Todos quieren exhibirse ahí, pero no hay espacio para tanta gente. Aún no tiene la capacidad física para tamaña empresa. Todos quieren estar en ese sitio de moda porque es un lugar que tiene todas las comodidades para el público, que es para quien se hace el teatro y sin cuya presencia todo proyecto artístico, por más revolucionario que sea, está condenado al fracaso. Ese es el Teatro Trasnocho, ubicado en el Complejo Cultural Trasnocho del Centro Comercial Paseo Las Mercedes, llamado por algunas como “El faro del teatro venezolano contemporáneo” o “El Ateneo del siglo XXI”.
El Teatro Trasnocho, por ahora, consta de una sola sala y su capacidad depende de la configuración. Si se utiliza un escenario a la italiana, que es el más demandado, hay 308 butacas; para un café concert hay 220; caben 450 personas de pie; si se monta una pasarela entran 256 y cuando es arena hay espacio para 312 butacas. Los cálculos para sus ingresos por temporada de espectáculo son fáciles de lograr si se tiene en cuenta que hasta este 2005 la entrada costaba 20 mil bolívares.
El teatrero Moisés Guevara, gerente artístico del Teatro Trasnocho, tras aclarar que no se atrevía a definir al teatro venezolano que se está haciendo en este siglo, subrayó “lo que sé es que hay que abandonar las discusiones bizantinas para acercarnos a un teatro donde coincida lo que queremos decir y lo que el público quiere escuchar. Tenemos que abandonar la disociación”.
-¿Por qué las temporadas se hacen de viernes a domingos?
-Se hacen así por varias razones. No creo que tengamos todavía suficiente público para alargar los días de función y sacrificar el esquema de apoyo a las temporadas. Otra es que no quiero sacrificar los espacios programáticos para otros géneros, como los conciertos y las temporadas de zarzuela y ópera que se presentan durante los otros días. El próximo año tenemos nueve meses para la temporada de ópera de cámara. Además debemos atender las demandas para otro tipo de eventos. Nosotros tenemos que atender los mercados que abrimos y posicionamos.
-¿Por qué no producen espectáculos propios?
-Nos asumimos como un espacio de presentación de espectáculos, nunca nos pensamos distinto. Hay muchas agrupaciones y productores independientes en comparación con las salas de teatro que están operativas. Caracas tiene más de 80 salas y pocas de ellas están operativas. No tiene sentido competir con nuestros aliados, por el contrario tenemos que apoyarlos y protegerlos. La única producción que seguiremos realizando es la Actors Studio Master Class, los espacios de entrenamiento para actores y directores no existen y esta experiencia para nosotros es invaluable.
-¿Cómo son las relaciones con los artistas y los productores?
Como las de todas las salas de teatro del país y del mundo en el conocido esquema de la coproducción. Insisto en que si algo puede marcar la diferencia es que nos asumimos con todo rigor como una unidad de atención al cliente y los actores, los directores, los técnicos y, por supuesto, el público son clientes para nosotros. No bajamos nunca la guardia. Nuestra política es hacer lo que nos gusta con el sello de cinco estrellas.
-¿Y las relaciones con el público?
-Eso hay que preguntárselo propiamente al espectador, yo no recibo mayores quejas. Por lo demás, entiendo que son muy buenas, la prueba es que apoyan todas nuestras presentaciones. Vienen aquí y agotan la boletería cuando les gusta el espectáculo.
-¿Cuáles son las exigencias a las producciones que llegan al Trasnocho?
-No tenemos exigencias estéticas o de contenido, si las impusiese estaría aplicando una especie de censura que no es correcta para ningún oficio y mucho menos para el oficio de creación y comunicación del teatro. Para la programación del Teatro Trasnocho las agrupaciones y los productores independientes deben presentar con antelación un proyecto y entregar copia del libreto de la obra. Con estos elementos es que tomo decisiones y, por supuesto, hay exigencias de calidad y profesionalismo. Pongo todos mis sentidos y la experiencia de 20 años en este medio a la hora de decidir la programación del teatro.
-¿Puede mencionar alguna en particular?
-Una de las exigencias que ha costado más que entiendan los productores es la entrega del libreto, parece mentira pero fue difícil que se entendiese que la lectura de la obra era una exigencia programática. Las exigencias estéticas las impone el espacio y el esquema de programación: doble horario, de viernes a sábado, a las 8:00 pm y a las 10:00 pm, y domingos a las 6:00 pm y a las 8:00 pm. No podemos olvidar que Trasnocho es un teatro dentro de lo que originalmente fue una sala de cine. Sueño con ponerle al Teatro Trasnocho una tramoya como la del Teatro Alberto de Paz y Mateos, eso nos permitiría programar una temporada de Autorretrato de Artista con barba y pumpá del grupo Theja, para mí la mejor producción teatral del 2005. En lo que somos altamente exigentes es la promoción y publicidad de los espectáculos; ahí no bajamos la guardia, así como en el mantenimiento de nuestras herramientas de trabajo”.
-¿Cuál es el ingreso por taquilla?
-No me gusta hablar de dinero y no por prurito, realmente no soy quien maneja cifras, creo que hemos realizado una estupenda gestión y todavía falta. Toda la operatividad del teatro la lleva la gerencia general, está en manos de mi mejor compañera profesional, Margarita Lamas, nada hubiésemos logrado sin ella y eso lo saben los actores, los productores, los directores y el público. Lo que sí me preocupa con relación a este tema, y es mi más reciente tormento, es cómo están manejando los grupos y los productores independientes los ingresos que obtienen. Sé que no están pensando en el futuro, no existe la política de la capitalización para el próximo proyecto, para el mañana. Cuando se es productor independiente hay que guardar para reinvertir. El teatro no es un gran negocio pero tampoco es el peor. Con el número de espectadores y el valor de la entrada, que este año fue de 20.000 bolívares, se sacan esos datos por cada obra que usted quiere conocer.
-¿Cuáles son las lapsos de la temporada?
-Durante el 2005 se inició el 14 de enero y acaba de concluir el domingo 11 de diciembre. Presentamos 12 obras de adultos y tres para público infantil. Quince espectáculos por año.
-A cuatro años de estar funcionando, ¿qué promedio de espectadores tienen?
-Con El traje nuevo del emperador batimos récord con 15.000 espectadores y cinco meses de taquilla agotada. Llevamos un registro de asistencia de público que se mueve desde los 5.000 espectadores hasta los 14.000 por obra. Cada espectáculo tiene su convocatoria pero siempre vamos por los 15.000 del récord y en el 2006 a superarlo. Ya en el 2005 realizamos 455 funciones. También se hizo una temporada de ópera con Rita... golpea a su marido de la Compañía Memoria de Apariencias. Además de varios conciertos y el ciclo de Jazz Trasnocho con Swing que duró un mes.
-¿Cuál es el balance de la temporada general y cómo se pueden comparar con las anteriores?
-Somos una institución joven y no creemos haber alcanzado nuestra meta. Cada año es un escalón más y estamos dispuestos a seguir adelante. La temporada 2005 fue estupenda. Las temporadas se consolidan y el perfil programático se depura y decanta.
Estrenan “Navegaos”
Moisés Guevara cuenta que durante el 2005 presentaron: “Pequeños Fantasmas” (Skena), “Menguada la hora” (Cdnt), “Los Mosqueteros del Rey (Skena), “Nos
seguimos queriendo” (Talento Femenino), “Gastone y Meraviglioso” (Dramo),”El favorito de Dios” (Palo de Agua Producciones). “Tres Reinas” (Big Show Productions),”Con ‘A’ de Ilusión” (Producción Independiente), “El Método Gronholm” (Cdnt), “Mínimas” (Xiomara Moreno Producciones),”Simon” (7 G Producciones) y “Rosa de dos aromas”( Skorpio 42 producciones). Se presentaron además tres producciones infantiles: “Tierra de aventuras” (Compañía de Lily Álvarez Sierra), “El Traje nuevo del Emperador” ( Skena) y “Hércules en el Olimpo” (Colibrí).
-¿Cómo han funcionado a nivel de público las lecturas dramatizadas?
- El programa “Haciendo Publico lo Privado”, que son las lecturas dramatizadas las obras de teatro que el público quiere ver y nosotros queremos hacer, es nuestro proyecto consentido. Nos hemos reunido más de 140 actores y alrededor de 15 directores para leer 41 obras de teatro. El nivel de asistencia de público está entre 60 y 180 espectadores; qué más se puede pedir para un programa de investigación y revisión de la dramaturgia universal, simplemente seguir adelante y convocar más actores y directores, tener un público con seguridad que cada día nos apoyará más.
-¿Qué planes hay para el año próximo?
- En principio, la labor de seguir ganando público para el teatro. Iniciamos el año 2006 con la continuación de la temporada de Rosa de dos Aromas. Esta producción tiene que llegar a cumplir sus tres meses de temporada. Tenemos el estreno de la obra de Isaac Chocrón, Navegaos, bajo la dirección de Michel Haussmann. Estrenamos la obra de teatro infantil del Talía, “Pinocho”. Hay cuatro temporadas para los jueves musicales; en febrero arrancamos con zarzuela. Y por primera vez desde que estoy en Trasnocho voy a dirigir una obra y me siento obligado a estrenarla en esta que es mi casa. Voy a montar Pequeños crímenes conyugales de Eric-Emmanuel Schimtt con las actuaciones de Carlota Sosa y Marcos Moreno.
-¿El Trasnocho paga impuestos?
-Somos una institución seria y cumplimos con todos nuestros compromisos.
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