sábado, agosto 30, 2014

Hija de gato o tragicomedia de papá transfuga

La realidad de las familias venezolanas se hace teatro breve.
Alejandra Machado Montañés debutó como dramaturga  con  Hija  de gato, breve texto para actriz y actor, puesto en escena y producido, respectivamente, por Elba Escobar y Mimí Lazo, íntimas amigas de su mamá Mónica Montañés Chalbaud. El cual se presenta en la sala teatral Urban Cuplé del CCCT: sábados a las 6 pm y domingos a las 5 pm
Ahí, la veinteañera Malena cita a Paúl, apodado “Gato”, su progenitor a un bar para decirle un par de cosas que él  nunca se esperaba. La muchacha le arma una discusión ante la vista del público, quien mudo es testigo de un conflicto que poco a poco se revela: es el ácido encuentro entre un padre eventual y una hija que le reclama sus reiteradas ausencias, ese abandono del hogar que nunca será explicado ni aceptado jamás por ella.
“El gato”, con más allá de 40 años, es hábil en la mentira machista  y manipula sus conflictos para utilizar ese breve y fugaz reencuentro para convencerla  de que la necesita porque ella, que es cantante,  podrá acompañarlo con su voz en la grabación de un disco, con el cual es posible que salgan desde abajo de la pirámide donde se encuentran y logren ser estrellas durante no se sabe  cuántos minutos.
Paul y Malena hacen las paces y deciden ensayar las canciones que serán los pasaportes hacia ese futuro siempre soñado .Y dejan al público conmovido por el reencuentro, a sabiendas que no durará mucho tiempo, porque tanto él como ella van con ritmos  diferentes y por calles no paralelas hacia sus destinos en una sociedad donde todo se vale y la mentira es la moneda de cambio, aunque ella se conserva más pura, no se sabe por cuantas lunas.
Con lenguaje suave y sin rebuscamientos, en Hija de gato se ponderan las difíciles  y complejas relaciones  de los hijos con padres separados o divorciados  y se aprecian las heridas sin sangre que dejan las ausencias, los silencios y las sombras sospechosas del no-amor entre una hembra y un varón que traen hijos al mundo sin pensarlo dos veces. 
Es, pues, Hija de gato otra desgarradora comedia agridulce, la cual recuerda como los hogares sin la presencia paterna sobrepasan el 67% de una sociedad  tercermundista, como la venezolana; donde las mujeres no pueden soñar con una mañana sólido y acompañadas, mientras  los varones siempre  andarán a la caza de la hembra o la supuesta compañía ideal,  aunque en el camino dejen hijos; mientras que en la televisión las parejas felices se muestran a borbotones. ¡Hay, por supuesto, excepciones, lamentablemente en bajos porcentajes, como lo subrayan las  crueles estadísticas sociológicas!
Malena es encarnada por Alejandra -quien ya ha demostrado talento histriónico en varias telenovelas- mientras que el tragicómico Paul  es nada menos que el veterano comediante Rafael Romero. Una pareja que demuestra  verdad escenica y hacen así que la pieza  sea más patética.
De Malena sabemos que seguirá  peleando por sus derechos, que son los mismos de tod@s l@s hij@s en esa situación,  mientras que Alejandra Machado Montañés también continuará escribiendo teatro -estudia en la Escuela de Artes de la UCV y es alumna de la dramaturga Xiomara Moreno- y actuando, bien asesorada además por sus ángeles protectores,con su mamá a la cabeza.

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