José Gregorio Magdaleno, uno de los activistas del teatro comunitario. |
El popular
proyecto de Teatro Comunitario Las esquinas de Caracas no se ha detenido, por
el contrario sigue con muchos bríos, según nos lo declara José Gregorio Magdaleno,
uno de los guías.
¿Qué programa tienen para estos meses?
Por
supuesto que seguimos en la lucha cultural y es por eso que, en primer lugar, mantenemos
la obra, Las esquinas de Caracas, durante
estos meses, específicamente desde septiembre hasta diciembre del presente año;
para ello nos estaremos presentando en algunos teatros como el propio Teatro Alberto
de Paz y Mateo, sede de la Compañía Nacional de Teatro CNT, la institución que nos
acompaña y apoya, o la sala CANTV, donde funciona uno de los núcleos del Taller
Comunitario Las Esquinas de Caracas. Para ello seguiremos ensayando la obra y
además realizando actividades formativas con los participantes, hay que
recordar que inicialmente es un proyecto que parte de talleres de formación. Igualmente
estaremos preparando un trabajo especial para fin de año atendiendo las fiestas
decembrinas que siguiendo la filosofía original del proyecto estará enfocado en
las costumbres citadinas de esa época festiva.
¿Qué nuevas esquinas caraqueñas van a
trabajar?
Justamente,
estamos reuniéndonos, el cuerpo de monitores, el equipo ejecutivo y directivo, con
José Luis León y Laura Meza a la cabeza, para revisar, qué nuevo material se incorporará a la obra o si más bien se desprende un
trabajo teatral con otras características formales. En todo caso, siempre será
partiendo de las tradiciones caraqueñas, las cuales abarcan también por
ejemplo, la gastronomía o la música.
¿Cuál es la agenda de trabajo en las
actuales comunidades o las que se añadan?
Después
de presentarnos en días recientes en el Auditórium del Instituto Aeropuerto Internacional
de Maiquetía IAIM y de las exhibiciones en el Teatro Nacional por el aniversario
de Caracas, tenemos un breve receso, para proseguir en este septiembre con los
ensayos de la obra. En nuestro caso, el Núcleo de Parque Central, trabajamos en
La Rampa, Sala de Teatro, principalmente los días miércoles. Se agregan otros
días dependiendo de los compromisos adquiridos. Regularmente se realizan
actividades como ejercicios corporales, de respiración y propiamente de
actuación. En esta tarea me acompaña Osleyda Pérez.
Es
importante señalar que los participantes de este núcleo son todas personas
adultos mayores, es decir, personas en su mayoría mayores de 60 años y que
poseen poca experiencia teatral previa. Por ello, el trabajo actoral está dirigido,
en primer lugar, a lograr que puedan expresarse en el teatro, y en segundo
lugar, adecuar el trabajo a sus potencialidades y realidades. Por ejemplo, una
de las potencialidades que descubrimos fue la disposición y capacidad para el
canto y la música. De hecho Las esquinas
de Caracas como obra, tiene un gran peso musical. Así mismo vemos que ellos
poseen un ritmo diferente de trabajo, dada sus particulares condiciones
físicas, que por ser diferentes no son menos productivas. De alguna manera la
experiencia de vida que poseen los hace ser más eficientes en la escena.
La
agenda de trabajo, además de las actividades regulares como las antes
mencionadas, se encuentra en plena construcción.
¿Qué comentarios han recibido?
La
recepción del público ha sido maravillosa. Aunque es claro que el objeto del
proyecto no es producir un espectáculo profesional con las exigencias que ello
demanda, sí existe, igualmente, una clara intención de abordar el hecho teatral
con la responsabilidad y el compromiso que el público o el espectador requiere.
Se trata de guardar un equilibrio justo en ese sentido. El proyecto en primer
lugar busca facilitar un tejido social mediante la atención de una población
que necesita ser escuchada, sentirse útil, demostrar sus capacidades
productivas y creativas, y en ese espacio nos encontramos no solo con adultos
mayores, sino también con jóvenes y niños que desean iniciarse en el teatro o
personas con condiciones especiales.
Por
otra parte, tratamos de brindar un trabajo que le dé al público un poco de amor
por su ciudad, recuperar la calidez perdida de nuestras calles o plazas, o acercarnos
al conocimiento de nuestra historia mediante la música, el humor y los
sentimientos, en un ámbito con mesura artística.
Creo
que esa combinación visual, niños, jóvenes y adultos mayores, impacta al
público cuando ven a distintas generaciones, 30 artistas en escena,
compartiendo en un escenario. Desde niños de diez o doce años hasta adultos de
más de 80 años, todos con una gran vitalidad escénica. Hemos vistos a los
nietos de los actores y actrices ver asombrados y emocionados a sus abuelos
cantando o bailando en el teatro. Incluso tenemos actores y actrices en la
actualidad que se sumaron emocionados al proyecto luego de ver la anterior
versión de la obra el año pasado. Personalmente
he aprendido mucho de ellos, especialmente de su vitalidad y fe ante la vida.
¿Dónde funciona la base operativa de
este movimiento?
En
este momento en los diferentes Núcleos o Espacios de trabajo hay actividad. En los espacios
de la Escuela de Teatro César Rengifo, bajo la guía de Andrea Hernández y
Gerónimo Reyes, en el centro de Caracas, en horarios diferentes a los de clase,
por supuesto; en los espacios de CANTV, bajo la responsabilidad de Reynaldo
Rivas y en La Rampa, Sala de Teatro, en Parque Central. El año pasado además
funcionamos en el Teatro La Alameda en San Agustín. En este momento se está
evaluando y trabajando para abrir nuevos talleres en espacios que lo hagan
posible.
En
nuestro caso, La Rampa, los participantes provienen de diferentes lugares de la
ciudad de Caracas, incluyendo dos personas que provienen de Los Teques, además
del propio Parque Central. Es importante señalar
por supuesto el acompañamiento y apoyo de la Compañía Nacional de Teatro CNT, encabezado
por su director general Carlos Arroyo y su equipo de Producción y Gestión, institución
que ha creído en la importancia de este proyecto comunitario.
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