Solo el amor es capaz de detener al odio. El amor frustra los siempre sangrientos delitos de odio, o hate crimes en comunidades sajonas. El amor controla a la persona o al grupo social que agrede a los otros porque sean negros, amarillos o blancos; porque son ancianos o jóvenes; porque sean heterosexuales, homosexuales, transexuales, bisexuales o travestis. El amor no deja que sacrifiquen a creyentes en Ala, Jehová, Jesús de Nazaret o Buda. El amor aborta masacres de liberales, conservadores, adecos, copeyanos o chavistas, en Colombia o en Venezuela. El amor es la magia que hermana a todos los pueblos y facilita los medios para la felicidad de los seres humanos.
Y para quienes en esta primera década del siglo XXI aún no comprendan cómo se puede pasar del odio al amor, el legendario Aristóteles recomienda comenzar con la tolerancia hacia el rival o el desconocido, para después llegar a la amistad, la más transparente de las convivencias humanas, y si hay química o intereses comunes el amor puede florecer. La paciencia y el tiempo ayudan en esa lucha amorosa contra el odio.
Imposible no es y por eso actualmente hay varias cruzadas de amor contra el odio, como la que lideriza el teatrero caraqueño Moisés Kaufman, desde hace diez años, en Estados Unidos de América.
Y es por la gestión valiente y sostenida de ese venezolano que el pasado 12 de octubre, en 130 salas de teatro de igual numero de ciudades, a lo largo de 14 países, unos cuantos miles de teatromaníacos participamos en un insólito acto teatral en memoria de Matthew Shepard, de 21 años, asesinado brutalmente en Laramie, Wyoming, Estados Unidos, por ser homosexual, hace 11 años. Para nunca olvidarlo se leyó la pieza Proyecto Laramie, 10 años después, un epílogo, escrita por Kaufman y los actores del grupo Tectonic Theater Project.
The Laramie Project
El 6 de octubre de 1998 Matthew Shepard fue brutalmente golpeado y abandonado en las afueras de su ciudad. Murió seis días después, el 12 de octubre. Era gay y su asesinato se convirtió en causa de estupor y vergüenza en la sociedad norteamericana. Su rostro se convirtió en el símbolo de la lucha contra la intolerancia y la discriminación hacia las lesbianas, los homosexuales, los bisexuales y los transgénicos. Apenas un mes después, los miembros del Tectonic Theater Project —compañía fundada por Moisés Kaufman y su socio Jeffrey LaHoste en 1991— viajaron a Laramie y entrevistaron a la gente de la localidad para comprender por qué ese chico había sido torturado y asesinado. A partir de estas conversaciones escribieron la obra The Laramie Project que ha sido vista por más 50 millones de personas alrededor de Estados Unido desde 2000. También se convirtió en película para HBO, desde 2002. Una década más tarde, el Tectonic Theater Project regresó a Laramie para averiguar de qué manera había influido la muerte de Matthew en las vidas de sus moradores. De este nuevo encuentro surgió The Laramie Project, diez años después, un epílogo, que por ahora se le conoce lectura dramatizada.
En Caracas
Aquí, en la capital de Venezuela, en la sala de Corp Banca, de 7:00 PM a 10:00 PM, los histriones Javier Vidal, Rafael Romero, Beatriz Valdés, Nathalia Martínez, Vyana Rodríguez, Julie Restifo, Armando Cabrera, Gerardo Soto, José Pablo Álvarez, además de Edwin Erminy, leyeron, sin máculas, ese texto, bajo la pulcra dirección de Michel Hausman.¡Honraron a esta Tierra de Gracia!
Esa exorcizante lectura permitió, sin lugar a dudas, ponderar “el impacto sísmico” que dejó en ese pueblo estadounidense el asesinato por odio que cometieron en Shepard. La gente de Kaufman entrevistó de nuevo a varias de las personas que intervinieron en el juicio contra sus criminales, pero además los teatreros-periodistas-investigadores hicieron nuevas entrevistas a los residentes de Laramie, como la madre de la victima, y además al asesino Aaron McKinney.
Javier Vidal admite que el teatro de no-ficción de Kaufman está muy bien expuesto y resulta estremecedor, ya que revela como aún hay “un pozo sin fondo” en esa sociedad donde todavía es difícil la tolerancia. Es una obra dura porque su tema de hate crimes lo es y no tiene espacio para la banalidad.
Ahora Moisés Kaufman o Michel Hausman –sus familias sobrevivieron a la persecución nazi- deben llevar a escena ante los caraqueños el texto definitivo sobre el crimen de Laramie.
Y como los lectores se deben estar haciendo múltiples preguntas, les agregamos estas: ¿Cuantos crímenes de odio se ha cometido en Venezuela desde 1998? ¿Cuantas piezas teatrales se han escrito para exorcisar tales asesinatos, exceptuando la obra Penitentes de Elio Palencia, inspirada en la muerte del sacerdote católico Jorge Piñango Mascareño (Barquisimeto, 47 años), quien apareció asesinado en una habitación del caraqueño hotel Bruno, el 22 de abril de 2006?
Y para quienes en esta primera década del siglo XXI aún no comprendan cómo se puede pasar del odio al amor, el legendario Aristóteles recomienda comenzar con la tolerancia hacia el rival o el desconocido, para después llegar a la amistad, la más transparente de las convivencias humanas, y si hay química o intereses comunes el amor puede florecer. La paciencia y el tiempo ayudan en esa lucha amorosa contra el odio.
Imposible no es y por eso actualmente hay varias cruzadas de amor contra el odio, como la que lideriza el teatrero caraqueño Moisés Kaufman, desde hace diez años, en Estados Unidos de América.
Y es por la gestión valiente y sostenida de ese venezolano que el pasado 12 de octubre, en 130 salas de teatro de igual numero de ciudades, a lo largo de 14 países, unos cuantos miles de teatromaníacos participamos en un insólito acto teatral en memoria de Matthew Shepard, de 21 años, asesinado brutalmente en Laramie, Wyoming, Estados Unidos, por ser homosexual, hace 11 años. Para nunca olvidarlo se leyó la pieza Proyecto Laramie, 10 años después, un epílogo, escrita por Kaufman y los actores del grupo Tectonic Theater Project.
The Laramie Project
El 6 de octubre de 1998 Matthew Shepard fue brutalmente golpeado y abandonado en las afueras de su ciudad. Murió seis días después, el 12 de octubre. Era gay y su asesinato se convirtió en causa de estupor y vergüenza en la sociedad norteamericana. Su rostro se convirtió en el símbolo de la lucha contra la intolerancia y la discriminación hacia las lesbianas, los homosexuales, los bisexuales y los transgénicos. Apenas un mes después, los miembros del Tectonic Theater Project —compañía fundada por Moisés Kaufman y su socio Jeffrey LaHoste en 1991— viajaron a Laramie y entrevistaron a la gente de la localidad para comprender por qué ese chico había sido torturado y asesinado. A partir de estas conversaciones escribieron la obra The Laramie Project que ha sido vista por más 50 millones de personas alrededor de Estados Unido desde 2000. También se convirtió en película para HBO, desde 2002. Una década más tarde, el Tectonic Theater Project regresó a Laramie para averiguar de qué manera había influido la muerte de Matthew en las vidas de sus moradores. De este nuevo encuentro surgió The Laramie Project, diez años después, un epílogo, que por ahora se le conoce lectura dramatizada.
En Caracas
Aquí, en la capital de Venezuela, en la sala de Corp Banca, de 7:00 PM a 10:00 PM, los histriones Javier Vidal, Rafael Romero, Beatriz Valdés, Nathalia Martínez, Vyana Rodríguez, Julie Restifo, Armando Cabrera, Gerardo Soto, José Pablo Álvarez, además de Edwin Erminy, leyeron, sin máculas, ese texto, bajo la pulcra dirección de Michel Hausman.¡Honraron a esta Tierra de Gracia!
Esa exorcizante lectura permitió, sin lugar a dudas, ponderar “el impacto sísmico” que dejó en ese pueblo estadounidense el asesinato por odio que cometieron en Shepard. La gente de Kaufman entrevistó de nuevo a varias de las personas que intervinieron en el juicio contra sus criminales, pero además los teatreros-periodistas-investigadores hicieron nuevas entrevistas a los residentes de Laramie, como la madre de la victima, y además al asesino Aaron McKinney.
Javier Vidal admite que el teatro de no-ficción de Kaufman está muy bien expuesto y resulta estremecedor, ya que revela como aún hay “un pozo sin fondo” en esa sociedad donde todavía es difícil la tolerancia. Es una obra dura porque su tema de hate crimes lo es y no tiene espacio para la banalidad.
Ahora Moisés Kaufman o Michel Hausman –sus familias sobrevivieron a la persecución nazi- deben llevar a escena ante los caraqueños el texto definitivo sobre el crimen de Laramie.
Y como los lectores se deben estar haciendo múltiples preguntas, les agregamos estas: ¿Cuantos crímenes de odio se ha cometido en Venezuela desde 1998? ¿Cuantas piezas teatrales se han escrito para exorcisar tales asesinatos, exceptuando la obra Penitentes de Elio Palencia, inspirada en la muerte del sacerdote católico Jorge Piñango Mascareño (Barquisimeto, 47 años), quien apareció asesinado en una habitación del caraqueño hotel Bruno, el 22 de abril de 2006?
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