En Parque Central, conjunto residencial caraqueño de 2.400 apartamentos, siete penthouses deshabitados, un hotel, dos museos, tres salas teatrales y además tres laberínticos sótanos, pululan las leyendas urbanas, historias de fantasmales seres que conviven con sus residentes.
La más extraña de todas, y por cierto no carente de cierta fascinación, es la de una bailarina clásica, apodada “La cotufa”, que terminó exhibiéndose en siniestros cabarets, donde desgastaba su vida, hasta que fue asesinada en el apartamento de unos caballeros de conductas desordenadas, a quienes las autoridades imputaron el crimen, posteriormente; la despedazaron con cuchillos eléctricos y regaron sus restos en bolsas plásticas.
Sobre las características del asesinato y lo que ocurrió con sus autores, así como mayores detalles sobre la víctima, nunca se supo gran cosa. Sirvió de alimento para las páginas rojas de los periódicos y después fue suplantado por otros estridentes casos, como ocurre en este continente, donde las noticias sobre tales atrocidades se convierten en circo mediático.
Pero la truculenta tragedia de “La cotufa” sí conmocionó a los habitantes de Parque Central por sus características y porque además, casi simultáneamente con el escándalo periodístico, la ánima de la muerta comenzó a danzar en los pisos superiores de los edificios Tajamar, Caroata y Catuche, creando pánico entre los trasnochadores habitantes, visitantes, ascensoristas y vigilantes, quienes se encargaron de propalar las angustiosas apariciones.
Melodrama
No sabemos si tal ánima en pena ya fue conjurada o reposa en algún limbo, pero lo cierto es que un residente en Parque Central, José Antonio Barrios Valle, retomó esa historia, la poetizó y creó la obra La cotufa no baila más. Partiendo de la cruda realidad, retomó esa saga macabra y mostró una pieza teatral, donde todos los habitantes de Parque Central son sospechosos, víctimas y victimarios, pero al mismo tiempo aborda tópicos como el amor, la desesperanza, los sueños inconclusos, la infidelidad, la solidaridad, el odio y los problemas sociales de la vida urbana, todos inteligentemente mezclados hasta crear una fantástica bola de nieve de intrigas.
Este melodrama, donde además el fantasma de “La cotufa” ronda por los pasillos de la multifamiliar edificación, es contado desde la perspectiva de la esfera íntima de familiares y conocidos de la bailarina, con quienes el público se identifica por la contemporaneidad del texto y la ambiciosa propuesta escénica, la cual se desarrolla dentro de un ascensor, tal como lo propone el dramaturgo.
La cotufa no baila más, ópera prima de Barrios, como texto es divertida por las situaciones y los diálogos de doble sentido de sus personajes, quienes viven en uno de los edificios, concretamente en el Caroata,donde hay una ascensorista que conoce vida y milagros de todos los que habitan ese bloque multifamiliar y donde precisamente han asesinado a una bailarina y abandonado sus restos en una basurero. El autor propuso que la ánima de “La cotufa” tuviera una presencia visible y activa en el sube y baja del ascensor donde se desarrollan los diálogos de los residentes con la entrometida ascensorista, para crear una mayor tensión o esa atmósfera mágica en que se desenvuelven los personajes.
Tres temporadas
La cotufa no baila más se estrenó, bajo la dirección de Lenni Márquez y con la producción del Grupo Teatral Repico, en el Ateneo de Caracas, durante la temporada de 2006.Durante el año 2009 fue mostrada por el grupo Emergente de Caracas, bajo la sólida dirección general de Orlando Chirinos, quien con solo 22 años de vida ya da atisbos de creatividad escénica, como lo demuestra con ese montaje, y con las precisas participaciones actorales de Wendy Bermejo y Jesús Delgado, entre otros, además del apoyo de los “locutores” Luis Loreto y Luis Gerardo Galdona. Hicieron temporada en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas.
Ahora, la misma agrupación se presenta en el Celarg con un elenco renovado, lo cual ha permitido que el espectáculo tenga mayor impacto y destaquen más las actuaciones, especialmente de Mariely Ortega y Wendy Bermejo.
Equipaje teatral
El venezolano José Antonio Barrios Valle (Cádiz, 22 de julio de 1964) escribe para que los personajes que moran en su interior puedan ser escuchados. Tiene en su bibliografía: La cotufa no baila más, que ganó el Premio de Dramaturgia Fundarte 2006. ¡Que bodas tienes tú!/ Cursillo pre-matrimonial para parejas indecisas. Rasputín en Caracas. El sitio, triunfador en el Concurso CASA de Dramaturgia Venezolana 2008.Y Mi reino por un sueño... una cuerda tensa a punto de romperse, el cual conquistó el concurso de la Casa Andrés Bello 2008. Añade el monólogo La novia viuda. Y cierra con ocho piezas mínimas: De la Carraca a Palo Verde... un metro para Miranda, El año del perro, Punto y coma, Pañito blanco para el altar, Doble despecho... ese bolero ya no es para ti,La novia es mi hijo, Me sacó la piedra y Barajita repetida no llena álbum.
Ficha artística
Obra: La cotufa no baila más. Autor: José Antonio Barrios Valle. Elenco: Wendy Bermejo, Dailyn Valdivieso, Jesús Delgado, Vanessa Morr, Mariely Ortega, Lidsay Castro, Betsabé Clavell y Rafael Calleja. Musicalización: Julio Viso. Escenografía: Lourdes Soto. Director: Orlando Chirinos. Producción general: Jesús Delgado. Asistentes: Alexandra Liendo y Yelitza Velazco.
La más extraña de todas, y por cierto no carente de cierta fascinación, es la de una bailarina clásica, apodada “La cotufa”, que terminó exhibiéndose en siniestros cabarets, donde desgastaba su vida, hasta que fue asesinada en el apartamento de unos caballeros de conductas desordenadas, a quienes las autoridades imputaron el crimen, posteriormente; la despedazaron con cuchillos eléctricos y regaron sus restos en bolsas plásticas.
Sobre las características del asesinato y lo que ocurrió con sus autores, así como mayores detalles sobre la víctima, nunca se supo gran cosa. Sirvió de alimento para las páginas rojas de los periódicos y después fue suplantado por otros estridentes casos, como ocurre en este continente, donde las noticias sobre tales atrocidades se convierten en circo mediático.
Pero la truculenta tragedia de “La cotufa” sí conmocionó a los habitantes de Parque Central por sus características y porque además, casi simultáneamente con el escándalo periodístico, la ánima de la muerta comenzó a danzar en los pisos superiores de los edificios Tajamar, Caroata y Catuche, creando pánico entre los trasnochadores habitantes, visitantes, ascensoristas y vigilantes, quienes se encargaron de propalar las angustiosas apariciones.
Melodrama
No sabemos si tal ánima en pena ya fue conjurada o reposa en algún limbo, pero lo cierto es que un residente en Parque Central, José Antonio Barrios Valle, retomó esa historia, la poetizó y creó la obra La cotufa no baila más. Partiendo de la cruda realidad, retomó esa saga macabra y mostró una pieza teatral, donde todos los habitantes de Parque Central son sospechosos, víctimas y victimarios, pero al mismo tiempo aborda tópicos como el amor, la desesperanza, los sueños inconclusos, la infidelidad, la solidaridad, el odio y los problemas sociales de la vida urbana, todos inteligentemente mezclados hasta crear una fantástica bola de nieve de intrigas.
Este melodrama, donde además el fantasma de “La cotufa” ronda por los pasillos de la multifamiliar edificación, es contado desde la perspectiva de la esfera íntima de familiares y conocidos de la bailarina, con quienes el público se identifica por la contemporaneidad del texto y la ambiciosa propuesta escénica, la cual se desarrolla dentro de un ascensor, tal como lo propone el dramaturgo.
La cotufa no baila más, ópera prima de Barrios, como texto es divertida por las situaciones y los diálogos de doble sentido de sus personajes, quienes viven en uno de los edificios, concretamente en el Caroata,donde hay una ascensorista que conoce vida y milagros de todos los que habitan ese bloque multifamiliar y donde precisamente han asesinado a una bailarina y abandonado sus restos en una basurero. El autor propuso que la ánima de “La cotufa” tuviera una presencia visible y activa en el sube y baja del ascensor donde se desarrollan los diálogos de los residentes con la entrometida ascensorista, para crear una mayor tensión o esa atmósfera mágica en que se desenvuelven los personajes.
Tres temporadas
La cotufa no baila más se estrenó, bajo la dirección de Lenni Márquez y con la producción del Grupo Teatral Repico, en el Ateneo de Caracas, durante la temporada de 2006.Durante el año 2009 fue mostrada por el grupo Emergente de Caracas, bajo la sólida dirección general de Orlando Chirinos, quien con solo 22 años de vida ya da atisbos de creatividad escénica, como lo demuestra con ese montaje, y con las precisas participaciones actorales de Wendy Bermejo y Jesús Delgado, entre otros, además del apoyo de los “locutores” Luis Loreto y Luis Gerardo Galdona. Hicieron temporada en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas.
Ahora, la misma agrupación se presenta en el Celarg con un elenco renovado, lo cual ha permitido que el espectáculo tenga mayor impacto y destaquen más las actuaciones, especialmente de Mariely Ortega y Wendy Bermejo.
Equipaje teatral
El venezolano José Antonio Barrios Valle (Cádiz, 22 de julio de 1964) escribe para que los personajes que moran en su interior puedan ser escuchados. Tiene en su bibliografía: La cotufa no baila más, que ganó el Premio de Dramaturgia Fundarte 2006. ¡Que bodas tienes tú!/ Cursillo pre-matrimonial para parejas indecisas. Rasputín en Caracas. El sitio, triunfador en el Concurso CASA de Dramaturgia Venezolana 2008.Y Mi reino por un sueño... una cuerda tensa a punto de romperse, el cual conquistó el concurso de la Casa Andrés Bello 2008. Añade el monólogo La novia viuda. Y cierra con ocho piezas mínimas: De la Carraca a Palo Verde... un metro para Miranda, El año del perro, Punto y coma, Pañito blanco para el altar, Doble despecho... ese bolero ya no es para ti,La novia es mi hijo, Me sacó la piedra y Barajita repetida no llena álbum.
Ficha artística
Obra: La cotufa no baila más. Autor: José Antonio Barrios Valle. Elenco: Wendy Bermejo, Dailyn Valdivieso, Jesús Delgado, Vanessa Morr, Mariely Ortega, Lidsay Castro, Betsabé Clavell y Rafael Calleja. Musicalización: Julio Viso. Escenografía: Lourdes Soto. Director: Orlando Chirinos. Producción general: Jesús Delgado. Asistentes: Alexandra Liendo y Yelitza Velazco.
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