wife, de Doug Wright, actuado por Jefferson Mays, quien en dos actos plasma la historia del transexual Charlotte von Mahlsdorf, ser extraordinario que logró sobrevivir a las dictaduras de los nazis y los comunistas en su Alemania natal.
Está satisfecho por lo logrado en sus décadas de estudio y trabajo en Nueva York. "Siempre se comienza con mucha fe en el trabajo y especialmente en las artes narrativas, que son la base del teatro mismo. Es la importancia de contar cuentos, de reanimar la historia, de tratar de comprendernos y de comprender a los demás. Y cuando el trabajo trasciende y lograr llegar al público, es muy emocionante. Es una de las pocas veces cuando uno se siente parte de la humanidad. Me parece que a eso aspiramos todos. Ya sea que tengamos a un espectador en la platea o a un millar".
El triunfo no lo ha envanecido y es por eso que se niega a hablar de claves o secretos para el oficio teatral exitoso, pero revela que tiene "anclas o nortes que lo han guiado y lo guiarán siempre: el primero es seguir indagando: ¿Qué es el teatro? ¿Cómo contamos cuentos en el escenario? ¿Cuál es la magia del arte escénico y qué cuentos se benefician de ser contados desde un escenario? Estas preguntas nos llevan un cuestionamiento formal: ¿Cómo logramos que el teatro, en un mundo contemporáneo que está en las manos del cine y la televisión, mantenga un diálogo con el riguroso planteamiento estético? Creo que mucho de nuestro trabajo tiene resonancia porque sigue un riguroso planteamiento estético. Y la otra razón es que los temas que trato de abarcar deben permitirnos dialogar con un público de hoy. Necesito que el material al cual nos dedicamos sea válido en nuestro momento histórico. Esas anclas han sido los fundamentos de mi trabajo y de mi organización".
Las palabras de Moisés Kaufman sobre su estética están corroboradas por lo que ha mostrado sobre el escenario. Buscó temas que atrajeran al público y lo hizo con la etapa trágica de Oscar Wilde, la sórdida tortura y crucifixión del joven Matheus Shepard y la rocambolesca vida del travestí Charlotte von Mahlsdorf (Lothar Berfelde). Tres homosexuales, de tres épocas y tres diferentes países, son los protagonistas de esa trilogía que lo catapultaron porque el público los "devoró" e incluso uno, The Laramie Project, está ahora en las videotecas y es símbolo de esa América oscura, excluyente, que está ahí, agazapada, para dar otro zarpazo cuando menos lo espera la gente.
¿Existe el Método Moisés Kaufman?
“Poco a poco se genera un método. Sí, mi grupo Tectonic Theater Project da clases a cientos de estudiantes al año, es porque esa gente sí está interesada en seguir nuestra investigación teatral. Dictamos talleres en Estados Unidos para enseñar los métodos que hemos usado para crear nuestras obras. Muchos de nuestros cuestionamientos del teatro son válidos para diferentes tipos de trabajos escénicos. Nuestro trabajo se basa en una indagación profunda de lenguajes teatrales, porque queremos saber cómo seguir avanzando, aun cuando el cine y la televisión se han convertido en importantes creadores de narrativas audiovisuales, nos preguntamos todavía: ¿Qué le queda al teatro? ¿Para qué hacemos teatro? O, quizás más importante: ¿para qué vamos al teatro? Todo mi trabajo de los últimos 20 años se ha basado en esas preguntas. Partimos de preguntarnos ¿cómo hacemos un teatro diferente al cine y la televisión e incluso a la Internet de los actuales momentos y qué puede hacer el teatro que no pueda hacer ni el cine, ni la televisión, ni la Internet? ¿Podemos otorgarle al teatro la posición de vanguardia que tiene o que ha tenido? ¿Cómo hacer para que el teatro vuelva a participar enérgicamente en un diálogo en la sociedad en que se desarrolla?
Kaufman asevera que uno de los graves problemas del actual teatro es que se desarrolla en lenguajes realistas o naturalistas, géneros que el cine o la televisión hacen mucho mejor que el mismo teatro. “¿Cuáles son los lenguajes o vocabularios teatrales que tenemos que investigar o que tenemos que inventar para seguir manteniendo el teatro con nivel en el siglo XXI? Yo pienso que todo depende de la técnica de trabajo y, por supuesto, los conceptos que se aplican. Generalmente, en Estados Unidos, se agarra un texto teatral y se entra a una sala y después de cuatro semanas de ensayos se ha montado un espectáculo. Eso hace que la mayor parte del teatro que se representa sea un teatro basado en textos, pero ¿qué pasaría si ingreso en un sala de ensayo sin ese texto pero sí con un plan claro para una auténtica creación teatral?”.
Precisa que gracias al método que él y su equipo aplican, buscan cuales son las formas realmente teatrales o cómo construir lenguajes teatrales. “Todas las técnicas que usamos es para descubrir cómo se escribe teatro y no cómo se escribe un texto. Todas las técnicas que hemos desarrollado son para explorar profundamente cómo escribir teatro y no cómo escribir textos teatrales .Mi anhelo más importante es reinventar lo que es el teatro y como se puede lograr que el teatro sea vigente y mágico y que sea un lugar donde podamos tener la conversación más importante de nuestra sociedad”.
¿Satisfecho?
No, no estoy satisfecho y el día que lo llegue a estar dejaré de trabajar; por ahora, pues, no estoy satisfecho y sigo trabajando.



Jorge Cogollo ahora trabaja con Hamlet en Alemania


 El teatrero Jorge Cogollo (Caracas, 1986), desde Ciudad de México, comunica que uno de sus textos teatrales está siendo presentado en Europa. Se trata de El ojo de Hamlet.
 ¿Quiénes la hacen y quienes son ellos?
Dos grandes amigos del teatro,  el Chino Monagas y Cynthia Sholz, quienes  migraron a Alemania hace  cuatro años  y han hecho alianzas con grupos teatrales, y con sus ganas  de mantenerse cerca del escenario, luchan contra todo para seguir con el discurso. Y afortunadamente se van instalando entre otros grupos teatrales europeos.
 ¿De qué escribes en esa obra?
La obra es una alianza con Shakespeare; nos permitimos inyectarle al clásico nuestra contemporaneidad y nuestro dolor.  El Hamlet que construimos se inicia cuando es exiliado de Dinamarca, pero este Hamlet se niega a regresar a Dinamarca, el exilio lo ha convertido en un cobarde, ya no tiene su corona del príncipe. Se dice la obra que él ya pertenece a ningún lugar, y mientras Dinamarca estalla por culpa de un Claudio   ineficiente, él se queda limpiando la barra de un bar esperando que los días pasen. Ofelia lo espera con locura, y en forma de una Penélope guerrera reclama su regreso. 
 ¿Qué futuro hay con ese espectáculo y ha pensado que se pueda hacer o mostrar aquí, en Caracas?
 El recorrido de este Hamlet, mi Hamlet, por ahora no deja de darnos sorpresas. Porque fue estrenada en una pequeña sala donde apenas entraban cinco personas, y ahora en noviembre comenzará una gira por tres ciudades europeas que serán Dortmund, Bochum y Duisburg. Acompañados del grupo teatral Artscenico, el proyecto crece con firmeza. Por ahora físicamente la obra no estará en Venezuela pero sí virtualmente, a que me refiero con esto. El chino Monagas y Cynthia aprovechando el poder de conexión que tienen las redes han decidido construir un dispositivo escénico, con cámaras y micrófono que permite proyectar la obra en vivo por Facebook, logrando que la obra se ha vista en otros espacios, con otros amigos y por supuesto con nuestros iguales venezolanos. Cabe destacar que la obra para los actores plantea el reto que está contada en dos idiomas, en alemán y en español, acentuando tal vez uno de los grandes problemas que se enfrenta un migrante: el idioma.
 ¿Por qué camino o vereda o autopista andan sus otros proyectos teatrales?
Por ahora esta alianza hecha entre el Chino y  Cynthya  se  mantiene; estamos eligiendo entre dos proyectos de mi autoría, uno se llama Ciudades, que son  tres venezolanos  conversando por internet y cada uno habla de la imposibilidad que tiene para encontrarse, uno de ellos se encuentra en México, otro en Alemania y otro en Venezuela. La otra es un Ulises, que llamamos Los migrantes también aman, con una Penélope que espera y un guerrero que se debate en cuál es el momento de regresar. Con un amigo residenciado en Miami estamos viendo la posibilidad de trabajar en una versión de La hora menguada  de Rómulo Gallegos, traerla a una ciudad cerca del mar, inventando dos mujeres que esperan siempre en el mismo día, que construyen siempre la noche de fin de año. Y siempre con los grupos teatrales de Venezuela, tratar de no perder contacto: Jennifer Morales trabaja en una obra que hasta ahora se llama Una comedia menor. Es un rockero que ha pasado ya la edad famosa de los 27 años y se niega a dejar el sueño de la música para entregarse al mundo real.
¿Cómo van sus cosas personales en ese México tan pujante, donde se vive y se ama al lado del monstruo gringo?
En México estoy intentando entender a esta ciudad enorme, donde las distancias son casi incalculable, en la simpleza de conocer amigos nuevos, de entender una cultura mágica, probando todos los platos de comida posible, viendo los altares del día de los muertos, reconociendo la simpleza de los encuentros, de los besos cerca de una bandera que no es mía, extrañando siempre amigo. Trabajo en un bar que tiene su propio editorial, que hace poco me invitaron actuar en la feria del libro de Zócalo; estuvo divertido; hice una pequeña versión del Circo ausente, para recordar como el cuerpo acciona desde la calle. Sigo también en una escuela, donde imparto la asignatura de teatro. En fin descubriéndome en otro fragmento, para poder levantarse con más fuerza que la noche anterior.
CODA
 A manera de colofón podemos recordar que la inconclusa obra creativa y gerencial del teatrero Carlos Giménez sigue gravitando positivamente, a casi 25 años de su salida hacia el infinito, en esta segunda década del siglo XXI. No todo se ha perdido en este carnaval de estúpidos egoísmos donde todos participamos. Hay artistas que se formaron y ahora por sus propios méritos y sacrificios reclaman su puesto en el desarrollo de las sufridas artes escénicas venezolanas.
Es el caso de este artista múltiple, Jorge Cogollo, a quien conocimos y ponderamos cuando era el actor protagonista de históricos espectáculos infantiles como Oliverio y Simón, logrados por el programa social Niños Actores de Venezuela, cuando tenía ocho años y  era dirigido por Roberto Stopello.

miércoles, octubre 24, 2018

José Gil Fortoul ha regresado

José Tomas Angola Heredia en su rol del histórico Gil Fortoul.

Sus cultivados cacúmenes les han permitido materializar en diversos escenarios, para el natural disfrute de los espectadores, sus versiones y visiones teatrales sobre Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Diógenes Escalante, Camilo José Cela, Marcos Pérez Jiménez, Isaías Medina Angarita, Estrella Serfati (la romántica madre biológica de Isaac Chocrón) y, más recientemente, a José Gil Fortoul.
Nos referimos, por supuesto a Javier Vidal Prada y Federico Pacanins, respetables artistas de la escena vernácula empeñados en acrecentar la teatralidad criolla a partir de las conspicuas sagas de esos personajes históricos a quienes lograron evocar en sendos textos representados durante las últimas temporadas. Una prueba innegable de que sí aman y quieren lo mejor para sus connacionales.
El más reciente  de  los eventos teatrales que aquí hemos evocado es precisamente una  pulcra aproximación de Pacanins sobre el legendario Gil Fortoul, nacido en Barquisimeto, en 1861 y muerto en Caracas, hacia 1943, cuyo fin último es, nada más y nada menos, que   representar, de una manera emblemática las contradicciones de los intelectuales venezolanos de los últimos 200 años, esos que quisieron estar con Dios y con el Diablo sin comprometerse para no salir canonizados ni chamuscados, como bien nos apuntó  precisamente el primer actor José Tomás Angola Heredia, quien le ha dado una respetable presencia escénica para la breve temporada de El duelista, en el excelente espacio teatral que dispone la Asociación Cultural Humboldt, en la avenida Juan Germán Roscio de San Bernardino.
 Angola Heredia ha subrayado que Gil Fortoul era un hombre de enorme cultura, quien cultivó casi todas las áreas humanísticas de su tiempo, sin embargo, aunque fue un adelantado y descolló en unas áreas de la historia y el derecho, fue menos que un mediocre en otras, como la poesía. Hombre al servicio de la pluma, no escatimó en tomar la espada para lances personales. Librepensador y creyente ferviente de la libertad individual, respaldó, apoyó y colaboró con dos regímenes políticos autocráticos y brutales como lo fueron el de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. En el de este último llegó a ser incluso Presidente "de utilería" y armarle todo el tinglado constitucional para que el general Gómez se quedara en el poder de forma vitalicia, como subrayara el mismo Angola Heredia, aunque como mandatario firmo un decreto que estimó a la educación primaria como una condición primordial para las instituciones republicanas y democráticas.
 Para el autor Pacanins, Gil Fortoul, quien escribió pensando en la posteridad, vivió siempre pendiente de la fugaz y efímera apariencia personal, usando un estrafalario bisoñé para tapar la temprana calva, o bañándose en perfume francés dizque para huirle a la vejez. Se ha dicho que en Gil Fortoul cohabitó lo divino y lo profano en una dialéctica perpetua y sin solución. Era un bastión del positivismo, que aunque está superado permitió cimentar a la razón, la ciencia y la experiencia como fuentes del conocimiento, desechó el espectro intangible, metafísico y espiritual del hombre. La hermenéutica se encargaría luego de ampliar los caminos del conocimiento e integrar todos estos ámbitos con la racionalidad, diría Angola Heredia, quien viene precisamente de teatralizar y encarnar a Ernest Hemingway, nada menos.
El montaje de este unipersonal, donde el personaje real es el propio Gil Fortoul en el baño de su casa, a quien lo acompaña la aparición de Lola, una significativa mujer, podría haber sido más rico o placentero si se hubiese usado el video mapping para recrear algunas de las facetas de este hombre que murió a los 82 años en su residencia, en el Country Club. No obstante fluye sin mayores contratiempos por la fuerte presencia que le da Angola Heredia.
Este espectáculo sobre Gil Fortoul obliga a pensar y repensar, pues, lo que han sido, lo que son y lo que pueden llegar a ser los intelectuales en la vida pública de Venezuela, especialmente por sus relaciones en el Poder. Un tema fantástico para cualquier dramaturgo, un tema que es necesario para la cultura misma del pais venezolano, un tema que Shakespeare y Moliere afrontaron y lucharon para superar a sus jefes o reyes. Pero eso será con otra obra, por supuesto.
Por ahora El duelista cumple con su cometido: una faceta, en el postrer momento de la vida misma del protagonista, toda una personalidad que tuvo su vital importancia y por lo cual se le recuerda ahora.

lunes, octubre 22, 2018

Santana sigue esperando

Aquí Santana, desde la Villa del Cine,  otro de sus proyectos, se despidió de su país.
El fantasma del dramaturgo y guionista de cine Rodolfo Santana (Caracas, 24 de octubre de 1944/Guarenas, 21 de octubre de 2012) recorre escenarios y también oficinas públicas y privadas de productores y empresarios teatrales. No descansará todavía, a pesar de haber muerto durante un no tan lejano mes de octubre, porque se marchó sin culminar uno de sus más ambiciosos proyectos: la institucionalización del Festival Nacional de Teatro Venezolano. Sí, institucionalizarlo, o sea dotado de un presupuesto proveniente del Estado y adecuado para lo que ese ambicioso proyecto cultural exige y, por si fuera poco, libre de rémoras y alcabalas que suelen casi siempre ahogar proyectos semejantes.
Santana luchaba para que, cada dos años, las salas teatrales de Caracas y otras ciudades albergaran los montajes de los dramaturgos nacionales y de esa manera hacer conocer al público la existencia del pensamiento, el sentimiento, la historia y los mitos de los hijos e hijas de esta Tierra de Gracia, poetizados y convertidos en espectáculos.
Logró la promesa de recursos económicos y físicos, además de logísticos, para ese gran evento teatral, y solo faltaba que fijaran la fecha y las respectivas convocatorias destinadas a los teatreros y la organización de sus agendas de trabajo. Inicialmente el Estado avaló el proyecto y algunas progresistas instituciones se iban a sumar a tan magna empresa impresionadas ante esa “hemorragia teatral” que se avecinaba y de la cual la televisión y el cine sacarían obvios beneficios.
Por eso ahora su fantasma esta por ahí merodeando y maquinando para que no lo echen al olvido, lo encarpeten o lo pospongan para la próxima semana. En Venezuela es larga la historia de instituciones culturales que se hundieron tras la desaparición de sus gestores, dañando así a nuevas generaciones y echando cenizas sobre esas memorias positivas para la identidad nacional.
.DRAMATURGUIA
Rodolfo Santana aclaraba que el teatro fue, es y será intrincado, tanto que su acceso se vuelve misterioso por lo que abarca. Él, que pergeñó no menos de 100 textos, además de 13 guiones cinematográficos, afirmaba que “ante las complicaciones que ofrece el arte teatral, lo más habitual es ubicar sus aportes a nivel de maricones exhibicionistas u orgias post estreno. Me perdonaran los poetas y narradores venezolanos, pero Cabrujas Chocrón, Chalbaud, Rengifo, Ott, Viloria, Agüero y otros más, constituyen una parte sustancial de la cultura venezolana”.
Lo que pasa, insistía, “también es que el dramaturgo latinoamericano posee una minusvalía extraordinaria. Por lo general se le considera un extraviado entre la literatura y el mal decir. Una excrecencia al pie de una columna dórica. He visto dramaturgos extraordinarios como Tito Cossa -estrenado en todo el mundo-confesando atributos de galeote y peón de arte. Y no es raro. Los dramaturgos latinoamericanos, con buenas obras, debemos enfrentarnos a la estulticia de los directores, a los planos del lenguaje convencional de las instituciones, al terrible hermetismo de las editoriales. El crítico Rubén Monasterios, a los autores de los años 70 nos denominó “dramaturgos de gaveta”, un término que, personalmente, he utilizado para saltar sobre la humillación de crear sin ningún sustento”.
Así, pues, esta Rodolfo Santana, a la espera de que sus obras puedan seguir llegando a sus compatriotas.

sábado, octubre 20, 2018

CABRUJAS 23 AÑOS DESPUÉS


Este próximo 21 de octubre se cumplen 23 años de la muerte de Cabrujas (1937-1995). Actor, guionista de cine y tv, dramaturgo y articulista. En todas las facetas su talento destacó notablemente. Imposible olvidarlo. ¡Qué falta hace!  Nos lo recuerda precisamente ese intelectual de obra propia  que es Rafael Arráiz. 
Nada mejor que recordarlo en estos tiempos de revolución ya que no podemos contactarlo en el más allá, en ese espacio ignoto de las ondas gravitacionales donde está  su voz ronca, agorera y entusiasta. Murió vivo y legó vastísima obra literaria que lo sobrevive. Nació el 17 de julio de 1937 en Caracas y le falló el corazón en Porlamar, el 21 de octubre de 1995. Era José Ignacio Cabrujas, vitriólico y original intelectual que amó demasiado a esta Tierra de Gracia y quien sí enseñó las claves de su método, cabrujiano, para interpretarla. Lo recordamos hoy para que nadie, inteligente y además patriota,  lo borre de sus agendas y menos en este año cuando se cumplen 22 años de su desaparición física.
Imposible evocar a Cabrujas sin aludir al crítico Leonardo Azpárren, quien, auspiciado por la Universidad Simón Bolívar, adelantó la compilación de toda su obra teatral, y la periodista y escritora Yoyiana Ahumada porque en su libro  El mundo según Cabrujas, importante  compendio de 320 páginas, impresas por Editorial Alfa, con textos ineludibles que recogen las impresiones de una de las intelligentzias más complejas y brillantes del siglo XX criollo; ahí reposa una parte de la consecuencia del periplo intelectual y humano del legendario autor de  El día que me quierasActo CulturalProfundo El Americano Ilustrado, para citar algunas piezas memorables de ese mural de la Gran Venezuela que nos enseñó a conocer y amar. Pero dejemos que sea esta apasionada trabajadora cultural quien revele más detalles sobre esta joya literaria nacida de un acto de amor.
Vigencia de un autor
La colega Ahumada puntualizó que cuando un investigador se obsesiona con un autor, y eso es exactamente “lo que me ha sucedido a mí. Desde mi tesis de Magister Literarae en la Universidad Simón Bolívar, hasta los artículos que he escrito, los seminarios etcétera, me han permitido descubrir claves cabrujianas sobre una de las intelligentzias más completas del siglo XX venezolano como lo fue, o lo sigue siendo Cabrujas”.
Pero Ahumada no propone a Cabrujas como modelo, “porque en su permanente juego dialéctico, y su brillante juego paródico, siempre marcó distancia con voces como la de Arturo Uslar Pietri, que fungía de una especie de oficiante del “deber ser” del venezolano. Cabrujas rompió con el modelo del intelectual distante del país, del venezolano de a pie y se puso de tú a tú con él. Creo que las nuevas generaciones deberían estudiarlo para comprender las claves del fracaso del proyecto de Venezuela como país, para profundizar en los tópicos sobre los cuales hemos construido la idea de la venezolanidad y el porqué de nuestras taras: la provisionalidad, la distancia entre las instituciones y el individuo; el fracaso de esas propias instituciones, el concepto del Estado Mágico; el país como lugar de paso, la ciudad del “mientras tanto y por si acaso”, el redentorismo entre otras. Comparto lo de que dice el escritor Alberto Barrera Tyzka en cuanto a que “El Estado del Disimulo”, una entrevista realizada en el marco de la Comisión para la Reforma del Estado (1987) debería ser un texto fundamental en el bachillerato”.
¿Vale la pena recordar a Cabrujas, cuando no lo montan con la frecuencia que se merece?
-El hecho de que no lo lleven a escena es un tema que habría que preguntarse, y siempre me ha llamado la atención que salvo Profundo y por supuesto su obra más famosa, El día que me quieras, sean las únicas que se hayan montado  varias veces. El Trasnocho Cultural ha hecho varios homenajes a través de lecturas dramatizadas y montajes, pero hasta ahí llega. Pienso en  Acto Cultural  (mi favorita) que hoy día tiene mucha vigencia, mucho que decirle al país sobre un proyecto cultural que a troche y moche se quiere imponer al país. Me refiero al anacronismo de la cultura endógena de pájaros guarandoles, y chiriguares, de un teatro político mediocre; y marcado por una orientación del “prolet kult”. Creo en la resistencia cultural e insisto ir en contra de la desmemoria.
¿Qué es lo importante de Cabrujas?
-Cabrujas me apasiona en primer lugar porque desde el punto de vista dramatúrgico es un genio que combina con maestría el manejo de técnicas modernas de intervención ficcional, como la parodia, la ironía, etcétera, con géneros aparentemente arcaicos como el sainete. Su construcción de personajes es muy profunda y ese es un gran hallazgo que no se repite en otros autores venezolanos, la construcción de personajes que llegan a convertirse en arquetipos Pío Miranda por ejemplo. Son personajes con los cuales el autor te permite establecer empatía porque son como uno, meten la pata, con una ingenuidad, que sólo te despierta compasión y ese giro ya los hace inolvidables y profundamente humanos.
En cuanto a los argumentos indudablemente la capacidad de “historiar” el teatro es extraordinaria, de que la historia nacional le sirva como telón de fondo para un argumento es un teatro enraizado en la venezolanidad para hurgar en esa Gran Historia, la de Eduardo Blanco o Gil Fortoul y parodiarla, y decirnos “mira epa no sigas creyendo que somos un país grande”, sino un gran país mediano donde un protocolo, como el de Rojas Freire, borra 300 mil kilómetros del Esequibo porque se derramó una compota de hicacos como en la escena de  El americano ilustrado . Cuando llevaron a escena El día que me quieras, yo la veía y decía está hablando de Pío Miranda, un comunista que ni siquiera leyó el Manifiesto, que ni sabía por qué lo era. Símbolos vaciados de significado. Así mismo desde el punto de vista de la estructura dramática Cabrujas y eso lo recoge buena parte del trabajo crítico sobre su obra está construida como una partitura porque era melómano y erudito de la ópera.
Cabrujas publicó casi todas sus obras y otros libros, entre ellos recordamos: ProfundoActo CulturalFiésoleEl día que me quierasUna noche orientalEl Americano Ilustrado, Autorretrato de artista con barba y pumpá y Sonny. Y un libro póstumo, Latinoamérica inventó la telenovela, resultado de un taller que dictó sobre “El Libreto de Telenovelas”, en el Instituto de Creatividad y Comunicación (ICREA).
Para el crítico Azpárren Giménez, El Americano Ilustrado es la coda del conjunto de obras que hicieron de él un dramaturgo indispensable. La historia de los hermanos Lander y sus relaciones con Antonio Guzmán Blanco, el Ilustre Americano, trasciende los enredos de la intriga para presentar el mundo de privaciones, anhelos y frustraciones de los personajes. Arístides y Anselmo Lander no resuelven, al igual que los personajes de obras anteriores, sus incompetencias en sus vidas privadas, en particular las relaciones con la pareja, al tiempo que su proyección pública, uno Ministro de Asuntos Exteriores y el otro Obispo, termina siendo un grotesco lamentable


miércoles, octubre 17, 2018

Vigente "Fresa y chocolate"

Una obra y su espectáculo que obligan a reflexionar al público venezolano.
Este es el valioso y hasta original menú cultural que Héctor (Rodríguez) Manrique y su Grupo Actoral 80 le han brindado a los teatromaníacos de Caracas durante los diez primeros meses del histórico año 2018, desde las salas del Trasnocho Cultural: La foto, aleccionador melodrama de Gustavo Ott sobre curiosa y  lamentable crisis familiar que estalla por una fotografía transmitida desde un celular; Sangre en el diván, desopilante monólogo cómico sobre el legendario psiquiatra criollo Edmundo Chirinos, basado en memorable entrevista periodística de Ibéyise Pacheco; Los hombres de América, nostálgica comedia de Fausto Verdial sobre lo que sucede con unos migrantes españoles en la caraqueña parroquia La Candelaria, precisamente cuando muere el general  Francisco Franco; La piedra oscura, del hispano Alberto Conejero, patético melodrama sobre la trágica noche del ultimo amante de Federico García Lorca, y cierra Fresa y chocolate, agridulce comedia de Senel Paz  sobre la aguda homofobia que imperaba en Cuba durante los tiempos cuando Fidel Castro gobernaba en la patria de José Martí.
Una prueba evidente de como el buen teatro comercial, ese que hace con recursos privados y la taquilla de los espectadores, sí es viable en la capital de los venezolanos. Y lo que falta ahora es más gente, financiada por el Estado y los productores privados, para que la cartelera sea más generosa en calidad y cantidad con los habitantes de esta urbe venezolana, sin olvidar que puede ser llevada a las ciudades vecinas.
Y exaltamos aquí y ahora la tarea artística y profesional de Manrique y su equipo humano, quienes además han llevado sus montajes a Miami y Ciudad de México, porque hemos vuelto a ver Fresa y chocolate, un montaje estrenado durante la temporada 2014, que todavía permite más lecturas y reflexiones sobre la homofobia, la cual no ha desaparecido de la faz de la Tierra porque sirve todavía para otros oscuros fines de discriminación y dominación con el pretexto de la conducta sexual.
A buena hora, el teatro criollo tercia y acentúa su presencia en la lucha que se libra en el mundo contra ese crimen de odio que es la homofobia; enfermedad psicosocial que se caracteriza por tener una profunda aversión hacia los homosexuales, otra más de las manifestaciones del fascismo. Conocen los teatreros que el mundo se divide entre países que persiguen la homosexualidad y los que reconocen y amparan los derechos de gays y lesbianas, pero que en unos y otros persiste el odio hacia las relaciones íntimas entre seres del mismo sexo. Y por eso los hacedores de las artes escénicas están en combate.
ANTIHOMOFOBIA
El grupo Actoral 80, con su líder Héctor Manrique a la cabeza, ingresó oportunamente a la liza anti homofóbica con el excelente espectáculo teatral Fresa y chocolate, del cubano Senel Paz (1950) durante la temporada 2014. Y ahora, mucho mejor actuado por Daniel Rodríguez, Juan Vicente Pérez y Anthony Castillo, y con la pulcra producción de Carolina Rincón, se presenta en la temporada 2018.
Fresa y chocolate - nació del cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo y después se hizo cine (1994) gracias a los directores Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío- regresó al teatro Trasnocho para plasmar la cruda realidad social de la Cuba revolucionaria, durante varias décadas del siglo XX. Exhibe la relación de amistad que brota y se establece entre Diego, artista gay que cree en la libertad y trata de ejercerla, y David, estudiante universitario cargado de prejuicios en contra de la homosexualidad, quien además sigue las orientaciones del régimen castrista. La personalidad racional y desenfadada y tierna de Diego penetra y conquista  finalmente la mentalidad del revolucionario  David, quien reevalúa sus concepciones no solo de la homosexualidad, sino también sobre lo que significa ser un auténtico revolucionario, a pesar de su homofóbico compañero Miguel quien planea utilizarlo para espiar a Diego, persona a quien el régimen considera "aberrante y peligrosa”. El desenlace es el nacimiento de una fuerte amistad entre Diego y David, quienes se separan porque el artista gay sale de la isla en pos de otras metas.
No tiene Fresa y chocolate  un final edulcorado ni nada que se le parezca, solo una propuesta para que el público analice y tome una posición, porque sí  entre los antiguos romanos, griegos, chinos y egipcios la homosexualidad  era solo una manifestación más de la sexualidad  del ser humano, sin calificativos ni otra relevancia, las religiones judeocristianas y la era moderna hicieron cambiar tal situación, hasta castigar, censurar y prohibir tal expresión, por intermedio de la homofobia, que puede incluso llevar a la cárcel o a la muerte. En Cuba el odio ha disminuido porque incluso Fidel Castro admitió que su régimen se excedió y hasta una sobrina suya, Vilma Castro Espín, ahora es líder y defensora de los derechos de los LGTB. ¡No todo se perdió!
El montaje venezolano que deja sin aliento al público por la veracidad de su representación, exalta el talento que como sobrio puestista y director de actores tiene Manrique y las notables condiciones que han desarrollado Rodríguez, Pérez y Castillo. ¡Verlo es decir no a la homofobia!
Respetable trabajo artístico que ahora busca llegar a más espectadores venezolanos con su oportuno mensaje antihomofóbico y contra todas las discriminaciones. 
CODA
Hay que recordar al público venezolano que aunque la homofobia está prohibida en Venezuela, según la Carta Magna de 1999, esa enfermedad esta tan enraizada en que la sociedad venezolana, que pasaran muchas generaciones hasta que el respeto hacia los demás sea norma de vida y para lo cual la educación, y en especial las artes, son las herramientas fundamentales.
Y es por todo eso que Manrique y el GA 80 han insistido en escenificado Fresa y chocolate. Creen y manifiestan que “la razón fundamental para montar esta obra es que en la sumatoria de todas las voluntades estará la solución de nuestros problemas como sociedad, en Fresa y chocolate se ejemplifica como la marginación en cualquiera de sus estados sólo lleva a la fractura íntima y pública del hombre y esas fracturas y desarraigos llevan al empobrecimiento de las personas”.  Y reiteran que “el amor es una fuerza modificadora. Creemos que si hay algo que le está haciendo falta a nuestra sociedad es el respeto a la vida, a las ideas de los demás, porque nos enriquecen”.

Prosigue en temporada "Oscuro, de noche" en el teatro Alberto de Paz y Mateos

El elenco, el autor y el director de Oscuro,de noche.

 Tras tres semanas de funciones a sala llena, la Compañía Nacional de Teatro continuará presentándose en el teatro Alberto de Paz y Mateos, hasta el 4 de noviembre, con su más reciente espectáculo Oscuro, de noche, un texto de Pablo García Gámez que ganó el Premio Apacuana de Dramaturgia Nacional 2017, el cual ha sido llevado a escena por Carlos Arroyo y es actuado por el elenco estable de la CNT.
 Oscuro de noche es la trágica historia de Kenny, un trabajador bancario, de 25 años, que es asesinado en una avenida para robarle su moto, y de todas las vicisitudes que tienen que afrontar sus familiares y amigos para recuperar su cadáver y lograr darle cristiana sepultura.
Es, pues, un obra dramática, no convencional, donde el autor García Gámez apunta a la médula de la esfera privada de una familia que ha sido desequilibrada o herida.  El detonante es el hecho que le ocurre al Kenny y lo que importa es ver qué pasa en el mundo de su madre Zenobia, su padre Cristóbal, su abuela Mercedes y su novia Lucía, además de toda una serie de trabas burocráticas que surgen para complicar las exequias.
En un Oscuro de noche trabaja un doble elenco por lo cual ahí participan los comediantes Francis Rueda, Adriana Bustamante, Luis Domingo González, Gustavo Rengel, Ariana León, Dora Farias,  Marxlenin Cipriani, Randymar Guevara, Gustavo Meléndez, Trino Rojas, Kala Fuenmayor, Adrián Jiménez, Angélica Rinaldi, Yordano Marquina, María Tellis, María Brito, Andy Pérez, Vito Lonardo y Jorge Canelón. La música es, sin duda alguna, un creativo ensamble y el vestuario es de la Compañía Nacional de Teatro, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
La temporada de Oscuro de noche es de jueves a domingo, a las 4PM, a lo largo de este mes de octubre, en el teatro Alberto de Paz y Mateos - donde se expende la boletería a 50 bolívares soberanos -el cual está ubicado, entre la Avenida La Colina y la avenida Andrés Bello, en la  Prolongación Los Manolos.  Urbanización Las Palmas. Hay un Metrobus, el Nº 314., que sale del estación Plaza Venezuela.




sábado, octubre 13, 2018

El mapa mundial de la homofobia


Ahora que hace temporada,en el Trasnocho Cultural, la pieza teatral Fresa y chocolate, basada en una etapa difícil para los homosexuales de la Cuba revolucionaria, conviene recordar que existe un Mapa Mundial de la Homofobia, que alude a los países donde se puede perder la vida por ser gay.
En Irán, Arabia Saudí, Yemen o Somalia la homosexualidad se castiga con pena de muerte. En otros países como India o Uganda se castiga con penas de cadena perpetua.
La expresión “concierto de las naciones” -naciones unidas o desunidas- es especialmente atonal si de hacer “derecho estadístico” sobre homofobia se trata. ¿Qué países tienen y no tienen leyes del tipo matrimonio igualitario y antidiscriminación? ¿Desde cuándo y con qué alcances concretos? ¿En qué estados hay pena de muerte por relaciones entre personas del mismo sexo y en cuáles desde la constitución para abajo, la exclusión de personas gays, lesbianas y bisexuales queda explícita o implícitamente sancionada? ¿Qué hay más allá de la letra grande y la letra chica?
Por esta razón, desde hace 12 años ILGA -la asociación internacional de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex- elabora un informe anual, el “Estudio jurídico mundial sobre orientación sexual en el derecho: criminalización, protección y reconocimiento”. Esta vez, la federación fundada en 1978 convocó como uno de los dos autores a un abogado argentino especialista en derechos sexuales, Lucas Ramón Mendos. Fiel (sí, fiel) seguidor de las estratagemas discursivas del Papa Francisco sobre “putismo” y afines (razón por la que fue entrevistado en este suplemento un tiempo atrás), Mendos, profesor universitario y activista gay, integró la relatoría LGBT de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y trabajó por mail para ILGA junto al irlandés Aengus Carroll, consultor en temas de orientación sexual, identidad de género y diversidad corporal.
Juntos, en apenas meses, construyeron un documento de 200 páginas, disponible gratis en la web y en seis idiomas, capaz de otorgar fuentes confiables a investigadores, ONGs, aliadxs y lectorxs. A menudo, los números que proporcionan los informes ILGA (otro de sus trabajos es específicamente sobre identidades) son reproducidos en discursos periodísticos y pronunciamientos varios, de allí que la precisión intente ser total. 
A modo de prólogo, los responsables de esta edición se encargan de aclarar que Oriente y Occidente viven una marcada polarización en esta materia, ya que en las zonas geopolíticas en las que vienen dándose avances es posible detectar una acentuación de los mismos, pero pasa exactamente lo contrario del otro lado del respeto, donde cada vez más hay mayor rechazo y persecución a la disidencia sexual. A mayo de 2017, existen 72 estados susceptibles de ser clasificados como estados que criminalizan las relaciones sexuales consensuales entre personas adultas del mismo sexo (el recorte, quirúrgico, es fundamental para entender los límites de esta empresa investigativa): 24 países de África, 13 de Asia, 6 de América y 2 en Oceanía. En más de la mitad, la sanción abarca también las relaciones entre mujeres. El caso de Egipto, en el que estos vínculos están penalizados de hecho y no de derecho, queda incluido. A lo largo de 2016, muchos medios informaron sobre los 13 Estados que aplican pena de muerte a los homosexuales. 
En rigor, estados soberanos y miembros de Naciones Unidas, son 4: Irán, Arabia Saudita, Yemen y Sudán. Luego, en Somalía y Nigeria se aplica sólo en 2 provincias y en Irak y en el norte de Siria, hay pena de muerte a gays aplicada por tribunales locales, vigilantes ad hoc o agentes no estatales. En este sentido, deviene interesante citar los casos de 5 países adscriptos a la interpretación de la Shari’a (el cuerpo máximo del oxímoron máximo, el “derecho islámico”) y pensar en los montajes “cinematográficos” de Isis que dominan la web (lanzamiento a fosas e incineraciones de gays, por ejemplo): en Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Mauritania, la interpretación de esa “carta magna” celestial habilita condenas a muerte (y por supuesto, no se las cuentan a Ilga). 
En 124 países legalizaron ya las relaciones sexuales de “iguales” pero sólo en 23 estados hay boda, porque reina la unión civil mucho antes que el casorio (incluso, la adopción sí y el matrimonio jamás). Uno de los casos más encendidos del año pasado fue el de Italia donde, Vaticano mediante, sigue siendo impensable otra instancia que no sea el papelito de la mera convivencia y paremos de contar. 
Un ítem especial de este informe lo ocupan las denominadas “terapias de conversión” (evangelistas y religiosas en general, a veces políticas y de salud): están prohibidas por ley en la Argentina, Brasil, Ecuador, China, Taiwán y Malta (habrá que ir a “curarse” a otro lado). Y si de región se trata, ILGA 2017 recuerda que tanto en Bolivia como en Ecuador, por ejemplo, las constituciones nacionales contienen disposiciones tendientes a proteger de la discriminación por orientación sexual a sus ciudadanxs. Sí, Bolivia y Ecuador, donde ni asoman otras medidas parecidas y donde, con frecuencia, sus líderes políticos rechazan discusiones semejantes. La hiperinflación legal no tiene, siempre, correlatos concretos y si para algo contribuyen estos documentos es para pensar y repensar qué pedidos hay detrás de cada pedido, toda vez que cualquier Estado devuelve (o no) derechos que antes, se encargó de quitar. 


viernes, octubre 12, 2018

Tecoven debutó en El Toboso de Petare

Los integrantes de Tecoven no  tienen miedo a las fotografías grupales.


Tecoven es el acróstico que los diligentes integrantes de la agrupación Teatro Comunitario Venezolano han ideado para identificarse públicamente y además exhibirse, por ahora, en las diversas comunidades del municipio Sucre, revela el promotor cultural y artístico Keudy López.
 Sucre tiene no menos de un millón de habitantes y es uno de los 21 municipios pertenecientes al Estado Miranda. Está compuesto por las comunidades de Caucaguita, Filas de Mariches, La Dolorita, Leoncio Martínez y el más popular y conocido Petare, por su histórico origen aborigen.
Subraya López que el debut de Tecoven se realizó hace pocos días, después de varios meses de reuniones y ensayos, en los espacios de la  Casa Hacienda El Toboso, más conocida como la casa del célebre pintor Salas Tito Salas.  Y  es por eso que recuerda como el municipio Sucre es un amplia conglomerado de comunidades para lo cual, precisamente, Tecoven busca recuperar con sus espectáculos al espacio público comunitario, el cual  está compuesto por las plazas, los parques y las calles, además de otras áreas destinadas para las actividades deportivas y sociales.
Tecoven, que se dio a conocer con su montaje Petare, un amor que apenas empieza, cuyos textos y acciones físicas fueron forjados y creados por sus integrantes, cuenta con el firme apoyo de la Compañía Nacional de Teatro y anhela descubrir la musicalidad y la teatralidad de ese municipio mirandino, para lo cual también ha recibido el vigoroso respaldo de la Gobernación de Miranda, la Alcaldía de Sucre y la Misión Cultura del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
 Por ahora Tecoven cuenta  orgullosamente entre sus filas a John Jairo Rivera, Betsy Yurima Briceño, Juli Jaimes Ávila, Johali Isabella Garcia, Génesis Camaripano, Rosa Virginia Maestre, Maura Johnson, Lactenia Espinoza, Rosalinda Cedeño, Iraima Carrillo de Garcia, Luis Cipriano Perez, Carmen Alicia Bernet, Antonio José Garcia, Wilson Garcia Maestre, Heira del Valle Cedeño, Irene Ortega, Ramón González, Felix Mauricio Briceño, Cristina Samuel Rojas, Albany Francheska Rojas, Eduardo David Rojas y Geysimar Camaripano. Todo un apasionado y bullicioso colectivo de adultos y jovencitos interesados en sistematizar sus conocimientos y además aportar sus experiencias existenciales, para plasmar así, desde la escena, “el alma viva de Petare”, que no es otra cosa que las historias vivas y vividas de su gente, con sus lenguajes y sus peculiares maneras de expresar sus sentimientos, especialmente su musicalidad. 

sábado, octubre 06, 2018

José Gil Fortoul está de regreso

El original y el actor para ser vistos en la Caracas del siglo XXI
El teatro caraqueño, para no hablar del que se hace en alguno otro de los 335 municipios venezolanos, es noticia permanente. ¿Qué, cómo, quién lo hace o lo gesta o quién lo disfruta?  Son algunas preguntas que no responderemos ahora. Y nos dedicaremos a solo anunciar que ya regresa El duelista, según informa José Tomás Angola Heredia, teatrero muy activo en los últimos tiempos.
¿De dónde salió El duelista, donde usted es el protagonista escénico?
Es una aproximación de Federico Pacanins sobre el legendario José Gil Fortoul, nacido en Barquisimeto, en 1861 y muerto en Caracas, hacia 1943, y pretende representar, de una manera emblemática las contradicciones de los intelectuales venezolanos. Hombre de enorme cultura, cultivó casi todas las áreas humanísticas de su tiempo: del derecho a la sociología, de la creación literaria a la historia, de la filosofía a la crítica. Sin embargo, aunque fue un adelantado y descolló en unas áreas de la historia y el derecho, fue menos que mediocre en otras, como la poesía. Hombre al servicio de la pluma, no escatimó en tomar la espada para lances personales llegando incluso a escribir un Tratado de Esgrima. Librepensador y creyente ferviente de la libertad individual, respaldó, apoyó y colaboró con dos regímenes políticos autocráticos y brutales como lo fueron el de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. En el de este último llegó a ser incluso Presidente "de utilería" y armarle todo el tinglado constitucional para que el general Gómez se quedara en el poder de forma vitalicia. Guaro de pura cepa, venezolanista convencido, y formado académicamente en Caracas, al regresar de su largo periplo por Europa llegó con un acento afrancesado que no perdió en toda su vida, y que fue motivo de burla por muchos. De obra intelectual trascendente que escribió pensando en la posteridad, vivió siempre pendiente de la fugaz y efímera apariencia personal, usando un estrafalario bisoñé para tapar la temprana calva, o bañándose en perfume francés para huirle a la vejez. En Gil Fortoul cohabitó lo divino y lo profano en una dialéctica perpetua y sin solución. Era un bastión del positivismo
¿Hay que aplicar las teorías positivistas para entender a Venezuela ?  
 Como bien mencionas, Gil Fortoul es uno de los personajes del positivismo en Venezuela. Su pensamiento, adscrito a esta escuela, le permitió llevar la historiografía nacional a terrenos científicos por lo que se le considera uno de los padres de los estudios modernos de historia. Sin embargo el positivismo también es responsable de ciertos prejuicios que incluso hoy perduran. Prejuicios como que nuestra mezcla étnica (entonces llamada de razas) conspiraba contra nuestra capacidad de progresar o superarnos como sociedad, o que la falta de estaciones del clima en nuestra latitud, nos condicionaba a no tener visión de ahorro o mentalidad planificadora del futuro. Eso llevó a Gil Fortoul y otros intelectuales a creer en el eurocentrismo, y a predicar la preterida tesis del "Gendarme necesario" en la política. El positivismo está superado pues si bien permitió cimentar a la razón, la ciencia y la experiencia como fuentes del conocimiento, desechó el espectro intangible, metafísico y espiritual del hombre. La hermenéutica se encargaría luego de ampliar los caminos del conocimiento e integrar todos estos ámbitos con la racionalidad. 
¿Cómo están elaborados obra y espectáculo?  ¿Fechas de la temporada y el elenco?
La obra es original de Pacanins, siendo él también su director, quien la escribió inicialmente pensando en el querido Cayito Aponte. Como un homenaje a su larga carrera artística y para su lucimiento. En esa época yo fungía de director y Cayito la protagonizaría. Tuvimos una lectura del texto, pero entonces Cayito ya empezaba a acusar las dolencias que finalmente nos lo arrebataron. No pudo asumir el proyecto. Con pocos meses para el estreno, Federico propuso un enroque que produjo este espectáculo: me ofreció el personaje de Gil Fortoul mientras que él enfrentaría el reto de dirigirla. Me gustó mucho el resultado. Me permitió explorar mis capacidades y limitaciones para interpretar a un hombre de 80 años en el último día de su vida. Federico se vale de esa anécdota para hacer un recorrido por la vida del intelectual, un recorrido que también descubre una Venezuela, una forma de ser, una sociedad, un tiempo que irónicamente tiene mucho de común con nuestro presente. A Gil Fortoul lo visitan apariciones de su memoria, como el padre Carlos Borges, sacerdote de vida disipada y sensual, poeta y orador incendiario, interpretado por Salvador Pérez Castro. O "Lola", suerte de símbolo en donde Pacanins resume todos los amores y las musas del sabio, papel que representa Valentina Garrido. De su cotidianidad está "Candelaria", idealización del femenino caraqueño de entonces, interpretado por Sandra Yajure. Como suele ser habitual en las producciones de Federico, la música juega un papel central. Todos los detalles se han cuidado con mucho esmero: el vestuario de época es responsabilidad de Fabiola Neri, así como la reconstrucción física de Gil Fortoul. La escenografía está firmada por el maestro Freddy Belisario. La iluminación es de Manuel Troconis. El trabajo de video y escenografía virtual de José Martínez, y la producción general es de Carlos Silva.
El espectáculo El duelista se estrenó el año pasado, pero fue durante la época de las grandes protestas, así que Federico decidió reestrenarlo el sábado 20 de octubre en la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino, en una breve temporada de solo cuatro funciones, sábados y domingos a las 11 am.
¿Cómo puede pasar de la escritura a la dirección y ahora a la actuación?  ¿En qué rubro se siente mejor?
En el teatro me pasa algo parecido como en la literatura. Algunos me preguntan cómo puedo pasar de la poesía a la narrativa. Y realmente no tengo respuesta para ellos. Hay temas que demandan ser enfrentados desde el verso, y esos asuntos me obligan a escribirlos así. Otros solo tienen entidad en la prosa y la narración. Me siento escritor, creo serlo y todo surge desde esa parcela de la creación, pero el ser director (oficio en el que tengo casi 30 años) me permite plasmar con mayor libertad lo que se expone en el texto. La dramaturgia del director, el ser puestista, es quizá otra faceta del escritor. Con el rol de actor pasa algo distinto. Darle vida, sentir, pensar, padecer, lo que ha sido escrito es una oportunidad única para un dramaturgo de descubrir la verdad en un personaje. Es como el científico que diseña un cohete, pero tiene la maravillosa oportunidad de subirse a él y pilotarlo. Saber en carne propia cómo asciende, cómo vuela, como orbita es una suerte única. Sin embargo formalmente no me considero actor. Se lo digo a mis compañeros de tabla, actores y actrices magníficos que respeto mucho. Es un oficio que amerita un gran talento y una gran disciplina. Lo respeto mucho para usurparlo. Me veo más como un turista en el país del actor.
¿Y después que hay en camino?  
El 2019 será un año de mucho teatro. La sociedad artística que tengo con Federico Pacanins, un hombre de y para la cultura, nos permite soñar en muchos proyectos que de otra manera serían imposibles. Proyectos de arte en donde participan instituciones de gran prestigio como la Asociación Cultural Humboldt (que cumple 70 años en el 2019), o ascendentes figuras de la escena como Elizabeth Yrausquín y su grupo Asklepión. Es una sociedad en donde nadie pierde su independencia o libertad creativa, pero que aúna esfuerzos para establecer programaciones con altos valores artísticos, cosa que es vital y necesaria en nuestro teatro. Para nosotros en 2019 habrá mucho Shakespeare, Goethe, Thomas Mann, Brecht pero también muchos autores nacionales como Leoncio Martínez, Arturo Uslar Pietri y Eduardo Casanova. Yo por lo pronto reestreno una pieza de mi autoría que se presentó por vez primera en 1995 en la Sala Rajatabla, y luego fue publicada en España en 1999, El Molino. Inspirada en la historia real de un militar venezolano, José de Jesús Sánchez Carrero, que fue a luchar con los franceses en la Primera Guerra Mundial, y murió heroicamente en la aterradora campaña del Chemin des dames, en la legendaria batalla del Molino de Laffaux. Ese argumento me permitió explorar temas como qué era el heroísmo, qué significa el valor o el sacrificio, o cómo la guerra es siempre una lucha en donde el enemigo es uno mismo. En esta obra extremaremos el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la escena de una forma nunca vista en nuestro teatro. Eso ocurrirá en el primer trimestre de 2019.



miércoles, octubre 03, 2018

De la calle al teatro

Pablo García Gámez, dramaturgo criollo que vive en Nueva York.

 El teatro venezolano del siglo XXI tiene otro dramaturgo comprobado desde el escenario como consecuencia de un sensato y dinámico proyecto de las artes escénicas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, por intermedio del Concurso de Dramaturgia Apacuana y el montaje del texto galardonado. Ya se hizo antes con Peludas en el cielo de Gustavo Ott (Caracas, 14 de enero, 1963), exhibido en la temporada 2016, y ahora prosigue Oscuro, de noche de Pablo García Gámez (Caracas, 22 de septiembre de 1961), el cual hace temporada en la sala Alberto de Paz y Mateos, en su programación 2018.
La historia del teatro, que en ocasiones termina siendo una glosa de la saga social, política y económica del país que lo hace posible, se encargará algún día de redondear la merecida información y reacción sobre cada una de esas dos obras venezolanísimas, además de su proyección en las comunidades donde sean exhibidas, las cuales tuvieron la suerte de ser convertidas en estremecedores espectáculos por el director Carlos Arroyo y con valiosos elencos profesionales de la Compañía Nacional de Teatro (CNT).
OSCURO, DE NOCHE
 Contar el texto teatral que ahora se representa no es lo adecuado, porque debe el espectador escucharlo y ver su interpretación escénica, para asimilarlo y esperar que se dé la indispensable catarsis. No obstante podemos advertirle al lector de estas líneas que se trata de un drama -donde además hay una peculiar “música urbana contemporánea”, más dirigida a los sentidos que a la razón- sobre la conocida y bastante sufrida violencia urbana, que no es exclusiva de Caracas. Ahí, en la tarde noche de un viernes, Kenny Barrios (25 años) fue asaltado y muerto para robarle su recién adquirida motocicleta. Sus padres, Cristóbal y Zenobia, se enteran de la macabra noticia y comienzan a luchar contra las imágenes negativas que brotaron sobre su unigénito. Ellos hacen lo posible para cumplir con los rituales funerarios, pero encuentran una kafkiana serie de obstáculos burocráticos, mientras que la preguntona abuela paterna, Mercedes, que está seriamente enferma, agudiza la crisis familiar. Los medios de comunicación mencionan que la víctima tenía actividades ilegales, al tiempo que el   proceso en la morgue dura más de lo debido y en las funerarias se niegan a velar el cadáver. Sus deudos tratan de resolver cada problema en la marcha, buscando encontrar una paz que no llega.  Mientras tanto, tres testigos cuentan sus versiones sobre ese crimen y   se niegan a compartirlas con las autoridades.  Y como el héroe tenía una amada, Lucía (Ariana León), ella narra cómo fueron sus amores. El final, además del prólogo, actuado por un payaso (Andy Pérez), sirve para reiterar que es una historia de la vida real, a la que todo el mundo le tiene miedo porque le puede pasar a cualquiera. No hay moraleja ni tampoco mensaje, solo una advertencia: que lo dice todo en su título: Oscuro, de noche.
AUTOR DE OBRAS PROPIAS
García Gámez asegura que Oscuro, de noche es su texto 16 y por primera vez se le presenta su teatro a lo grande en Caracas, aunque ya ante le montaron una pieza breve, por lo que viene desde Nueva York para verlo. El revela que esta pieza nació de un hecho real que lo contó su madre durante noche de un domingo, hacia el año 2010.  “Ella estaba afectada porque un familiar había sido victima de un acto violento de noche y en la calle.  Me dio detalles. Esto se convirtió en imágenes recurrentes, que me perseguían.  Tal vez al año, quizás dos, llegó el momento de conjurarlas: me puse a escribir. La investigación sobre los hechos, más que investigación fue la voz de mi madre, Graciela Margarita, extraordinaria narradora oral que nunca se reconoció como tal, pero cuando contaba una historia lo hacía con propiedad y convicción. Nunca hablé directamente con los padres o hermanos de Kenny; a pesar de los años tuve y tengo temor porque ese tipo de dolor no se cura; sin embargo, cuando terminé la pieza, ellos la leyeron, no les pregunté qué les parecía y ellos tampoco me dijeron.  Después me enteré, de cosas que decían los personajes, que llegaron a decir los padres; por ejemplo, supe que la madre una vez gritó: “¡Dios, no existes!” como dice Cristóbal, el personaje en el texto; claro, son situaciones límite.  Los padres irán a la obra: espero que tenga un efecto positivo para ellos.  También pude cotejar la parte informativa de algunos los medios y encontré bastante material, especialmente en El Universal”. No es la primera vez que la realidad venezolana nutre a su teatro, ya que Román Chalbaud y Rodolfo Santana, para citar a estos célebres autores, tienen varios textos que lo demuestran.
Y aquí cabe dejar constancia que el texto de García Gámez carece de las tradicionales didascalias y la común estructura general de una introducción, la exposición, el clímax y un desenlace; solo unas líneas semiperdidas en 30 apretadas páginas, destinadas a plasmar un obra de un largo acto único y 32 fragmentos para ser ubicables en el tiempo y el tiempo circulares. La modernidad reclama la suyo, pero al final lo clásico emerge, está ahí.
VERSIÓN ESCÉNICA
Es, pues, un texto no convencional donde García Gámez apunta a la médula de la esfera privada de la familia de Kenny que ha sido desequilibrada o herida.  El detonante es el hecho que le ocurre al Kenny y lo que importaba era ver qué pasaba en el mundo de Zenobia (Francis Rueda y Adriana Bustamante), Cristóbal Luis Domingo González, Lucía (Ariana León lanzando sus románticas líneas desde la lira circense) y la anciana Mercedes (María Brito), cual abuela lorquiana.  Encontró que necesitaba un narrador, una especie de juglar o payaso contemporáneo para guiar la historia, donde Andy Perez quedo perfecto. Mucho trabajo en escaso tiempo para el trabajo global.
Así lo entendieron el director Arroyo y su elenco de más de 13 actores que durante dos meses lucharon para darle vida escénica o teatral. Y nosotros estuvimos ahí, cual “mirones de palo”, presenciando esa lucha contra tiempos, verbos y espacios físicos donde se desarrollaban las acciones preñadas de emociones y lágrimas. Una experiencia que nos dejó mucha enseñanza sobre el arte de la dirección y la actuación.  
Diremos que valió la pena acompañar ese proceso, el cual terminó siendo también nuestro de tanto leer y releer cada línea y poder así lograr ponderar las pugnas de cada actor con sus personajes, cuyas historias inventaron ellos. No se puede ni se debe hacer crítica desde la comodidad de una butaca. No, porque dirigir y actuar no son tareas fáciles para ningún profesional del teatro, aunque algunos se burlan o incluso se quejan.
Mención especial merece el director Arroyo que se fabricó su monumental y piramidal cerro caraqueño, para asimilarlo y ahí enclavar la casa de Kenny, a los vecinos curiosos, la morgue, la funeraria y el cementerio, todos definidos en sus espacios y con sus atmósferas temporales necesarias, además de una atmósfera general impactante. No sé si debo escribirlo, pero nos recordó a ciertos montajes espectaculares que hiciera Carlos Giménez en los años 80 y los 90 (La muerte de García Lorca, La honesta persona de Se-Chuan, etcétera) por el desafío a las reglas mismas del teatro y porque se buscó una especie de encuadre de imagen para esa cámara cinematográfica que todos llevamos en nuestros ojos, aunado al uso inolvidable de la iluminación. Y el director hizo lo suyo: ordenar o reordenar según las necesidades de la anécdota general. Una discreta, respetuosa y contundente versión escénica, tarea compleja por el compromiso que genera.
Dicho, de otra manera, en Oscuro, de noche, los actores, con mínimas excepciones, cumplieron perfectamente con las exigencias de un montaje didáctico o aleccionador y un tanto lúdico ante las características mismas del texto, ya que se trata de un circo que vaga por llanuras o montañas venezolanas.
Las funciones posteriores, hasta finales de octubre, pulirán las actuaciones y redondearán el tiempo escénico necesario para estos tiempos donde el miedo nos ha hecho construir muros invisibles donde estamos con otros millones de almas, procurando encerrarnos hasta que asumamos el ejercicio ciudadano que permita al colectivo conjurar ese miedo a partir de la práctica, como pide García Gámez, desde Nueva York. 
ELENCO
Hay que dejar constancia, pues, de que ahí participaron los comediantes Francis Rueda, Adriana Bustamante, Luis Domingo González, Gustavo Rengel, Ariana León, Dora Farias,  Marxlenin Cipriani, Randymar Guevara, Gustavo Meléndez, Trino Rojas, Kala Fuenmayor, Adrián Jiménez, Angélica Rinaldi, Yordano Marquina, María Tellis, María Brito, Andy Pérez, Vito Lonardo y Jorge Canelón, integrantes del elenco estable de la CNT. La música es, sin duda alguna, un creativo ensamble y el vestuario es de la CNT.
La temporada de Oscuro de noche, es de jueves a domingo, a las 4PM, a lo largo del venidero octubre, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, el cual está ubicado, entre la Avenida La Colina y la avenida Andrés Bello, en la  Prolongación Los Manolos.  Urbanización Las Palmas. Metro Plaza Venezuela, conexión Metrobus Nº 314.