Una amistad cada vez más cercana a través del chateo, entre una mujer y un adolescente, desembocó en una denuncia penal de los padres del muchacho por abuso sexual. La relación entre ambos fue creciendo, vía messenger, y se hizo cada vez más estrecha hasta que comenzaron a verse los fines de semana y, además, algunas tardes cuando el joven salía de la escuela. Ella, profesora de gimnasia, de 40 años, está desempleada. Él, de 15, vive con sus padres. La madre reveló que su hijo desapareció durante tres días del hogar y estuvo viviendo con la maestra, según lo ha difundido el diario Clarín (05.04.09),
“Yo lo amo, lo nuestro fue un noviazgo de tres meses, pero nunca vivió en mi casa. Ahora hace semanas que no lo veo y lo extraño horrores. En ningún momento nos planteamos la diferencia de edad", admitió Karina Troilo, quien tiene dos hijos: un varón de 16 años y una hembra de 13. Y, por si fuera poco, está separada de su marido.
La mujer vive con sus hijos en el populoso barrio La Estanzuela, en el oeste del Gran Mendoza, y el adolescente en otra barriada de clase obrera, en la localidad de San José, en el departamento de Guaymallén. Los separaba una distancia de unos 25 minutos en autobús…y el ciego amor los puso frente a frente a pesar de un cuarto de siglo de diferencia cronológica.
Al principio, al chico sus padres le pidieron que dejara de verla, pero se rebeló y comenzó a irse de la casa para ver a la maestra cada vez más seguido, según contaron los padres al fiscal. Con el tiempo, la relación se volvió incontrolable y tuvo uno de sus picos más altos semanas atrás cuando el chico dejó la residencia familiar para quedarse durante tres días con la amada, según la denuncia que investiga la fiscalía.
Su padre fue a buscarlo y se lo llevó a la fuerza, le prohibió a la mujer seguir viendo a su hijo y la denunció ante la Justicia. Karina, sin embargo, dijo que el muchacho nunca vivió con ella. "Esos tres días vivió en la casa de un familiar mío", se defendió.
El caso ahora está a cargo del fiscal de Guaymallén, Jorge Calle, que investiga si hubo estupro, ante un posible caso de abuso sexual con el consentimiento de la víctima. Este delito, de comprobarse, tiene una condena de entre tres y seis años de prisión.
Sin embargo, para la Justicia mendocina aún no está comprobado que haya existido alguna relación sexual entre la mujer y el menor. Antes, el fiscal debe realizar varias tareas: tomar declaración testimonial al adolescente y someterlo a distintas pericias médicas y psicológicas para establecer si pudo haber abuso.
Para los padres, no quedan dudas de que "la mujer logró seducirlo por Internet y manipuló sus sentimientos" durante el tiempo que duró la relación.
Y mientras se conoce el colofón del encuentro amoroso de la especial pareja de argentinos, quienes no son los primeros ni los últimos que violentan las normas sociales sexuales, debemos advertir que tan “comprometida información” nos viene como anillo al dedo, porque cunde un clamor mundial para que sea controlada la Internet.
Algunos insisten en que tan mágico instrumento puede afectar el desarrollo de las comunidades si no se imponen pautas para su uso a los cibernautas. Y eso no es tan difícil, ya que los servidores y los satélites que hacen posible el funcionamiento de la WEB (World Wide Web) están bajo el control de pocas manos y ya se conocen algunas sanciones que han aplicado cuando hay excesos. Nadie sabe, por ahora, qué se podrá hacer o qué será penado. ! En 20 años de vida que tiene la Internet, ya es una comprobada Celestina electrónica y ahora la quieren llevar a la hoguera… por lo menos!
Chateo mortal en Caracas
Quien se ha unido al sensato coro de advertencias sobre los excesos que se cometen con la Internet, es el dramaturgo Gustavo Ott (Caracas, 1963) con su obra Chat, la cual se exhibe en el Teatro San Martín bajo la dirección de Luis Domingo González y con los actores Rubén León, David Villegas, Carolina Torres y Mariana Alviárez.
Chat plasma una serie de situaciones que han ocupado páginas de periódicos y espacios de otros medios, además de nutrir argumentos fílmicos. Hace énfasis en ocho historias de chateadores que pretendieron resolver sus cuitas existenciales y lo que hicieron fue complicarse la vida, al caer en trampas malévolas generadas por la perversión. Es un triller que va desde la saga de una mujer ansiosa por emigrar a Estados Unidos y es vulnerada por unos perversos “coyotes” en la frontera mexicana, las veleidades del pervertido que atrae muchachos y muchachas para saciar sus instintos, la angustia de un adolescente empeñado en vengarse de sus compañeros de estudios y por eso urde y ejecuta un asesinato múltiple en su colegio, o en la captura de idiotas útiles para conspiraciones de extremistas. En síntesis, exhibe una mínima escala, y hay que subrayarlo, de la cara obscura o el lado nefando de esa novedosa aplicación de la Internet, pero la culpa no es del instrumento si no de quienes lo utilizan.
Chat es un acerado teatro de ocasión, precioso y oportuno, que debe ser convertido en guión cinematográfico, porque su temática y su argumentación novedosas rompen las reglas milenarias del teatro. Creemos que en formato audiovisual se pueden lograr efectos y catarsis que jamás se obtendrán con Chat en un escenario, donde la imaginación del espectador y del director González siempre estarán en deuda con la propuesta del autor, un texto que ya no le pertenece y que ahora será tomado por otros directores para crear espectáculos de mayor impacto, porque el entretenimiento y la diversidad escénica no están reñidos con los contenidos ni con el metatexto de la pieza, sino todo lo contrario: catapultan mucho más a todo el mensaje de este lucido dramaturgo venezolano, quien, como padre que es, tiene sus lógicas preocupaciones, sumadas a las de un ser intelectual comprometido con la realidad de su nación. Nada de lo que ocurre le es ajeno y por eso escribe para la sociedad contemporánea y sin ningún temor trata de poetizar lo que emana de los periódicos y los otros medios de comunicación. Esta al día…y eso no da si no ventajas.
A buena hora la televisión y el cine se han desarrollado para auxiliar al milenario teatro, alfa y omega del espectáculo más popular y más humano de todos los tiempos. Antes lo audiovisual se nutrió del viejo arte de Tespis y ahora este bebe de sus hijos.
“Yo lo amo, lo nuestro fue un noviazgo de tres meses, pero nunca vivió en mi casa. Ahora hace semanas que no lo veo y lo extraño horrores. En ningún momento nos planteamos la diferencia de edad", admitió Karina Troilo, quien tiene dos hijos: un varón de 16 años y una hembra de 13. Y, por si fuera poco, está separada de su marido.
La mujer vive con sus hijos en el populoso barrio La Estanzuela, en el oeste del Gran Mendoza, y el adolescente en otra barriada de clase obrera, en la localidad de San José, en el departamento de Guaymallén. Los separaba una distancia de unos 25 minutos en autobús…y el ciego amor los puso frente a frente a pesar de un cuarto de siglo de diferencia cronológica.
Al principio, al chico sus padres le pidieron que dejara de verla, pero se rebeló y comenzó a irse de la casa para ver a la maestra cada vez más seguido, según contaron los padres al fiscal. Con el tiempo, la relación se volvió incontrolable y tuvo uno de sus picos más altos semanas atrás cuando el chico dejó la residencia familiar para quedarse durante tres días con la amada, según la denuncia que investiga la fiscalía.
Su padre fue a buscarlo y se lo llevó a la fuerza, le prohibió a la mujer seguir viendo a su hijo y la denunció ante la Justicia. Karina, sin embargo, dijo que el muchacho nunca vivió con ella. "Esos tres días vivió en la casa de un familiar mío", se defendió.
El caso ahora está a cargo del fiscal de Guaymallén, Jorge Calle, que investiga si hubo estupro, ante un posible caso de abuso sexual con el consentimiento de la víctima. Este delito, de comprobarse, tiene una condena de entre tres y seis años de prisión.
Sin embargo, para la Justicia mendocina aún no está comprobado que haya existido alguna relación sexual entre la mujer y el menor. Antes, el fiscal debe realizar varias tareas: tomar declaración testimonial al adolescente y someterlo a distintas pericias médicas y psicológicas para establecer si pudo haber abuso.
Para los padres, no quedan dudas de que "la mujer logró seducirlo por Internet y manipuló sus sentimientos" durante el tiempo que duró la relación.
Y mientras se conoce el colofón del encuentro amoroso de la especial pareja de argentinos, quienes no son los primeros ni los últimos que violentan las normas sociales sexuales, debemos advertir que tan “comprometida información” nos viene como anillo al dedo, porque cunde un clamor mundial para que sea controlada la Internet.
Algunos insisten en que tan mágico instrumento puede afectar el desarrollo de las comunidades si no se imponen pautas para su uso a los cibernautas. Y eso no es tan difícil, ya que los servidores y los satélites que hacen posible el funcionamiento de la WEB (World Wide Web) están bajo el control de pocas manos y ya se conocen algunas sanciones que han aplicado cuando hay excesos. Nadie sabe, por ahora, qué se podrá hacer o qué será penado. ! En 20 años de vida que tiene la Internet, ya es una comprobada Celestina electrónica y ahora la quieren llevar a la hoguera… por lo menos!
Chateo mortal en Caracas
Quien se ha unido al sensato coro de advertencias sobre los excesos que se cometen con la Internet, es el dramaturgo Gustavo Ott (Caracas, 1963) con su obra Chat, la cual se exhibe en el Teatro San Martín bajo la dirección de Luis Domingo González y con los actores Rubén León, David Villegas, Carolina Torres y Mariana Alviárez.
Chat plasma una serie de situaciones que han ocupado páginas de periódicos y espacios de otros medios, además de nutrir argumentos fílmicos. Hace énfasis en ocho historias de chateadores que pretendieron resolver sus cuitas existenciales y lo que hicieron fue complicarse la vida, al caer en trampas malévolas generadas por la perversión. Es un triller que va desde la saga de una mujer ansiosa por emigrar a Estados Unidos y es vulnerada por unos perversos “coyotes” en la frontera mexicana, las veleidades del pervertido que atrae muchachos y muchachas para saciar sus instintos, la angustia de un adolescente empeñado en vengarse de sus compañeros de estudios y por eso urde y ejecuta un asesinato múltiple en su colegio, o en la captura de idiotas útiles para conspiraciones de extremistas. En síntesis, exhibe una mínima escala, y hay que subrayarlo, de la cara obscura o el lado nefando de esa novedosa aplicación de la Internet, pero la culpa no es del instrumento si no de quienes lo utilizan.
Chat es un acerado teatro de ocasión, precioso y oportuno, que debe ser convertido en guión cinematográfico, porque su temática y su argumentación novedosas rompen las reglas milenarias del teatro. Creemos que en formato audiovisual se pueden lograr efectos y catarsis que jamás se obtendrán con Chat en un escenario, donde la imaginación del espectador y del director González siempre estarán en deuda con la propuesta del autor, un texto que ya no le pertenece y que ahora será tomado por otros directores para crear espectáculos de mayor impacto, porque el entretenimiento y la diversidad escénica no están reñidos con los contenidos ni con el metatexto de la pieza, sino todo lo contrario: catapultan mucho más a todo el mensaje de este lucido dramaturgo venezolano, quien, como padre que es, tiene sus lógicas preocupaciones, sumadas a las de un ser intelectual comprometido con la realidad de su nación. Nada de lo que ocurre le es ajeno y por eso escribe para la sociedad contemporánea y sin ningún temor trata de poetizar lo que emana de los periódicos y los otros medios de comunicación. Esta al día…y eso no da si no ventajas.
A buena hora la televisión y el cine se han desarrollado para auxiliar al milenario teatro, alfa y omega del espectáculo más popular y más humano de todos los tiempos. Antes lo audiovisual se nutrió del viejo arte de Tespis y ahora este bebe de sus hijos.
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