Fue la Reina del Teatro o la Reina de las Tablas de Colombia. Nació en el Buenos Aires de 1930 y murió el 16 de agosto de 2008 en Cali. Era actriz, directora y empresaria de las artes escénicas. Desde 1988, en llave con el argentinovenezolano Carlos Giménez, puso en marcha el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Y para que su nombre nunca se olvide, los intérpretes colombianos lograron que el Congreso de la República aprobara la Ley Fanny Mickey, porque ella protegió y dio trabajo a los artistas. Ahora ese acto legislativo será promulgado por el presidente Álvaro Uribe Vélez, antes del próximo 7 de agosto.
¿Y por qué hacemos noticia sobre esa ley colombiana?
¿Y por qué hacemos noticia sobre esa ley colombiana?
Porque actores y actrices venezolanos deben seguir ese ejemplo y luchar en la Asamblea Nacional para que sea aprobada una disposición similar, ya que aquí, como al lado, el negocio de la televisión y el cine rompió fronteras y produce pingües ganancias que no favorecen a los que dan sus caras y algo más para que se iluminen las pantallas con sus historias, con sus trabajos.
¿Serán capaces los artistas venezolanos en luchar, una vez más por sus derechos?
Cuando se de ese dia, que amanecerá por supuesto, las empresas criollas que usen telenovelas y peliculas colombianas tendrán que pagar lo que les corresponde. Y alla también pagarán los derechos de sus colegas.
La Ley Fanny Mickey reconoce a los artistas o ejecutantes de las obras audiovisuales, el derecho a recibir una remuneración equitativa por la emisión pública o el alquiler de obras audiovisuales de las que hacen parte. Se trata de un reconocimiento patrimonial a los derechos de autor, porque los actores dejan más que su memoria en el papel, ponen su espíritu, su preparación y su vida.
El derecho de remuneración se hará efectivo a través de sociedades de gestión colectiva de derechos de autor, que deberán crear los artistas, para que los represente y cobre los derechos de comunicación pública.
La ley busca entonces proteger los derechos patrimoniales de los actores de telenovelas y películas, que después de ser transmitidas en el país, son vendidas y retransmitidas sea en Colombia o en el exterior.
La ley aclara que no se tienen en cuenta las emisiones públicas, por tanto no habrá remuneración cuando se hace con fines educativos. Dentro de las restricciones también está que los artistas no pueden suspender, prohibir o alterar la normal explotación comercial de la obra por su productor, utilizador o causahabiente.
Durante las sesiones de discusión de la ley, la mayoría de productoras y comercializadoras de televisión se opusieron a la norma, argumentando que tendrán que pagar más a los artistas.
Hay que señalar que Colombia es uno de los principales países exportadores de América Latina, de producciones de televisión, como telenovelas, dramatizados y otras series, además de películas.
"Es un acto de justicia, porque los artistas le han dado mucho al país, no solamente los actores. También están los escritores, productores, en fin, toda la gama del arte colombiano", dijo el ministro de Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio.
Sobre el nombre de la ley, dice Anamarta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá: "Era como una manera de hacerle un homenaje a una persona que representa lo importante del trabajo cultural de este país y la dignificación del trabajo del actor".
El derecho de remuneración se hará efectivo a través de sociedades de gestión colectiva de derechos de autor, que deberán crear los artistas, para que los represente y cobre los derechos de comunicación pública.
La ley busca entonces proteger los derechos patrimoniales de los actores de telenovelas y películas, que después de ser transmitidas en el país, son vendidas y retransmitidas sea en Colombia o en el exterior.
La ley aclara que no se tienen en cuenta las emisiones públicas, por tanto no habrá remuneración cuando se hace con fines educativos. Dentro de las restricciones también está que los artistas no pueden suspender, prohibir o alterar la normal explotación comercial de la obra por su productor, utilizador o causahabiente.
Durante las sesiones de discusión de la ley, la mayoría de productoras y comercializadoras de televisión se opusieron a la norma, argumentando que tendrán que pagar más a los artistas.
Hay que señalar que Colombia es uno de los principales países exportadores de América Latina, de producciones de televisión, como telenovelas, dramatizados y otras series, además de películas.
"Es un acto de justicia, porque los artistas le han dado mucho al país, no solamente los actores. También están los escritores, productores, en fin, toda la gama del arte colombiano", dijo el ministro de Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio.
Sobre el nombre de la ley, dice Anamarta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá: "Era como una manera de hacerle un homenaje a una persona que representa lo importante del trabajo cultural de este país y la dignificación del trabajo del actor".
Y nosotros, nos sentimos felices que despues de su mutis terrenal esta señora del teatro siga ayudando a sus colegas,abriendo teatros y repartiendo cultural,como la vimos,por primera vez en los años 60 de aquel Cali de nuestra adolescencia.
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