Según lo señalan sociólogos, antropólogos e intelectuales, en general, la tradicional familia occidental, bien sea burguesa o popular, está en crisis desde los siglos XIX y XX. Y como durante esta primera década de la centuria XXI se agudizó de tal manera su deterioro, el dramaturgo Gustavo Ott (Caracas, 1963) y un puñado de autores estructuraron un didáctico y reflexivo plan teatral, cuyo argumento era un conjunto de visiones sobre lo que han sido o son “los machos”, engendradores irresponsables de hijas o hijos en Iberoamérica, causa directa o indirecta de los actuales niveles de violencia social y progenitores del monumental despropósito familiar. Para analizar y denunciar todo eso ejecutaron, pues, El Proyecto Padre: Obras José, original reto artístico, escenificado en el Teatro San Martín de Caracas (TSMC).
Trilogía paternal
Ott y otros 11 dramaturgos de siete países iberoamericanos, apuntalados en un valioso y trabajador conglomerado humano y artístico, que cree en las bondades de la cultura que emana de los escenarios, hicieron posible la mega producción de 12 obras, repartidas en tres espectáculos diferentes, los cuales tuvieron sus temporadas durante los últimos tres años. El Primer Padre: Obras José Amaneceres se estrenó el 8 de Junio del 2007. El Segundo Padre: Obras José Noches fue exhibido desde el 5 de Junio del 2008 y El Tercer Padre: Obras José Atardeceres comenzó el 6 de febrero de 2009. El público y la crítica reseñaron el éxito de cada una de esas temporadas, que plenaron los espacios del Teatro San Martín, en Artigas. Ahí se mostró al padre iberoamericano en un proyecto artístico para reflexionar sobre las dimensiones humanas de un personaje vital para la existencia y la estabilidad de la familia.
Dimensiones humanas
A sabiendas que el teatro no debe ser explicado fuera de la escena misma, hay que recordar que el personaje central, José, poseía las mismas características en cada una de las 12 piezas, aunque variaba su contexto, condición social, usos del idioma, profesión, etcétera. Si era burgués en una obra, en la otra era obrero, macho u homosexual, filósofo o idiota, tahúr o santo; o casado, divorciado o viudo y vivía al mismo tiempo en Venezuela, Argentina, Colombia, España, Chile, Puerto Rico o México. También ocurría que José hablaba mucho o poco y su vida era diferente en cada obra, aunque era siempre el mismo José: padre de uno o varios hijos. Y será siempre el mismo, porque cada papá es, además de personaje, una metáfora. Le correspondió al público opinar y aprehender lo que ahí se dijo o enseñó.
El tercer padre
Y ahora, para poner en marcha un programa, de cooperación interinstitucional con la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), el Teatro San Martín realizó una temporada en la sala de conciertos, con la tercera entrega de El Proyecto Padre, o sea José Atardeceres, buscando así llegar a más espectadores y suscitar la necesaria reflexión sobre el rol del padre en el complejo drama de las familias. Este es el espectáculo más profundo y difícil de los tres presentados hasta ahora. Es el que tiene más piezas y donde el director Costa Palamides realizó un trabajo de dramaturgia con los cinco dramaturgos y logró hilar, como un buen autor no sólo de la escena, sino de la literatura, las cinco historias que, en tiempos, contextos y lenguajes distintos, apenas tienen un punto de coincidencia: un personaje llamado José.
Trilogía paternal
Ott y otros 11 dramaturgos de siete países iberoamericanos, apuntalados en un valioso y trabajador conglomerado humano y artístico, que cree en las bondades de la cultura que emana de los escenarios, hicieron posible la mega producción de 12 obras, repartidas en tres espectáculos diferentes, los cuales tuvieron sus temporadas durante los últimos tres años. El Primer Padre: Obras José Amaneceres se estrenó el 8 de Junio del 2007. El Segundo Padre: Obras José Noches fue exhibido desde el 5 de Junio del 2008 y El Tercer Padre: Obras José Atardeceres comenzó el 6 de febrero de 2009. El público y la crítica reseñaron el éxito de cada una de esas temporadas, que plenaron los espacios del Teatro San Martín, en Artigas. Ahí se mostró al padre iberoamericano en un proyecto artístico para reflexionar sobre las dimensiones humanas de un personaje vital para la existencia y la estabilidad de la familia.
Dimensiones humanas
A sabiendas que el teatro no debe ser explicado fuera de la escena misma, hay que recordar que el personaje central, José, poseía las mismas características en cada una de las 12 piezas, aunque variaba su contexto, condición social, usos del idioma, profesión, etcétera. Si era burgués en una obra, en la otra era obrero, macho u homosexual, filósofo o idiota, tahúr o santo; o casado, divorciado o viudo y vivía al mismo tiempo en Venezuela, Argentina, Colombia, España, Chile, Puerto Rico o México. También ocurría que José hablaba mucho o poco y su vida era diferente en cada obra, aunque era siempre el mismo José: padre de uno o varios hijos. Y será siempre el mismo, porque cada papá es, además de personaje, una metáfora. Le correspondió al público opinar y aprehender lo que ahí se dijo o enseñó.
El tercer padre
Y ahora, para poner en marcha un programa, de cooperación interinstitucional con la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), el Teatro San Martín realizó una temporada en la sala de conciertos, con la tercera entrega de El Proyecto Padre, o sea José Atardeceres, buscando así llegar a más espectadores y suscitar la necesaria reflexión sobre el rol del padre en el complejo drama de las familias. Este es el espectáculo más profundo y difícil de los tres presentados hasta ahora. Es el que tiene más piezas y donde el director Costa Palamides realizó un trabajo de dramaturgia con los cinco dramaturgos y logró hilar, como un buen autor no sólo de la escena, sino de la literatura, las cinco historias que, en tiempos, contextos y lenguajes distintos, apenas tienen un punto de coincidencia: un personaje llamado José.
Gracias al talento de los actores Ludwig Pineda, José Gregorio Martínez, María Brito y Juliana Cuervos, conducidos por Palamides, se pudieron ponderar las piezas: El padre José del mexicano Ángel Norzagaray, ¿Quién eres tu? del hispano Ignacio del Mortal, La cuota de plusvalía del chileno Benjamín Galimiri, Domingo de la argentina Mónica Ogando y Cantaba mi padre boleros de Isolina del español Santiago Martínez Bermúdez, que integran José Atardeceres.
Palamides analizó esos textos, disímiles en su lenguaje, concepción y temática, y descubrió que había situaciones que los unían, por ejemplo el crimen de Cantaba… lo condujo a la prisión de La cuota… y al posterior enfrentamiento con la justicia por la pederastia de El padre José y la enfermedad del padre de Domingo le lleva más fácilmente al hospital de ¿Quién eres tú? Así que exceptuando el de Galimiri que se presenta en un solo segmento, los otros cuatro textos fueron divididos en dos segmentos y con eso armó el rompecabezas o la rayuela -el piso del escenario exhibe las cuadriculas de ese juego infantil- sobre el cual se desarrolla el montaje. La obra de Martín la usó de prólogo y epílogo por lo del crimen, y con el bolero “Dos gardenias creó un fin de fiesta, para recordar la predilección que tiene por la música popular, presente en casi todas sus puestas en escena.
Lo obtenido es un espectáculo vertiginoso sobre cinco padres, nada ejemplares en su mayoría, donde se demuestra que los deberes de la paternidad no son enseñados convenientemente y que las consecuencias repercuten severamente en hijos e hijas, para no hablar de sus esposas o compañeras. Es un alegato sobre la soledad existencial del progenitor y además iberoamericano. Es una abierta invitación para que los papás en el siglo XXI cambien o sean diferentes, ya que, como lo dice Palamides, este montaje es un “esclarecedor y a la vez aterrador rompecabezas de angustias y delirios sobre la paternidad en nuestros días, sobre cinco padres terriblemente verídicos, reconocibles y patéticos”.
Las actuaciones son memorables gracias a las diferentes composiciones que asumieron cada uno de los intérpretes y la versatilidad demostrada en cada una de las cinco piezas o sea en ese ejemplar y desopilante “cóctel escénico” que materializó Palamides.
Otros elencos
El Primer Padre: Obras José Amaneceres reunía las piezas Los adioses de José de Víctor Viviescas (Colombia); El que te cogió y se fue de Elio Palencia (Venezuela); Papá poeta de Ricardo Halac (Argentina) y Cenizas vivas de Roberto Ramos Perea (Puerto Rico). El elenco lo integraron los actores Gonzalo Cubero, Trino Rojas, María Eugenia Romero, William Escalante, José Luis Záez y Lismar Ramírez, bajo la dirección general de Luis Domingo González. El Segundo Padre: Obras José Noches compilaba las obras El testamento de José de Luis Mario Moncada (México); La rosa mística de Patricia Suárez, (Argentina) y Notará que llevo un arma de Gustavo Ott (Venezuela), dirigidos por el mexicano Marcos Vieyra, con la participación de Susana Varela (Argentina) y los actores venezolanos, Luis Domingo González, David Villegas, José Gregorio Martínez y Jennifer Morales.
Otros elencos
El Primer Padre: Obras José Amaneceres reunía las piezas Los adioses de José de Víctor Viviescas (Colombia); El que te cogió y se fue de Elio Palencia (Venezuela); Papá poeta de Ricardo Halac (Argentina) y Cenizas vivas de Roberto Ramos Perea (Puerto Rico). El elenco lo integraron los actores Gonzalo Cubero, Trino Rojas, María Eugenia Romero, William Escalante, José Luis Záez y Lismar Ramírez, bajo la dirección general de Luis Domingo González. El Segundo Padre: Obras José Noches compilaba las obras El testamento de José de Luis Mario Moncada (México); La rosa mística de Patricia Suárez, (Argentina) y Notará que llevo un arma de Gustavo Ott (Venezuela), dirigidos por el mexicano Marcos Vieyra, con la participación de Susana Varela (Argentina) y los actores venezolanos, Luis Domingo González, David Villegas, José Gregorio Martínez y Jennifer Morales.
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