El matrimonio, desde tiempos inmemoriales, tiene severas reglas que exigen la fidelidad física y sentimental para sus miembros, y advierte que las violaciones o irrespetos a las mismas pueden ser fatales. La dama, por lo general, suele ser decapitada y execrada su familia, si el caballero la descubre enamorada de otro hombre o en un acto lascivo; pero no sucede lo mismo si es el señor el que se busca otra mujer y no precisamente para contar estrellas o recolectar flores en un jardín japonés. Durante los dos últimos siglos, las costumbres han cambiado rotundamente y ya esos problemas íntimos, que han sido abordados por psiquiatras y penalistas, no se resuelven de manera tan sangrienta, pero hay todavía algunos remanentes del legendario “código de honor español” que avalan o justifican “lavar tales ofensas con sangre”.
El gran Federico Garcìa Lorca dejò paginas teatrales nunca superadas sobre ese drama de la infidelidad.La literatura universal se ha nutrido de múltiples y fantásticas sagas sobre las aventuras extraconyugales, vulgarmente conocidas como “cuernos”, de uno o de los dos miembros de una relación matrimonial y ha entregado centenares de novelas, guiones para el cine, la televisiòn y especialmente para el teatro, ya que esos temas siempre deleitan a las audiencias, muy en especial cuando son comedias con finales felices y hasta moralizantes. El periodismo también ha hecho lo suyo y es un fértil filón para lo que se conoce en España como “prensa del corazón".
En los tiempos contemporáneos, el comediógrafo más solicitado, porque escribe el mejor teatro de los “cuernos”, ha sido Neil Simon (Nueva York, 4 de julio de 1927), quien precisamente hacia 1969 vio estrenar su pieza The Last of the Red Hot, la cual en América Latina y en España se le conoce como El último de los amantes ardiente. Se trata de un autor de reconocido éxito mundial tanto por sus obras de teatro -más de 30- como por sus guiones y producciones cinematográficas, por lo cual ha recibido los premios y las nominaciones más importantes de Estados Unidos, gracias a “su peculiar forma de profundizar en el espíritu de los verdaderos sentimientos humanos”. The Goodbye Girl, The Dinner Party , Descalzos en el parque, El prisionero de la Segunda Avenida y Perdidos en Yonkers, son algunos de sus textos más aplaudidos.
A 20 años de haber estrenado en la Sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas una versión de El último de los amantes ardientes, bajo la direcciòn de Ricardo Lombardi, vuelven los mismos actores, Mimì Lazo y Jean Carlos Simancas, a la escena, ahora coordinados por Gerardo Blanco, para exhibirse en el Celarg, pero bajo el titulo de Infielmente tuyo.
Infielmente tuyo, o El último de los amantes ardientes es la historia del dueño de un restaurante que, después de 25 fieles años de matrimonio, ha decidido irse de aventuras sexuales con otras damas diferentes a su cónyuge. Lo intenta tres veces, con mujeres diferentes, en el apartamento de su mamá, pero al final se da por vencido, porque no puede llevar a la cama ni consumar el acto sexual con ninguna de las damiselas: una descarada y sensualísima; una hippie desfasada y fanática de los patines y una mujer tímida y sombría. Y, él, para revindicar sus abortadas infidelidades, llama a su esposa y la invita a la casa de su mamá… ¡no se sabe para que!
El ùltimo de los amantes ardientes fue la catapulta que lanzó a Mimì Lazo al protagonismo del mejor teatro comercial; después vino el monólogo El aplauso va por dentro, de la venezolana Mónica Montañés, en 1996, el cual aún lo sigue mostrando y más recientemente el unipersonal No seré feliz, pero tengo marido, de la periodista argentina Viviana Gómez Thorpe. Ahora con Infielmente tuyo, correctamente remontado por Gerardo Blanco, ella demuestra que está en la anhelada madurez o en el mejor momento de su carrera actoral. Nunca antes había exhibido tanta versatilidad, tanto dominio de sus personajes y tanto juego escénico. A su lado también se luce Jean Carlos Simancas, especie de “Dorian Grey del teatro venezolano”, que siempre está en los roles exactos y precisos que le corresponden.
Mimì Lazo, que ahora avanza hacia la consecución de una sala propia, la cual que será para todo el teatro venezolano, reiteró a este crítico que los derechos de esta pieza de Neil Simon los tiene ella y los pagò directamente al autor.
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