Tiene una envidiable capacidad de trabajo, aunada a sus condiciones de líder y su inteligencia pragmática. Por eso lo llaman “el zar del teatro venezolano”, ya que fija los derroteros de los escenarios que ocupa y además guía a quienes pretenden hacer una carrera artística y profesional. Es una versión de lo que era el zar Nicolás Curiel, durante los 50 y 60 del siglo XX del Teatro Universitario de la UCV.
Nosotros no rotulamos a Héctor Manrique (Madrid, 14 de enero de 1963) como “el zar del teatro venezolano”. Así, socarronamente, lo etiquetaron quienes saben que su papá es un comunista de los de antes, de esos que pagaron con cárcel, sangre y lágrimas sus radicales y comprometidas acciones revolucionarias contra los regímenes de Pérez Jiménez, Betancourt y Leoni. Es un artista honesto que pretende llevar el teatro a la comunidad para que este en algún momento de sus vidas se convierta en necesario. “Soy de los que considera que en el teatro se tiene la posibilidad de encontrarse con uno mismo. No obligo a nadie a ir. Por eso no creo que deba ir, sino que ojala quisiera ir. Hay una cantidad de venezolanos que no puede acudir al teatro y no por razones económicas, sino porque el teatro llega a pocas partes, dado que es una actividad fundamentalmente de Caracas y para una zona de Caracas”.
En síntesis, a este peculiar “zar del teatro venezolano” su poder le emana de su apasionado trabajo para que sus compatriotas vean en escena la revelación de sus cuitas en la dimensión exacta de los personajes creados por los dramaturgos. Y como prueba reciente de su acción basta recordar que durante el 2010 presentó montajes como Un dios salvaje y Art de Yasmina Reza, Brujas de Santiago Moncada, Confesiones de mujeres de 30 de Domingos de Oliveira, Monólogos de la vagina de Eve Ensler y Final de partida de Samuel Beckett.
Es por eso que le preguntamos:
- ¿Cuál es su balance del 2010?
- Para los que damos vida al Grupo Actoral 80, con el cual hemos motorizado esa temporada y todas las anteriores, es un balance muy alentador y eso nos deja satisfechos. Producimos y dirigimos seis espectáculos para los caraqueños y además exhibimos en Chile y Brasil la pieza de Beckett. En total hicimos unas 200 representaciones de esas piezas y varias de ellas también las llevamos al interior del país. Fue un año muy activo y de mucho trabajo para nuestro equipo. Y desde agosto del 2010 hemos estado trabajando con Acto cultural y en noviembre comenzamos a ensayar Baraka. Sus estrenos están pautados para el 22 de enero en el Espacio Plural del Teatro Trasnocho y en el Teatro Trasnocho desde el 4 de febrero, respectivamente. Además doy un taller anual de actuación, con dos clases por semana, y desde el pasado julio se hace un taller sabatino con Daniel Rodríguez y Melissa Wolf.
-¿Cuántos espectáculos para el primer semestre de 2011?
-Vamos con Acto cultural y Baraka y con las reposiciones de Brujas y Confesiones con mujeres de 30, programadas en el Teatro Premium, donde nos ha ido muy bien. El arranque del 2011 luce interesante, porque incluso en julio estaremos estrenando, en Corpbanca, Los petroleros suicidas de Ibsen Martínez.
-¿Cómo financian las producciones?
- Yo no soy de los que ven una pared y se lanzan contra ella... por lo menos busco una escalera para superarla. No tengo, pues, vocación de carrito chocón. Tenemos dos años sin recibir subsidio del Estado y eso nos ha obligado a crear y producir nuestros espectáculos con sencillez. Desde el mismo momento en que pienso en un montaje, no solo atiendo la parte estética y sus contenidos, sino también en cómo lo puedo hacer. Tenemos la fortuna de contar con un equipo de producción, encabezado por Carolina Rincón, mi esposa, lo cual es muy importante porque así conseguimos empresas o instituciones que nos facilitan mobiliario o vestuario. O para decirlo de otra manera: con el apoyo de nuestros amigos hemos superado obstáculos. Y aquí debo reconocer la invalorable ayuda de los medios de comunicación que difunden todo lo que hacemos. Es decir, hemos encontrado formulas que nos han permitido seguir trabajando para ofrecerle calidad al público, al cual hemos estructurado desde hace 28 años.
-¿Los recaudos por taquilla ayudan?
-Sí, claro que si, la presencia del espectador ayuda a financiar en parte los montajes, a cubrir deudas y el respectivo pago a los actores. La taquilla es básica. Y la respuesta del público ha sido buena.
-¿Qué pasa con la comedia Baraka?
-No creo que sea tan comedia. Es una pieza que nos muestra el lado agrio de la vida y creo más bien que es una obra sobre cuatro amigos que no se vigilaron y que cuando se reencuentran cada uno tiene un rumbo distinto, y al final, más que amigos, terminan siendo enemigos por la prepotencia de sus egos. Para mi es una metáfora sobre nuestro país, porque nosotros no nos oímos.
-¿Qué ocurre con Acto Cultural?
-Ha sido un noviazgo larguísimo y terminé casado con ella. Es una obra difícil, compleja, fascinante, que retrata, con enorme lucidez, lo que somos como pretensión de país, cuyos personajes son mediocres y pueblerinos, quienes además pretenden ser otros que no son ellos. Es una pieza necesaria y oportuna para verla ahora.
-El Grupo Actoral 80 lleva 28 años en la faena del teatro. ¿Cómo lo festejarán?
-Para mi, las efemérides de los grupos no es asunto de mucha relevancia, lo que importa es el trabajo concreto, el día a día, porque creo que eso es lo que da sentido al grupo. Un grupo no puede refugiarse en los años que tiene trabajando, porque el valor o la importancia de una institución no son exclusivamente por los años que tiene. Es lo mismo que pretender ser mejor por el hecho de que seas viejo. Uno es mejor porque haces cosas buenas. No por ser viejo eres mejor que los demás. Hay mucha gente joven que esta comenzando y tiene un valor extraordinario. El arte teatral sucede frente a los ojos y los oídos del público para el cual se ha creado.
Fichas técnicas
El Grupo Actoral 80, bajo la égida de Héctor Manrique, teatraliza Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas, con las actuaciones de Samantha Castillo, Melissa Wolf, Angélica Arteaga, Juvel Vielma, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez. Utilería de Oscar Salomón. Iluminación de José Jiménez. Vestuario de Eva Ivanyi y Música Original de Aquiles Báez. Funciones desde el 22 de enero en la Sala Alterna: sábados y domingos a las 4 p.m. Héctor Manrique asume la dirección general de Baraka de la holandesa María Goos. Ahí actúan: Javier Vidal, Iván Tamayo, Carlos Cruz y Héctor Manrique. Producción general de Carolina Rincón para el Grupo Actoral 80.Vestuario de Eva Ivanyi. Iluminación de José Jiménez. El Trasnocho Cultural presenta esta obra, desde el 4 de febrero: viernes y sábados a las 10 p.m. y domingos a las 8 p.m.
Nosotros no rotulamos a Héctor Manrique (Madrid, 14 de enero de 1963) como “el zar del teatro venezolano”. Así, socarronamente, lo etiquetaron quienes saben que su papá es un comunista de los de antes, de esos que pagaron con cárcel, sangre y lágrimas sus radicales y comprometidas acciones revolucionarias contra los regímenes de Pérez Jiménez, Betancourt y Leoni. Es un artista honesto que pretende llevar el teatro a la comunidad para que este en algún momento de sus vidas se convierta en necesario. “Soy de los que considera que en el teatro se tiene la posibilidad de encontrarse con uno mismo. No obligo a nadie a ir. Por eso no creo que deba ir, sino que ojala quisiera ir. Hay una cantidad de venezolanos que no puede acudir al teatro y no por razones económicas, sino porque el teatro llega a pocas partes, dado que es una actividad fundamentalmente de Caracas y para una zona de Caracas”.
En síntesis, a este peculiar “zar del teatro venezolano” su poder le emana de su apasionado trabajo para que sus compatriotas vean en escena la revelación de sus cuitas en la dimensión exacta de los personajes creados por los dramaturgos. Y como prueba reciente de su acción basta recordar que durante el 2010 presentó montajes como Un dios salvaje y Art de Yasmina Reza, Brujas de Santiago Moncada, Confesiones de mujeres de 30 de Domingos de Oliveira, Monólogos de la vagina de Eve Ensler y Final de partida de Samuel Beckett.
Es por eso que le preguntamos:
- ¿Cuál es su balance del 2010?
- Para los que damos vida al Grupo Actoral 80, con el cual hemos motorizado esa temporada y todas las anteriores, es un balance muy alentador y eso nos deja satisfechos. Producimos y dirigimos seis espectáculos para los caraqueños y además exhibimos en Chile y Brasil la pieza de Beckett. En total hicimos unas 200 representaciones de esas piezas y varias de ellas también las llevamos al interior del país. Fue un año muy activo y de mucho trabajo para nuestro equipo. Y desde agosto del 2010 hemos estado trabajando con Acto cultural y en noviembre comenzamos a ensayar Baraka. Sus estrenos están pautados para el 22 de enero en el Espacio Plural del Teatro Trasnocho y en el Teatro Trasnocho desde el 4 de febrero, respectivamente. Además doy un taller anual de actuación, con dos clases por semana, y desde el pasado julio se hace un taller sabatino con Daniel Rodríguez y Melissa Wolf.
-¿Cuántos espectáculos para el primer semestre de 2011?
-Vamos con Acto cultural y Baraka y con las reposiciones de Brujas y Confesiones con mujeres de 30, programadas en el Teatro Premium, donde nos ha ido muy bien. El arranque del 2011 luce interesante, porque incluso en julio estaremos estrenando, en Corpbanca, Los petroleros suicidas de Ibsen Martínez.
-¿Cómo financian las producciones?
- Yo no soy de los que ven una pared y se lanzan contra ella... por lo menos busco una escalera para superarla. No tengo, pues, vocación de carrito chocón. Tenemos dos años sin recibir subsidio del Estado y eso nos ha obligado a crear y producir nuestros espectáculos con sencillez. Desde el mismo momento en que pienso en un montaje, no solo atiendo la parte estética y sus contenidos, sino también en cómo lo puedo hacer. Tenemos la fortuna de contar con un equipo de producción, encabezado por Carolina Rincón, mi esposa, lo cual es muy importante porque así conseguimos empresas o instituciones que nos facilitan mobiliario o vestuario. O para decirlo de otra manera: con el apoyo de nuestros amigos hemos superado obstáculos. Y aquí debo reconocer la invalorable ayuda de los medios de comunicación que difunden todo lo que hacemos. Es decir, hemos encontrado formulas que nos han permitido seguir trabajando para ofrecerle calidad al público, al cual hemos estructurado desde hace 28 años.
-¿Los recaudos por taquilla ayudan?
-Sí, claro que si, la presencia del espectador ayuda a financiar en parte los montajes, a cubrir deudas y el respectivo pago a los actores. La taquilla es básica. Y la respuesta del público ha sido buena.
-¿Qué pasa con la comedia Baraka?
-No creo que sea tan comedia. Es una pieza que nos muestra el lado agrio de la vida y creo más bien que es una obra sobre cuatro amigos que no se vigilaron y que cuando se reencuentran cada uno tiene un rumbo distinto, y al final, más que amigos, terminan siendo enemigos por la prepotencia de sus egos. Para mi es una metáfora sobre nuestro país, porque nosotros no nos oímos.
-¿Qué ocurre con Acto Cultural?
-Ha sido un noviazgo larguísimo y terminé casado con ella. Es una obra difícil, compleja, fascinante, que retrata, con enorme lucidez, lo que somos como pretensión de país, cuyos personajes son mediocres y pueblerinos, quienes además pretenden ser otros que no son ellos. Es una pieza necesaria y oportuna para verla ahora.
-El Grupo Actoral 80 lleva 28 años en la faena del teatro. ¿Cómo lo festejarán?
-Para mi, las efemérides de los grupos no es asunto de mucha relevancia, lo que importa es el trabajo concreto, el día a día, porque creo que eso es lo que da sentido al grupo. Un grupo no puede refugiarse en los años que tiene trabajando, porque el valor o la importancia de una institución no son exclusivamente por los años que tiene. Es lo mismo que pretender ser mejor por el hecho de que seas viejo. Uno es mejor porque haces cosas buenas. No por ser viejo eres mejor que los demás. Hay mucha gente joven que esta comenzando y tiene un valor extraordinario. El arte teatral sucede frente a los ojos y los oídos del público para el cual se ha creado.
Fichas técnicas
El Grupo Actoral 80, bajo la égida de Héctor Manrique, teatraliza Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas, con las actuaciones de Samantha Castillo, Melissa Wolf, Angélica Arteaga, Juvel Vielma, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez. Utilería de Oscar Salomón. Iluminación de José Jiménez. Vestuario de Eva Ivanyi y Música Original de Aquiles Báez. Funciones desde el 22 de enero en la Sala Alterna: sábados y domingos a las 4 p.m. Héctor Manrique asume la dirección general de Baraka de la holandesa María Goos. Ahí actúan: Javier Vidal, Iván Tamayo, Carlos Cruz y Héctor Manrique. Producción general de Carolina Rincón para el Grupo Actoral 80.Vestuario de Eva Ivanyi. Iluminación de José Jiménez. El Trasnocho Cultural presenta esta obra, desde el 4 de febrero: viernes y sábados a las 10 p.m. y domingos a las 8 p.m.
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