Nació en el bolivarense Maripa, el 22 de mayo de 1944, pero desde 1973 está dando una batalla pública por el teatro anzoatiguense en particular o por el criollo en general. Es líder de un fenómeno sociocultural que arrancó en 1975 y el cual, a pesar de mezquinos obstáculos, ha sobrevivido hasta ahora. Es Kiddio España, formado en unos talleres especiales sobre arte dramático que se dictaron en la Universidad Central de Venezuela, entre 1965 y 1967, y mejor capacitado en la romana Academia de Arte Dramático D’ Amico, además de una pasantía por el Teatro Estudio de la capital italiana.
A su regreso, en 1973, consiguió trabajo como profesor de actuación en la Escuela de Teatro Teofilo Leal, en Barcelona, y nunca más salió de la región oriental. Fundó la agrupación Teatro Estable de Barcelona y dos años después, acompañado por su esposa Guidita Gasparini y otros artistas, puso en marcha el Festival de Teatro de Oriente.
No le ha sido fácil acrecentar tal empresa hasta ahora, porque mientras el Conac, durante varios años, y después el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, lo han respaldado, él reconoce que encuentra poco respaldo, por “no decir que nada”, de las autoridades locales y otros entes públicos y privados. No quiere entrar en mayores detalles ni acusar a nadie. Sabe, muy bien, que los políticos pasan y los artistas quedan y además escriben la historia de sus sociedades, como pasó con los griegos y los romanos, para citar dos casos, más nada. Deja que su trabajo siga adelante, ya que comenzó a organizar el festival del 2008.
Hasta ahora contabiliza 32 festivales, pero todo comenzó en el año 1974, cuando al trabajar en la escuela teatral de Barcelona, se dio cuenta que estaba casi paralizada y se hacían pocas cosas. “Eso me causó inquietud porque no era lo que yo quería y además venía de Italia con teorías y disciplinas positivas. No me quedó otra alternativa y fundé el Grupo Estable de Teatro de Barcelona para hacer montajes y crear así un vehículo que comunicarnos con la comunidad. Cuando habíamos mostrado unos dos o tres espectáculos, comprobamos una notable ausencia de público y al mismo tiempo el aislamiento de los artistas era preocupante, desconocíamos lo que se hacia en los otros estados orientales. Comenzamos a estudiar la posibilidad de crear un medio que nos permitiera, además de comunicarnos, conocernos y enterarnos que cosas hacían los elencos de esta región del país. Así surgió el Festival de Teatro de Oriente. A partir de 1976 creamos las bases para consolidar las posteriores ediciones. Y no nos hemos detenido”.
Los primeros Festivales no fueron estimulantes. Era notable la poca asistencia de la comunidad y las debilidades estéticas de los participantes, que eran grupos de espontáneos. “También nos dimos cuenta que había gente con talento pero que les hacia falta formación teórica. Sin embargo, desde el primer Festival pudimos implementar varios talleres destinados a la formación o capacitación de los actores. Y nos creció el entusiasmo porque esos muchachos y sus agrupaciones comprendieron que la cosa teatral era más compleja y más difícil de lo que se habían planteado”.
Kiddio aclara que durante los últimos 32 años no han tenido descanso alguno. “Muchas agrupaciones mejoraron en lo conceptual y en lo estético. Además fuimos abriendo el compás para que no solo participaran los grupos orientales sino también los centrales, los occidentales y los caraqueños. Hasta que nuestro Festival se convirtió en auténtica muestra nacional y a medida que aumentaron las agrupaciones notamos un desarrollo estético. Se transformó en escuela viva y poco a poco ganó un público, una audiencia que ha crecido en toda la región oriental, porque ya no es Barcelona, sino Puerto la Cruz y demás poblaciones”.
Fiesta patronal oriental
A su regreso, en 1973, consiguió trabajo como profesor de actuación en la Escuela de Teatro Teofilo Leal, en Barcelona, y nunca más salió de la región oriental. Fundó la agrupación Teatro Estable de Barcelona y dos años después, acompañado por su esposa Guidita Gasparini y otros artistas, puso en marcha el Festival de Teatro de Oriente.
No le ha sido fácil acrecentar tal empresa hasta ahora, porque mientras el Conac, durante varios años, y después el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, lo han respaldado, él reconoce que encuentra poco respaldo, por “no decir que nada”, de las autoridades locales y otros entes públicos y privados. No quiere entrar en mayores detalles ni acusar a nadie. Sabe, muy bien, que los políticos pasan y los artistas quedan y además escriben la historia de sus sociedades, como pasó con los griegos y los romanos, para citar dos casos, más nada. Deja que su trabajo siga adelante, ya que comenzó a organizar el festival del 2008.
Hasta ahora contabiliza 32 festivales, pero todo comenzó en el año 1974, cuando al trabajar en la escuela teatral de Barcelona, se dio cuenta que estaba casi paralizada y se hacían pocas cosas. “Eso me causó inquietud porque no era lo que yo quería y además venía de Italia con teorías y disciplinas positivas. No me quedó otra alternativa y fundé el Grupo Estable de Teatro de Barcelona para hacer montajes y crear así un vehículo que comunicarnos con la comunidad. Cuando habíamos mostrado unos dos o tres espectáculos, comprobamos una notable ausencia de público y al mismo tiempo el aislamiento de los artistas era preocupante, desconocíamos lo que se hacia en los otros estados orientales. Comenzamos a estudiar la posibilidad de crear un medio que nos permitiera, además de comunicarnos, conocernos y enterarnos que cosas hacían los elencos de esta región del país. Así surgió el Festival de Teatro de Oriente. A partir de 1976 creamos las bases para consolidar las posteriores ediciones. Y no nos hemos detenido”.
Los primeros Festivales no fueron estimulantes. Era notable la poca asistencia de la comunidad y las debilidades estéticas de los participantes, que eran grupos de espontáneos. “También nos dimos cuenta que había gente con talento pero que les hacia falta formación teórica. Sin embargo, desde el primer Festival pudimos implementar varios talleres destinados a la formación o capacitación de los actores. Y nos creció el entusiasmo porque esos muchachos y sus agrupaciones comprendieron que la cosa teatral era más compleja y más difícil de lo que se habían planteado”.
Kiddio aclara que durante los últimos 32 años no han tenido descanso alguno. “Muchas agrupaciones mejoraron en lo conceptual y en lo estético. Además fuimos abriendo el compás para que no solo participaran los grupos orientales sino también los centrales, los occidentales y los caraqueños. Hasta que nuestro Festival se convirtió en auténtica muestra nacional y a medida que aumentaron las agrupaciones notamos un desarrollo estético. Se transformó en escuela viva y poco a poco ganó un público, una audiencia que ha crecido en toda la región oriental, porque ya no es Barcelona, sino Puerto la Cruz y demás poblaciones”.
Fiesta patronal oriental
Perdió la cuenta de los espectadores durante cada Festival, porque salió de las salas convencionales, se tomó las plazas públicas y pasó a las barriadas de Barcelona y Puerto La Cruz, además de 30 35 barrios de cuatro municipios orientales. Eso hace que el Festival de Teatro de Oriente sea verdaderamente popular, nada elitesco. Es consecuencia de un proceso o una evolución. Comenzó como actividad regional y posteriormente era una muestra nacional y un evento de carácter internacional. Después de 15 Festivales invitaron a agrupaciones de las islas del Caribe y asi, poco a poco, a grupos latinoamericanos, europeos, asiáticos, africanos y australianos. Ha sido un proceso interesante porque han tenido eventos de 54 agrupaciones, como el de este 2007, y hasta ediciones con 70 agrupaciones. Es una fiesta patronal de Barcelona, donde cada año, durante octubre, la gente espera el Festival. Es algo que altera el ritmo de una ciudad tranquila, estremece y cambia a la gente. La inversión que hace el Estado venezolano, que nunca los ha abandonado, no supera los dos millardos de bolívares, que es poco si se piensa en los centenares de miles de espectadores que lo disfrutan
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