domingo, noviembre 27, 2011

La rumba caliente de Santana

El espectáculo Rumba caliente sobre el muro de Berlín, creado sobre la obra homónima de Rodolfo Santana, fue el gran estreno del recién concluido Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, en la Sala Anna Julia Rojas de Unearte. Ahí, el meritorio director José Gregorio Cabello y su acoplado grupo Manatí eran los oficiantes de un extraño ritual con personajes metafísicos o fantásticos, y además muertos, quienes cantan y bailan a la vida sobre las ruinas de ese algo que el mismo autor ha señalado como “la costumbre, muy humana, de encontrar siempre las leyes y permisos que permiten elevar muros y prohibiciones”.
Santana, pues, a sus 67 años recién cumplidos, no tiene miedo alguno de enfrentarse a un público, anquilosado mentalmente por el cine, la televisión y el teatro realistas, y proponerle un juego intelectual, un exhaustivo acertijo para obligarlo a pensar sobre asuntos tan básicos como la religión, Dios, la vida, la muerte, la libertad, los gobiernos y hasta el amor, pero usando personajes cotidianos tales como una mujer transformada en ángel, un obrero empeñado en levantar muros, y un militar dedicado a fiscalizarlo y ordenarlo todo, en compañía de unos soldados perrunos, etcétera. ¡El teatro copia a la vida, eso es todo!
En resumen, el Santana de quien conocemos las claves de su cantera teatral, ha regresado a dos piezas básicas en su extensa dramaturgia: Nuestro Padre Drácula y La empresa perdona un momento de locura, ambas exhibidas en los años 70, donde los seres humanos se inventan mitos y monstruos para jugar con ellos y aceptar además que lo dominen y lo esclavicen, y además enseña como el hombre explota a sus congéneres sin piedad alguna para lucrar o para jugar con ellos. Textos, para nuestro entender, existencialistas, en la medida que materializan aquello que nos gusta y que además no hacen daño pero no podemos vivir sin ellos o dominarlos. En ambas piezas el juego de la representación es básico o fundamental, se esta actuando o imitando a un ser que ha copiado o creado por otros. Teatro dentro del teatro, o vivir de acuerdo a las normas y hasta jugar que podemos alzarnos y cambiarlas cuando nos incomodan.
Por supuesto que Santana no hace ensayos filosóficos complicados o densos, nada de eso, recurre a lo lúdico y lo cómico y, quizás lo más delicado de su propuesta, invoca y personifica a la violencia, al tiempo que pretende explicarla, de darle un sentido para que no sea una fuerza ciega, como lo ha escrito.“Las violencias soterradas o explicitas duermen en todos los pechos humanos. Son parte de nuestra naturaleza y una de las virtudes de la representación es que puede mostrarla en todo lo que tiene de peligro y liberación”, reitera. Todos tenemos un demonio adentro y a veces le damos salida.
El público podrá digerir la nueva pieza de Santana, la cual tiene una breve temporada caraqueña durante el venidero diciembre, o aplaudir las performances de Virginia Urdaneta, Gerardo Soto o Francisco Silva, además de Mari Pili Salas, Luis Gómez y José Antonio Fernández, los oficiantes que acompañan al tesonero director Cabello.
Hay, por supuesto otras lecturas posibles sobre este texto y su espectáculo, apreciaciones incluso muy comprometidas, para los tiempos que vivimos, pero que se las dejamos a los espectadores porque todavía el teatro es el único rincón del mundo donde impera la libertad. Solamente quiero recordarle a los lectores o eventuales espectadores que el derrumbe del muro del Berlín alemán no fue tan sencillo ni tan inocente, pero para explicarlo Santana escribirá otra pieza de teatro porque las consecuencias así lo ameritan.

Sin excusas para el futuro

En Venezuela no abundan las mujeres entregadas a la dirección de espectáculos teatrales, una exigente especialidad artística que históricamente ha estado mayoritariamente en manos masculinas. Por eso cada vez que aparece una fémina al frente de una producción artística hay que festejarlo y buscar el testimonio respectivo de ese avance o ese logro. Hay muchas por aprender y nunca se termina.
Y para comprobarlo con hechos esta Melissa Wolf, joven, bella e inteligente, al frente de la comedia Excusas, de los españoles Joel Joan y Jordi Sánchez, protagonizada por Jesús Cova, Angélica Arteaga, Wadih Hadaya y Ana Alicia Pérez, la cual hace temporada en el Trasnocho Cultural.
-¿Cómo llega Melissa Wolf al teatro?
- Empecé a estudiar en el Taller de Formación Actoral de Venevisión cuando se formó en el año 2004. Ese fue mi primer acercamiento al oficio del actor. Era un programa muy completo, con clases de lunes a viernes desde las siete de la mañana a las 12:30pm, y los mejores profesores de actuación, expresión corporal, voz y dicción. Apenas empezó fue un enorme descubrimiento. Aquello me apasionaba desde cualquier ángulo que lo mirara. Fue un año delicioso y al finalizar hicimos el montaje de Se quieren, en el cual, además de interpretar a uno de los personajes, asumí el rol de asistente de dirección de Héctor Manrique. Finalizando ese trabajo, Héctor me invita a ser la asistente de dirección de El día que me quieras, dirigida por Juan Carlos Gené, durante la temporada 2005, y a partir de ese momento y hasta la actualidad he trabajado en numerosos montajes del grupo como asistente, posteriormente como actriz en Final de partida y Acto cultural. Hace dos años comencé a dictar los talleres sabatinos del GA80 y he dirigido montajes como Momentos de José Luis Alonso de Santos (2007), El cruce sobre el Niágara de Alonso Alegría (2008), Edmond (2009) y Romance (2010) ambas de David Mamet y actualmente tenemos en cartelera a Excusas.
-¿Con quienes ha trabajado?
-En el programa de formación de Venevisión tuve como maestros a Felicia Canetti, Giovanni Reali, Marcos Reyes y Héctor Manrique, a quien después he tenido como profesor en varios talleres del Grupo Actoral 80. Además, en cada montaje del que he formado parte como asistente de dirección, ha sido de alguna manera un proceso en mi formación como actriz y directora.
-¿Qué es lo que más le gusta y por qué?
-El hecho vivo del teatro. Que las cosas sucedan “como si fuera la primera vez” frente a los ojos de un espectador distinto cada noche, que se va de la sala imaginando que ese hecho extraordinario ocurrió para él. Me gusta la montaña rusa que empieza en el momento en que se apagan las luces y suena la normativa de un teatro. De ahí en adelante todo es un enigma, por mucho que lo hayas ensayado.
-¿Qué trata su más reciente espectáculo?
- Excusas es una comedia sobre el fracaso de los sueños.,asi de sencilla es la cosa.

-¿Cómo es Excusas, cómo le llegó la obra y cómo ha sido el trabajo con los actores?
-Esta obra me llegó hace unos cinco años a través de Héctor Manrique, en un momento en que leíamos posibles proyectos para montar. Me pareció una pieza que decía cosas importantes a través del humor, una obra en la cual yo quería actuar. Ahora, años más tarde terminé montándola como directora. En el trabajo con los actores siempre procuro que sea lo más divertido y libre posible. Son cuatro jóvenes con mucho entusiasmo. Para dos de ellos es su primera experiencia frente al espectador y eso siempre es contagioso y llena de ímpetu el trabajo. Tener una fecha en un teatro (privilegio en esta época, tan dura para conseguir espacios) era una gran responsabilidad para todos en donde fuimos creciendo juntos y descubriendo el rumbo que tomaban las acciones de cada personaje.
-¿Satisfecha con lo logrado?
-Mucho. Es un montaje hecho con verdad, con mucho esfuerzo, y el resultado es una obra que espero divierta al espectador tanto como lo hace conmigo y lo confronte tanto como me golpea a mí el tema de las excusas para justificar nuestros miedos y nuestros fracasos.
-¿Qué más trabajos tiene entre manos?
-Por ahora estamos cerrando un año de mucho trabajo. Con el GA80 estrenamos cinco espectáculos que hemos mostrado en Caracas: Acto cultural, Baraka, Gorda, Petroleros Suicidas y Excusas, todos en 2011, lo cual significó un intenso y sabroso trabajo en equipo. Me gustaría mucho volver a actuar y por ahora sigo en la búsqueda de la obra que dirigiré el año que viene.
La crisis de los 30
Querían escribir una comedia sobre la amistad y ese invento estrambótico que es la pareja. Así nació Excusas, una obra que Joel Joan creó y protagonizó a medias con Jordi Sánchez. Ahora es famosa e internacional y ha sido llevada incluso al cine, y además es de comprobado éxito en otros países. Ahonda en la debilidad del ser humano a la hora de afrontar compromisos, cambios y decisiones importantes para su futuro, es una pieza cargada de humor y reflexiones. Una comedia sobre la crisis de los 30 esa edad en la que las personas comienzan a estabilizar sus vidas, a casarse, y dejan atrás la libertad y el desenfreno juvenil. En la obra, los cuatro protagonistas han conseguido una estabilidad laboral que no les proporciona aquello que buscan; a lo largo de la historia veremos cómo evolucionan cautivos de las excusas que se ponen a sí mismos para no elegir lo que realmente quieren. Es el tono de comedia el que facilita a los autores contar cosas muy serias sobre las vidas de los personajes. Cristian y Jesús son dos amigos de toda la vida, ahora en la treintena han elegido caminos diferentes: el primero es un mujeriego crónico incapaz de comprometerse con su novia Susana; el segundo está casado con Begoña y a su lado su vida va alejándose de lo que se imaginaba cuando era más joven, especialmente cuando ella queda embarazada. Infidelidades, hijos, peleas, cenas de pareja, fiestas, persecuciones y una gran cantidad de excusas para no ir tras los sueños. Todo ello cargado de un humor ácido que dice cosas muy serias sobre nuestra incapacidad para tomar decisiones por nosotros mismos.




lunes, noviembre 21, 2011

La homofobia mata o arruina

Mata venezolanos y no es invento periodístico ni tampoco vagabundería de los teatreros, pero es una letal realidad, incluso prohibida por la Carta Magna de Venezuela. Y como una prueba más de que la homofobia, mortífera discriminación existe, el diario Últimas Noticias (19.11.11) en su página 24 reseña que las autoridades levantaron el cuerpo de un transexual asesinado de una pedrada en la cabeza, tenia manos y pies atados con tirro, y vestía pantalón negro, blusa de mujer y zapatillas. La victima, que apareció en la calle Santa Ana de Prado de María, no portaba documentos de identidad.
Mientras la investigación policial da más detalles, reseñamos que, precisamente el sábado 19, dentro de la programación del Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, se presentó un espectáculo contra la homofia, lacra cultural que esparce odio y muerte en el mundo. Era La disculpa o El costo de la intolerancia, escrito y dirigido por César Eduardo Rojas Márquez, con las desgarradas actuaciones de Trino Rojas, Weidry Meléndez, Slavo Sorman, Luis Miguel Sánchez, Omar Churión, la jovencita Viviana Sandoval y el vibrante baladista Johan Astros.
La disculpa muestra las vicisitudes de seis venezolanos, dentro de una saga melodramática, donde la muerte de un muchacho homosexual desencadena una increíble violencia domestica contra su pareja sobreviviente y como una niña, concebida en una vientre “alquilado”, se convierte en ángel de la reconciliación de esa familia que no acepta conductas sexuales diferentes y aplica la homofobia con abyectos fines…al parecer sin saberlo.
Vito, Rosa, Julio y Leopoldo Salvato, además de Roberto y Penélope Ricardo son los conspicuos personajes del melodrama que Rojas Márquez (caraqueño de 50 años) ha plasmado, dentro de un espacio no convencional, para romper lanzas contra la discriminación homofóbica que desgració al compañero de una victima del VIH-Sida, pero al final el remordimiento cobra su victima propiciatoria.
No es fácil digerir la saga de La disculpa porque esta construida sobre la pared de papelillo que separa al melodrama de la tragedia, pero tiene un asombroso efecto catársico entre la audiencia.
Ahora César Eduardo Rojas Márquez, se va con su espectáculo a otros espacios porque prosigue su lucha contra la homofobia (rechazo o intolerancia contra los homosexuales).
¡El teatro una vez más copia a la vida y enseña!



domingo, noviembre 20, 2011

El diablo en misa

Gilberto Agüero Gómez (Barquisimeto, 1940) logró escandalizar y entretener a los espectadores del Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 con su pieza El diablo en misa, puesta en escena por Román Chalbaud y con el despliegue actoral de Hans Cristopher, Alexander Dolorzano, Norma Monasterios y el debutante César Augusto Roa.
En El diablo en misa se denuncian algunas de las tantas corruptelas económicas y morales de un sector de sacerdotes de la Iglesia Católica Romana, para lo cual, a partir de hechos acaecidos en la Venezuela de los últimos años, debidamente ficcionados, se demuestra como es que los clérigos intervienen descaradamente en la política y abusan del poder de sus investiduras para acosar y violar a miembros de la feligresía o del personal que trabaja con ellos en los rituales del culto.
Todo transcurre en la sacristía de una iglesia venezolana, en tiempos actuales, cuando el obispo Melchor arma un berrinche con el párroco Pablo por la poca asistencia del público a una misa celebrada para exaltar a su “sobrino”, el exiliado Dixion Rubio; pero la crisis se agudiza porque Fidel, el joven acólito, urde una trampa rocambolesca –les sirve café con burundanga- para descubrir la pedofilia y la homosexualidad de esos dos religiosos, contando con la complicidad de María, la ama de llaves, y bajo la mirada medio inocente de Vicario, un sacerdote menos corrupto y más con los tiempos de cambio que azotan al mundo.
La obra, que oscila entre el sainete y la comedia moderna, disfraza sucesos recientes y los usa como guarnición para ese “pabellón criollo” que es la descarada y reiterada violación de los niños acólitos por parte del párroco y hasta del mismo Melchor.
Por supuesto que el espectáculo atrapa a la audiencia con el histrionismo de los actores principales (Solórzano, Cristopher y Monasterios) y porque Chalbaud, curtido en las lides del teatro y el cine, como lo demostró con sus obras Sagrado y obsceno o La quema de Judas, le da el ritmo justo al montaje y obtiene las atmósferas necesarias para su verosimilitud, por el cual el público, que es muy creyente en la religión, pero también desconfiado con los curas en general, aplaude frenéticamente.
MAS DE 40 PIEZAS
El dramaturgo Gilberto Agüero Gómez ha vivido gran parte de sus 71 años en Barquisimeto, donde acompaña a su madre, Rosa Doralicia Gómez de Agüero. Visita Caracas siempre por motivos especiales, aunque aquí tiene amigos como Román Chalbaud, y además aquí aprendió los rudimentos del teatro y se hizo dramaturgo, cuando ya había vivido un cuarto de siglo.
Advierte que ha escrito más de 40 piezas, pero solamente tiene una docena de esas obras editadas. “Las otras las he distribuido en libretos y algunas me las han representado. Pero eso no es suficiente. Sigo siendo un dramaturgo excluido, quizás el campeón de todos los excluidos escritores del teatro venezolano”.
Cree que se escenifica poco teatro nacional porque se editan muy poco a nuestros autores. “El Estado, que es el único que lo puede hacer, no tiene todavía una política especial de incentivos, aunque hay que resaltar el caso de la editorial oficial El perro y la rana que me ha publicado mi libro La primera orquesta latina de mujeres, y también lo ha hecho con otros escritores. Ojalá que intensifiquen esa tarea de hacer conocer a los dramaturgos criollos, porque es muy larga la lista de inéditos o ignorados o excluidos. Ojalá que las autoridades de esa empresa estatal se entusiasmen con esa tarea que yo considero patriótica”,
Agrega que también se escenifica poco teatro de autor nacional por “razones muy personales, supuestamente culturales o intelectuales de los productores y directores, pero de eso prefiero no hablar, porque por ahí salta la liebre de la comercialización de la escena, que es otro problema complejo, el cual se caracteriza por la búsqueda de textos exitosos de afuera o de autores internacionales y la contratación de aquellos actores que tienen un buen rating por la televisión. En fin la situación es bien compleja, pero se puede ayudar a sofocar o disminuir esa exclusión con la publicación al menos de los textos, También gracias a la Internet hay posibilidad de difundir algunas piezas pero yo no estoy en nada de eso, ni computadora tengo”.
“Los tiempos han cambiado para mal, porque antes existía El Nuevo Grupo y ahí el autor nacional tenía prioridad, porque para eso lo crearon José Ignacio Cabrujas y Isaac Chocrón, ya fallecidos, y Román Chalbaud, entre otros. Esa institución cerró hace 23 años y nadie tomó el relevo, lamentablemente. Y eso también ha afectado el desarrollo de nuestro teatro en general”.
Agüero Gómez debutó como autor con Ciclón sobre los barcos de papel. “La escribí en Caracas y la envié a un concurso de Maracaibo, donde me gané el primer premio, unos dos mil bolívares de la época, era el año 1966. Esa pieza se montó en el Zulia y nunca más subió a escena, aunque aquí en Caracas estuvo en cinco proyectos. Es la historia de un muchacho que viaja a Londres para hacer unos talleres sobre traducción simultánea de conferencias y cuando regresa se le presentan varios problemas con su mamá porque ella quiere casarlo a juro. Después escribí Amelia de segunda mano y desde entonces no he parado. También he escrito teatro para niños, que es el que más se ha escenificado”.
También se ha ganado la vida dictando talleres de dramaturguia, la cual aprendió de manera autodidáctica, ya que se dedicó a leer a los autores del teatro universal y al mismo tiempo fue aplicando las pautas que dejó el crítico Enrique Izaguirre en su librito Técnicas literarias del drama. “Es un texto mínimo pero preciso y altamente didáctico. Ahí se explica, de manera muy clara, los rudimentos de una pieza teatral, como son la exposición, el nudo y el desenlace. También enseña que los temas tienen que ser, al principio, sobre cosas que el principiante conozca, y dejar para más adelante aquellas situaciones complejas, o sea que no se debe incursionar en terrenos desconocidos de primera entrada. "Hay que ir poco a poco, y aprendiendo a vivir para lo cual no hay libro que sirva, sino la propia experiencia".


sábado, noviembre 19, 2011

Seguimos con festival de teatro

Es muy temprano para hacer evaluaciones generales sobre el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, el cual avanza con 80 agrupaciones -37 son del área metropolitana-en salas y otros espacios alternativos hasta el próximo 25 de noviembre. Pero ya se puede reconocer que la organización, en manos del hábil equipo de Fundarte, cumple con su doble programación, la lúdica y la reflexiva Ciudad Teatro de la plaza Diego Ibarra, al tiempo que el público, atraído por los económicos precios de los boletos, se pelea por entrar a como de lugar para degustar los espectáculos, gesto que no veíamos desde aquellos inolvidables eventos internacionales que dirigía Carlos Giménez.
Se debe subrayar que en el Festival no pululan los espectáculos nuevos, salvo unas excepciones. Los coordinadores del evento (Freddy Ñañez y Antony Gómez) convocaron a las agrupaciones para que exhibieran sus montajes de repertorio o los que podían estrenar de inmediato. Eso es muy importante porque así la muestra se transforma en un gran fresco sobre el estado actual del teatro vernáculo, algo que hacia falta y es conveniente para las mismas instituciones culturales, tanto oficiales como privadas. Hay que saber lo que se lleva en la faltriquera para este viaje perenne de la cultura criolla.
De lo visto, hasta ahora, debemos resaltar la sainetera apertura y las presentaciones de Mimi Lazo, la Fundación Rajatabla, el grupo Teatro Forte, Salamandro Teatro, Teatro del Laberinto, Producciones Román Chalbaud, Teatrela y El Galpón de San Fidel todos con montajes bien hilvanados.
Estamos conscientes que esta fiesta histórica recién empieza como lo demostró Ibrahim Guerra con su delicioso sainete ¿Seguimos o paramos? , híbrido de gran factura con textos de Leo, Guinand, Andrés Eloy, Aquiles y Pimentel, utilizando además música cañonera, valses, pasodobles y el rucaneo que interpretó el conjunto Los Antaños de San José.
En el teatro Cristo Rey del 23 de Enero pidió Mimi Lazo, expresamente, exhibirse con su monólogo El aplauso va por dentro, sin sospechar el impacto que ocasionaría en aquella audiencia con su discurso feminista y la mesurada performance que utiliza.
El cuarentón Rajatabla aprovechó homenajear al ausente “Paco” Alfaro con una extraordinaria función de Tu país esta feliz en la sala José Félix Rivas, donde nuevamente, subrayó que la libertad y las reivindicaciones sociales siempre estarán pendientes.
Vladimir Vera y su agrupación Teatro Forte, quienes trabajan para hacer espectáculos vanguardistas, de esos que se cultivan en España, insistió con su emblemático montaje Crónicas de Palahniuk, para reiterar que todas las pulsiones sexuales marcan la ruta de la humanidad, aunque se diga todo lo contrario, como ya lo hizo también con Amén, más centrado en la homofobia.
Freddy Pereyra se vino del lejano San Cristóbal para mostrar su versión de La empresa perdona un momento de locura de Rodolfo Santana, donde están rampantes los excesos que hizo y hace el capitalismo.
Inolvidables fueron las funciones de Bolívar vs. San Martín. La revancha de Ignacio Márquez, un inverosímil match boxístico de los grandes libertadores de este continente.
El dramaturgo Elio Palencia de la mano del director Costa Palamides revivieron ese clásico del siglo XXI que es Penitentes, gracias a la entrega de un terceto de maravillosos actores.
El legendario Román Chalbaud dirigió un complejo texto sobre las maldades de los clérigos católicos como loa escribió Gilberto Agüero Gómez en El diablo en Misa.
Y esta primera parte el festival la cierra César Rojas con La disculpa, un melodrama contra la homofobia, esa lacra que pretende destruir a los diferentes.
Podemos anticiparles a los lectores que en Fundarte ya iniciaron la planificación para que durante el 2012 el Festival exhiba una respetable presencia internacional, porque el teatro venezolano lo necesita, ya que no puede continuar como “el pasajero del último vagón”.


El amor no es bueno ni malo

Retornó a la sala Humboldt, en San Bernardino, el espectáculo Un informe sobre la banalidad del amor, de Mario Diament, considerado como uno de los mejores de la temporada 2011, el cual precisamente le permitió al protagonista ganarse el Premio Municipal de Teatro 2010-2011 como Mejor Actor.
Ahí, pues, de nuevo están sus intérpretes Mariaca Semprún y Luigi Sciamanna, quien además es el director del montaje, para enseñar las vicisitudes de una excitante y tormentosa relación amorosa entre el afamado filosofo Martín Heidegger y su alumna Hanna Arendt, en la Universidad de Marburgo, Alemania (1925), la cual culmina 50 años más tarde, con sus muertes.
El encuentro entre el profesor (35 años)-casado y con hijos- y la alumna (18 años) originó una de las historias de amor más renombradas y cuestionadas del siglo XX, ya que la joven era judía y el que sería denominado “el padre de la filosofía moderna”, militaría en el partido nacional socialista de la Alemania nazi.
HISTORIA FICCIONADA
En ese romance se inspiró el periodista y dramaturgo Mario Diament (Buenos Aires, 1942), para escribir la obra Un informe sobre la banalidad del amor, cuya primera temporada en Caracas duró diez semanas y ahora estará únicamente un mes.
La pieza es esencialmente una ficción y no un trabajo biográfico. Muchos de los episodios y referencias están basados en hechos reales, pero otros son inventados o imaginados. Para escribirla, el autor realizó una amplia investigación histórica. También usó frases y expresiones tomadas de la correspondencia entre ambas personalidades.
Un informe sobre la banalidad del amor es, pues, una turbulenta historia romántica entre el filósofo y la alumna, pero con desgraciado final. Es una bien entretejida trama, desarrollada por un periodista que terminó siendo un excelente comunicador creativo. Se desarrolla en cinco actos y va desde los años 20 hasta los 50 del siglo XX, en Alemania. La saga plasma al atormentado buscador de sexo para drenar pulsiones y la mujer que sublima el valor de la inteligencia representada en un donjuán que dice cosas como “la vida, en si misma, carece de todo propósito...solo el amor es capaz de infundirle razón a la existencia”.
Heidegger frivolizó al mal, jugó a ser nazi para salvar el pellejo y banalizó al amor usándolo como válvula para controlar presiones. Ella casi enloquece porque nunca puede ser su esposa, como era su anhelo, porque era una diversión más para el caballero…hasta que al final lo salva de la catástrofe por su nazismo.
COMPLETAMENTE AMORAL
En la obra, Heidegger le dice a Arendt que se ha vuelto "completamente amoral" y ella responde que el amor es "permisivo". En este caso de la obra hay un primer vínculo que es la inteligencia, el conocimiento; de allí surge el amor. Esto hace que el amor entre Heidegger y Arendt sea platónico. En efecto, la primera conversación que los reúne es un trabajo sobre Platón. A veces lo único que necesitamos para que todo sea mejor es estar enamorados. Sólo eso.
De sus vicisitudes existenciales y reflexiones se deduce que el amor es amoral en la medida en que no es bueno ni es malo, es amor. Trasciende la calificación. Está más allá del bien y del mal. Sólo cuando se le juzga puede adquirir la categoría de inmoral en la medida que alguien diga que contraviene una norma moral. Pero el amor como tal está por encima de todo.
ESPECTACULO
Un informe sobre la banalidad del amor
esta dirigido, con precisión creativa por Luigi Sciamanna, quien además actúa al lado de Mariaca Semprún, y exhiben a sus personajes en memorables performances.
El trabajo de Sciamanna como Heidegger esta bien logrado, especialmente en el último acto, mientras que a lo largo de todo el espectáculo acentúa su férula sobre Mariaca Semprún, verdadera revelación, dama joven y bella que debe estar más tiempo en la escena para disfrute del público. La enamorada Arendt es la gran protagonista de esta hermosa obra de Mario Diament, otro enamorado de las mujeres, como lo dice a viva voz y como lo demuestra, además, con su escritura. ¡Su Hannah Arendt es otra gran heroína del amor y así lo muestra Mariaca Semprún!
PASION INSÓLITA
La relación amorosa entre Heidegger y Arendt comenzó en 1925 y su fase más intensa terminó en 1926.Ella se mudó a Heidelberg para completar un doctorado con Karl Jaspers y él se fue a vivir a Friburgo, donde ocupó la cátedra de Filosofía dejada vacante por su amigo y mentor, Edmund Husserl. La segunda fase de la relación, de 1926 a 1933, eran encuentros furtivos. Heidegger tuvo otras amantes y Arendt se casó en septiembre de 1929 con Günther Stern.
El 30 de enero de 1933, Hitler se convirtió en canciller de Alemania y el 21 de abril, Heidegger asumió como rector de la Universidad de Friburgo. Diez días más tarde, se incorpora al Partido Nacionalsocialista, membresía que mantendría hasta el fin de la guerra. Ese mismo año, Arendt se exilió en París, de donde partiría más tarde a Estados Unidos de América. Durante 17 años, no supieron nada el uno del otro. Heidegger, asediado por conflictos políticos y administrativos había renunciado a su posición de rector en 1934, vivió los años de la guerra en una relativa oscuridad. Arendt, por su parte, trabajó intensamente en el movimiento sionista.
Heidegger emergió de la derrota alemana convertido en un paria. Arendt regresó a Alemania en febrero de 1950, como miembro de la Comisión Europea para la Reconstrucción Cultural Judía. Para entonces, estaba casada con el dirigente marxista Heinrich Blücher y su nombre ya comenzaba a resonar en los círculos intelectuales de todo el mundo. Cuando llegó a Friburgo, le envió un mensaje a Heidegger para encontraran. La reunión, que comenzó ásperamente, terminó en una reconciliación. A partir de entonces, Arendt no sólo fue amiga y confidente de Heidegger, sino que se convirtió en una pieza fundamental en su rehabilitación pública.
En los 26 años que siguieron hasta su muerte, Heidegger fue celebrado por su influencia fundamental en el pensamiento contemporáneo, en particular, en la obra de los filósofos franceses de la posguerra. Nunca se disculpó por su pasado ni emitió jamás juicio alguno sobre las atrocidades del nazismo.
Arendt murió el 4 de diciembre de 1975 y Heidegger el 26 de mayo de 1976, dejando en manos de algunos escritores y dramaturgos, imaginar las claves de esa pasión insólita. Aunque el affaire entre ambos era sospechado por muchos, sólo salió a la luz pública en 1995, cuando Elzbieta Ettinger logró acceso a la correspondencia entre ambos, compuesta de 119 cartas, en su mayoría pertenecientes a Heidegger, ya que él, probablemente, se deshizo de las que Arendt le escribió.

Bolivar y San Martín en su revancha

Poco a poco el público caraqueño y un sector de los medios de comunicación (o sea los periodistas) están descubriendo y evaluando el fenómeno social-artístico que viene ocurriendo en Caracas desde el 11 de noviembre. Eso esta muy bien y ya llegará el momento de su evaluación global que será positivo para la cultura nacional.
Mientras tanto, solo podemos decir que no está banalizada la escena criolla y este Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 ha permitido, en sus primeros diez días, una revisión de lo que esta insurgiendo, tal es el caso del grupo Teatro del Laberinto que ha producido y exhibido Bolívar vs. San Martín. La Revancha, en la sala José Félix Rivas, para poetizar un hecho histórico, del cual poco se conoce o se analiza en los claustros.
Sí, el título no es errado. Es un imaginario match de boxeo entre el venezolano Simón Bolívar y el argentino José de San Martín, creado a partir del encuentro real que mantuvieron ambos Libertadores, entre el 24 y el 27 de julio de 1822, en Guayaquil, para discernir el futuro de sus incipientes repúblicas ante el acoso de los imperios del siglo XIX y cuando la independencia no se había consolidado.
Lo novedoso es como lo muestran en escena: mediante divertida propuesta que se vale de la metáfora boxística, para representar el enfrentamiento de los personajes en busca de la gloria, sin usar espadas y cañones.
Esta propuesta se logra dentro de una situación anacrónica, escrita, dirigida y actuada por Ignacio Márquez. Se materializa de manera lúdica, popular y no exenta de una atmósfera desacralizadora con la pareja de guerreros suramericanos cruzando sus guantes como curtidos boxeadores en un cuadrilátero del Coliseo el Exilio, ubicado en el Barrio El Olvido, y cuyo ritmo lo determina el narrador y comentarista de la pelea para una radio alternativa que nadie sintoniza. Los performancistas Arnaldo Mendoza e Ignacio Márquez dan vida a Bolívar y San Martín, respectivamente, así como a diez personajes más que acompañan al Libertador y al Emancipador de América, tratando de dialogar y convencerse a punta de guantazos.
Márquez no desecha el background histórico y obtiene así una delirante e ingeniosa propuesta que utiliza la metáfora del boxeo para rememorar el choque de los personajes en busca del poder y sus beneficios. Encuentro que no tuvo vencidos, por supuesto, pero que dejó sin resolver los destinos de sus naciones, que aún pugnan por alcanzarlos. Se trata, pues, de un audaz espectáculo que tiene el nivel de excelencia que se merece por la oportuna carga ideológica que enarbola.



viernes, noviembre 18, 2011

Penitentes contra la homofobia

Desde la temporada 2008 esta en los escenarios y ahora, después de su participación en el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, tendrán que darle un espacio donde sea, porque son miles los espectadores que deben verla y sacar sus conclusiones, porque otra vez más el teatro es escuela o es cátedra abierta para la comunidad y mucho más cuando lo hace a partir de hechos reales que estremecieron a la nación.
Nos referimos a la superpremiada pieza Penitentes, de Elio Palencia, la cual se centra en la saga, ficionada, del sacerdote católico Jorge Piñango quien apareció muerto en la habitación 89 del caraqueño hotel Bruno, el 24 de abril de 2006. Las investigaciones que esclarecieron dicho asesinato y además identificaron al criminal, inspiraron al autor para que pergeñara su oportuna, estrujante y valiente pieza, la cual ahora se presentó a sala llena en la Casa del Artista, gracias a la creativa y excelente dirección de Costa Palamides, además de las convincentes actuaciones de Ludwig Pineda, Delbis Cardona y José Gregorio Martínez.
Palamides insiste con Penitentes por su tema corrosivo y desgarrador, inspirado en la saga del asesinato del cura y las extrañas circunstancias como apareció su cuerpo. En su montaje cuidó que el público revisara la intolerancia que existe contra todo lo que manifieste diversidad sexual, alucinante suma de la ignorancia contra todo lo que sea divergencia, y plasmó en la escena el miserable e inhumano mundo en que se debaten los tres personajes del drama: el sacerdote, un chulo y un estudiante; la víctima, el asesino y otro que conocía íntimamente al religioso.
No hay por parte del dramaturgo un abuso de la temática ni un exceso en la argumentación. Todo se limita a mostrar las acciones físicas en sobrio juego coreográfico, pero suficientes para deducir las acciones de los personajes y sus respectivos dramas, al tiempo que se usa un lenguaje concreto. Todo destinado a mostrar como esos seres humanos están condenados de antemano por una sociedad que no permite salirse de la norma religiosa que apuntala a las leyes de un Estado, que no es laico, y que sí castiga con la muerte, a pesar de que está prohibida la pena capital, no sólo ese tipo de violaciones o excesos de las conductas sexuales contrarias a las normas religiosas. Caldo para la homofobia, esa lacra cultural que lastra a los pueblos.

jueves, noviembre 17, 2011

La empresa capitalista

La empresa perdona un momento de locura de Rodolfo Santana (Guarenas, 14 de octubre de 1944) es una de las obras más importantes del teatro político venezolano, porque ahí se muestra lo que hizo y hace actualmente el capitalismo. Convierte en maquinas a los trabajadores y los explota hasta enloquecerlos para sustituirlos por otros o para echarlos a la calle, a veces con una modesta jubilación o simplemente con unas “gracias”, más nada.
Es de tal calidad su texto y tan contundente su contenido, que ya fue llevada al cine por Mauricio Wallerstein con Simón Díaz en el rol protagónico. Y como el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 esta dedicado a exaltar la dramaturgia de Santana no podían dejarla de exhibir, por lo cual convocaron al grupo Salamandro Teatro, de San Cristóbal, estado Táchira, para que su primer actor y director, Freddy Pereyra viniera a la capital y la mostrara en el teatro San Martín, junto a la actriz Nilka Vélez.
En La empresa perdona un momento de locura se plasman las consecuencias derivadas de unas historias del protagonista, Orlando Núñez, un obrero que, ante un accidente laboral sufrido por un compañero, reaccionó con una psicosis que lo hizo actuar de manera violenta.
Núñez lleva casi 30 años de su vida trabajando de manera ejemplar en esa fabrica a la que, para descargar su ira, le ha destruido costosos bienes materiales.
Una psicóloga somete a terapias precisas al obrero y lo obliga a confesar que su verdadero gran drama, que lo tiene sin sueño y con una ira que se desborda por sus poros, es el asesinato de su hijo mayor, Antonio a manos de la policía del régimen, tras acusarlo de intentar asaltar un banco, pero la verdad es que lo liquidaron por ser un luchador revolucionario.
La psicóloga le entrega un muñeco de tela para que lo golpee con toda y su fuerza y así lograr que desahogue su ira, pero Núñez entiende el trasfondo del tratamiento y se resiste hasta donde sus fuerzas se lo permiten. Sabe que le van a condecorar y además le harán unos regalos monetarios, porque tratan de comprarle su conciencia y además lo quieren usar como ejemplo para sus compañeros de trabajo.
Pereyra, o Núñez, hace una actuación memorable y deja en claro que no se rinde aunque así se lo quiera ver. ¿Cuántos hay como él?
Esta obra, que esta jugada cen clave de comedia, es una dura cátedra sobre lo que es la utilización de la ciencia y el supuesto humanismo burgués como instrumentos de dominación social, Y aunque Santana la escribió hace 40 años tiene una vigencia que no debe asombrarnos.
Este montaje que es verdaderamente memorable, no solo por la amarga verdad de sus contenidos, sino también por la calidad de producción exhibida, contó además con el apoyo de Jorge Luis Dávila y Luis Muñiz.

miércoles, noviembre 16, 2011

Sexo con violencia

Desde que se reinstaló en Caracas-después de una intensa pasantía en la vieja Numancia -Vladimir Vera (1978) lucha para recuperar el tiempo no vivido en su Venezuela y por eso está mostrando en la escena todo lo aprehendido y entre los espectáculos que trajo metamorfoseados con sus valijas tiene Crónicas Palahniuk, el cual exhibe nuevamente esta noche en la sala Rajatabla, dentro de la programación del Festival Nacional de Teatro Caracas 2011.
Son cinco monólogos, muy bien actuados por Jesús Sosa, Nadeschda Makagonow, Fedora Freites, Larissa Costas y Elvis Chaveinte, los cuales Vera pergeñó a partir de la novela Fantasmas del escritor Chuck Palahniuk (Pasco, Estados Unidos, 1962), que gracias a sus interpretes se transforman en conmovedora lección sobre las pulsiones sexuales.
Sentados en circulo, el publico es testigo de cómo cinco personajes, marginados por la sociedad dan rienda suelta a su agresividad autodestructiva, la cual termina por ser humorísticamente cruel, ante la supuesta anormalidad de sus situaciones, todas relacionadas con su sexualidad. Ahí se puede apreciar al alucinante Jesús en su exaltación a la masturbación; la desenfada Nadeschda con su cuento erótico de cómo abusó sexualmente de un niño anciano enfermo de progeria; o fantasear con Fedora en la saga de su modernizada hetaira practicante de la reflexología y aquel derroche histriónico cierra con la sorprendente performance de Elvis con su maniático de los cuchillos, un asesino en serie de los críticos de cocina. El quinto personaje, encarnado por Larissa Costas, hilvana las historias de los otros comediantes, ella tiene cierto encanto para crear expectativas ante lo que llega. En síntesis: todos justifican los 80 minutos que dura el espectáculo, el cual permite aplaudir las condiciones de Vera como puestista y director de actores.
Crónicas Palahniuk es un deleite escénico, aunque no se compartan ni aplaudan la crudezas de los contenidos de esos monólogos, que nos hicieron evocar aquel “teatro pánico” de las años 60 y 70, el cual asustó a nuestras madres, las abuelas de este crispado siglo XXI, donde sus hijos y nietos se debaten para sobrevivir en todos los renglones de la vida misma, un asunto nada fácil, pero que resulta placentero en ocasiones.
Vera defiende su discurso estético que utiliza la sexualidad explicita y la violencia latente, pero insiste en que su ritual teatral, donde usa una minúscula cámara de video proyección para apoyar a sus comediantes, tiene mucho de sexual, porque “somos amantes de esas dos pulsiones”.
Este espectáculo, que ojalá pueda tener una inmediata temporada, es un buen pretexto para reflexionar desenfadadamente sobre temas como el materialismo, la religión, la sexualidad, la familia, la identidad y, como es obvio, la privacidad.

martes, noviembre 15, 2011

Homenaje al "Paco" rajatablino

Interpretando los sentimientos de la comunidad teatral venezolana, Fundarte, como organizador del Festival Nacional de Teatro Caracas 2011, coordinó con la fundación Rajatabla un homenaje al desaparecido Francisco “Paco Alfaro, con la presentación de sendos videos alusivos al actor y gerente y el espectáculo músico teatral Tu país esta feliz, anoche en la sala José Félix Rivas del Teatro Teresa Carreño.
Pero como los designios de Dios son inescrutables, el evento se transformó en un estremecedor y profundo ritual artístico para además exaltar las memorias de Isaac Chocrón, Alfredo Sandoval, Hugo Márquez y Renato Gutiérrez, otros teatreros o héroes civiles que se fueron en pos del “Paco” rajatablino.
La saga de Rajatabla-donde “Paco” asumió la gerencia tras la muerte del fundador Carlos Giménez (27 de marzo de 1993)- es vital para analizar contenidos y estéticas de las últimas cuatro décadas artísticas de Venezuela. Ahí están sus 119 montajes, 22 talleres de formación actoral, dos concursos de dramaturgia y producción de las mejores obras, además de la fina organización de 14 Festivales Internacionales de Teatro de Caracas (1973-2006).
No hay que olvidar que Rajatabla comenzó aquel 28 de febrero de 1971, cuando exhibió Tu país esta feliz, poemario de Antonio Miranda, musicalizado y teatralizado por Xulio Formoso y Carlos Giménez, respectivamente, en la sala que Carlos Raúl Villanueva construyó para el Ateneo de Caracas.
Vimos anoche una función memorable de Tu país esta feliz , gracias a la reposición que firma, con justicia, José Domínguez, desde la temporada del 2006, la cual además se hizo para hacerlo conocer a las audiencias del 2011, porque Rajatabla necesita que el público lo acompañe en los próximos proyectos,
Tu país está feliz es un híbrido de recital poético, con actos actuados, endemoniado ritmo escénico, música pegajosa y textos preñados con consignas revolucionarias y esa versión caribeña de la irredenta rebelión francesa de 1968,donde para rematar hay un fugaz desnudo colectivo. En esta oportunidad el elenco estaba conformado por Jesús Viera, Elvis Chaveinte, Gabriel Agüero, Vicente Bermúdez, Jean Franco Di Marchi, Rossana Hernandez, Eliana Terán e Indira Jiménez, con Jerry Maneiro en la guitarra y en la batería el legendario Enrique “Mantequilla” Suárez, quien estuvo con el primer elenco rajatablino. ¡Todos precisos en sus comprometidos roles a pesar de que los sentimientos lastraban la razón!
¡Nunca debemos olvidar que el teatro es el barómetro de un país, como lo enseñó Federico García Lorca y lo repetía constantemente Carlos Giménez!

lunes, noviembre 14, 2011

El gran sainete de Ibrahim Guerra

En el momento perfecto y en el sitio indicado. Eso hizo el teatrero Ibrahim Guerra al inaugurar anoche, en el Teatro Municipal, el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011 con un inteligente y sentimental espectáculo que rescata y reivindica al sainete criollo, la comedia popular venezolana, semilla del desarrollo del teatro nacional a lo largo del siglo XX, ese mismo que ahora avanza con sus luchas sociales en la actual centuria en pos de una expresión estética de acuerdo con los tiempos que vivimos.

¿Seguimos o paramos? (El Norte es una quimera) es un espectáculo creado especialmente por Guerra, apuntalado en un diestro elenco y con el apoyo del veterano actor y cantante Cayito Aponte, a partir de textos escogidos de Leoncio Martínez (El salto atrás), Rafael Guinand, Andrés Eloy Blanco (Soneto de la rima pobre), Aquiles Nazoa (Exaltación del perro callejero) y Francisco Pimentel, utilizando además la música cañonera, valses y pasodobles y el rucaneo que interpretó el conjunto Los Antaños de San José, para ubicar al montaje en los siniestros años de la dictadura del Benemérito Juan Vicente Gómez.
Guerra optó por tomar el camino del sainete porque sus autores no solo satirizaron los vicios de esa Venezuela, en Caracas especialmente, que se negaba a luchar por el progreso y que no conseguía salir del sopor del gobierno fuerte y de un cierto miedo ante la irrupción de una democracia que ya asomaba en el horizonte. El arte teatral siempre ha sido revolucionario y nuestros artistas lo han pregonado y demostrado, y por eso es que algunos quieren disminuiurlo y hasta hacerlo desaparecer...pero no lo podrán hacer jamás.

El espectáculo es el ensayo de unos actores, acosados por apuros económicos y retos existenciales, quienes interpretan al delicioso sainete El salto atrás, donde Martínez advierte y fustiga las costumbres racistas y clasistas de una incipiente clase media, que no quiere aceptar su pasado y pretende purezas de linaje.
Una vez mas, la crítica inteligente de Martínez se exhibe airosa y tiene presencia y continuidad también en esta segunda década del siglo XXI, cuando hay una sociedad empeñada en defender y acentuar los derechos humanos, sin negociaciones maniqueas.
El espectáculo tiene un colofón sobre las vicisitudes del artista, especialmente sus penurias financieras, y sus anhelos de amar, porque saben que sin amor es imposible hacer arte...y hasta vivir,como lo predican filósofos de la talla de Martin Heidegger y Hanha Arendt.

No podía faltar un "fin de fiesta", como se hacía en aquellos tiempos, donde la voz y desenfado actoral de Cayito Aponte animaron al público para que coreara sus canciones y movieran también el esqueleto.
Esta apertura festivalera y preñada de venezolanidad contó además con la entrega muy profesional de los comediantes José Luis Useche (asombra su versatilidad), Karina Velásquez, Yalitza Hernández, Iliana Hernández, Ivor Muñoz, Julio Liendo, lula Bertucci, Walter Andrés y la participación del niño Sebastian Bretón, entre otros.
El festival luce incontenible y estimulante para los habitantes de esta urbe.

Mimi Lazo en el 23 de Enero

Ana María Lazo, conocida como Mimi Lazo (Caracas, 23-11-54), reputada actriz y exitosa productora de espectáculos, estuvo en el teatro Cristo Rey, del 23 de Enero, para predicar la necesaria lucha reivindicativa de las mujeres venezolanas con su monólogo El aplauso va por dentro, escrito y estrenado por Mónica Montañés y Gerardo Blanco, aquel 7 de junio de 1996, en la sala de conciertos del Ateneo de Caracas.
Mimi perdió la cuenta exacta de las funciones realizadas de El aplauso va por dentro desde su estreno, pero su esposo Luis Fernández cree que andan cerca de los 3600 y van a proseguir mostrándolo no saben hasta cuando y ahora con más pasión después de ver la gratísima reacción del público que los aplaudió de pie y estruendosamente el pasado domingo 14 de noviembre, en la histórica parroquia popular, durante el desarrollo del Festival Nacional de Teatro de Caracas 2011.
El aplauso va por dentro, disfrutado por más de 500 mil espectadores alrededor del mundo, plasma la historia de Valeria, divorciada y con dos hijos, y una carrera profesional en ascenso, mientras espera la llamada del hombre con el cual ya compartió algo más que una noche. Define presente y futuro de su vida, el mismo día que cumple 40 años. Transcurre su rutinaria clase de aeróbicos, y entre un ejercicio y otro, el espejo le ratifica la pérdida de la juventud, su miedo a la soledad, a darse cuenta que desde hace mucho sólo vive para los demás, y que solo lleva dentro...un silencioso aplauso por todo lo hace, como es luchar denodadamente para sacar adelante a su familia y conquistar un espacio decente dentro de la sociedad competitiva en que se desempeña; al tiempo que duerme sola y rumia frustraciones hasta que consiga que un verdadero hombre se fije en ella y la haga feliz, porque nunca pierde las esperanzas de amar recíprocamente.
No son Mimi y la autora Mónica unas loquitas antimasculinas ni tampoco bobas románticas. Lo que hacen es un llamado de atención a las féminas para que no decaigan en sus luchas particulares porque esten sin la compañía estimulante de un varón. Y por el contrario esperan que los hombres cambien más temprano que nunca y se den cuenta que son necesarios y que ellas los reclaman para si y sus hijos, porque la patria necesita hogares estables, difícil tarea para hacerla bien y solas.
El espectáculo, donde participa Luis Fernández como profesor de los aeróbicos, tiene atmósferas intimistas donde no faltan satisfactorios momentos románticos, como cuando Valeria sueña y baila con su novio, pero también se torna ácido y cruel porque la desprecian y la dejan para el día siguiente. Ahí viene la clase práctica de resistencia y lucha que Mimi imparte a sus compañeras de género cuando son abandonadas y están para hundirse.



sábado, noviembre 12, 2011

Gorda

Gorda no es la única obra que han estrenado en Caracas del dramaturgo Neil Labute (Detroit, USA, 19 de marzo de 1963), estoy seguro que es el primer gran montaje que exhiben del terapéutico texto en el Centro Cultural BOD.Corpbanca, gracias al incuestionable talento del director Héctor Manrique bien combinado con sus comediantes Liliana Mélendez, Luis Gerónimo Abreu, Antonio Delli y Marta Estrada, además de la pulcra producción resuelta por Carolina Rincón para el Grupo Actoral 80.
Leí Gorda hace un año y de inmediato “adjudiqué” el protagónico a la gordita Irabé Seguías, ascendente joven cómica del Teatro San Martín, porque no conocía a Liliana Meléndez, tremenda primera actriz, como ahora lo demuestra fehacientemente con su Helena. Bibliotecaria, inteligente, graciosa, sensual y sumamente divertida, con unos 30 kilos de más, o de sobrepeso, quien acepta una relación intensa con el metrosexual criollo Tommy y cuando todo parece que marcha bien, languidece la pasión amorosa porque los amigos del susodicho caballero no aprueban tales desatinos y el muergano enamorado termina por decirle adiós.
Es un espectáculo jocoso y jodedor porque lo malo le pasa a otros, pero agridulce, porque Helena (jamás me cansé de admirar la intensa y extensa performance de Liliana) y Tommy sufren un flechazo, de esos que Cupido a veces regala para hacer sufrir, porque no existe varón o hembra que no se haya enamorado de la persona equivocada o de la que no conviene o porque no está a tu nivel o aquella que genera siempre la duda: ¿le gustará a mi familia o a mis amigos? Por supuesto que el público es el que más disfruta con la relación de la gordota y aquel falo con corbata, a sabiendas que ella no tiene precisamente un cuerpo de Miss Venezuela, pero rebosa donosura, contagiosa vitalidad, alegría, inteligencia y amor verdadero.
Por supuesto que Gorda genera profunda reflexión tras su desagradable desenlace: Tommy (un correctísimo Abreu) maletea a Helena y al menos tiene los cojones de decirle, en cobarde lenguaje rebuscado, que sus amigos y su contexto social son muy importantes para él, pero ella no cabe ahí, por su sobrepeso.
Pocas veces había presenciado en un teatro el desengaño del público por ese final, porque todos querían a la pareja casada y llena de hijos. Pero la realidad cotidiana es otra: Helena pasa a ser un recuerdo y Tommy continuará buscando su ideal de fémina, además aplaudida por su “cajita de cristal”.
Por supuesto que el mecanismo teatral de Gorda funciona con gordos u otras personas susceptibles de discriminación sexual, social o estética o edad, porque así es esta sociedad en que vivimos. Y los lectores saben de que escribo.
Delli y Estrada son soportes vitales de este show de amor y gordura, donde hay hasta una entretenida coreografía para cambios de escena del hermoso montaje que dura menos de 90 minutos y deja exhausto a la audiencia por lo que se dice y cómo lo dicen, pero sin olvidar que el amor es la única razón para la vida misma.



Occidente es puro teatro

Algún día, cuando se redacte la historiografía del teatro venezolano de los últimos 70 años, tendrán que dedicarles varios capítulos al significado y la importancia de los festivales, desde los que se hicieron y aún se hacen en Caracas hasta los regionales, porque en todos ellos se han gestado artistas y, lo más importante, oceánicas multitudes han aplaudido a conciencia y con mucha satisfacción los hechos artísticos que les mostraron, algunos foráneos y otros totalmente del terruño criollo.
Nosotros, que esperamos contribuir de alguna manera a esa gran crónica sobre esas facetas del teatro vernáculo, podemos decir ahora que los festivales, sean internacionales o regionales o locales, eran y son los carnavales de la fiesta teatral, son ese gran estallido por encima de las diferencias políticas de las comunidades donde todas y todos se reconocen.
Y decimos esto porque el director Carlos Arroyo anuncia que entre los días 11 y 20 de noviembre se realizará el 29 Festival de Teatro de Occidente (FTO), “el más importante evento teatral que desde hace veintinueve años, de forma ininterrumpida, se realiza en Venezuela, y que tiene su sede principal en Guanare, estado Portuguesa, pero que abarca otras tres cosedes: Barinas, Lara y Yaracuy”.
Desde su fundación, en el año 1982, por iniciativa de los actores Federico Collado, Alberto Ravara y Francisco Leonti, pioneros de grandes aventuras, el FTO ha sabido sortear todo tipo de obstáculos hasta hoy, “cuando se pone a un paso de las tres primeras décadas, surge nuevamente como lo ha hecho año tras año, con renovados bríos, para llevar al público teatral de cuatro regiones una serie de espectáculos de indiscutible calidad, realizados tanto por compañías nacionales como extranjeras”.
En todas las cosedes se presentarán las compañías extranjeras.
PROGRAMACIÓN
En Guanare se inició el FTO el viernes 11 con la agrupación Muros de Espuma Circo Teatro, de Colombia, con Actos de payasos .El domingo 13 actuará la compañía española Minimalteatro con Marat+Sade de Peter Weiss, versión de Alfonso Sastre, dirigida por Miguel Ponce. El lunes 14, la compañía argentina de Rubén Di Mauro muestra su espectáculo de títeres Neum y el libro secreto. El martes 15, el grupo Fundación José Ignacio Cabrujas, del estado Carabobo, muestra el monologo Allende, de Rodolfo Quebleen, con el primer actor Roberto Moll y bajo la dirección de Williams Urdaneta.
El jueves 17, Chile con la agrupación “Arriba los humanos”, con su montaje de títeres Un botón en mi cabeza y cierra el sábado 19 el grupo Desacuerdo Teatro y Teatro del Cronopio, de Ecuador, con La revuelta de los idiotas.
En Guanare, sede principal, la programación se ha copado agregando a las compañías mencionadas la participación de los grupos nacionales, además de los eventos extra teatrales que ya son costumbre en la programación: foro crítico, talleres, exposiciones, presentación de libros, charlas. Para este año, además, se instalará la carpa “Cacao”, un espacio para la comunidad, de la Fundación Circo Nacional de Venezuela, en la cual se presentarán eventos de circo, teatro, títeres, narración oral, danza y música.
Y en las tradicionales salas del Complejo Teatral Herman Lejter: Sala Federico Collado con programación para niños a las 7 pm. y sala Alberto Ravara con la programación de adultos, a las 9 pm. Incorporando los días 16 y 29 la sala experimental de la escuela de Teatro José Antonio Páez, a las 7 PM, en dos espectáculos de Argentina, para adultos.
Cosedes
En Barinas, concretamente en el Teatro Orlando Araujo, serán seis días de festival: el viernes 11, le corresponde a la Fundación José Ignacio Cabrujas, con el primer actor Roberto Moll y su monologo Allende; sábado 12 se presentará la compañía Minimalteatro, de España con la pieza Marat- Sade de Peter Weiss. El lunes 14 actuará la compañía Muros de Espuma Circo Teatro, de Colombia, con Actos de payasos, creación colectiva inspirada en la Escuela Rusa de Payasos Eslava Polunin, bajo la dirección de Felipe García. El miércoles 16 será para el grupo Teatro del Cronopio y Desacuerdo Teatro, de Ecuador, con La revuelta de las idiotas, de Guido Navarro, Andrea Moreno y Yasna Vivanco, con claras aproximaciones a las formas teatrales del cabaret, bajo la dirección de Guido Navarro. El viernes 18, de Argentina llega Petaka Teatro, con la obra Menguada, la hora, versión del cuento La hora menguada de Rómulo Gallegos, dramaturgismo de César Rojas, y dirigida por Jesús Gómez. Y el domingo 20 estará la compañía argentina Solo por hoy, con Gadst, texto y dirección de Facundo Agrelo.
En Barquisimeto, Lara, el Festival comenzará el sábado 12 con Petaka Teatro y su Menguada, la hora. El lunes 14 Minimalteatro, de España, con Marat+Sade de Peter Weiss. El martes 15 actuará el grupo argentino Solo por Hoy con Gadst, texto y dirección de Facundo Agrelo. El jueves 17, el grupo colombiano Muros de Espuma Circo Teatro con Actos de payasos. El viernes 18, el grupo Desacuerdo Teatro y Teatro del Cronopio, de Ecuador, con La revuelta de las idiotas. Cerrando su programación con el grupo Fundación José Ignacio Cabrujas, de Carabobo, con Allende.
En San Felipe, Yaracuy, el viernes 11 se iniciará el Festival con la compañía de Teatro Coordinación y su espectáculo Cecilia. El sábado 12. el grupo Desacuerdo Teatro y Teatro del Cronopio, de Ecuador, con La revuelta de las idiotas. El domingo 13, el grupo Fundación José Ignacio Cabrujas con Allende. El lunes 14, Petaka Teatro, de Argentina, con Menguada, la hora. El martes 15, Muros de Espuma Circo Teatro, de Colombia, con Actos de payasos. El miércoles 16 actuará la compañía española Minimalteatro con la obra Marat+Sade. Y el jueves 17 el grupo Solo hoy, de Argentina, con Gadst. El sábado 18. el Ateneo de Aroa con La historia del soldado de Stravinski, dirigida por Tomas Jurado Zabala.


domingo, noviembre 06, 2011

El mutis de Isaac Chocrón

Murió vivo Isaac Chocrón, un nombre propio muy grande del teatro venezolano. Guapeó contra su cáncer óseo y se fue de gira a las una de la mañana del 6 de noviembre de 2011, tras 81 años, un mes y 11 días de aportar cultura y mucho amor a su país.
El teatro para el maracayero Chocrón comenzó cuando Romeo Costea (Braila, Rumania, 1922), durante en la temporada caraqueña del 1959, le montó Mónica y el florentino. Antes, en el 1956, publicó Pasajes, su primera novela. Desde entonces no paró, nadie ni nada, ni sus enfermedades, lo podían detener en su carrera de escritor de éxitos teatrales y literarios. Todas sus piezas teatrales están envenenadas, tienen contenidos duros o pesados para que el público los descubra, los saboree y termine aceptándolos.
Lo hizo con Asia y el Lejano Oriente (la venta de un país), Okey (la compraventa de los seres humanos, no siempre al mejor postor), La revolución (el drama combatiente de la homosexualidad latinoamericana), La máxima felicidad (las dificultades existenciales de la bisexualidad), Mesopotamia (la vejez y las trampas para que sea feliz y acompañada), Escrito y sellado (la amistad y el amor más allá de la muerte), El acompañante (la inconmensurable soledad de los artistas) y Solimán, el magnífico (la muerte es el fin de todos, incluso de los mas poderosos), entre otras obras.
La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado también, fueron sus fantasmas. Y él los llevó a la escena. Por ese terminó siendo el gran patriarca del teatro venezolano.
El poeta Leonardo Padrón escribió que Chocrón es uno de los pocos venezolanos que pudo elegir lo que iba a hacer con su vida. Escogió el teatro, quizás, porque, como dijo Oscar Wilde, "es inmensamente más real que la vida". Seleccionó su propia manera de ejercer el amor. Renunció a una carrera académica, era economista, para casarse con su propia imaginación. Uso la escritura como oxígeno de sus pulmones, pero sobre todo eligió no traicionarse jamás. Desde ese siempre, no dejó de provocarnos con sus más de 20 obras de teatro, sus siete novelas y sus libros de ensayos. Además enseñó, que siempre tenemos dos familias: con la que se nace, la sanguínea, y la que elegimos, a partir de la amistad y de los afectos.
La última obra
Hace cinco años, un pool de amigos como Javier Vidal, Juan Carlos Gardié, Juan Carlos Alarcón y Annabelle Brun, todos dentro de un dispositivo escenográfico hiperrealista y con olor a cebolla y condimentos culinarios, creado por Edwin Erminy, dirigido por Michel Hausmann, lo homenajearon con el preciso montaje de su más reciente pieza, Los navegaos, en el teatro Trasnocho Cultural.
Los navegaos no es más que la saga de dos hombres mayores, Juan y Brauni, por encima de los 60 años, o sea en el proceloso camino de “los envejecientes”, cuya paz del retiro en su casa de la isla Margarita es alterada por la repentina visita de un familiar -Parol, mudo, pero no sordo, además- y por la materialización del fantasma de la muerte, la cual esperaban para más adelante, pero llegó y sin anunciarse. Hay además en la pieza un símbolo que advierte sobre el final de sus vidas, como es el corte de unas trinitarias que amenazan derrumbar los muros de ese refugio de la pareja de amantes masculinos, que eso fueron durante algo así como 40 años, ahora convertidos en amigos hasta el final, y está además la básica presencia de una cachifa o mujer de servicio, Luz.
Esos cuatro personajes crean situaciones cómicas por lo que hacen, más no por lo que dicen, y le dan un ritmo entretenido a la obra, especialmente por los intentos del mudo de hacerse comprender por los otros y por los espectadores, como es lógico. No es frecuente en el teatro encontrarse con un personaje con limitaciones como el mudo Parole.
Con respecto a Los navegaos hay que advertir como Chocrón recurre a todas sus tradiciones estilísticas teatrales, desarrolladas a lo largo de su veintena de piezas, en cuanto a la temática, los conflictos, la pureza del lenguaje y, fundamentalmente, el mensaje que quiere hacerle llegar al publico por intermedio de interrogantes que el mismo debe responderse. El público, para el cual siempre se trabaja, ríe a mandíbula batiente de las tragedias de la pareja de "envejecientes" y el drama del mudo para comunicarse.
Escribía para hablar con Dios
Y en el complejo ping pong con los periodistas, desde que se hizo famoso, a quienes nunca evadió, nos dijo en una ocasión, cuando cumplió 75 años, esto que lo define:
-Yo fui criado en la religión judaica y cuando niño participaba en las grandes fiestas y aprendí a leer fonéticamente el hebreo, porque ya tenía la chispa del teatro por dentro, para mi Bar Mitzvab. Eso gustó tanto a unos judíos religiosos que le ofrecieron a mi papá una beca para que yo terminara mis estudios en Estados Unidos y de esa manera yo seria el primer rabino nacido en Venezuela. Mi papá Elías al escuchar tal propuesta, me mando a estudiar a una escuela militar de Estados Unidos… y todo el mundo sabe lo que pasó después. Pero con el paso de los años, me he dado cuenta de que Dios para mí es como la luz de una vela o como la luz del Sol. Es una esencia, que de alguna manera me dirige y me da confianza”.
Chocrón no invocaba a Dios e incluso sus amigos judíos le reclamaban porque no visitaba frecuentemente la sinagoga. “Pero yo les digo que soy un judío laico, una expresión que aprendí en Israel, No soy tan religioso. Creo que mi manera de comunicarme con Dios es escribiendo”.
Ahora que Chocrón sale de escena, se le recordará no solo por su teatro y su novelística, además de su pulcra ensayística, sino por sus extraordinarias anécdotas personales, donde quizás haya suficiente material para obras teatrales de quienes lo sobrevivan y logren escribirlas.
Nosotros, modestamente, lo tenemos en el melodrama El fantasma de Bonnie, escenificada en la sala Rajatabla, en mayo de este año, por Dante Gil y su agrupación Veneteatro.
Excelente maestro
Chocrón era un excelente maestro no solo desde la cátedra, sino también por intermedio de sus declaraciones para la prensa. En una entrevista con Stefanía Mosca, puntualizó las diferencias notables entre el teatro y la novela.
El enseñó ahí que “en una obra de teatro, al empezar, hay una situación extraña, tensa, irregular, que afecta a los personajes y los personajes se transforman por esa situación, al mismo tiempo. Aparece una mamá que le dice a su hijo: "Tú eres un perro. Yo no te quiero ver más". Ya hay una situación. Para el público el teatro son preguntas que se van hilvanando. Nadie entra a escena y dice: "Mi nombre es Isaac Chocrón, mi cédula de identidad es ésta, yo vivo en tal parte y tal parte y mi mamá es una perra". No, dice: "Tú eres una perra, mamá". El teatro tiene esa inmediatez. Lo más importante en el teatro, como en la vida, no es lo que uno dice, sino los tonos, los tonos con que se habla. Yo puedo decir: "El gato es negro", y de acuerdo a como yo lo diga, puede ser una declaración de amor o puede ser el mayor insulto. El teatro sucede o no sucede, y no hay tutía…La novela es otra cosa. La novela tiene una intimidad envidiable. El que escribe, escribe solo, y lo que escribió lo lee una sola persona. Es una cosa muy íntima entre dos: una persona del pasado y la persona del momento, la que está leyendo. Por otra parte, en una narración, las descripciones pueden ser muy detalladas y ahí, quizá, está el arte del novelista. Uno detalla lo que ve. En una obra de teatro uno no puede decir: "Hamlet tiene 28 años, es rubio, de ojos azules, tiene 30 de cintura". No, porque de pronto Hamlet lo puede interpretar un gordito de 36 años, de pelo afro y es una maravilla”.

sábado, noviembre 05, 2011

Cinco mujeres intensas

Todo lo humano es perecedero, pero es posible arrinconar la muerte y para eso debemos trabajar, especialmente en esta Caracas donde el periplo de las instituciones culturales esta signado por la saga vital de sus directivos. Hemos visto como languidecen y cierran algunas agrupaciones porque la Parca se lleva a sus líderes y no son bien sustituidos o también desaparecen los sucesores sin que hayan cuajado sus relanzamientos
Recordamos esto porque el grupo teatral Bagazos, fundado en 1979, creció notablemente y ahora, de la mano de su director-fundador Gerardo Blanco López, inauguró un importante espacio escénico para actividades lúdicas y educativas. Se trata de la sala La Caja Teatral, planta baja del Centro de Artes Integradas, en Terrazas del Ávila, vía Universidad Metropolitana. ¡Larga vida deseamos a este proyecto!
Y para festejar ese exultante logro que favorece a la comunidad, Bagazos estrenó el espectáculo Monólogos del silencio o Aventuras y desventuras de mujeres intensas, dirigido con inteligencia y precisión por Blanco López, con la excelente actuación de Gladys Prince, apuntalada correctamente en la violinista Inés Bravo y los intérpretes María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores.
TEATRO FEMENINO
En un país donde siete de cada diez espectadores teatrales son mujeres, no extraña que se monten obras sobre diversas facetas del quehacer femenino o de los seres humanos en general. Y esto lo hemos aprehendido tras reseñar, a lo largo de cuatro décadas, lo que pasa en los escenarios de Caracas u otras ciudades. ¿Qué por qué el público es mayoritariamente femenino? No damos una opinión rotunda, porque todavía nos limitamos a registrar, a contar cabezas en las plateas y tomar nota para más adelante. Es posible que esas cabecitas rubias o rojizas o castañas sean de gente muy sensible, de seres curiosos, de mujercitas que buscan en la escena explicaciones a sus íntimas preguntas.
Pero dejemos interrogantes y aventuradas respuestas de lado y vayamos al doble motivo de esta crónica: la inauguración de una sala teatral y la presentación de un montaje centrado en peripecias existenciales o en aventuras y desventuras de cinco mujeres intensas, a quienes la primerísima actriz Gladys Prince ha creado, las diferencia profundamente y las hace amar o sufrir o añorar.
Este aleccionador espectáculo por sus contenidos y realización global presenta a la hembra como interlocutora con sus propias vivencias, sus pasiones y su lucha armónica y total por lo que ama o por lo cual se mueve o vive. Integrado por cinco monólogos, son sagas estremecedoras que cuentan, en tiempo de drama y comedia, de la entereza, voluntad, pasión y tenacidad que solamente tienen ellas, las mujeres, porque para ellas el amor es sangre y muchas desgarraduras, físicas y sentimentales.
CINCO EN UNA
La boca amordazada
(1999), de la argentina Patricia Zangaro, enseña como la pasión cabalga sobre la razón y el premio es la mujer lapidada por serle infiel al marido y además revivir el mito de Fedra, el amor carnal con el hijastro. Es un corte vertical sobre las leyes islámicas que tienen a la mujer sometida al macho y le niegan su libertad en lo más íntimo. Gladys Prince se transforma de tal manera que la realidad escénica es conmovedora y lastima las ánimas del público, especialmente en esta Venezuela donde la mujer compite de igual a igual con el varón, aunque todavía hay violencia de género.
Amar a solas no es exclusividad masculina, a las mujeres también le pasa lo mismo y para mostrarlo la dramaturga caraqueña Mónica Montañés entrega La historia de un hombre que fue feliz con otra (2004). Es uno de esos amores platónicos donde el objeto macho jamás se entera de la pasión que despierta a su amante cercana, quien envejece atada a un imposible. Una historia agridulce que produce más que sonrisas y enfrenta al público con el espejo para descubrirse impotente con un amor que se pierde por el tiempo y la muerte. Deliciosa y llena de picardía la manera que la actriz utiliza para revelar esa herida que sangra para adentro cuando nos enamoramos y no podemos decirlo o nadie interesa, sino al ser que ama. Ellas y nosotros tenemos el mismo mal.
En este año Bicentenario no podía faltar una heroína, la colombiana Policarpa Salavarrieta, la Pola (1850) de Lisandro Ruedas. El ejemplar lamento de la fémina que lo sacrifica todo por la libertad de su tierra del yugo español, mientras en el calabozo espera la muerte, sin importarle todo lo que pierde al sacrificar su vida que dedicó por completo a la patria. Gladys aquí enseña lo que es el verdadero sacrifico,
Gerardo Blanco López también se aplica a la dramaturgia y lo demuestra pícaramente con su Bonsái de canutillos (2010) para recordar en clave de humor como el sexo y la locura pueden convertir a una mujer en un arma letal, precisamente porque la soledad y el desamor así lo estimulan. Es una ventana hacia la locura en medio de una sociedad donde todo es normal y lo inconveniente se esconde o se justifica. Nuevamente Gladys se supera a si misma y se metamorfosea por la magia del atuendo y una peluca dorada, aunada a un desopilante trabajo físico.
Y todo se cierra con Mi plegaria (2006) donde la actriz escribe para exaltar a Susanita, mujer que adoraba a su señora, la gran Eva Moreno, personificada ahora por una muñeca al estilo de Armando Reverón.
EL ESPECTACULO
Dirigir monólogos ha sido una de las pasiones de Gerardo Blanco López y así lo demuestra desde 1996 cuando inventó El aplauso va por dentro, el show que Mimi Lazo ha perpetuado todos estos años, gracias además al texto de Mónica Montañés. Y ahora con Monólogos del silencio reitera que sí sabe dirigir actrices y que la escena es como el caldero del nigromante, capaz de inventar mundos y feminidades, apuntalado en la música que interpreta Inés Bravo y los humorísticos anfitriones, María Fernanda Esparza y Cipriano Castro Flores. Todo un delicioso y estremecedor trabajo para reiterar ese mundo tan particular en el que transitan las mujeres por…esos hombres.
ESPACIO DE INTEGRACION
El Centro de Artes Integradas (CAI) -dirigido por Trina Itriago y Gerardo Blanco López-tiene como objetivo contribuir a la formación del individuo con un enfoque integral de las artes, la ciencia y la tecnología e impulsar la generación de nuevos valores ciudadanos, la calidad de vida y espacios de integración social. Una asociación civil sin fines de lucro, con amplia trayectoria en organización de talleres para estudiantes y profesionales, que apoya y abre puertas a nuevos valores de la escena nacional, presentando sus montajes. Esta abierto a los que trabajen buscando avanzar y enriquecer el ámbito teatral.
LA CAJA TEATRAL

Teniendo a Bagazos-asociación civil sin fines de lucro, con 32 años de trayectoria-como motor, su objetivo es hacer un espacio para que profesionales y agrupaciones, dicten talleres, cursos, seminarios en aras de la formación teatral; presenten espectáculos, lecturas dramatizadas, montajes y eventos especiales; una escena donde los artistas se encuentren e intercambien experiencias y proyectos que puedan contribuir al desarrollo cultural del país. Este teatro, que se inició como un sueño de Salvador Itriago, tiene un aforo de 74 puestos y dispone de estacionamiento gratuito con vigilancia privada.








Festival de Teatro Caracas 2011

Nadie puede desconocer como históricamente el movimiento teatral venezolano ha estado siempre identificado con las reivindicaciones sociales y los respectivos retos de la modernidad para obtener un lenguaje propio y de impacto en el contexto social. Sus dramaturgos, actores y técnicos, además del consecuente público, son luchadores contra la violencia, la intolerancia y el pragmatismo que devalúa la vida.
Reiteramos esto, porque Jorge Rodríguez y Jackeline Faría, Alcalde de Caracas y Jefa de Gobierno del Distrito Capital, son venezolanos empeñados en materializar un proyecto que los desvelaba: organizar y ejecutar el Festival Nacional de Teatro Caracas 2011.Trabajan con un equipo donde Freddy Ñañez y Anthony Gómez, en representación de Fundarte, llevan la batuta para que 80 agrupaciones criollas se presenten, del 11 al 25 de noviembre, en 51 espacios convencionales y no convencionales, las cuales realizarán 160 funciones: 110 para adult@s y 50 niñ@s y adolescentes.
La inauguración del Festival Nacional de Teatro de Caracas, pautada para las siete de la noche del viernes 11 de noviembre en el Teatro Municipal, ha sido asignada al autor y director Ibrahim Guerra, quien presentará su comedia Seguimos o paramos, donde participan comediantes de la talla de Alejandro Corona. Se trata de un espectacular sainete cuyo epílogo se decidirá durante el estreno.
Ibrahim Guerra (Caracas, 1944) empezó su peregrinar por las artes escénicas hace más de 53 años. Se graduó de bachiller (1961) y comenzó a estudiar ingeniería, “pero aquello era insoportable”. De todas maneras recibió su titulo y ejerció durante siete años, en IBM, pero antes, estando en tercer año, ingresó a la Escuela de Capacitación Teatral de la UCV (1965). Su pieza A 2,50 la cubalibre, que lo ha convertido en autor internacional y esta en la programación del Festival con varias funciones en el hotel Alba Caracas, exhibe un elenco estelar donde participan Mimi Lazo y Luis Fernández, quienes además han sido pautados para mostrar sus afamados monólogos, El aplauso va por dentro y No eres tu, soy yo, en el teatro Cristo Rey, de la parroquia 23 de enero.
Como conocemos a la mayoría de las agrupaciones involucradas en esa fiesta cultural, además de haber visto gran parte de sus espectáculos-viene El desconocido de Tomas Jurado Zabala, dirigida por Carlos Arroyo, desde Guanare-solamente nos queda aplaudir para que esa muestra ecléctica sea degustada por oceánicas multitudes en esta capital.
La ganancia de esa gran batalla cultural que significa un festival de tal magnitud, donde intervienen 600 actores, puede ser la creación de un verdadero sistema de las artes escénicas para el Distrito Capital que contemple la formación y el desarrollo de la creación libre y sustentable. Solo así las artes criollas, en especial nuestro caro teatro, constituirán un auténtico servicio público de primera necesidad. ¡Y de ahí deberá surgir el necesario teatro del siglo XXI!

miércoles, noviembre 02, 2011

Concurso de Dramaturgia César Rengifo

Para no olvidar el periplo existencial del caraqueño autor teatral, pintor y poeta César Rengifo (1915-1980), la Alcaldía de Caracas y el Gobierno del Distrito Capital realizan la convocatoria para la segunda entrega de Concurso Nacional de Dramaturgia que lleva su epónimo.
Es por eso que se publican las normas del Concurso, por lo cual recomendamos a los veteranos o principiantes que lean las bases para que estudien las posibilidades de participar, porque además de la publicación del texto ganador, podrán recibir 30 mil bolívares y hasta el montaje de la obra.
BASES
Podrán participar escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país que no hayan sido premiados en anteriores ediciones del concurso ni estén participando en otros certámenes paralelos al César Rengifo.
Las obras, que deberán ser inéditas, entendido por ello las distintas formas de difusión impresa y/o mediática incluyendo sus formas de representación escénicas, deben tener una extensión mínima de 40 cuartillas y máxima de 100.
Serán descalificadas las obras que hayan adquirido algún tipo de compromiso editorial previo que afecten los intereses del presente certamen.
El tema: Los grandes acontecimientos políticos y sociales en Venezuela desde Pérez Jiménez al Caracazo.
Deberán consignarse un (1) original y cuatro (4) copias encuadernadas en el siguiente formato: Tamaño carta a doble espacio, impreso por una sola cara. Letra “Arial 12”, bajo lema o pseudónimo. No se aceptarán trabajos que vengan con ilustraciones, fotografías ni otros añadidos gráficos. En sobre aparte cerrado se consignará biografía del autor, copia de cédula de identidad, y ficha de la obra con la que concursa.

Los trabajos deberán ser enviados vía correo o entregados personalmente en la sede de la Fundación para la Cultura y las Artes en el horario comprendido entre las 9 am y las 5 pm a la siguiente dirección: Av. Lecuna, Parroquia San Agustín, Edif. Tajamar. PH. Distrito Capital.
La obra ganadora recibirá un premio en metálico único e indivisible de Treinta mil bolívares (30.000, oo), diploma de reconocimiento y publicación cuyo tiraje será de 2000 ejemplares.
La Alcaldía de Caracas, a través de Fundarte, se reserva el derecho de publicación y montaje de la obra ganadora y sus respectivas menciones (si las hubiere) durante el año del concurso sin que esto represente un compromiso adicional con el autor de la obra ganadora a lo ya expresado en las cláusulas anteriores.
El jurado estará conformado por tres personas de reconocida solvencia en el campo del teatro y del tema escogido para la presente edición del certamen y su labor consiste en evaluar pormenorizadamente cada obra participante y emitir un veredicto en el plazo establecido en las presentes bases. Sus nombres serán dados a conocer en la publicación del veredicto. El fallo del jurado será inapelable.
El concurso queda abierto a partir de la publicación de las presentes bases y cierra el 15 de marzo de 2012 a las 4:00 pm.
El premio podrá ser declarado desierto.